domingo, 29 de diciembre de 2024

Mujer de 22 años con cefalea, fiebre, y fallo respiratorio.

Una mujer de 22 años fue transferida a este hospital en el verano antes de la pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 debido a dolor de cabeza, fiebre e insuficiencia respiratoria.

La paciente se encontraba en su estado de salud habitual hasta 8 días antes de la presentación actual, cuando desarrolló náuseas y mialgias. Durante los siguientes 2 días, desarrolló escalofríos, vómitos, dolor de cuello y dolor de cabeza con sonofobia. Se presentó al departamento de emergencias de otro hospital, donde una evaluación aparentemente mostró membranas mucosas secas pero sin signos de meningitis. El recuento de glóbulos blancos fue de 12.300 por microlitro (rango de referencia, 4800 a 10.800), y el recuento de plaquetas fue de 95.000 por microlitro (rango de referencia, 150.000 a 450.000). Se administró solución salina normal intravenosa y morfina, y la paciente fue dada de alta con cuidados de apoyo para un presunto síndrome viral.

Durante la semana siguiente, la paciente presentó un empeoramiento de la cefalea y una nueva fotofobia, así como malestar, anorexia, tos no productiva y disnea con un mínimo esfuerzo. Dos días antes de la presentación actual, la madre de la paciente notó episodios de confusión con habla sin sentido y somnolencia excesiva, y llevó a la paciente de nuevo al departamento de urgencias del otro hospital. En la evaluación, la paciente refirió cefaleas intensas y disnea persistentes. La temperatura temporal fue de 38,0 °C, la frecuencia cardíaca de 106 latidos por minuto, la presión arterial de 100/55 mm Hg, la frecuencia respiratoria de 22 respiraciones por minuto y la saturación de oxígeno del 97% mientras recibía oxígeno suplementario a través de una cánula nasal a una velocidad de 2 litros por minuto. La paciente tenía fotofobia, pero el examen neurológico, según se informó, fue normal. Tenía un eritema leve en la garganta y dolor abdominal difuso con defensa intermitente. Una prueba de orina para gonadotropina coriónica humana beta fue negativa. Otros resultados de pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1. Se obtuvieron cultivos de sangre.

 


Tabla 1. Datos de laboratorio.

La tomografía computarizada (TC) de la cabeza, realizada sin la administración de material de contraste intravenoso, mostró hemorragia subaracnoidea y cambios isquémicos difusos en los lóbulos parietal y temporal. La punción lumbar se pospuso debido a trombocitopenia. La TC de tórax, abdomen y pelvis, realizada después de la administración de material de contraste intravenoso, mostró marcas pulmonares intersticiales difusas, múltiples opacidades y nódulos en el pulmón periférico, dos hipodensidades en el bazo periférico y linfadenopatía retroperitoneal subcentimétrica. Se administró tratamiento empírico con vancomicina intravenosa, ceftriaxona, metronidazol y doxiciclina. El paciente fue ingresado en la unidad de cuidados intensivos (UCI) del otro hospital.

A la mañana siguiente, las pruebas de detección del virus de la inmunodeficiencia humana, el virus de Epstein-Barr, el virus de la hepatitis B y el virus de la hepatitis C fueron negativas, al igual que un examen de frotis de sangre para parásitos. Otros resultados de las pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1. Se transfundieron plaquetas y se administró solución salina normal intravenosa. La frecuencia respiratoria aumentó a 45 respiraciones por minuto y la saturación de oxígeno fue del 93% mientras el paciente recibía oxígeno suplementario a través de una cánula nasal a una velocidad de 8 litros por minuto; se intentó la ventilación con presión positiva de la vía aérea de dos niveles y se administró furosemida intravenosa. Se suspendieron la ceftriaxona y el metronidazol y se administró tratamiento empírico con meropenem intravenoso y clindamicina. La paciente fue trasladado a la UCI de este hospital.

Al llegar a este hospital, la paciente tenía confusión y taquipnea, por lo que proporcionó una historia limitada, pero los miembros de la familia proporcionaron información adicional. La paciente tenía antecedentes de depresión, por la que recibió citalopram. No tenía alergias conocidas a medicamentos. Trabajaba en el sector sanitario. Bebía vino socialmente, usaba cigarrillos electrónicos y, ocasionalmente, fumaba marihuana, pero no fumaba tabaco. Su viaje más reciente había sido al Caribe más de un año antes de la presentación actual. No había estado expuesta a áreas boscosas o rurales. Su familia tenía perros, pero no había sufrido mordeduras ni rasguños; no había estado expuesta a otros animales o insectos. No había tenido contactos sexuales recientes. Su madre tenía lupus eritematoso cutáneo y su abuela materna tenía tiroiditis de Hashimoto.

En el examen, la temperatura temporal era de 37,6 °C, la frecuencia cardíaca de 97 latidos por minuto, la presión arterial de 103/56 mm Hg, la frecuencia respiratoria de 49 respiraciones por minuto y la saturación de oxígeno del 95% mientras la paciente recibía oxígeno suplementario a través de una cánula nasal a una velocidad de 8 litros por minuto. El índice de masa corporal era de 22. La paciente parecía tener dificultad respiratoria, con músculos accesorios utilizados para respirar. Fue orientada solo después de que se le indicara. Tenía meningismo y rigidez concomitante de los hombros con rango pasivo de movimiento, pero no tenía déficit focal de pares craneales, fuerza o sensibilidad. La auscultación de los pulmones y el corazón reveló estertores difusos y roncus, así como un soplo holosistólico de grado 3/6 que era más fuerte en el ápice y la axila izquierda y se irradiaba al esternón. Se palpaba la punta del bazo. Se observaba una pequeña mancha de petequias en la parte superior del tórax. El resto del examen era normal.

Los niveles sanguíneos de fósforo, globulina, aspartato aminotransferasa y alanina aminotransferasa fueron normales, al igual que los resultados de las pruebas de coagulación; los anticuerpos antinucleares fueron indetectables. Otros resultados de pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1. Se obtuvieron hemocultivos adicionales. La radiografía de tórax mostró opacidades pulmonares difusas y derrames pleurales en ambos lados. El electrocardiograma mostró taquicardia sinusal con intervalos normales y cambios menores inespecíficos de la onda ST y T. Se administró tratamiento empírico con vancomicina intravenosa, meropenem, azitromicina, doxiciclina y aciclovir.

Cuatro horas después del ingreso, el paciente presentó un aumento del trabajo respiratorio, taquipnea y confusión, por lo que se intubó la tráquea para iniciar la ventilación mecánica. Se administró propofol, hidromorfona y fenilefrina por vía intravenosa. Se realizó un lavado broncoalveolar, que reveló un efluente ligeramente sanguinolento y espumoso de todos los lóbulos de los pulmones. En el examen de las muestras de lavado broncoalveolar, el recuento de células nucleadas fue de 375 por microlitro, con un 77% de neutrófilos. La tinción de Gram no mostró organismos. Las pruebas para virus respiratorios comunes, incluidos los virus de la influenza A y B, el virus respiratorio sincitial, el adenovirus y los virus de la parainfluenza, fueron negativas. También se obtuvo un cultivo.

La TC de la cabeza, realizada sin la administración de material de contraste intravenoso, reveló hiperdensidades curvilíneas dispersas bilaterales en los surcos corticales, hallazgos sugestivos de hemorragia subaracnoidea aguda ( Figura 1A ). También hubo regiones hipodensas focales en el lóbulo parietal superior izquierdo y el lóbulo temporal derecho con pérdida de la diferenciación normal de sustancia gris-blanca, hallazgos sugestivos de infartos corticales agudos ( Figura 1B ). La angiografía pulmonar por TC mostró evidencia de edema intersticial leve, derrames pleurales bilaterales y opacidades nodulares peribroncovasculares multifocales y consolidaciones que afectaban a todos los lóbulos de los pulmones, algunas de las cuales se distribuían periféricamente, sin cavitación ( Figura 1C ). La TC del abdomen y la pelvis mostró varias hipodensidades esplénicas, que probablemente eran infartos esplénicos, con ascitis leve acompañante y edema periportal leve ( Figura 1D ).

 


Figura 1. Imágenes de TC y RMN.

La TC de cabeza sin contraste muestra hiperdensidades lineales y curvilíneas sutiles en los surcos corticales en el ápice y las convexidades hemisféricas (Panel A, flecha), hallazgos sugestivos de hemorragia subaracnoidea aguda. Hipodensidades sutiles en la sustancia gris a lo largo del aspecto posterior del lóbulo temporal derecho son sugestivas de infartos corticales agudos (Panel B, flecha). La angiografía pulmonar por TC muestra múltiples opacidades nodulares peribroncovasculares y consolidaciones que afectan a todos los lóbulos de los pulmones (Panel C, flechas blancas), algunas de las cuales se extienden a las superficies subpleurales en la periferia. La presencia de engrosamiento interlobulillar liso asociado bilateralmente (Panel C, flecha roja) es muy probablemente indicativa de edema intersticial leve. Se observan derrames pleurales bilaterales pequeños a moderados (Panel C, asteriscos). La TC del abdomen y la pelvis muestra hipodensidades periféricas lineales sutiles en el bazo (Panel D, flechas blancas), hallazgos sugestivos de infartos esplénicos. Hay un edema periportal leve en el hígado (Panel D, flecha roja). La RMN de la cabeza muestra múltiples áreas de señal hiperintensa curvilínea en los surcos corticales en imágenes de recuperación de inversión atenuadas por líquido (Panel E, flechas), hallazgos sugestivos de hemorragia subaracnoidea o meningitis. La presencia de hipointensidad focal asociada en un mapa de coeficiente de difusión aparente (Panel F, flecha) e hiperintensidad en imágenes ponderadas por difusión en el lóbulo parietal superior izquierdo (Panel G, flecha) y en el lóbulo temporal derecho posterior (no se muestra) es compatible con infartos multiterritoriales agudos.

 

Se realizó una transfusión de plaquetas y una punción lumbar con una presión de apertura de 38 cm de agua. En el análisis del líquido cefalorraquídeo (LCR), el nivel de glucosa fue de 41 mg por decilitro (rango de referencia, 50 a 75), el nivel de proteínas fue de 31 mg por decilitro (rango de referencia, 5 a 55), el recuento de glóbulos rojos fue de 2400 por microlitro (rango de referencia, 0 a 5) y el recuento de células nucleadas fue de 49 por microlitro (rango de referencia, 0 a 5), ​​con un 76% de neutrófilos, un 16% de monocitos y un 8% de linfocitos.

La resonancia magnética (RM) de la cabeza reveló hiperintensidades multifocales del surco subaracnoideo en la imagen FLAIR (fluid-attenuated inversion recovery), hallazgos que pueden observarse en la hemorragia subaracnoidea o la meningitis aguda ( Figura 1E ). Las regiones hipodensas focales en el lóbulo parietal superior izquierdo y el lóbulo temporal derecho que se habían observado previamente en la TC se asociaron con una difusión restringida en un mapa de coeficiente de difusión aparente ( Figura 1F ) y en la imagen ponderada por difusión ( Figura 1G ) de la RMN de la cabeza, lo que es compatible con infartos corticales agudos bilaterales.

Se realizaron pruebas de diagnóstico y se recibieron resultados de pruebas adicionales.

 

Diagnóstico diferencial

Esta joven, previamente sana, inicialmente presentó una constelación de síntomas inespecíficos, pero luego desarrolló dolor de cabeza progresivo con fotofobia y dolor de cuello, seguido de insuficiencia respiratoria. En la evaluación, presentó fiebre, meningismo, un soplo cardíaco sistólico, trombocitopenia marcada y múltiples anomalías en los estudios de imagen de cabeza, tórax y abdomen.

 

Trombocitopenia

La trombocitopenia fue un hallazgo temprano en la evolución de la enfermedad de esta paciente y se volvió grave en el momento de su segunda presentación en el otro hospital. Los síndromes relacionados con el embarazo que se asocian con trombocitopenia, como el síndrome HELLP (caracterizado por hemólisis, niveles elevados de enzimas hepáticas y un recuento bajo de plaquetas) y la preeclampsia, son poco probables, dada la prueba de orina negativa para gonadotropina coriónica humana beta. El síndrome hemolítico-urémico y la trombocitopenia trombótica son consideraciones importantes, y el frotis de sangre periférica debe examinarse para detectar evidencia de hemólisis. Sin embargo, la ausencia de hiperbilirrubinemia indirecta, un nivel reducido de haptoglobina y un nivel elevado de lactato deshidrogenasa en la presentación hacen que la anemia hemolítica microangiopática (MAHA) resultante del síndrome hemolítico-urémico o la trombocitopenia trombótica sea poco probable. La MAHA resultante de la coagulación intravascular diseminada también es poco probable, especialmente dados los resultados normales en las pruebas de coagulación y el nivel elevado (no reducido) de fibrinógeno.

La trombocitopenia puede estar asociada a varias infecciones, que es importante tener en cuenta en esta paciente, ya que presentó fiebre y leucocitosis. La presencia de linfopenia relativa puede sugerir una infección viral como el virus varicela-zóster, parvovirus o citomegalovirus; las pruebas para el virus de Epstein-Barr, el virus de la hepatitis C y el virus de la inmunodeficiencia humana fueron negativas. Las infecciones bacterianas que se deben considerar incluyen leptospirosis y brucelosis, aunque esta paciente no tuvo ninguna exposición conocida. Se presentó en verano, lo que aumenta la probabilidad de infecciones transmitidas por garrapatas que se asocian con trombocitopenia, como la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas, la babesiosis, la ehrlichiosis monocítica humana o la anaplasmosis. La endocarditis infecciosa también puede estar asociada con trombocitopenia. Aunque la trombocitopenia fue un hallazgo destacado en esta paciente, no ayuda a limitar el diagnóstico diferencial, por lo que consideraré otras características clave de su presentación.

 

Dolor de cabeza, fiebre y meningismo

La cefalea con fotofobia fue un síntoma temprano, y posteriormente se desarrolló confusión, somnolencia y fiebre. Cuando la paciente fue trasladada a este hospital, tenía meningismo, así como una presión de apertura elevada en la punción lumbar y pleocitosis neutrofílica en el análisis del LCR, a pesar de la administración de agentes antibióticos dirigidos a las causas bacterianas y virales de la meningitis. La TC de la cabeza, realizada sin la administración de material de contraste intravenoso, mostró hallazgos sugestivos de hemorragia subaracnoidea aguda e infartos corticales. La RMN de la cabeza mostró una alta intensidad de señal dentro de los surcos en las imágenes FLAIR, un hallazgo compatible con hemorragia subaracnoidea o meningitis, y también proporcionó la confirmación de los infartos multiterritoriales. La presentación clínica de la paciente podría ser compatible con meningitis o meningoencefalitis, pero ¿por qué tendría también infartos?

 

Infartos corticales

Los infartos isquémicos suelen ser causados ​​por oclusión arterial, embolia o disección arterial. Las imágenes de este paciente no mostraron evidencia de un gran hematoma intraparenquimatoso, un tumor o transformación arteriovenosa. La enfermedad aterosclerótica carotídea es poco probable en este joven paciente; para que la enfermedad aterosclerótica carotídea explique los infartos multiterritoriales, el paciente tendría que tener enfermedad bilateral, lo que es aún menos probable. Una fuente cardíaca de émbolos, como la endocarditis infecciosa, podría explicar los infartos que afectan el lóbulo parietal izquierdo y el lóbulo temporal derecho. Además, los accidentes cerebrovasculares embólicos pueden ocurrir en pacientes con endocarditis trombótica debido a cáncer avanzado, lupus eritematoso sistémico (endocarditis de Libman-Sacks) o síndrome antifosfolípido. El cáncer es poco probable en este joven paciente en ausencia de pérdida de peso y hallazgos de imágenes sugestivos de cáncer. Había antecedentes familiares de enfermedad autoinmune, pero no presentaba signos ni síntomas sugestivos de lupus eritematoso sistémico y las pruebas de anticuerpos antinucleares fueron negativas.

 

Endocarditis infecciosa

¿Podría la endocarditis infecciosa con embolia séptica explicar los diversos aspectos de la presentación de este paciente? Un soplo holosistólico puede deberse a un defecto del tabique ventricular, estenosis aórtica o pulmonar o miocardiopatía obstructiva, pero generalmente es causado por insuficiencia de la válvula auriculoventricular. El soplo observado en esta paciente probablemente fue causado por insuficiencia mitral, dado que el soplo típico se escucha mejor en el ápex y puede irradiarse a la axila o al precordio. La irradiación del soplo al esternón puede sugerir una presentación atípica de insuficiencia mitral. En pacientes con endocarditis infecciosa, la insuficiencia mitral puede ser resultado del cierre anormal de las valvas causado por vegetaciones o perforaciones de la válvula. Las vegetaciones de la válvula mitral tienen más probabilidades de volverse embólicas que las lesiones de la válvula aórtica. Los émbolos de la endocarditis de la válvula mitral (endocarditis del lado izquierdo) podrían explicar tanto los accidentes cerebrovasculares isquémicos multiterritoriales como los infartos esplénicos. La insuficiencia cardíaca congestiva por insuficiencia mitral aguda podría explicar el edema pulmonar y el nivel elevado de la fracción aminoterminal del propéptido natriurético tipo B que se observaron en la presentación de este paciente, así como la progresión de la insuficiencia respiratoria después de la administración de líquidos intravenosos y productos sanguíneos. Los nódulos pulmonares periféricos sugieren la posibilidad de una endocarditis concurrente en el lado derecho con émbolos sépticos en los pulmones por afectación de la válvula tricúspide. Los nódulos afectaban a todos los lóbulos y también podrían deberse a una bacteriemia de alto grado sin endocarditis.

Por lo tanto, en este caso se debe considerar la posibilidad de una endocarditis infecciosa de válvula nativa. La paciente no tuvo ninguna exposición que sugiriera un patógeno específico. No tenía antecedentes de uso intravenoso de drogas y no había antecedentes recientes conocidos de nuevas perforaciones corporales que pudieran proporcionar una puerta de entrada. En general, los estreptococos, enterococos y estafilococos ( Staphylococcus aureus y estafilococos coagulasa-negativos, incluido S. lugdunensis ) son los patógenos más comunes en la endocarditis infecciosa de válvula nativa. Sin embargo, muchas bacterias, incluidos los organismos HACEK (especies de Haemophilus, Aggregatibacter actinomycetemcomitans , Cardiobacterium hominis , Eikenella corrodens y Kingella kingae ), son patógenos potenciales en este caso y deberían cubrirse con terapia antimicrobiana empírica. Preguntaría sobre los resultados de los hemocultivos que se obtuvieron antes de la administración de antibióticos en el otro hospital, lo que ayudaría a guiar mi elección de terapia antimicrobiana. También realizaría una ecocardiografía transtorácica para evaluar vegetaciones en la válvula mitral.

Diagnóstico Presuntivo

Endocarditis infecciosa con émbolos.

 

Pruebas de diagnóstico

Se realizó una ecocardiografía transtorácica que mostró un tamaño y una función ventricular izquierda y derecha normales. Se observó un derrame pleural izquierdo. Se observó un desplazamiento superior de la valva posterior de la válvula mitral que no cumplía los criterios de prolapso de la válvula mitral. En la imagen Doppler color, se observó una regurgitación mitral al menos moderada, excéntrica y dirigida anteriormente ( Figura 2A ). El tamaño de la aurícula izquierda era normal, lo que sugería que la regurgitación mitral no era crónica. La excentricidad y la dirección anterior del chorro regurgitante eran compatibles con la afectación de la valva posterior, aunque no se observó evidencia de prolapso o de una valva inestable. En cambio, el chorro regurgitante parecía pasar a través de la cresta lateral (P1) de la valva posterior, un hallazgo que sugería más bien una perforación de la valva.

 


Figura 2. Ecocardiogramas transtorácicos y transesofágicos.

Un ecocardiograma transtorácico con Doppler color en la vista de eje largo paraesternal (Panel A) muestra insuficiencia mitral excéntrica dirigida anteriormente (asterisco) que parece pasar a través de la valva posterior (flecha). Un ecocardiograma transesofágico tridimensional en la "vista del cirujano" o "vista de frente" de la válvula mitral (similar a la que ve un cirujano cuando observa la válvula mitral desde la perspectiva de la aurícula izquierda) (Panel B) muestra dos ecodensidades móviles (flechas) en la superficie auricular de la cresta lateral de la valva posterior. Un ecocardiograma transesofágico bidimensional en la vista bicomisural (ángulo omniplanar, 70 grados) (Panel C) muestra perforación de la valva asociada con las ecodensidades móviles (flechas) en la cresta lateral; LA denota aurícula izquierda y LV ventrículo izquierdo. Un ecocardiograma transesofágico bidimensional con Doppler color en la vista de cuatro cámaras medioesofágica (Panel D) muestra insuficiencia mitral causada por la perforación, que se considera grave según las medidas cualitativas y cuantitativas; el chorro se dirige anteriormente, hacia el tabique interauricular (lado izquierdo en el ángulo omniplano que se muestra en esta imagen).

 

Se tomó la decisión de proceder con la ecocardiografía transesofágica para caracterizar el chorro regurgitante mitral y evaluar perforaciones y vegetaciones de los velos. Dado que el esófago está ubicado posterior a la aurícula izquierda, la ecocardiografía transesofágica es particularmente útil para evaluar las características morfológicas y la función de la válvula mitral. La ecocardiografía transesofágica reveló dos ecodensidades pequeñas y móviles en la superficie auricular de la cresta lateral del velo posterior de la válvula mitral, hallazgos sugestivos de vegetaciones ( Figura 2B ). Además, se observaron múltiples perforaciones en la cresta lateral del velo posterior ( Figura 2C y ). Las perforaciones habían resultado en un chorro regurgitante mitral dirigido anteriormente que se consideró grave según las medidas cualitativas y cuantitativas ( Figura 2D ). No hubo evidencia de vegetaciones en la válvula tricúspide o pulmonar en la ecocardiografía transesofágica o transtorácica. Con base en las recomendaciones del Colegio Americano de Cardiología y la Asociación Americana del Corazón, la presencia de disfunción valvular que resulte en insuficiencia cardíaca y la presencia de lesiones valvulares penetrantes destructivas son ambas indicaciones (clase I, nivel de evidencia B) para considerar la cirugía valvular temprana, que se realizará durante la hospitalización inicial y antes de completar un ciclo terapéutico completo de antibióticos. 1

 

Dos series de hemocultivos obtenidos del paciente antes de la administración de antibióticos mostraron crecimiento en los frascos aeróbicos después de 24 horas. La tinción de Gram reveló la presencia de cocobacilos gramnegativos. Se observó el crecimiento de pequeñas colonias en agar chocolate, pero no en agar sangre. Se envió un aislado del organismo al laboratorio de microbiología de este hospital para su análisis mediante espectrometría de masas MALDI-TOF (desorción-ionización láser asistida por matriz-tiempo de vuelo), que identificó al organismo como Haemophilus parainfluenzae .

 

Discusión sobre el manejo neurológico

Aproximadamente la mitad de los pacientes con endocarditis infecciosa presentan síntomas neurológicos en el momento de la presentación. Los abscesos cerebrales y la meningitis no son infrecuentes. Los eventos neurovasculares sintomáticos pueden incluir embolia séptica, que podría evolucionar a aneurisma micótico o hemorragia cerebral. La embolia sistémica ocurre en el 22 al 50% de los pacientes con endocarditis infecciosa; la circulación cerebral se ve afectada en dos tercios de esos casos. 2 El riesgo de accidente cerebrovascular aumenta entre los pacientes con endocarditis infecciosa que tienen afectación de la válvula mitral, especialmente afectación de las valvas anteriores. S. aureus , especies de Candida y organismos HACEK (incluidas las especies de Haemophilus) se asocian con un mayor riesgo de embolia séptica. La anticoagulación no tiene ningún papel en la prevención de la embolia séptica, y el tratamiento adecuado de la endocarditis infecciosa es clave. 2

Este paciente tenía evidencia clara de afectación del sistema nervioso central (SNC), que incluía dolor de cabeza, confusión y signos de irritación meníngea. La TC y la RMN de la cabeza mostraron consistentemente evidencia de infección e inflamación cerebral, hemorragia subaracnoidea en la convexidad, microhemorragias y pequeños infartos. La punción lumbar confirmó la presencia de infección del SNC. Esta presentación clínica y radiológica es el sello distintivo de la embolia séptica en el cerebro con cerebritis resultante, así como lesiones isquémicas y hemorrágicas.

La presencia de hemorragia subaracnoidea fue particularmente preocupante porque puede estar relacionada con un aneurisma micótico distal o arteritis séptica. Estas complicaciones hemorrágicas crean un enigma en el tratamiento de pacientes con endocarditis infecciosa y una indicación para la cirugía valvular temprana, que a su vez requiere la administración de terapia con heparina en dosis altas. En pacientes que han sido tratados con anticoagulación, la ruptura de un aneurisma cerebral puede resultar en una hemorragia intracerebral catastrófica. 3 Por lo tanto, en este paciente con evidencia de imágenes de hemorragia subaracnoidea, la presencia de un aneurisma micótico distal necesitaba ser descartada. La sensibilidad de los métodos angiográficos no invasivos, como la angiografía por TC y la angiografía por resonancia magnética, para la detección de aneurismas micóticos distales pequeños (≤3 mm) es subóptima (45 a 85%). Por este motivo, se le realizó al paciente una angiografía por sustracción digital con catéter4,5, que no mostró evidencia de aneurisma micótico. Después de una discusión multidisciplinaria entre los equipos de cardiología, enfermedades infecciosas, neurología y cirugía cardíaca, el paciente fue sometido a cirugía valvular.

 

Procedimiento quirúrgico

La ecocardiografía transesofágica intraoperatoria mostró la perforación conocida del velo y una insuficiencia mitral grave. Se realizó la extirpación quirúrgica de las vegetaciones y el tejido dañado del velo, seguida de la reconstrucción de la cresta lateral del velo posterior y la comisura anterolateral con un parche de pericardio autólogo. Se implantó un anillo de anuloplastia completo. En las imágenes realizadas después de la derivación cardiopulmonar, se observó material de sutura y el parche autólogo en la cresta lateral del velo posterior, y el anillo de anuloplastia completo estaba bien asentado

 

Discusión patológica

El examen microscópico de la porción extirpada de la válvula mitral y las vegetaciones reveló la formación de un trombo de fibrina con un infiltrado inflamatorio rico en neutrófilos ( Figura 3A ). Se observaron áreas de inflamación densa y necrosis fibrinoide, con destrucción de la arquitectura valvular trilaminar normal. Se observaron nubes de organismos bacterianos con características morfológicas indistintas en la tinción de Brown-Hopps ( Figura 3B ), la tinción de metenamina-plata de Grocott y la tinción de Steiner. Los cultivos de la muestra de la válvula mitral no mostraron crecimiento, muy probablemente debido al inicio previo de la terapia con antibióticos.



Figura 3. Muestra de la vegetación de la válvula mitral.

La tinción con hematoxilina y eosina (panel A) muestra un trombo de fibrina con una inflamación neutrófila densa. La tinción de Brown-Hopps (panel B) muestra nubes de bacterias gramnegativas con características morfológicas indistintas (flecha).

 

Discusión sobre el manejo de infecciones

El tratamiento de la endocarditis infecciosa incluye la administración de una terapia antimicrobiana prolongada, parenteral y bactericida. 6 Según el microorganismo, pueden necesitarse dos fármacos para lograr una actividad bactericida. El tratamiento de la endocarditis se complica por el efecto del inóculo, en el que la concentración inhibitoria mínima de los agentes antimicrobianos necesaria para esterilizar las vegetaciones es mayor de lo previsto, en particular para los antibióticos activos sobre la pared celular bacteriana, como los β-lactámicos y los glucopéptidos. Se cree que este efecto se explica por la disminución de la actividad antimicrobiana, la resistencia bacteriana relativamente mayor y la mayor probabilidad de subpoblaciones resistentes a los antibióticos asociadas con poblaciones bacterianas densas. 6 A menudo se indica la cirugía; la decisión de realizarla está influenciada por factores como el microorganismo, el tamaño de las vegetaciones, la presencia de absceso perivalvular o regurgitación valvular y la presencia de fenómenos embólicos. 6-8

Los organismos HACEK (un grupo de bacilos gramnegativos que tienden a colonizar el tracto orofaríngeo 6,9,10 ) son una causa relativamente poco común pero bien establecida de endocarditis y representan aproximadamente entre el 1 y el 10 % de los casos en general. 8,11 Entre los organismos HACEK, es más probable que H. parainfluenzae cause endocarditis. La endocarditis por HACEK tiende a ser una enfermedad adquirida en la comunidad que afecta a personas más jóvenes, así como a aquellas que han tenido recientemente una infección o procedimiento orofaríngeo. La endocarditis por HACEK es generalmente una endocarditis de válvula nativa y a menudo se manifiesta con vegetaciones grandes y complicaciones embólicas. 10 El accidente cerebrovascular es una de las complicaciones comunes y puede ser embólico o hemorrágico, como resultado de fenómenos microvasculares o inmunológicos. A pesar del tamaño de las vegetaciones y las complicaciones observadas en pacientes con endocarditis por HACEK, la supervivencia tiende a ser alta. 9-11

La mayoría de los organismos HACEK son sensibles a las cefalosporinas de tercera o cuarta generación, siendo la ceftriaxona el fármaco de elección habitual. 6,9,10 Las cepas que producen β-lactamasa tienen una sensibilidad reducida a la ampicilina; en ausencia de pruebas de sensibilidad, los organismos HACEK deben considerarse resistentes a la ampicilina y la penicilina. Las opciones de segunda línea incluyen ampicilina (si se descubre que la cepa es sensible) y fluoroquinolonas; la gentamicina ya no se recomienda debido a posibles efectos nefrotóxicos. La duración del tratamiento suele ser de 4 semanas para la endocarditis de válvula nativa y de 6 semanas para la endocarditis de válvula protésica. 6

Cuando se realiza una cirugía, el primer día de tratamiento se determina según los resultados de la tinción de Gram y el cultivo realizados en la porción extirpada de la válvula. Si la tinción de Gram o el cultivo son positivos (o si hay un absceso perivalvular), se completa un ciclo completo de terapia antimicrobiana después de la cirugía; si la tinción de Gram y el cultivo son negativos, el resto del ciclo actual de terapia antimicrobiana (iniciada cuando se encontró que el cultivo de sangre era positivo o se estableció el diagnóstico de endocarditis) generalmente se completa después de la cirugía. 6 En los casos en los que se ha reemplazado una válvula nativa con una válvula protésica o se ha reparado con un anillo de anuloplastia, no hay consenso sobre si la duración del tratamiento debe reflejar la recomendación para la endocarditis de válvula nativa o para la endocarditis de válvula protésica. 6

En esta paciente, el aislamiento de H. parainfluenzae identificado en los hemocultivos fue sensible a la ceftriaxona. La paciente había recibido tratamiento empírico con antibióticos de amplio espectro y se le cambió el tratamiento a ceftriaxona cuando se dispuso de datos de identificación y sensibilidad. Como la tinción de Gram realizada en la porción extirpada de la válvula mostró organismos bacterianos, la paciente recibió ceftriaxona durante un total de 6 semanas, incluidas 4 semanas después de la cirugía.

La paciente no tuvo complicaciones hemorrágicas cerebrales después de la cirugía valvular y tuvo un buen pronóstico neurológico. Siete semanas después de la cirugía, la paciente informó que tenía un apetito y un nivel de energía normales y había regresado a su trabajo de tiempo completo.

Diagnóstico final

Endocarditis infecciosa por Haemophilus parainfluenzae .

 

Traducido de:

A 22-Year-Old Woman with Headache, Fever, and Respiratory Failure

Authors: Eleftherios Mylonakis, M.D., Ph.D., Eric W. Zhang, M.D., Philippe B. Bertrand, M.D., Ph.D., M. Edip Gurol, M.D., Virginia A. Triant, M.D., M.P.H., and Kristine M. Chaudet, M.D.Author Info & Affiliations

Published December 4, 2024

N Engl J Med 2024;391:2148-2157

DOI: 10.1056/NEJMcpc2100279

VOL. 391 NO. 22

 

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcpc2100279

 

 

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sábado, 28 de diciembre de 2024

Casos Clínicos: Mujer joven con lesiones cutáneas hipopigmentadas de 15 días de evolución

 

Un colega de Punta Hermosa Lima Perú envía estas imágenes con el siguiente texto:

Estimado Dr. Macaluso, le envío un caso desde Punta Hermosa, en Lima Perú

Es una paciente que vive en un balneario, todos los días está en el mar

Hace 15 días aparecieron lesiones en la cara posterior de muslos y se han ido incrementando en tamaño

Fue evaluada en atención primaria y derivada a dermatología

Dermatología le solicita exámenes e indica este tratamiento

Las lesiones persisten sin mejoría ni variaciones

Solicita estos exámenes nuevos

Y la paciente vuelve a la atención primaria preocupada  por el diagnóstico de vitíligo o una infección por hongos que es lo que le dijeron en dermatología

Preferiría mantener mi nombre en reserva, gracias

 




 








Opinión: Para caracterizar las lesiones podemos decir que se trata de lesiones hipopigmentadas de comienzo agudo (15 días de evolución), localizadas y bien circunscritas, en las que no se aprecia inflamación en la piel donde asientan ni aparentes lesiones previas, y que al decir del colega son progresivas y han empeorado a pesar del tratamiento tópico con corticoides y antifúngicos (itraconazol) por vía oral.

La lista de diagnósticos diferenciales es amplia pero creo que la duda que plantearon los dermatólogos que vieron a la paciente entre una tiña (concretamente pitiriasis versicolor), y vitíligo es razonable. Me parece un poco rápido para la evolución de un vitíligo, y me parece un poco atípica la localización glútea para pitiriasis aunque puede ser. Creo que esta duda se podría aclarar con dos procedimientos, el examen con lámpara de Wood que en el caso de vitíligo mostrará ausencia total de pigmentación y una preparación con hidróxido de potasio de un raspado de las lesiones en busca de formas micóticas que confirmen el diagnóstico de tiña. Respecto a la no respuesta o al “empeoramiento” de las lesiones frente a la medicación, por lo que se desprende de la historia, si el cuadro comenzó hace 15 días, no es esperable una mejoría en tan corto plazo.

viernes, 27 de diciembre de 2024

Casos Clínicos: Mujer de 60 años con antecedentes de diabetes, hipertensión arterial e insuficiencia renal crónica en etapa dialítica, que presenta hemoptisis

 

Yubica A. Leon Ramos de Arequipa Perú  envía este caso para la discusión:

BUENOS DIAS Doctor... podría revisar este caso clínico en su espacio, me gustaría su opinión que me oriente estoy algo perdida y no puedo explicar la hemoptisis

Paciente de 60 años sexo femenino, con antecedente de diabetes mellitus desde hace 20 años, insuficiencia renal crónica e hipertensión arterial desde hace 4 años. Refiere hace 2 días presentar de manera abrupta tos con expectoración hemoptoica que la obligó a despertar de un descanso post prandial. La expectoración hemoptoica era de color rojo vivo con coagulos, continuó durante una hora La cantidad de sangre que expectoro era de aprox 250 cm3 Para calmar tos aguantaba durante breves momentos la respiración. Paciente menciona además haber sentido “ronquidos” durante cada expectoración. Fue trasladada a servicio de salud de Camaná, donde le brindan antitusígeno que mejoraría cuadro. Duerme sin complicación alguna. Al día siguiente despierta “algo temblorosa “a las 5am y pide su alta para poder acudir a diálisis en Arequipa. Fue acompañada por familiar debido a que sentía fatiga y debilidad muscular. Dialisis fue realizada de 10 a 11.30 am sin molestia aparente. Fue internada tras comentar evento anterior a su doctor. Durante la noche refiere haber presentado cefalea holocraneana de intensidad 5/10 y sentir amígdalas inflamadas.

Soy una estudiante de 3er año de medicina de Perú Arequipa.

El año pasado tuvo neumonia y le hicieron su Bk..y no encontraorn TBC.

No fuma. Trabaja como vendedora de periódicos.

Hoy por la tarde volví a ver a la paciente,  está estable, y aún no le han hecho su bk, tiene una hemoglobina de 9.1 leucocitos 1300 glucosa 128 creatinina 3.65 urea 80 recuento plaquetario 210 000. Seguiré esperando el bk, al parecer, mañana recién le harán

Esos son los datos q pude ver de su historia, es que como recién ha ingresado ayer, y es domingo, me despido, iré a dormir un rato para leer después

Me llamo Yubica.. podría ayudarme ..Necesito solo una orientación

 

 

 


 

Opinión: Creo que lo primero es definir el cuadro. Creo que en este caso se trata de HEMOPTISIS y no de expectoración hemoptoica, ya que por lo que describes, esto es sangre y no esputo con sangre. Como siempre, el interrogatorio en medicina es fundamental, y quizás re-interrogando a la paciente sobre si ella venía presentando días atrás expectoración purulenta o mucopurulenta y sobre eso se injerta expectoración con sangre, eso puede darnos alguna pauta sobre el mecanismo del cuadro. Siempre es importante que EL MÉDICO VEA LA EXPECTORACIÓN.

Me interesa conocer más antecedentes de la paciente, si tiene antecedentes de EPOC, bronquiectasias. Si tiene contactos con pacientes con probable tuberculosis, si el año pasado cuando estuvo internada por neumonía hubo rescate de germen. Si ha tenido fiebre, si tiene antecedentes de insuficiencia cardíaca etc etc. Si la causa de su insuficienca renal es por nefropatía diabética o existe alguna otra patología de base como enfermedades reumáticas, vasculitis, síndrome pulmón riñón etc.

En principio los pacientes con insuficiencia renal (IR), tienen tendencia al sangrado por múltiples factores. De todas maneras hagamos de cuenta que no tiene IR. Siempre ante una hemoptisis hay que cuantificarla primero. Leve moderada o masiva de acuerdo a la clínica y laboratorio. Esta parece por lo menos moderada. Las causas másimportantes o prevalentes como vos bien sabes son tuberculosis, neoplasias, vasculitis , bronquiectasias, malformaciones vasculares, traumas etcétera.

Respecto al approach diagnóstico frente a una hemoptisis la Rx de tórax es de rédito diagnóstico para nada despreciable en cuanto a detectar causa de hemoptisis y sitio. Por ejemplo se puede ver una neoplasia, una caverna, un aspergiloma en una cavitación, se puede ver edema de pulmón en paciente con configuración cardíaca de estenosis mitral. En este caso la Rx es de mala calidad aunque sin embargo se ven múltiples nódulos probablemente calcificados compatibles con granulomas (es muy importante pedirle la placa de tórax de cuando tuvo la neumonía y sobre todo después de “curada” de la misma para comparar con la actual). Por otro lado, la radiografía muestra un “velamiento” u opacificación homogénea del hemitórax derecho que la calidad de la placa no permite discernir si existe o no patrón en “vidrio esmerilado”, que, de existir en este contexto, nos permitiría interpretar como “pulmón de hemoptisis” y más aún, asumir que el sangrado viene del pulmón o del árbol bronquial derecho.

Creo que hay que reevaluar tuberculosis en primer término, especialmente tratándose de Perú que es un país con alta incidencia y prevalencia. Baciloscopia en esputo directo y cultivo. TC para ver si hay cavitaciones, bronquiectasias u otras lesiones, aun teniendo en cuenta que la presencia de "vidrio esmerilado" puede ser consecuencia del llamado “pulmón de hemoptisis”. Después de la TC si no tienes diagnóstico hay que hacer fibrobroncoscopìa.

Hay un elemento en el laboratorio que es la LEUCOPENIA. Se me ocurre para relacionar la leucopenia con su hemoptisis actual por ejemplo no hay que olvidarse que la neutropenia predispone a infecciones estafilocócicas y sobre todo a aspergilosis invasiva.

Hay que solicitar una interconsulta con hematología para determinar la causa de la leucopenia, y ver cuales la fórmula leucocitaria en el frotis. Probablemente esté indicada una PAMO diagnóstica y pronóstica .

Tiene mucho riesgo de tuberculosis. Es diabética e insuficiente renal y tiene nódulos sobre todo en hemitórax izquierdo.

No hay que olvidar que después de hemoptisis importantes como en este caso puede verse a nivel de los campos pulmonares lo que en una época se dio en llamar "pulmón de hemoptisis" que no es otra cosa que la sangre alojada en el espacio aéreo. Por eso no jerarquicé lo que vos muy bien destacás que es la densidad de la base derecha. Sí en cambio le doy más valor a los nódulos del hemitórax izquierdo que no pueden ser explicados como consecuencia de la hemoptisis pero sí de SU CAUSA. Pero partamos de que la Rx no es de buena calidad y esto suele suceder con pacientes internados a los que se les realizan Rx con equipos portátiles. A veces, como en este caso, conviene llevar al paciente a radiología y sacar una placa de calidad y siempre FRENTE Y PERFIL!!!

jueves, 26 de diciembre de 2024

SÍNDROME DE PÉRDIDA DE SAL CEREBRAL

 

INTRODUCCIÓN

La hiponatremia es un trastorno electrolítico común en el contexto de enfermedades del sistema nervioso central (SNC). Generalmente se atribuye al síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética (SIADH) [ 1-4 ].

 

La pérdida de sal cerebral (CSW) (cerebral salt wasting), es otra causa potencial de hiponatremia en pacientes con enfermedades del sistema nervioso central, en particular pacientes con hemorragia subaracnoidea. La CSW se caracteriza por hiponatremia y depleción de líquido extracelular debido a una pérdida inadecuada de sodio en la orina [ 5 ]. Sin embargo, algunas autoridades sostienen que la CSW en realidad no existe y es solo un nombre inapropiado para lo que en realidad es el ЅІADН, y que la supuesta pérdida de sal se debe a una expansión de volumen no apreciada [ 6,7 ].

 

FISIOPATOLOGÍA

Respecto a la fisiopatología, es necesario abordar dos cuestiones: el mecanismo de pérdida de sal y el mecanismo de la hiponatremia.

 

El mecanismo por el cual la enfermedad cerebral puede provocar pérdida renal de sal no se conoce bien. Dos mecanismos posibles son la interrupción de la entrada neural (neural input) al riñón y la elaboración central de un factor natriurético circulante [ 8,9 ]:

  •  El sistema nervioso simpático promueve la reabsorción de sodio, ácido úrico y agua en el túbulo proximal, así como la liberación de renina. Por lo tanto, la disminución de la entrada nerviosa simpática podría explicar las reducciones en la reabsorción proximal de sodio y urato, así como la disminución de la liberación de renina y aldosterona. La falta de aumento de la aldosterona sérica en respuesta a la depleción de volumen explicaría la ausencia de pérdida de potasio a pesar del aumento en el aporte distal de sodio.
  • La segunda teoría es que en los pacientes con lesión cerebral se libera un factor circulante que altera la reabsorción tubular renal de sodio [ 6,10-13 ]. El candidato principal es el péptido natriurético cerebral (BNP), que disminuye la reabsorción de sodio e inhibe la liberación de renina [ 11,12,14 ]. El BNP también puede disminuir el flujo autónomo a través de efectos a nivel del tronco encefálico [ 14,15 ].

 

Un informe sugirió que el BNP podría ser el candidato más probable [ 11 ]. En este estudio observacional prospectivo, se compararon 10 pacientes con hemorragia subaracnoidea con un grupo de control de 10 pacientes que se sometieron a craneotomía para resección de tumores cerebrales y 40 controles. Los pacientes con hemorragia subaracnoidea tuvieron aumentos en el volumen de orina y la excreción de sodio que se correlacionaron con un marcado aumento significativo en el BNP plasmático medio (15,1 frente a 1,6 pmol/L en los otros dos grupos) y con el aumento de la presión intracraneal. La concentración de ANP fue normal, mientras que la de aldosterona estaba reducida, un efecto que puede estar mediado en parte por el BNP.

 

Se ha sugerido que las neuronas productoras de hormonas del cerebro liberan BNP en respuesta al aumento de la presión intracraneal. Algunos han especulado que la pérdida renal de sal y la consiguiente depleción de volumen es una medida de protección que limita los aumentos extremos de la presión intracraneal. Además, las propiedades vasodilatadoras del BNP podrían reducir la tendencia al vasoespasmo en la hemorragia subaracnoidea.

 

Otro factor que se ha sugerido que desempeña un papel etiológico en la pérdida de sal es la proteína relacionada con la haptoglobina sin péptido señal (HPRWSP). El plasma extraído de pacientes con enfermedades neuroquirúrgicas y de Alzheimer muestra actividad natriurética en estudios de depuración en roedores; la evidencia preliminar sugiere que la HPRWSP puede contribuir a esta respuesta [ 16 ].

 

En cuanto al mecanismo de la hiponatremia, la pérdida renal de sal conduce a una depleción de volumen, que proporciona un estímulo barorreceptor para la liberación de ADH, lo que perjudica la capacidad del riñón para elaborar una orina diluida y conduce a la hiponatremia.

 

 ¿Es real la pérdida de sal cerebral?

Algunos autores han sugerido que la pérdida de sal cerebral puede no existir [ 6,7 ]. Sostienen que la mayoría de los pacientes a los que se les diagnostica pérdida de sal cerebral pueden estar excretando un exceso de sodio fisiológicamente, ya sea por una capacidad venosa reducida causada por la vasoconstricción inducida por catecolaminas o por la expansión de volumen con líquidos intravenosos. Por ejemplo, los pacientes con hemorragia subaracnoidea corren el riesgo de sufrir vasoespasmo cerebral que se cree que es precipitado por una reducción del flujo sanguíneo cerebral. Como resultado, se les administran típicamente grandes volúmenes de solución salina isotónica.

 

Si la administración de solución salina indujera la expansión de volumen, una tasa elevada de excreción de sodio no sería un indicador de pérdida de sal. En una encuesta de pacientes ingresados ​​en una unidad neuroquirúrgica, se pudo documentar un balance positivo de sodio en más del 90 por ciento de los que se creía que tenían pérdida de sal cuando los cálculos incluyeron todas las infusiones desde el momento del primer contacto con personal médico o paramédico [ 6,7 ].

 

Sin embargo, muchas autoridades consideran que la CЅW es una entidad distinta. En el contexto de una enfermedad del sistema nervioso central, los pacientes con CЅW cumplen los criterios de laboratorio tradicionales para el síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética (ЅΙADH), pero tienen un volumen extracelular claramente disminuido debido a la excreción urinaria excesiva de sodio [ 17-21 ]. En comparación, la ЅІADH se asocia con un volumen extracelular ligeramente aumentado o normal.

 

EPIDEMIOLOGÍA Y CAUSAS

La incidencia de CSW no está clara, en particular dado que su existencia es discutida [ 6,7 ]. Entre los pacientes con enfermedad del SNC, CЅW es una causa mucho menos común de hiponatremia que el síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética (ЅIΑDH).

 

Aunque la СSW se ha descrito con mayor frecuencia en pacientes con hemorragia subaracnoidea, representa solo una pequeña proporción de casos de hiponatremia en estos pacientes (7 por ciento en una serie en comparación con el 69 por ciento debido a ЅІΑDΗ) [ 2 ]. Además, la frecuencia de СЅW como causa de hiponatremia en este contexto puede estar disminuyendo ya que el tratamiento habitual de los pacientes con hemorragia subaracnoidea consiste en proporcionar grandes volúmenes de solución salina isotónica . En otra cohorte prospectiva de 100 pacientes con hemorragia subaracnoidea aneurismática no traumática aguda, se desarrolló hiponatremia en el 49 por ciento de los sujetos [ 22 ]. La hiponatremia se atribuyó a SIADH en el 71 por ciento de los pacientes y a la deficiencia de glucocorticoides en el 8 por ciento. La elección incorrecta o el uso insuficiente de líquidos o la hipovolemia fueron responsables del resto de los casos. No hubo casos que cumplieran los criterios aceptados para la hemorragia subaracnoidea aneurismática. Este estudio es digno de mención porque todos los pacientes se sometieron a una evaluación seriada del estado del volumen por parte de un médico experimentado junto con la medición del cortisol plasmático, la vasopresina arginina y el péptido natriurético cerebral.

 

También se ha informado de CSW en pacientes con meningitis carcinomatosa o infecciosa, encefalitis, poliomielitis y tumores del sistema nervioso central, así como después de una cirugía del SNC [ 5,23-27 ]. Se han descrito casos raros en niños [ 28-30 ].

 

Algunos investigadores que utilizan la excreción fraccionada de urato después de la corrección de la hiponatremia como un indicador de pérdida de sal han identificado este fenotipo en pacientes con y sin enfermedad neurológica, lo que los lleva a sugerir que la terminología debería cambiarse de CSW a pérdida renal de sal [ 31 ]. Además, estos autores han identificado una proteína, proteína relacionada con la haptoglobina sin péptido señal, en pacientes con hiperlipidemia que posee características de un diurético de acción proximal [ 32 ]. Si bien estos informes son de interés, se necesita una mejor caracterización de estos pacientes.

 

CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS

Los pacientes con traumatismo craneoencefálico pueden presentar hiponatremia moderada o grave y poliuria [ 33,34 ]. El inicio típico de la hiponatremia debido al traumatismo craneoencefálico es dentro de los primeros 10 días posteriores a un procedimiento o evento neuroquirúrgico. Sin embargo, los informes de casos han descrito un inicio más tardío (p. ej., un mes después de la cirugía transesfenoidal para el tratamiento de un macroadenoma hipofisario) [ 23 ].

 

La CЅW se asocia con una disminución del líquido extracelular. Como resultado, se puede observar hipotensión, disminución de la turgencia de la piel y/o un hematocrito elevado.

 

En teoría, la depleción de volumen observada con la СЅW puede empeorar la perfusión cerebral directamente, y la hipotensión asociada puede precipitar vasoespasmo en aquellos con hemorragia subaracnoidea [ 35,36 ]. No se sabe con certeza si la hiponatremia en sí misma potencia el vasoespasmo, pero puede empeorar el edema cerebral y, por lo tanto, contribuir al deterioro del estado mental.



 

DIAGNÓSTICO

Se debe considerar la posibilidad de utilizar CЅW en cualquier paciente con enfermedad del sistema nervioso central e hiponatremia. Es esencial realizar una historia clínica y un examen físico dirigidos, así como realizar las pruebas de laboratorio adecuadas.

 

En el contexto de una enfermedad del sistema nervioso central, la СSW se diagnostica en el paciente con evidencia clínica de hipovolemia que presenta las siguientes características:

  •  Hiponatremia (menos de 135 mEq/L) con baja osmolalidad plasmática
  • Una osmolalidad urinaria inapropiadamente elevada (por encima de 100 mosmol/kg y, por lo general, por encima de 300 mosmol/kg)
  • Una concentración de sodio en orina generalmente superior a 40 mEq/L
  • Una concentración baja de ácido úrico sérico debido a pérdidas de urato en la orina.

 

La evidencia clínica de hipovolemia es crucial ya que todos estos hallazgos de laboratorio también se observan en el síndrome de secreción inapropiada de hormona antidiurética (ЅІADН).

 

Dada la superposición y la dificultad frecuente para determinar si un paciente tiene hipovolemia leve, el diagnóstico de CSW debería requerir que la reposición de volumen conduzca a una orina diluida, lo que se debería a la eliminación del estímulo hipovolémico para la liberación de ADH. La excreción de una orina diluida conduciría a la corrección de la hipoatremia.

 

Aunque es difícil de realizar con precisión, la evidencia de un balance neto negativo de sodio antes de la terapia también es consistente con el diagnóstico de СЅW [ 6,30 ]. El cálculo de la ingesta de sodio incluye la obtenida por vía intravenosa y oral (incluidos los suplementos de sodio y los alimentos), mientras que la excreción de sodio implica la medición frecuente de las concentraciones de sodio en la orina combinada con el conocimiento de los volúmenes de orina.

 

No se ha demostrado la formación de orina diluida con reposición de volumen y, en muchos casos (si no en la mayoría) informados, no ha habido evidencia clara de hipovolemia [ 6,7 ].

 

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

En el contexto de una lesión del sistema nervioso central, la CSW debe distinguirse de otras causas de hiponatremia, principalmente el síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética (SIADH) [ 5 ]. La deficiencia de glucocorticoides como causa de aumento de vasopresina debe excluirse en pacientes con enfermedad selar o supraselar [ 37,38 ]. Las discusiones generales sobre las causas y el diagnóstico de la hiponatremia se presentan por separado:

 

CSW versus SIADH    Algunas autoridades sugieren que la distinción entre СSW y el síndrome de secreción inapropiada de hormona antidiurética (ЅΙΑDΗ) es de importancia crítica, con posibles consecuencias adversas si se administra la estrategia terapéutica incorrecta [ 5,39 ]. Otros sugieren que la distinción es menos importante ya que todos los pacientes hiponatrémicos (debido a СSW o ЅІADΗ) que tienen patología intracraneal activa (p. ej., cirugía intracraneal reciente o hemorragia subaracnoidea) deben ser tratados con solución salina al 3 por ciento (hipertónica) para asegurar un aumento rápido en la concentración sérica de sodio y evitar una disminución en el volumen de líquido extracelular [ 40 ].

 

Además de la hiponatremia, la CSW y la SIADH comparten las siguientes características:

  •  La osmolalidad de la orina es inapropiadamente alta en presencia de hiponatremia (que normalmente suprime la liberación de ADH) debido al aumento de la liberación de ADH. Esta respuesta es apropiada en el CSW, debido a la depleción de volumen, pero inapropiada en la ЅIΑDΗ.
  • El sodio en la orina suele ser >40 mEq/L debido a la expansión del volumen en ЅΙADН y a la posible pérdida de sal en CSW.
  • La concentración sérica de ácido úrico generalmente se reduce debido a pérdidas urinarias, quizás debido a una posible hormona como el BNP en el agua y a la expansión del volumen y un efecto directo de la ADH en el receptor V1 en la SIADH [ 41 ].

 

La presencia de evidencia clara de depleción de volumen (p. ej., hipotensión, disminución de la turgencia de la piel, hematocrito elevado, posiblemente aumento de la relación BUN/creatinina sérica) a pesar de una concentración de sodio en la orina que no sea baja es lo único que sugiere que podría estar presente CЅW en lugar de ЅІΑDН [ 6,8 ]. En comparación, el volumen de líquido extracelular es normal o ligeramente aumentado con ЅIΑDH.

 

En teoría, la evaluación de la respuesta a la solución salina isotónica ayudaría a distinguir entre la CЅW y la ЅΙΑDН.

  •  La restauración de la euvolemia en la hemorragia subaracnoidea debería eliminar el estímulo para la liberación de ADH, lo que da como resultado una orina diluida y la corrección de la hiponatremia [ 42 ]. Como se mencionó anteriormente, esto no se ha documentado en la hemorragia subaracnoidea. La falta de dilución urinaria no excluye necesariamente la hemorragia subaracnoidea, ya que podría esperarse que los pacientes con hemorragia subaracnoidea también tuvieran SIADH.
  • Por el contrario, la solución salina isotónica suele empeorar la hiponatremia en pacientes con SIADH, ya que se excreta sal y se retiene parte del agua.

 

Sin embargo, desaconsejamos el tratamiento de la hiponatremia con solución salina isotónica en pacientes con enfermedad cerebral debido a los peligros de una caída adicional en la concentración sérica de sodio.

 

Se ha propuesto el cálculo de la excreción fraccional de ácido úrico (FEUA) antes y después de la corrección de la hiponatremia como una forma alternativa de distinguir la ЅIADH de la pérdida de sal cerebral [ 42 ]. Según esta teoría, antes de la corrección de la hiponatremia, la FEUA es >11 por ciento tanto en la ЅIADH como en la pérdida de sal. Por el contrario, después de la corrección de la hiponatremia, se dice que una FEUA que permanece >11 por ciento indica pérdida de sal, causada por una reabsorción de sodio del túbulo proximal alterada, mientras que una FEUA <11 por ciento identifica a los pacientes con ЅΙΑDΗ. Sin embargo, las mediciones seriadas de FEUA no se han validado con un estándar de oro consistente, riguroso y convincente para identificar la pérdida de sal [ 43-45 ]. Por esta razón, la validez diagnóstica de estas mediciones no está probada.

 

Aunque es poco probable, también es posible que algunos pacientes tengan hiponatremia preexistente debido a algún otro trastorno asociado con un nivel bajo de sodio en la orina (por ejemplo, diuréticos tiazídicos e hipoaldosteronismo).

La hiponatremia y la hipercalemia son las dos manifestaciones principales de la insuficiencia suprarrenal. La hiponatremia está mediada por el aumento de la liberación de ADH, que puede deberse a cualquier causa de deficiencia de cortisol o hipoaldosteronismo, mientras que la hipercalemia solo se produce en caso de enfermedad suprarrenal primaria. El diagnóstico de la insuficiencia suprarrenal se analiza por separado.

 

TRATAMIENTO

La restricción de líquidos, la terapia habitual de primera línea para el síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética (SIADH), no se recomienda en pacientes hiponatrémicos con hemorragia subaracnoidea. En estos pacientes, la restricción de líquidos puede aumentar el riesgo de infarto cerebral entre los pacientes que realmente tienen hemorragia subaracnoidea, ya que las pérdidas continuas de sal pueden empeorar la depleción de volumen y reducir la presión arterial.

 

Tratamiento de adultos con hiponatremia moderada a grave (sodio sérico <130 mEq/L)

En cambio, tratamos con solución salina al 3 por ciento (hipertónica) para aumentar el sodio sérico. Todos los pacientes con patología intracraneal activa (p. ej., cirugía intracraneal reciente o hemorragia subaracnoidea) deben tener un aumento rápido en la concentración sérica de sodio y deben evitar una disminución en el volumen de líquido extracelular.

 

Algunas autoridades sugieren que se utilice solución salina isotónica como terapia inicial en pacientes con pérdida de peso corporal, ya que, teóricamente, suprimirá la liberación de ADH, lo que permitirá la excreción del exceso de agua y la corrección de la hiponatremia. Sin embargo, si la pérdida de peso corporal es la única causa de la hiponatremia, la reposición de volumen reduciría la osmolalidad de la orina a menos de 100 mosmol/kg. Sin embargo, la dilución de la orina en respuesta a la solución salina isotónica es rara en pacientes con hiponatremia causada por hemorragia subaracnoidea u otros trastornos intracraneales.

 

La falta de dilución urinaria no necesariamente excluye la СЅW ya que se podría esperar que los pacientes con hemorragia subaracnoidea también tuvieran ЅІADH. La reposición de volumen tendría poco efecto sobre la osmolalidad urinaria en ЅΙΑDН ya que la secreción de ADH en este trastorno no está mediada por hipovolemia [ 8,9,46 ]. La solución salina hipertónica aumentará la concentración sérica de sodio en pacientes con CЅW y ЅIADΗ.

 

En el caso de pacientes con CSW documentado, se pueden administrar comprimidos de sal una vez que los pacientes puedan tomar medicamentos por vía oral. Los comprimidos de sal también pueden ser eficaces en pacientes con ЅΙADH. También se puede utilizar la administración de un mineralocorticoide, como fludrocortisona [ 30,47-49 ].

 

No es necesaria una terapia a largo plazo para la herida quirúrgica, ya que la herida quirúrgica tiende a ser transitoria [ 9 ]. La resolución suele ocurrir en un plazo de tres a cuatro semanas.

 

TRATAMIENTO DEL SIADH ASOCIADO A HSA

 

La terapia óptima para la hiponatremia debida al síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética (SIADH) en pacientes con hemorragia subaracnoidea (HSA) no está clara ya que la terapia inicial estándar, la restricción de líquidos, puede aumentar el riesgo de infarto cerebral [ 50 ]. Generalmente preferimos la administración de solución salina al 3 por ciento (es decir, hipertónica) en dichos pacientes.

 

Aunque también se puede administrar solución salina isotónica, en particular si el sodio sérico es normal, se requiere una vigilancia cuidadosa, ya que la solución salina isotónica puede reducir el sodio sérico en pacientes con ЅIΑDΗ. El sodio administrado se excretará (no hay ningún defecto en el manejo del sodio en la ЅIADH), pero parte del agua se retendrá si la osmolalidad de la orina es sustancialmente superior a 300 mosmol/kg (la molalidad de la solución salina isotónica). Estos pacientes deben ser tratados con solución salina hipertónica.

 

En pacientes con hemorragia subaracnoidea, un tema aparte es la posible administración de un mineralocorticoide, como fludrocortisona , para prevenir la depleción de volumen y la isquemia cerebral retardada [ 30,51,52 ]. La eficacia potencial de este enfoque se examinó en un ensayo de 91 pacientes con hemorragia subaracnoidea recién diagnosticada que fueron asignados aleatoriamente a fludrocortisona (0,2 mg dos veces al día) o terapia de control durante un máximo de 12 días [ 51 ]. El volumen plasmático se midió mediante la técnica de dilución de isótopos durante el primer día, así como los días 6 y 12, y el equilibrio de sodio se determinó utilizando estimaciones de la ingesta y la medición de la excreción urinaria de sodio. Significativamente menos pacientes en el grupo de tratamiento desarrollaron un balance de sodio negativo (38 versus 63 por ciento en el grupo de control a los 6 días, 29 versus 70 por ciento a los 12 días). Hubo una sugerencia de que la fludrocortisona podría reducir la isquemia cerebral (22 versus 31 por ciento).

 

FUENTE UPTODATE

 

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