martes, 28 de enero de 2025

Cuando la visión borrosa es el principal dato del cuadro clínico.

En este ejercicio clínico se presenta un caso que es discutido por un médico internista al que se le van proporcionando datos de la historia clínica en forma secuencial, y este analiza el cuadro a la luz de los nuevos elementos, de una manera análoga al proceso diagnóstico en la práctica real de la medicina

 

Historia

Una adolescente de 14 años, a quien se le asignó sexo femenino al nacer, se presentó al departamento de emergencias con una historia de 12 meses de dolor en las articulaciones que afectaba los dedos de ambas manos, las muñecas, las rodillas, la espalda y los hombros. El dolor, que inicialmente era leve, intermitente y atribuido a dolores de crecimiento, había progresado durante las 3 semanas anteriores sin un evento desencadenante. Dada la progresión del dolor a pesar del uso de ibuprofeno, la paciente fue tratada empíricamente con doxiciclina para la enfermedad de Lyme, pero los síntomas no remitieron. Informaron una historia de 2 meses de visión borrosa intermitente y dolores de cabeza bifrontales severos que no disminuyeron con el uso de paracetamol o ibuprofeno. Los dolores de cabeza empeoraban por la mañana pero no despertaban a la paciente, y la visión borrosa era esporádica durante el día. También informaron hinchazón y enrojecimiento de los párpados que había empeorado durante la semana anterior, con molestias al mirar hacia arriba.

 

Ponente

Los dolores de crecimiento son dolores recurrentes y autolimitados en los huesos largos que se presentan en niños pequeños y no afectan las articulaciones pequeñas. Aunque el tratamiento empírico para la enfermedad de Lyme es razonable para pacientes que presentan síntomas que sugieren una enfermedad temprana (dada la baja sensibilidad de las pruebas serológicas tempranas), la cronicidad de los síntomas y la afectación de las articulaciones pequeñas son incompatibles con este diagnóstico; además, la enfermedad de Lyme en etapa avanzada generalmente afecta las articulaciones grandes.

Los síntomas visuales y los dolores de cabeza de aparición reciente pueden ser secuelas de varios procesos, como la presión intracraneal elevada, una masa intracraneal con afectación del tracto óptico, inflamación ocular o intracraneal, una lesión vascular o una enfermedad sistémica. El enrojecimiento y la hinchazón periorbital unilaterales pueden reflejar celulitis preseptal (debida con mayor frecuencia a la propagación de una infección bacteriana después de un traumatismo facial o una sinusitis) o dacrioadenitis (debida con mayor frecuencia a una infección vírica, pero también puede ser causada por una infección fúngica, una enfermedad autoinmune, sarcoidosis o un linfoma). Se necesita un examen oftalmológico completo y una anamnesis adicional.

 

Evolución

La paciente refirió fiebre baja intermitente, dolor abdominal, dolor torácico pleurítico, fatiga y una pérdida de peso involuntaria de 9,5 kg en las 6 semanas anteriores. No refirió sarpullido, dolor de garganta, tos, vómitos, estreñimiento, diarrea, hematoquecia, síntomas genitourinarios, debilidad o entumecimiento. Anteriormente había tenido migrañas que diferían de los dolores de cabeza actuales. No había tenido cirugías previas ni alergias conocidas. No tomaba medicamentos recetados, fumaba, bebía alcohol ni consumía drogas. No era sexualmente activa. Se identificaba como no conforme con su género y no tomaba hormonas exógenas. No había tenido exposición reciente a contactos enfermos, carnes poco cocidas, leche no pasteurizada, agua contaminada o picaduras de insectos o animales.

 

Ponente

Esta revisión de sistemas destaca la afectación multisistémica y elimina varias exposiciones potencialmente relevantes. La presencia de fiebre, pérdida de peso y fatiga apuntan hacia procesos infecciosos, inflamatorios o malignos.

 

Evolución

En el examen físico, el paciente estaba afebril; la frecuencia cardíaca era de 92 latidos por minuto, la presión arterial de 144/87 mm Hg y la saturación de oxígeno del 98% mientras respiraba aire ambiente. El índice de masa corporal era de 29 (el percentil 96 para su edad). El párpado derecho estaba edematoso y eritematoso; no había fotofobia, proptosis, eritema conjuntival, supuración o dolor a la palpación periorbitaria o sinusal. Las pupilas eran reactivas a la luz y los movimientos extraoculares estaban intactos y sin dolor. El examen era notable por otra parte por linfadenopatía cervical no dolorosa en ambos lados, hepatoesplenomegalia leve y eritema, dolor leve a la palpación e hinchazón de los tobillos, rodillas y muñecas, con rango de movimiento normal. Los exámenes cardiopulmonares y neurológicos fueron normales. El estado de ánimo, la atención y el afecto de la paciente eran adecuados.

 

Ponente

La presión arterial elevada es inesperada en un adolescente sano. Se deben considerar las causas secundarias de hipertensión; las causas más probables en este paciente adolescente son la hipertensión relacionada con la obesidad, la apnea obstructiva del sueño o la enfermedad renal. La linfadenopatía y la hepatoesplenomegalia sugieren procesos inflamatorios o hematológicos como leucemia aguda, anemia hemolítica o una infección viral sistémica (p. ej., virus de inmunodeficiencia humana [VIH], citomegalovirus [CMV] o virus de Epstein-Barr [VEB]) que causa congestión esplénica debido a la proliferación o recambio celular excesivo. Las articulaciones hinchadas múltiples sugieren una artropatía inflamatoria. Las causas comunes en la adolescencia son la artritis idiopática juvenil, la artritis reactiva y el lupus eritematoso sistémico (LES) de inicio en la infancia, que también puede asociarse con hipertensión y hepatoesplenomegalia.

 

Evolución

El recuento de glóbulos blancos fue de 1580 por microlitro, con un recuento absoluto de neutrófilos de 1150 por microlitro (rango normal, 2240 a 5930) y un recuento absoluto de linfocitos de 330 por microlitro (rango normal, 158 a 310). El nivel de hemoglobina fue de 11,0 g por decilitro, con un volumen corpuscular medio de 75,6 fl y un recuento de plaquetas de 62.000 células por microlitro. El nivel de creatinina fue de 1,03 mg por decilitro (91 μmol por litro). Los niveles de albúmina sérica y electrolitos, incluidos calcio y fosfato, fueron normales, al igual que los resultados de las pruebas de función hepática. La orina contenía proteína 2+, sangre 3+ y cilindros granulares, de glóbulos rojos y de glóbulos blancos. La relación proteína-creatinina urinaria aleatoria (tanto la proteína como la creatinina se midieron en miligramos por decilitro) fue de 0,47 (valor normal, <0,2). El tiempo de tromboplastina parcial fue de 52,4 segundos (rango normal, 25 a 37). La razón normalizada internacional y el nivel de fibrinógeno fueron normales. El nivel de ácido úrico fue de 7,1 mg por decilitro (rango normal, 2,0 a 5,5 mg por decilitro), y el nivel de lactato deshidrogenasa fue de 239 U por litro (rango normal, 100 a 210). El nivel de proteína C reactiva fue de 3,29 mg por decilitro (valor normal, ≤0,5), con una velocidad de sedimentación globular normal. Los hemocultivos, la prueba de reacción en cadena de la polimerasa para virus respiratorios comunes y las pruebas serológicas para ehrlichia, anaplasma, borrelia, babesia, VIH, CMV y EBV fueron negativos. Los resultados de la radiografía de tórax, electrocardiografía, ecocardiografía y ecografía pulmonar no arrojaron resultados destacables.

 

Ponente

La visión borrosa, el dolor articular, la pancitopenia y la lesión renal aguda con proteinuria y hematuria respaldan aún más un proceso inflamatorio multisistémico. Los cilindros de glóbulos rojos y blancos sugieren glomerulonefritis, muy probablemente mediada por el sistema inmunitario. Sigue estando indicada la evaluación oftalmológica detallada para la visión borrosa y los dolores de cabeza; también se debe considerar la realización de imágenes cerebrales y punción lumbar. Se puede realizar un frotis de sangre periférica y una biopsia de médula ósea para evaluar la leucemia, el linfoma o la anemia aplásica. La anemia debe evaluarse sobre la base del índice de reticulocitos; la deficiencia de hierro o la anemia asociada con una enfermedad crónica es más probable que la hemólisis o la pérdida aguda de sangre. El tiempo de tromboplastina parcial prolongado aislado debe impulsar la investigación de deficiencias adquiridas de factores de coagulación o anticoagulantes circulantes. Se necesita un ensayo funcional de ADAMTS13 para excluir la púrpura trombocitopénica trombótica, particularmente dada la presencia de anemia, trombocitopenia, lesión renal y posible compromiso neurológico, aunque la ausencia de erupción purpúrica o petequial y la duración de los síntomas son atípicas.

 

Evolución

La prueba del campo visual fue notable por un punto ciego agrandado. La fundoscopia reveló uveítis anterior leve, hemorragias peripapilares y edema severo del disco óptico en ambos ojos ( Figura 1A ). La resonancia magnética de las órbitas y la cabeza mostró convexidad del disco óptico de ambos ojos y concavidad en la silla turca ( Figura 2A y 2B ). La venografía por resonancia magnética no mostró evidencia de trombosis venosa del seno dural. Se realizó punción lumbar; la presión de apertura elevada fue de 42 cm de agua (rango normal, 12 a 28), y la presión de cierre fue de 29 cm de agua después del drenaje de 16 ml de líquido cefalorraquídeo claro.

 


Figura 1. Examen del fondo del ojo.

Una fundoscopia inicial (Panel A) reveló edema del disco óptico en ambos ojos, con oscurecimiento de los vasos principales (flechas blancas) y hemorragias peripapilares (flechas negras). Una segunda fundoscopia realizada 3 meses después del tratamiento mostró la resolución del edema de papila con márgenes nítidos del disco óptico (Panel B).

 

 


Figura 2. Imágenes de las órbitas y la cabeza.

La resonancia magnética ponderada en T2 inicial muestra un aplanamiento bilateral de los globos oculares (panel A, flechas rojas) y una concavidad en la silla turca (panel B, flecha roja), hallazgos sugestivos de papiledema y presión intracraneal elevada. Las repeticiones de la resonancia magnética ponderada en T2 obtenidas 3 meses después del tratamiento muestran la resolución del aplanamiento bilateral de los globos oculares (panel C, flechas rojas) y la resolución de la concavidad en la silla turca (panel D, flecha roja), hallazgos sugestivos de la resolución del papiledema previo y la normalización de la presión intracraneal.

 

Ponente

El edema de papila, los hallazgos de la resonancia magnética y la presión de apertura elevada son indicativos de hipertensión intracraneal grave. En adolescentes con IMC alto a quienes se les asignó sexo femenino al nacer, la hipertensión intracraneal idiopática es la causa más común; el tratamiento incluye inhibición de la anhidrasa carbónica con acetazolamida y, en casos que amenazan la visión, punciones lumbares terapéuticas seriadas o glucocorticoides intravenosos o ambos. Sin embargo, en este paciente con compromiso multiorgánico, las causas secundarias deben considerarse seriamente. Un posible diagnóstico unificador para explicar otros síntomas de presentación y hallazgos de laboratorio es el LES de inicio en la infancia. Otras causas de hipertensión intracraneal secundaria incluyen leucemia extramedular del sistema nervioso central; trastornos endocrinos como insuficiencia suprarrenal, hipoparatiroidismo o síndrome de ovario poliquístico; otras afecciones reumatológicas como vasculitis o enfermedad de Behçet; afecciones neurológicas como esclerosis múltiple; y exposición a fármacos (p. ej., tetraciclinas).

Es poco probable que haya insuficiencia suprarrenal en pacientes con hipertensión y niveles normales de electrolitos. El nivel normal de calcio hace que la enfermedad paratiroidea sea poco probable. Se justifica la realización de pruebas de autoanticuerpos, incluidos los anticuerpos antinucleares (ANA), anti-ADN de doble cadena (anti-dsDNA) y pruebas de antígeno nuclear extraíble. Se debe revisar un frotis de sangre periférica y realizar un aspirado y una biopsia de médula ósea.

 

Evolución

Se inició tratamiento de la presión intracraneal elevada con acetazolamida en dosis de 500 mg dos veces al día y bicarbonato de sodio en dosis de 1300 mg dos veces al día.

El nivel de hierro sérico fue de 51 μg por decilitro (rango normal, 50 a 120 μg por decilitro), el nivel de transferrina 152 mg por decilitro (rango normal, 203 a 360), la capacidad total de unión al hierro 213 μg por decilitro (rango normal, 250 a 420 μg por decilitro), y el nivel de ferritina 566 ng por mililitro (rango normal, 10 a 80). El recuento de reticulocitos fue de 0,7%, y el índice de reticulocitos (calculado multiplicando el porcentaje de reticulocitos del paciente por la relación entre el hematocrito del paciente y un hematocrito normal) fue de 0,38 (valor normal, ≥2). El nivel de haptoglobina fue de 16 mg por decilitro (rango normal, 33 a 183). Un frotis de sangre periférica mostró esquistocitos raros y ningún organismo intracelular. El aspirado de médula ósea fue normal, sin características inmunofenotípicas de malignidad o infección. El nivel de IgG fue de 2193 mg por decilitro (rango normal, 639 a 1344). El nivel de C3 fue de 43 mg por decilitro (rango normal, 83 a 177), y el nivel de C4 fue de 7 mg por decilitro (rango normal, 14 a 42). Una prueba de Coombs directa fue positiva para 1+ IgG y unión débil a C3; los autoanticuerpos de glóbulos rojos fueron más reactivos a 37 °C. Un ensayo para el nivel de actividad de ADAMTS13 fue normal.

 

Ponente

La presencia de hipergammaglobulinemia e hipocomplementemia con proteinuria y cilindros celulares sugiere glomerulopatías mediadas por complejos inmunes; la nefritis lúpica es el diagnóstico más probable. La reticulocitopenia, la baja capacidad de unión al hierro y el alto nivel de ferritina son consistentes con la anemia de la enfermedad crónica, pero también hay evidencia de una anemia hemolítica autoinmune cálida leve, incluyendo el bajo nivel de haptoglobina y la prueba de Coombs positiva (en la que los anticuerpos contra IgG humana o C3 aglutinan los glóbulos rojos a temperaturas cálidas, causando hemólisis extravascular). El frotis de sangre periférica y la biopsia de médula ósea no muestran evidencia de infecciones parasitarias, leucemia o linfoma.

El síndrome nefrítico con niveles bajos de complemento y pancitopenia apuntan al LES de inicio en la infancia como diagnóstico unificador. Este diagnóstico también explicaría la poliartritis y la hipertensión intracraneal.

La pancitopenia, la nefritis y la inflamación ocular grave de origen inmunitario requieren el inicio inmediato de glucocorticoides en dosis altas para reducir el riesgo de daño a los órganos diana, incluida la pérdida de la visión. En el tratamiento del LES de inicio en la infancia, la enfermedad activa a pesar de la terapia con glucocorticoides requiere una escalada rápida del tratamiento para proteger los sistemas orgánicos afectados. Las opciones terapéuticas incluyen fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (p. ej., micofenolato de mofetilo, azatioprina o metotrexato), agentes dirigidos a las células B (p. ej., rituximab o belimumab) y, en casos de enfermedad orgánica o potencialmente mortal, ciclofosfamida o plasmaféresis. Debido al mayor riesgo de muerte y complicaciones asociadas con el LES neuropsiquiátrico, se debe considerar seriamente la ciclofosfamida para este paciente después de una discusión cuidadosa de los posibles efectos adversos, que incluyen neutropenia, alopecia transitoria, amenorrea, cáncer e infertilidad.

 

Evolución

Se realizó un diagnóstico presunto de LES de inicio en la infancia. Fue tratada con 1 g de metilprednisolona intravenosa diariamente durante 3 días, y transferida a la unidad de cuidados intensivos debido a urgencia hipertensiva, que, en combinación con trombocitopenia, llevó a posponer una biopsia renal en el hospital. Las pruebas de laboratorio de una muestra de sangre que se obtuvo antes del inicio del tratamiento revelaron un título de ANA mayor de 1:2560 con un patrón de tinción de inmunofluorescencia homogénea y moteada combinada, así como anticuerpos anti-dsADN, anti-Smith y anti-RNP positivos. Los estudios de mezcla, en los que se mezcla plasma normal con el plasma de un paciente, revelaron un tiempo de tromboplastina parcial persistentemente elevado, con pruebas confirmatorias posteriores para anticoagulante lúpico. Los anticuerpos IgM anticardiolipina fueron positivos a un título de 1:65 (título normal, ≤1:12); No se detectaron anticuerpos IgG anticardiolipina ni anticuerpos anti-β2-glicoproteína-1. La visión y la proteinuria del paciente empeoraron. Tras una discusión multidisciplinaria y una toma de decisiones compartida,  recibió 500 mg de ciclofosfamida y 1 g de rituximab por vía intravenosa.

En el plazo de una semana tras el inicio de estas intervenciones, la visión borrosa, los dolores de cabeza y el dolor articular del paciente disminuyeron. Se inició tratamiento con prednisolona oral en dosis de 30 mg dos veces al día e hidroxicloroquina en dosis de 200 mg al día. Recibió una infusión adicional de rituximab y ciclofosfamida dos semanas después del alta.

En el seguimiento realizado un mes después, el nivel de creatinina, el recuento de glóbulos blancos, el nivel de hemoglobina, el recuento de plaquetas y el tiempo de tromboplastina parcial se habían normalizado; la proteinuria había disminuido; y la hematuria y los cilindros urinarios se habían resuelto. Un examen oftalmológico reveló una disminución sustancial del edema de papila. Dada la rápida reducción de la inflamación ocular y el sedimento urinario, y para minimizar los efectos tóxicos dependientes de la dosis de la ciclofosfamida en un paciente en el que pueden justificarse cursos posteriores, se prescribió micofenolato de mofetilo un mes después del alta, con una disminución gradual de los glucocorticoides. Tres meses después del alta, un examen oftalmológico ( Figura 1B ) y una resonancia magnética de las órbitas y la cabeza (Fig. 2C y 2D) mostraron la resolución del edema de papila que amenazaba la visión anterior y la elevación de la PIC. La función renal estaba en el rango normal, con una relación proteína-creatinina urinaria de 0,3.

 

Comentario

Esta paciente presentó síntomas constitucionales, poliartritis, visión borrosa y cefalea, y se le diagnosticó papiledema que amenazaba la visión, hipertensión intracraneal, pancitopenia y glomerulonefritis. Esta constelación despertó una fuerte sospecha de LES de inicio en la infancia. El paciente cumplía los criterios clínicos e inmunológicos para el diagnóstico con afectación multiorgánica y autoanticuerpos positivos. 1

El LES es una enfermedad crónica que dura toda la vida. Aproximadamente el 20% de los pacientes con LES reciben un diagnóstico durante la infancia o la adolescencia. El LES en niños pequeños, en particular en aquellos menores de 5 años, es con mayor frecuencia el resultado de variantes monogénicas que causan deficiencias del complemento, interferonopatías o deficiencias de la DNasa, mientras que en pacientes mayores la causa es más a menudo poligénica. 2 En comparación con el LES de inicio en la edad adulta, el LES de inicio en la infancia suele ser grave, con afectación renal y neuropsiquiátrica más frecuente. 3 A pesar de los avances en el tratamiento y las reducciones en la mortalidad, el LES de inicio en la infancia sigue siendo una de las principales causas de muerte no traumática entre pacientes femeninas de 15 a 24 años de edad. 4 Afecta desproporcionadamente a los jóvenes negros y latinos, en quienes hay una mayor prevalencia y mayor gravedad de la enfermedad que en otras poblaciones . 5 Los sobrevivientes adultos del LES de inicio en la infancia pueden tener una calidad de vida relacionada con la salud disminuida y opciones vocacionales limitadas, así como consecuencias de la actividad continua de la enfermedad y daño a los órganos diana. 6

La patogenia del LES neuropsiquiátrico no se conoce por completo, pero involucra múltiples procesos interrelacionados. Los autoanticuerpos patógenos, el depósito de complemento y las citocinas proinflamatorias que cruzan la barrera hematoencefálica pueden causar síntomas no localizados, como dolores de cabeza, visión borrosa, psicosis y convulsiones. 7 Las lesiones isquémicas, incluida la trombosis o la lesión microvascular mediada por anticuerpos antifosfolípidos, pueden causar déficits localizados, como pérdida aguda de la visión y accidente cerebrovascular. 7

Las manifestaciones neuropsiquiátricas del LES de inicio en la infancia ocurren comúnmente dentro de los 2 años posteriores al diagnóstico y típicamente acompañan a otras manifestaciones de la enfermedad, 8 como en este paciente. La afectación ocular y la hipertensión intracraneal son síntomas raros pero dignos de mención en los órganos diana, con mecanismos postulados que incluyen el depósito de complejos inmunes en las vellosidades aracnoideas. 9,10 La cefalea es la manifestación neuropsiquiátrica más frecuente del LES de inicio en la infancia y se asocia con la presencia de anticuerpos antifosfolípidos, como en este caso. 7 Los nuevos patrones de cefalea en pacientes con LES deben dar lugar a evaluaciones oftalmológicas y neurológicas para evaluar condiciones patológicas reversibles. 9 Los adolescentes con LES también corren el riesgo de sufrir disfunción cognitiva y trastornos del estado de ánimo coexistentes 7,11 ; ambos pueden afectar el rendimiento educativo y el empleo. 6

Las directrices de consenso para el tratamiento del LES de inicio en la infancia, basadas en datos de adultos y datos observacionales limitados en niños, recomiendan el uso rutinario de hidroxicloroquina con un manejo adicional adaptado según las manifestaciones clínicas específicas. 12 Se recomiendan glucocorticoides y otras terapias inmunosupresoras para las manifestaciones neuropsiquiátricas, después de excluir causas distintas al LES. 12 El tratamiento de la nefritis lúpica en adultos y niños se adapta según la clase de enfermedad renal. Para la nefritis lúpica de clase III o IV con o sin nefritis lúpica de clase V, las directrices publicadas recientemente recomiendan una terapia combinada con glucocorticoides, micofenolato de mofetilo y belimumab o un inhibidor de la calcineurina en el momento del diagnóstico y durante los brotes. 13 La falta de datos rigurosos en niños contribuye a la variabilidad en el tratamiento, especialmente para los niños con las manifestaciones más graves, y subraya la necesidad de un mayor estudio de las terapias para el LES de inicio en la infancia.

En el contexto de síntomas neuropsiquiátricos agudos y graves, junto con manifestaciones renales y hematológicas, este paciente fue tratado con ciclofosfamida y rituximab, seguido de micofenolato de mofetilo después de que se resolvieron las manifestaciones neurológicas graves. Se están realizando investigaciones sobre nuevas terapias para el LES. Una serie de casos reciente describió la remisión clínica en ocho pacientes con LES grave que fueron tratados con terapia de células T con receptor de antígeno quimérico; cinco habían recibido un diagnóstico de enfermedad de inicio en la infancia. Se necesitan más datos para informar los riesgos y beneficios de esta terapia. 14

En los adolescentes, las decisiones sobre el tratamiento deben tener en cuenta la evolución de la identidad personal, la maduración cerebral en curso y los desafíos relacionados con los efectos adversos de los medicamentos y la adherencia a ellos. 12 Los glucocorticoides, que se recetan con frecuencia en el momento del diagnóstico y cuando la enfermedad está muy activa, tienen efectos nocivos sobre el peso y el estado de ánimo. Tanto la actividad de la enfermedad como el tratamiento con glucocorticoides pueden limitar el crecimiento y el desarrollo puberal de los niños. Por ello, el uso prudente de los glucocorticoides y la adición de medicamentos ahorradores de glucocorticoides son de suma importancia.

Este caso ilustra la presentación a menudo grave del LES de inicio en la infancia y la importancia del diagnóstico y tratamiento oportunos para prevenir daño orgánico.

 

Traducido de:

When Blurry Vision Clouds the Bigger Picture

Authors: Rohan Khazanchi, M.D., M.P.H., Patricia A. Stoeck, M.D., Ryan Gise, M.D., Katherine H. Walker, M.D. https://orcid.org/0000-0003-1198-8125, and Mary Beth F. Son, M.D. https://orcid.org/0000-0002-7394-2862Author Info & Affiliations

Published January 1, 2025

N Engl J Med 2025;392:73-79. VOL. 392 NO. 1

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcps2402327

 

 

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lunes, 27 de enero de 2025

Casos Clínicos: Mujer de 45 años con poliartralgias y rash cutáneo facial

 

Buenas tardes Dr Macaluso, le envío un caso clínico para el grupo tengo 3 diferenciales. 

 

MOTIVO DE CONSULTA

Dolor articular general. Lesiones en piel. Baja de peso.






ENFERMEDAD ACTUAL

Paciente mujer de 45 años de edad refiere que desde hace aproximadamente 4 meses y sin causa aparente presenta edema palpebral bilateral predominio en las mañanas acompañado de lesiones eritematosas con signos de rascado por prurito intenso  esporádico, dolor retroocular, prurito ocular, en el transcurso de los dias las lesiones se extienden a región nasal acompañado de edema. Además, refiere dolor articular generalizado con predominio falanges con limitación al movimiento en las mañanas de leve intensidad, acude a médico particular y envía tratamiento dermatológico para Rosacea sin presentar mejoría. (Metronidazol y corticoides tópicos)

Hace un mes el cuadro persiste acompañado de dolor articular de moderada intensidad, astenia generalizada, lesiones que inicialmente apareció en cara ahora se presenta en falanges con leve edema. Baja de peso (5kg en 3 meses) envían tratamiento Etoricoxib 90mg diaria por 10 días sin presentar mejorías, abandona tratamiento por epigastralgia.

Hoy acude a consulta médica presentando prurito de moderada intensidad en lesiones, hiporexia y dolor articular predomino en falanges y rodillas.

Sin antecedentes personales.

No antecedentes quirúrgicos.

Antecedentes familiares: Tia paterna: Artritis reumatoide.

Signos vitales: PA: 110/60mmHg. T: 36.4°C. FR: 24. FC: 95. SatO2: 93%.

Examen físico:

Relevantes: Estertores en bases pulmonares. Hiperreflexia rotulianas. Adenomegalia cervical bilateral.

Se envía imágenes de la paciente con consentimiento y radiografía de tórax.

Analítica en el transcurso de los días.

 



 

  



Dr. Fabian Vivar

Cuenca, Ecuador.

 

Opinión: La paciente presenta un exantema eritematovioláceo infiltrativo en ambos párpados dorso de la nariz, ambas cejas y glabela. Se extiende mínimamente a la región medio facial y mejillas. En dorso de dedos a nivel de interfalángicas distales y parece también en interfalángica proximal del índice se ve eritema. El dedo índice tiene aspecto ahusado a expensas de tumefacción de interfalángica proximal. El resto de los dedos no se pueden evaluar por la incidencia de la fotografía.

Dado estos hallazgos creo que deberíamos pensar inicialmente en dos o tres diagnósticos. LUPUS ERITEMATOSO SISTÉMICO, para lo que habría que interrogar sobre fotosensibilidad de las lesiones (más allá de que obviamente están localizadas en regiones fotosensibles), y lógicamente interrogar sobre criterios de lupus eritematoso sistémico. Esta paciente tiene importante astenia y hay que recordar que el LES en sus períodos de actividad presenta como síntoma constante la astenia significativa. Las adenomegalias que presenta la paciente a nivel cervical suelen verse en el lupus. Otro diagnóstico a considerar teniendo en cuenta las poliartralgias (artritis?), de pequeñas articulaciones de la mano con envaramiento matinal (se debería interrogar sobre la duración de esta rigidez que en AR suele ser cercano a la hora), y rodillas, así como los antecedentes familiares de AR, es ARTRITIS REUMATOIDEA. Las manifestaciones dermatológicas sin embargo, no serían fáciles de explicar por AR excepto que hubiese alguna superposición con otras entidades. Por último, a pesar de que la paciente no refiere síntomas en el aparato muscular, no hay pérdida de fuerza ni dolor a ese nivel, la DERMATOMIOSITIS debe ser considerada dado que las lesiones podrían corresponder a exantema en heliotropo a nivel facial y a pápulas o signo de Gottron. No hay que olvidarse que existen formas de dermatomiositis que pueden ser al menos inicialmente amiopáticas y que además hay pacientes que restan importancia a los síntomas musculares cuando estos no son muy importantes.

Hay que llevar a cabo una exhaustiva historia clínica y después esperar los resultados de laboratorios que deben incluir FAN, FR, péptico cíclico citrulinado, enzimas musculares CPK, LDH TGO, VSG, PCR, función renal y hepática, sedimento urinario para comenzar los estudios

 

 

domingo, 26 de enero de 2025

Casos Clínicos: Mujer de 67 años, diabética con formación dolorosa en la encía.

 

Buenas noches doctor soy miembro del grupo el rincón de la medicina interna, quería compartir un caso, soy médico general, le saludo desde la ciudad de Cuenca - Ecuador, bueno sin más preámbulo quiero compartir el caso.




Paciente femenina de 67 años de edad contacto (esposa) de paciente con TB que no se apega a tratamiento tampoco sigue recomendaciones, paciente dió negativa para TB, tiene dx de DM tipo 2 en tto con insulina NPH, paciente no adherida a tratamiento, descompensada, a la consulta glicemia capilar posprandial de 3 horas 467 MG/dl, acude por presentar dolor a nivel de encía y paladar, según paciente cuadro de 3 días de evolución, acude porque el dolor impide el uso de dentadura e imposibilita la adecuada alimentación, no sé palpan adenomegalias, no presenta fiebre u otro síntoma asociado

 


 



Dra. Daniela Idrovo.

Cuenca Ecuador.

 





Opinión: Se observa una formación elevada de aspecto tumoral a nivel de la encía superior izquierda, cubierta de una superficie blanquecina irregular. Sobre la superficie del paladar duro se aprecian también pequeñas formaciones de las mismas características, así como en el dorso de la lengua que además presenta saburra lingual. Podría tratarse de una hiperplasia gingival como resultado de traumatismo crónico por la prótesis dentaria, sobre lo cual se injerta una candidiasis oral como resultado de diabetes mal controlada. No se puede descartar un proceso proliferativo neoplásico de la mucosa de la encía. Una radiografía de la zona podría agregar datos respecto del hueso del maxilar superior a ese nivel (reabsorción, infiltración, osteólisis etc). Tomaría una muestra para confirmar o descartar moniliasis oral y obviamente desaconsejaría el uso de la prótesis hasta que mejore e dolor y tengamos un diagnóstico establecido. Eventualmente biopsia de la lesión a los fines de descartar proceso proliferativo maligno. 

sábado, 25 de enero de 2025

Casos Clínicos: Paciente femenina de 14 años con erupción pápulo vesicular pruriginosa generalizada

Buenas tardes estimado Dr. desde Quevedo Ecuador me enviaron esta imagen de una paciente femenina de 14 años sin antecedentes ni patologías previas.  No se indica el tiempo de evolución. Las mismas se localizan en una mano, y algunas partes del cuerpo, glúteos, piernas y espalda. Son lesiones pruriginosas y dolorosas.



Espero pueda ayudar publicando  el caso estimado doctor.





 


Dra. Luisiana Macías.

Viña del Mar. Chile





Opinión: Se trata de lesiones elevadas, papulares de alrededor de 5mm de diámetro, algunas de aspecto vesicular, otras que parecen sobre infectadas y algunas presentan hiperqueratosis. La zona de mayor afectación parece ser los espacios interdigitales donde las lesiones son más húmedas. Hay liquenificación de la piel por rascado. Dado el aspecto de las lesiones, el intenso prurito y dolor creo que SARNA es un diagnóstico a considerar. Podría ser el comienzo de la llamada SARNA NORUEGA o SARNA COSTROSA, aunque no son visibles aún costras. En tal caso sería de buena práctica solicitar serología para VIH. Habría que interrogar a miembros de la familia por la posibilidad de cuadro similar en convivientes. Habría que tratar de confirmar el diagnóstico con dermatoscopía y tratando de demostrar ácaroso huevos en los surcos destechados. Como diagnósticos diferenciales se podría plantear teniendo en cuanta el carácter vesicular de algunas lesiones, la DERMATITIS HERPETIFORME, y el PENFIGOIDE AMPOLLAR, para los cuales cabría realizar biopsia de piel con inmunofluorescencia de tejido en la unión dermoepidérmica.

viernes, 24 de enero de 2025

Casos Clínicos: Varón de 42años con crisis de ansiedad generalizada.

 

El Dr. Darío Flores de Quito, Ecuador, envía este resumen de historia.

Buenas tardes, estimado doctor. disculpe la molestia. Mi intención es compartir un caso que quisiera sea analizado por el grupo. Soy nuevo publicando. Le agradezco infinitamente su ayuda.

Paciente masculino de 42 años de edad, raza mestiza, casado, con IMC 36Kg/m2, con AP: Hipertensión arterial desde hace 11 años, obesidad, antecedentes de urolitiasis bilateral y litiasis biliar por lo que fue colecistectomizado hace 10 años, ataques ocasionales de rinitis alérgica. En la consulta no mencionó antecedentes de enfermedad de importancia durante la infancia.   Se lo recibió en urgencia con marcada sensación de ansiedad y malestar de aparición repentina y sin causa aparente, diaforesis no tan marcada, con dificultad para la movilzación porque mencionaba contracturas musculares generalizadas que incluso afectaban los músculos de la mímica, sensación de hormigueo en todo el cuerpo que se hace más intenso en región pectoral, taquipnea aparente a primera vista que después se confirma al examen físico.  Durante el examen, se comprueba la hipertonía muscular y dificultad parcial para la movilidad, reflejos conservados, consciente y orientado. Piel húmeda, no se ven cambios en la coloración de importancia, Ruidos cardiacos rítmicos, FC: 110/min,  FR: 22/min, TA: 146/94 mmHg,  El examen físico hasta aquí, fue normal, no se detectaron alteraciones aparentes. 

 

Los paraclínicos se mostrarton dentro de la normalidad: EKG normal, Troponinas normales. Perfíl tiroideo normal, Cortisol y Aldosterona en valores normales, Glucosa en sangre en valores normales.  Lo único que llama la atención es un conteo de potasio de 2,9 mmol/l. Los estudios de imagen fueron negativos (TAC Tórax)

 

Tras la valoración, se aplicó infusión para corregir hipokalemia con lo que cuadro revierte, con mejoria completa y alta hospitalaria a las 24 horas de observación, con indicaciones de seguimiento por su centro de atención primaria. 

 

Durante la estancia, en un interrogatorio más minucioso, nos menciona que ya ha tenido episodios similares en 2 ocasiones anteriores, de igual aparecimiento repentino y con la misma sintomatologia, cuadro que apareció por primera vez hace aprox. 20 años, sin ningún antecedente de importancia. Menciona además antecedente de crisis de ansiedad, llanto incontrolable y pánico en determinadas ocasiones, especialmente con momentos emotivos o stress mantenido, además de presentar calambres frecuentes en varias regiones del cuerpo, de apareción repentina, que ha notado son más frecuentes de desencadenar en momentos de ansiedad. Anteriormente había sido atendido por litiasis renal, donde se hicieron varios estudios de imagen sin mencionar alteraciones en glandulas suprarrenales, además de que anteriormente se había realizado cuantificaciones de Cortisol en sangre, las cuales siempre han sido dentro de valores normales.

Le escribo desde Ecuador

 

 

 

Opinión: Este joven paciente con antecedentes de obesidad grado 2, HTA, urolitiasis, litiasis biliar, presentó por tercera vez en su vida (la primera vez hace 20 años), un cuadro caracterizado por APARICIÓN BRUSCA y aparentemente SIN DESENCADENANTE CONOCIDO, de un estado de ansiedad, sudoración, hipertonía muscular generalizada que impedían una movilización normal, parestesias generalizadas, hipertensión arterial, taquicardia y taquipnea. Teniendo en cuenta que este paciente, ha presentado, fuera de las tres crisis mencionadas, episodios de “ansiedad, llanto incontrolable y pánico” en algunas ocasiones, creo que el primer diagnóstico a considerar es ATAQUE DE PÁNICO. Sin embargo hay un elemento que no estaría explicado por un ataque de pánico que es la HIPOKALEMIA moderada/severa que presenta este paciente, y que la historia describe que al corregir la misma, el trastorno relatado “revirtió”.  Lo primero que uno debe hacer frente a un resultado inesperado de laboratorio como en este caso la hipopotasemia, es corroborar o confirmar el dato repitiendo el análisis, para no embarcarse en estudios basados en un dato que puede ser erróneo (situación cotidiana en la práctica clínica). Más allá de eso, hagamos un pequeño análisis de este dato. Digamos que la asociación de HTA e hipokalemia es un fenómeno prevalente en la práctica clínica, y hay que siempre pensar en que esa asociación puede no ser un hecho aleatorio sino relacionado. Por ejemplo, en los últimos años, se ha conocido que,  muchos de los pacientes con HTA “esencial”, pueden tener algún grado de HIPERALDOSTERONISMO PRIMARIO, y que no siempre cursa con hipokalemia como en este caso, sino que a veces esta solo aparece cuando es provocada por el uso de diuréticos por ejemplo. El HIPERCORTISOLISMO. Primario o secundario, también es causa frecuente de la asociación HTA + HIPOKALEMIA. Ahora bien, digamos que lo primero que debemos hacer frente a un paciente hipertenso con hipokalemia, es preguntarle qué medicación toma, especialmente si toma o no diuréticos de asa o tiazidas que son causa muy prevalente de este trastorno. Ahora bien, los trastornos en la esfera muscular que produce la hipokalemia se ven con niveles menores a 2,5 mmol/L, y este paciente tiene 2,9 mmol/L. Por otro lado, lo que la hipokalemia produce a nivel muscular es hipotonía y no hipertonía como presentó este paciente. No obstante, y aunque el paciente tenga un dosage de aldosterona y un estudio de cortisol “normales”, creo que hay que repetir mínimamente los estudios, fuera de los episodios de crisis como en este, midiendo la relación de aldosterona plasmática/actividad de renina plasmática, para descartar hiperaldosteronismo primario, y solicitar además una medición del cortisol libre urinario (CLU), para descartar hipercortisolismo (si este estudio de screening es positivo continuar con los estudios más específicos). Por otro lado, hay algunos diagnósticos que siempre frente a una crisis de pánico hay que considerar, uno de ellos es FEOCROMOCITOMA que a veces presentan alguna superposición. La HTA severa en las crisis adrenérgicas del feocromocitoma son constantes aunque su ausencia no permite descartar la entidad ya que existen casos con normotensión, y aun con hipotensión arterial!. Por eso el tamizaje de metanefrinas urinarias y plasmáticas debieran ser incluidos en el estudio de este paciente. Las CRISIS TIROTÓXICAS que pueden presentar superposición con crisis de pánico, en este caso se pueden descartar ya que al paciente se lo sometió a un perfil tiroideo que fue normal. Siempre que estamos frente a un cuadro de sospecha de crisis de pánico, no debemos dejar de considerar el USO DE DROGAS , entre ellas COCAÍNA, MDMA (extasis), ANFETAMINAS, LEVODOPA, CARBIDOPA. Por último, el SÍNDROME SEROTONINÉRGICO puede dar algunos síntomas o signos que presentó este paciente como la hipertonía, espasmos musculares, los temblores, sudoración, agitación, ansiedad, hipertensión aunque característicamente tienen hiperrreflexia que este paciente no tenía. Aun así, hay que interrogar minuciosamente los medicamentos o drogas consumidas por el paciente, antidepresivos, tricíclicos, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), inhibidores de la recaptación de noradrenalina, antimigrañosos, analgésicos opioides etcétera. Respecto a la urolitiasis bilateral, este paciente requiere un estudio metabólico que incluya estudio del balance fosfocálcico, PTH, orina de 24 horas con investigación de calciuria, fosfaturia, oxaluria, uricosuria, cistinuria etcétera, para determinar cuáles son los factores litogénicos si los hubiese para tratar de corregirlos.

 

 

 

jueves, 23 de enero de 2025

Casos Clínicos: Varón de 77 años, agricultor, con lesión proliferativa en miembro superior de 4 meses de evolución

 


El Dr Gerson Vallejos Molina de Jutiapa Guatemala, envía estas imágenes con la siguiente  historia clínica.

Que tal muy buena noche Dr Macaluso soy miembro del rincon de medicina interna le saludo desde Jutiapa Guatemala y quisiera enviarle un caso para valorar la publicación del mismo en el grupo.

 

 






Paciente masculino de 77 años de edad, agricultor quien hace +/- 6 meses inicia con la presencia de lesión dérmica en el dorso de la mano de 0.5*0.5 cm sin antecedente de trauma, mordeduras, lesiones con cultivos y o espinas de rosas, aparentemente de aparición espontánea con inicio pruriginoso que en el lapso de 2 meses se extiende en su totalidad a la mano derecha con edema eritema y dolor tipo urente consulta en primera instancia con médico particular quien receta esquema antibiótico desconocido. Dicho esquema en este momento siendo este ineficiente, luego de 4 meses desde la aparición de la lesión se observa la extensión a la totalidad a la extremidad superior derecha supurativa y con olor fétido consultando con el mismo medico en múltiples ocasiones hasta brindar diagnóstico de "cáncer" dando receta por metrotexato e hidroxicloroquina y brindándole múltiples transfusiones sanguíneas (no específica valores de hemoglobina o indicaciones de las mismas) hasta que el día de hoy al denotar aumento del dolor decide consultar con mi persona.

Antecedentes de importancia paciente agricultor, fumador con índice tabaquico en 36 no refiere enfermedades crónicas asociadas.

A la evaluación física signos vitales en rango adecuada para edad, sobresale lesión en miembro superior derecho, purulento doloroso con piel friable supurativa con pus de coloración blanquecino, con olor fétido, extremidad con pulsos palpables con dificultad a la evaluación de llene capital por la friabilidad de la misma, sin datos de necrosis ni gas palpable, se realiza evaluación completa sin ganglios palpables o alguna lesión en alguna otra parte del cuerpo, sobresale únicamente edema de miembros inferiores con signo de godet (+)

Se adjuntan fotografías de la extremidad acompañado de fotografías de laboratorio aún se espera la realización de rayos x por indisponibilidad de equipo, aún se esperan resultados de cultivo bacteriano y micotico, el día lunes se programa toma de biopsia de tejido

Adjunto fotografías del miembro

 


 


Dr. Gerson Vallejos Molina.

Cuesta Del Guayabo, Jutiapa, Guatemala.

 


Opinión: Se observa lesión proliferativa, de aspecto verrugoso, con superficie costrosa, hiperqueratósica, y focos de sobreinfección secundaria, que involucra antebrazo y dorso de mano y la casi totalidad de los dedos. Se advierten zonas necróticas en la región más proximal del antebrazo. No se observan “granos” ni trayectos fistulosos a simple vista. Teniendo en cuenta el aspecto de las lesiones, y sobre todo su actividad como agricultor, su lugar de origen en zona tropical, así como tiempo y la forma de evolución de varios meses hay que considerar varias probables causas, entre ellas las MICOSIS DE IMPLANTACIÓN, y dentro de ellas en primer lugar la CROMOBLASTOMICOSIS.  Esta entidad es una enfermedad granulomatosa fúngica causada por la inoculación transcutánea de propágulos o conidios de varias especies de hongos melanizados (también conocidos como hongos pigmentados, dematiáceos, feoides o negros). Generalmente comienza en forma lenta después de un traumatismo desencadenante, que no siempre el paciente recuerda. Esta podría ser una forma verrugosa/tumoral de cromoblastomicosis. El diagnóstico puede confirmarse mediante la detección de células muriformes con una preparación de hidróxido de potasio (KOH) o una biopsia de piel. Los cultivos de hongos se utilizan para identificar el género del organismo causal. Se requieren métodos moleculares para la identificación de especies. Otras micosis cutáneas de implantación a considerar son el EUMICETOMA, LOBOMICOSIS, ESPOROTRICOSIS DE CHANCROS MÚLTIPLES. También otras causas no micóticas como ACTINOMICOSIS, NOCARDIOSIS, TUBERCULOSIS CUTÁNEA entre otras. Causas menos probables podrían ser LEISHMANIASIS CUTÁNEA, CARCINOMA DE CÉLULAS ESCAMOSAS… 

Algunos ubican aestetipo de lsiones en el contexto clínico epidemiológico de este paciente como SÍNDROME VERRUGOSO TROPICAL que engloba la mayoría de las entidades mencionadas y algunas otras.

Por lo tanto es muy importante en este caso, suspender toda la medicación que el paciente está recibiendo y abocarse en forma urgente a la obtención de tejido para (después de las tinciones de OHK  de raspado de las lesiones), hacer estudios microbiológicos ad hoc con exámenes directos y cultivos para todas los organismos mencionados y anatomía patológica de los tejidos obtenidos. Una vez confirmado el diagnóstico proceder al tratamiento específico.