El Dr. Alexis Gonzalez Mendoza de Puerto Asís, Colombia
Espacio virtual creado para discutir casos clínicos, actualizar temas y comentar inquietudes relacionadas con la práctica de la Medicina Interna
lunes, 12 de abril de 2021
SÍNDROME DE CONGESTIÓN PÉLVICA. A PROPÓSITO DE UN CASO
viernes, 9 de abril de 2021
Varón de 79 años con hiponatremia y movimientos involuntarios del brazo y la cara...
Un hombre de 79 años fue ingresado en este hospital debido
a hiponatremia y movimientos involuntarios del brazo y la cara.
El paciente se encontraba en su estado de salud
habitual y caminaba 3 millas por día hasta 5 semanas antes del ingreso actual,
cuando desarrolló la fatiga. Durante su caminatas
diarias, comenzó a descansar después de caminar un cuarto de milla debido a la
fatiga; no había dolor en el pecho, disnea o dolor en las piernas. Además, comenzó
a tomar siestas durante el día, que era inusual para él. Tres semanas antes de
la admisión actual, el paciente se presentó a su médico de atención primaria
para su evaluación. Los estudios de laboratorio supuestamente revelaron
hiponatremia. Se le aconsejó que se presentara al departamento de emergencia de
este hospital para una evaluación y tratamiento adicionales.
En el servicio de urgencias, el paciente no refirió
antecedentes de ortopnea o hinchazón en piernas, aunque su peso había aumentado en 2,2
kg durante el último año. Dijo comer y beber normalmente, sin náuseas, vómitos
ni diarrea. No tenía debilidad, pérdida de sensibilidad, dolor de cabeza o
cambios en la visión. Sus antecedentes médicos destacaban por hipertensión e hiperlipidemia. Los
medicamentos incluían lisinopril, hidroclorotiazida y atorvastatina; no había
alergias conocidas a medicamentos. Había fumado tabaco en el pasado pero lo
había dejado 40 años antes; él bebía alcohol con poca frecuencia y no consumía
drogas ilícitas. Era un maestro jubilado y vivía con su esposa en Nueva
Inglaterra. Su historia familiar incluyó enfermedades cardíacas en su padre y
cáncer de páncreas en su madre.
La temperatura era de 36,8 ° C, la presión arterial de
156/76 mm Hg, el pulso de 56 latidos por minuto, la frecuencia respiratoria de
20 respiraciones por minuto y la saturación de oxígeno 98% mientras respiraba
aire ambiente. El peso era de 74,8 kg, y el índice de masa corporal de 24.4. El
examen físico fue normal.
El nivel de sodio en sangre fue de 123 mmol por
litro (rango de referencia, 135 a 145); Otros resultados de las pruebas de
laboratorio se muestran en la Tabla 1. El paciente recibió 250 ml de líquidos
isotónicos intravenosos. Cuatro horas después, el el nivel de sodio en sangre
fue de 127 mmol por litro. Se le indicó que dejara de tomar hidroclorotiazida y
hacer un control con su médico cabecera; fue dado de alta del Departamento de
Emergencia.
TABLA 1.
Después de que el paciente regresó a casa, su fatiga
disminuyó. Una semana después, desarrolló movimientos involuntarios en el brazo
y la mano izquierdos. El paciente describió los movimientos como espasmos que
hacían que el brazo se flexionara a la altura del codo o la muñeca. Los
episodios duraban menos de 5 segundos y ocurrían varias veces al día. A menudo
ocurrían después cambios de posición o movimientos repentinos y a menudo hacían
que dejara caer cualquier objeto que estuviera sosteniendo su mano izquierda.
Describió sentirse una extraña sensación inmediatamente antes de los
movimientos, pero siendo incapaz de reprimirlos. La esposa del paciente había
notado que ocasionalmente durante el movimiento involuntario del brazo y la
mano izquierdos, el lado izquierdo de la cara se desviaba hacia un lado como si
estuviera haciendo una mueca. Los episodios aumentaron en frecuencia durante
las siguientes 2 semanas, y 3 semanas después del alta del departamento de
emergencia, el paciente regresó a este hospital para una evaluación adicional.
En la evaluación, los reflejos rotulianos eran 3+;
el resto del examen físico fue normal. El nivel de sodio en sangre fue de 123
mmol por litro. Otros resultados de pruebas de laboratorio se muestran en
la Tabla 1. Niveles sanguíneos de
tirotropina y la fracción N-terminal del péptido natriurético de tipo pro-B
fueron normales. El nivel de cortisol en sangre fue de 13,5 μg por decilitro; 30
minutos después de la administración de 250 μg de cosintropina, el nivel de cortisol
en sangre fue de 27,9 μg por decilitro. El paciente recibió 1 litro de líquidos
isotónicos por vía intravenosa. Una tomografía computarizada (TC) de la cabeza,
realizada sin contraste intravenoso, mostró hipoatenuación leve, dispersa e inespecífica
de la sustancia blanca periventricular y
subcortical bilateral. El paciente fue admitido en el hospital para una
evaluación adicional.
Diez horas después, el nivel de sodio en sangre fue
de 121 mmol por litro. Se le pidió al paciente que limitara su ingesta de agua
a menos de 1 litro por día, y se administraron tabletas de cloruro de sodio. Doce
horas después, el nivel de sodio en sangre fue de 123 mmol por litro. Se
produjo un solo episodio de movimientos involuntarios del brazo izquierdo y del
lado izquierdo de la cara no presenciado por ningún testigo.
En el segundo y tercer día de hospitalización, se
administró desmopresina y líquidos hipertónicos intravenosos, y el nivel de
sodio en sangre gradualmente aumentó a 132 mmol por litro. Se obtuvieron
estudios de imágenes adicionales. Una resonancia magnética con y sin contraste
intravenoso, en las cuales se pudo ver hiperintensidades en T2 y FLAIR,
dispersas en la sustancia blanca periventricular y subcortical. Una TC de
tórax, abdomen, y pelvis con contraste intravenoso que mostró un pequeño grupo
de nódulos y opacidades lineales en el lóbulo medio derecho y cambios
degenerativos de la columna lumbar en muchos niveles y articulaciones
bilaterales de la cadera.
En el cuarto día de hospitalización, la
administración de fluidos hipertónicos intravenosos y desmopresina se
suspendió, se añadió furosemida oral, y se continuó con las tabletas de cloruro
de sodio. Los siguientes 3 días, el nivel de sodio en sangre aumentó a 137 mmol
por litro. El paciente fue dado de alta asu casa en el séptimo día de hospital
sin haber tenido episodios adicionales de movimientos involuntarios.
El nivel de sodio en sangre fue normal a los 2 días después
del alta y nuevamente 8 días después del alta.
Se le indicó al paciente que bebiera agua cuando tenía
sed sin limitar su ingesta diaria.
Dos semanas después del alta, el paciente notó recurrencia
de los movimientos involuntarios del brazo izquierdo y lado izquierdo de la
cara. Fue evaluado por su médico de atención primaria. El examen físico fue
normal y no se observaron movimientos involuntarios. El nivel de sodio fue 134 mmol
por litro. El paciente fue instruido para limitar su ingesta de agua a 2 litros
por día.
Cuatro semanas después del alta, el paciente fue
evaluado en consultorio de nefrología de este hospital donde refirió que los
movimientos involuntarios del brazo izquierdo y el lado izquierdo de la cara
había aumentado en frecuencia, ocurriendo una vez por hora.
El nivel de sodio en sangre fue de 134 mmol por
litro.
Fue remitido al consultorio de neurología de este hospital para una
evaluación adicional. En el consultorio de neurología, se realizó una prueba que determinó diagnóstico el diagnóstico.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Este hombre saludable y activo de 79 años presentó inicialmente fatiga sin ningún síntoma de localización. Recibió un diagnóstico de
hiponatremia, que potencialmente podría explicar su malestar general. Dado que
la hiponatremia fue la primera y más persistente anomalía encontrada en este paciente,
desarrollaré mi diagnóstico diferencial inicial en torno a este hallazgo.
La hiponatremia es el trastorno electrolito más
común en pacientes hospitalizados, y hay muchas formas de enfoque para su evaluación.1-4 Cuando estoy considerando
la causa de la hiponatremia en cualquier paciente, me hago una serie de preguntas
para reducir el espectro del diagnóstico diferencial.
HIPERGLUCEMIA
¿Tiene el paciente hiperglucemia? La hiperglucemia
extracelular, que ocurre comúnmente en pacientes con diabetes no controlada,
crea un gradiente osmótico que extrae agua intracelular en el espacio extracelular.5
Este movimiento de agua da como resultado la contracción celular y, finalmente,
reduce el nivel de sodio en sangre. Varias fórmulas se pueden utilizar para
predecir cuál sería el nivel de sodio en sangre si no existiese la hiperglucemia.6,7
El nivel de glucosa ligeramente elevada observada durante la evaluación de este
paciente en el servicio de urgencias 3 semanas antes de la admisión actual no
explicaría su hiponatremia. Dado que su nivel de glucosa era normal en el
momento de esta presentación, podemos descartar a la hiperglucemia como la
causa de la hiponatremia de este paciente.
OSMOLALIDAD SÉRICA
¿Cuál es la osmolalidad sérica del paciente? La
osmolalidad sérica medida se puede utilizar para aproximar las fuerzas que
atraen el agua hacia dentro o fuera de las células, excepto cuando el nivel de
urea en suero es muy alta, en cuyo caso, la tonicidad sérica proporciona una
aproximación más precisa.8 La hiponatremia hiperosmolar (que puede deberse a hiperglucemia u otras
causas iatrogénicas, como como la administración de manitol o inmunoglobulinas
por vía intravenosa), causa un
movimiento de agua intracelular hacia el
espacio extracelular, lo que resulta en encogimiento celular y disminución del nivel
de sodio en sangre. La pseudohiponatremia es un fenómeno inusual en el que un
alto nivel de proteínas o lípidos interfiere con la medición de sodio en
sangre9; en pacientes con esta afección, el nivel de sodio en sangre obtenido mediante
potenciometría directa es normal, al igual que el tamaño de las células, sin
movimiento neto de agua hacia dentro o fuera de las células. La hiponatremia hipoosmolar
refleja un verdadero desequilibrio entre el nivel del agua y el nivel de sodio
que provoca hinchazón y, en última instancia, da como resultado una dilución tanto
en el espacio extracelular como el intracelular.5
La osmolalidad sérica no se midió durante la
evaluación de este paciente en el servicio de urgencias 3 semanas antes de la
admisión actual, pero fue baja durante la presentación actual, lo que confirma la
presencia de hiponatremia hipoosmolar.
FUNCIÓN RENAL
¿Tiene este paciente una anomalía renal que explica
el hallazgo de hiponatremia hipoosmolar? Mantener un nivel normal de sodio en
sangre requiere una ingesta adecuada de agua, así como una buena función renal
que pueda tanto limitar la excreción de agua a través de la concentración de la
orina (para evitar la hipernatremia), como excretar excretan grandes volúmenes
de orina máximamente diluida (para evitar la hiponatremia). Las
límitaciones más importante para la
excreción de orina diluida son la tasa de filtración glomerular y la eficiencia
de la nefrona en la producción de orina máximamente diluida. Los pacientes con
enfermedad renal avanzada tienen una capacidad limitada para equilibrar la
ingesta y aclaramiento de agua porque tienen una tasa de filtración glomerular
disminuida y una capacidad de dilución limitada 10
La función renal de este paciente era normal. Sin
embargo, yo consideraría el diurético tiazídico que estaba tomando para el
manejo de su hipertensión como una causa renal obvia de hiponatremia. Los diuréticos
tiazídicos actúan sobre el cotransportador
del cloruro de sodio en el túbulo contorneado distal, que es el
"segmento de dilución" en la corteza de la nefrona. Los diuréticos tiazídicos
limitan la capacidad de los riñones para producir la máxima dilución de la orina,
lo que limita la excreción de agua. Cuando este paciente fue evaluado
inicialmente en el Departamento de Emergencia, su uso de un diurético tiazídico
fue interpretado como una explicación
plausible de su hiponatremia y se suspendió el fármaco. Sin embargo, la
hiponatremia persistió durante 3 semanas después de suspender el diurético
tiazídico, lo que hace que el uso de diuréticos sea una causa poco probable en este
caso.
HORMONA ANTIDIURÉTICA
Cuando este paciente fue ingresado en el hospital, la
osmolalidad urinaria medida fue 720 mOsm por kilogramo de agua, un hallazgo que
sugiere que la hormona antidiurética está presente. La hormona antidiurética se
produce en el hipotálamo y es liberada de la pituitaria posterior en respuesta a
dos estímulos fisiológicos.11 El estímulo del día a día para la liberación de
hormona antidiurética es la hiperosmolalidad, que es sensada a través del encogimiento
de los cuerpos neuronales en el hipotálamo. Este estímulo se extingue
abruptamente cuando la osmolalidad es normal o baja, como lo era en este
paciente. El estímulo de emergencia para la liberación de hormona antidiurética
es la hipovolemia, que es sensada en la circulación arterial y anula el control
por osmolalidad. La liberación de
hormona antidiurética tiene efectos tanto sistémicos, a través del aumento del
tono vascular como locales a nivel renal, a través de la regulación al alza de acuaporinas en la membrana luminal de las
células principales en los conductos colectores. Estas acuaporinas permiten el
movimiento de agua a través de los
previamente impermeables conductos colectores, que evitaban la excreción
de agua y por lo tanto resulta en concentración de la orina. El exceso de agua y la
hipoosmolalidad, que fueron vistos en este paciente, deberían suprimir la
liberación de hormona antidiurética a menos que se percibiera un estado
hipovolémico.
ESTADO DEL VOLUMEN
La hipovolemia manifiesta es un potente estímulo
para la liberación de hormona antidiurética, que limita adecuadamente la excreción de agua del cuerpo. La hipervolemia
manifiesta (que se observa en pacientes con trastornos edematosos, como
insuficiencia cardíaca congestiva o cirrosis descompensada), también estimula la liberación de hormona antidiurética,
en respuesta a la percepción de un bajo volumen circulante efectivo. El examen
físico de este paciente no sugirió hipovolemia, pero una hipovolemia sutil, y la euvolemia pueden ser difíciles de
distinguir el uno del otro clínicamente, y la investigación del manejo renal de sodio y ácido úrico puede ayudar en
distinguirlos. Si este paciente hubiese tenido hipovolemia, yo hubiese
esperado la activación del sistema renina-angiotensina-aldosterona causando avidez por el sodio con un nivel bajo
de sodio en la orina. Su nivel de sodio en la orina era superior a 100 mmol por
litro, lo que indica que no tenía hipovolemia. Además, su bajo nivel de ácido
úrico en sangre (menos de 4 mg por decilitro) sugiere euvolemia.12 Finalmente,
si este paciente tuviera hipovolemia,
esperaría que el nivel del sodio en sangre aumente después de la administración
de fluidos intravenosos, en lugar de disminuir, que es lo que hizo cuando fue admitido en el hospital.
SÍNDROME DE ANTIDIURESIS INAPROPIADA
La presentación clínica de este paciente con
hiponatremia hipoosmolar y secreción de hormona
antidiurética sin estímulo hipovolémico aparente es consistente con el síndrome
de antidiuresis inapropiada. El hipotiroidismo severo y la insuficiencia
suprarrenal también pueden producir esta imagen clínica, pero el paciente tenía
tirotropina y niveles de cortisol normales. El diagnóstico diferencial del
síndrome de antidiuresis inapropiada se puede dividir en cinco categorías
principales: cáncer, enfermedad pulmonar, enfermedad del sistema nervioso
central (SNC), consumo de drogas y otras causas, como dolor, náuseas o
ejercicio intenso.13
Este paciente se sometió a imágenes adecuadas de la
cabeza, el tórax, abdomen y pelvis para la búsqueda de cáncer oculto,
pero sin hallazgos. No estaba tomando ningún medicamento que normalmente se
asocian con el síndrome de antidiuresis inapropiada. A pesar de una evaluación
exhaustiva, no había una causa clara de este síndrome. En este punto, intentaré
determinar si el síndrome de antidiuresis inapropiada de este paciente podría
estar relacionada con los espasmos repetitivos que afectaban al brazo izquierdo y al lado izquierdo de la cara.
SÍNTOMAS NEUROLÓGICOS
La hiponatremia se asocia con síntomas
neurológicosque van desde la fatiga y la desaceleración cognitiva hasta las
convulsiones, coma y muerte.5,14,15 Sin embargo, es de destacar que el paciente
no tuvo espasmos del brazo y la cara cuando su nivel de sodio en sangre estaba en su nivel más bajo y que estos
síntomas parecieron empeorar cuando su nivel de sodio en sangre era casi
normal.
El síndrome de desmielinización osmótica es una
complicación preocupante de la hiponatremia y su manejo. Los síntomas pueden
incluir convulsiones, parálisis y hallazgos neuropatológicos similar al
Parkinson16,17 ¿Podría el síndrome de desmielinización osmótica, potencialmente
resultante de la corrección inicial de la hiponatremia, explicar el cuadro
clínico de este paciente? El paciente no
tenía los factores de riesgo típicos para desarrollar el síndrome de
desmielinización osmótica, como son una hiponatremia grave (nivel de sodio,
menos de 110 mmol por litro), enfermedad hepática, hipopotasemia, alcoholismo,
o desnutrición.18 Además, tenía síntomas unilaterales, que es poco probable que
se expliquen por hiponatremia o síndrome de desmielinización osmótica.
¿Podría una enfermedad subyacente explicar tanto la
hiponatremia como los síntomas neurológicos observados en este paciente? Si
hubiese estado a cargo de este paciente, que tenía una combinación de síntomas
que yo nunca antes había observado,
buscaría casos ya reportados en la literatura. Después de mucho ensayo y error,
una búsqueda en PubMed de la combinación
de "cara", "brazo", "distónico" e "hiponatremia"
arrojó un resultado: un artículo titulado
"Las convulsiones distónicas faciobraquiales preceden a la encefalitis
límbica por anticuerpos Lgi1.”19 Más aún,
buscando "encefalitis límbica por anticuerpos LGI1" e
"hiponatremia" apareció en muchas publicaciones, principalmente en la
literatura de neurología, que vincula este tipo común de encefalitis límbica con
la característica clínica de hiponatremia, que está presente en aproximadamente
el 60% de los casos20,21. Hay que tener en cuenta, los pacientes que tienen
encefalitis asociada con anticuerpos LGI1
(leucine-rich, glioma-inactivated 1), pueden tener hallazgos normales o cambios
inespecíficos en la resonancia magnética
de la cabeza, como se vio en este paciente. Los anticuerpos pueden estar
presentes tanto la sangre como en el líquido cefalorraquídeo (LCR), y se ha
propuesto que los anticuerpos pueden afectar la liberación hipotalámica de la
hormona antidiurética o actuar directamente sobre los receptores de los
riñones22.
El diagnóstico de encefalitis por LGI1 encaja bien con
el curso clínico de este paciente, incluida la presentación inicial con fatiga
e hiponatremia, así como las posteriores convulsiones distónicas faciobraquiales. Para hacer el diagnostico en
este caso, realizaría un test de anticuerpos LGI1 en sangre o LCR.
IMPRESIÓN CLÍNICA DE NEFROLOGÍA
Cuando evaluamos a este paciente para hipovolemia
durante el ingreso actual, tenía euvolemia con un nivel inapropiadamente alto osmolalidad
urinaria y un probable síndrome de antidiuresis inapropiada. Notamos que tenía una
disminución en el nivel de sodio en sangre después de recibir 1 litro de
solución salina normal. Este fenómeno, llamada desalinización (definida como generación de agua libre de
electrolitos con simultáneo excreción de orina hipertónica), a menudo se
observa en pacientes con una osmolalidad urinaria superior a 500 mOsm por
kilogramo de agua y nivel de sodio en orina superior a 130 mmol por litro. Además,
el nivel de potasio en orina del paciente fue 37,4 mmol por litro, lo que hizo
que elclearence de agua libre de electrolitos en su orina de 0,7, lo que indica que retuvo 0,7 litros
de exceso de agua libre por litro de producción de orina.
En el momento de la hospitalización inicial, el
paciente no tenía síntomas neurológicos significativos y su hiponatremia se consideró crónica, y nuestro objetivo fue
aumentar su nivel de sodio en sangre de 4 a 6 mmol por litro en 24 horas.23
Dado su inapropiadamente alta osmolalidad urinaria y alto nivel de sodio en
orina, predijimos que la restricción de líquidos sola no corregiría su hiponatremia.3
Por lo tanto, se utilizó la restricción de líquidos en combinación con la administración de
solución salina hipertónica y desmopresina.
Después de que aumentó el nivel de sodio en sangre,
se añadió furosemida para aumentar el clearence de agua libre urinario.
El nivel de sodio en sangre se controló semanalmente
después del alta y se estabilizó aproximadamente en 135 mmol por litro con el
uso de restricción de líquidos, tabletas de cloruro de sodio y furosemida. Sin
embargo, cuando vimos al paciente en consultorio 8 semanas después del alta,
informó un aumento involuntario de los movimientos del brazo izquierdo y del
lado izquierdo de la cara, y por lo
tanto fue referido a los consultorios de
la Unidad de Trastornos del Movimiento de
Neurología.
IMPRESIÓN CLÍNICA DE NEUROLOGÍA
Cuando inicialmente evaluamos este paciente, nuestro
objetivo era determinar la causa de sus movimientos anormales. Su examen motor
basal fue completamente normal. Durante la entrevista, observamos varios
episodios de movimientos. Cada episodio fue breve, aproximadamente 2 segundos.
Durante cada episodio, el brazo izquierdo del paciente se flexionaba
repentinamente a la altura del codo, muñeca y articulaciones
metacarpofalángicas, con los dedos extendidos. Al mismo tiempo, el lado
izquierdo de la cara hacía una mueca, con cierre parcial de los ojos y la boca
hacia un lado.
El paciente no tenía cambios en el estado de alerta
durante los episodios. Los movimientos reflejaban posturas distónicas,
estereotipadas y paroxísticas delbrazo izquierdo y el lado izquierdo de la
cara.
El diagnóstico diferencial para este tipo de
movimientos intermitentes y estereotipados es relativamente limitado. Una
posibilidad son las convulsiones, específicamente convulsiones motoras focales,
que justificarían una estudio electroencefalográfico. Observamos que los
episodios parecían ser provocados por el paciente de pie, por lo que otra
posibilidad era discinesia kinesigénica
paroxística, un trastorno poco común asociado con movimientos anormales que a
menudo son distónicos y se desencadenan por movimiento voluntario. La
discinesia kinesigénica paroxística por lo general se desarrolla en la infancia
y puede asociarse con mutaciones genéticas específicas, 24 pero el trastorno también
puede desarrollarse en la edad adulta como resultado de lesiones focales.25 Una
última posibilidad en este caso es las convulsiones distónicas faciobraquiales,
un fenotipo26 asociado con episodios breves e intermitentes (menos de 5
segundos) de posturas distónica que afectan el brazo y que a menudo se
acompañan de espasmos faciales ipsolaterales (Tabla 2) .27,28 Las convulsiones
distónicas faciobraquiales son diagnósticas de encefalitis LGI1, que a menudo
se asocia con hiponatremia.28 Pensamos que la ocurrencia de este tipo de
movimiento en un paciente que había recibido recientemente un diagnóstico del
síndrome de antidiuresis inapropiada fue sugerente de convulsiones distónicas
faciobraquiales, por lo que obtuvimos un panel de autoanticuerpos séricos (
panel clínico de encefalopatía autoinmune) para establecer el diagnostico.
TABLA 2
Características Clínicas de Convulsiones Distónicas Faciobraquiales.
DIAGNOSTICO CLÍNICO PRESUNTIVO
CONVULSIONES DISTÓNICAS FACIOBRAQUIALES CON SÍNDROME
DE ANTIDIURESIS INAPROPIADA.
ENCEFALITIS ASOCIADA CON LGI1 (LEUCINE-RICH,
GLIOMA-INACTIVATED 1)
PRUEBAS DE DIAGNÓSTICO
Del panel de encefalopatía autoinmune, el paciente
tuvo dos resultados positivos: complejos de anticuerpos de los canales de potasio
activados por voltaje (voltage-gated potassium channel (VGKC) complex
antibodies) (a un nivel de 0,28 nmol por litro) y anticuerpos LGI1, que son un subtipo
más específico de anticuerpos del complejo VGKC.Los anticuerpos del complejo
VGKC fueron identificados con el uso de un ensayo de radioinmunoprecipitación,
en los que las muestras del paciente se incuban
con antígenos del complejo VGKC que han sido solubilizado de la corteza
cerebral y etiquetado con (125I) α-dendrotoxina radiactiva; si la radiactividad
se detecta después de que la muestra incubada ha sido probado por un anticuerpo
secundario a IgG humana IgG, luego IgG a complejos VGKC están presentes.
Los anticuerpos LGI1 se identificaron con el uso de
un ensayo basado en células, en el que una muestra de sangre o LCR se aplica a
células del riñón embrionario humano que
expresan la proteína LGI1 y luego un anticuerpo secundario marcado con
fluorescencia para humanos. La IgG se utiliza para visualizar la IgG dirigida a
LGI1 unión a la proteína LGI1. 31 El análisis de LCR no fuenecesario en este
caso. El paciente recibió un diagnóstico de encefalitis autoinmune LGI1 en base a la presencia de convulsiones
distónicas faciobraquiales y autoanticuerpos séricos LGI1.
DISCUSIÓN DEL MANEJO
La encefalitis autoinmune LGI1 es conocido por ser
altamente sensible al tratamiento con glucocorticoides, especialmente si se
trata antes la aparición de disfunción
cognitiva.28 Sin embargo, también se sabe que tiene la propensión a recurrir,
32 especialmente cuando los pacientes no reciben tratamiento durante el tiempo suficiente
o con dosis insuficientemente altas para la inmunosupresión.
Este paciente fue tratado con metilprednisolona (1 g
al día por tres dosis, luego semanalmente para seis dosis, cada dos semanas
para tres dosis, cada tres semanas por tres dosis, y mensual por tres dosis), por
vía endovenosa, un régimen adaptado de un ensayo publicado que evaluó la
capacidad de respuesta de encefalitis autoinmune con predominio de convulsiones
a la inmunoterapia33,34. Mientras el paciente estaba recibiendo glucocorticoides,
se le prescribió vitamina D,calcio,y trimetroprima sulfametoxazol
paraprofilaxis.
El paciente tuvo una excelente respuesta a la terapia, con el cese completo de las
convulsiones distónicas faciobraquiales
después de la segunda dosis de metilprednisolona intravenosa. Presentó algunos efectos adversos como insomnio,
aumento del apetito y síntomas leves de hipomanía durante un par de días
después de las infusiones, pero estos efectos secundarios no limitaron la
terapia. Se suspendió laadministración de las tabletas de sal y furosemida y la
ingesta de líquidos fue liberalizado. Tenía
un nivel de sodio en sangre normal en pruebas repetidas. Sobre el perfil neuropsicológico
realizado 9 meses después de sus síntomas iniciales, tenía una ineficacia sutil de los
sistemas frontotemporales en el contexto de habilidades cognitivas
relativamente normales, con atención dividida y dificultades leves con el aprendizaje
estratégico, memoria y fluidez fonémica; estos hallazgos son consistentes con
su historia de encefalitis autoinmune. Ahora, 2 años después de la presentación
inicial y 1 año después de la finalización de las infusiones de
glucocorticoides, el paciente permanece bien.
DIAGNOSTICO FINAL
ENCEFALITIS AUTOINMUNE LGI1.
Traducción de:
“A 79-Year-Old
Man with Hyponatremia and Involuntary Movements of the Arm and Face”
Cynthia M.
Cooper, M.D., Pui W. Cheung, M.D., Ellen B. Penney, M.D., Ph.D., and Jenny J.
Linnoila, M.D., Ph.D.
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jueves, 8 de abril de 2021
Una pelota con sorpresas.
En este ejercicio clínico se presenta un caso que es
discutido por un médico internista al que se le van proporcionando datos de la
historia clínica en forma secuencial, y este analiza el cuadro a la luz de los
nuevos elementos, de una manera análoga al proceso diagnóstico en la práctica
real de la medicina
HISTORIA
Un hombre de 70 años acudió al servicio de urgencias
tras un episodio de alteración de su estado mental. Había estado en su estado
habitual de buena salud hasta 2 días antes de la presentación, cuando comenzó a
tener aumento de la frecuencia urinaria y disminución de volumen de la orina
después de comerse un pastel de arroz con papa. No tenía náuseas, vómitos,
diarrea, estreñimiento, dolor abdominal, dolor de espalda, fiebre o
escalofríos. En el día de la presentación presentación, el hijo del paciente lo
había notado parado en la puerta del baño en su casa, pareciendo desorientado.
Cuando su hijo le habló, los ojos del paciente se pusieron en blanco y cayó al
suelo. Su hijo no observó ningún movimiento de sacudidas y notó que el paciente
parecía un poco aturdido después del evento. Los servicios médicos de emergencia
lo llevaron al departamento de
emergencias, donde a su arribo se encontraba
alerta y orientado.
PONENTE
Una alteración del estado mental comúnmente es el
resultado de alteraciones metabólicas, infecciones, causas estructurales (por
ejemplo, hematoma subdural), tóxicos (agentes sintéticos) o toxinas (agentes de
origen natural). Sin embargo, la encefalopatía que resulta de la mayoría de estas
causas no son autolimitadas, como lo fue en este caso. Posibles explicaciones
para la desorientación transitoria del paciente y la posible pérdida del
conocimiento incluyen síncope (p. ej., síncope post miccional), convulsiones e
hipoglucemia. El inicio agudo de síntomas del tracto urinario inferior en un
anciano sugiere una obstrucción del tracto urinario, más comúnmente como una
complicación de hiperplasia prostática benigna. La ausencia de síntomas
gastrointestinales hace que las enfermedades transmitidas por alimentos sean causas
menos probables.
EVOLUCIÓN
El paciente tenía antecedentes de hiperplasia
prostática benigna, hipertensión y asma. Sus medicamentos incluían atenolol,
amlodipina y enalapril. No tomaba medicamentos de venta libre, suplementos o
medicinas a base de hierbas. Estaba empleado como taxista en una isla remota en
el sur de Japón, donde también trabajaba en los campos de caña de azúcar una o
más veces a la semana. Su hijo señaló que el período de la zafra de la caña de
azúcar había terminado varias semanas antes de la presentación e informó que su
padre había visitado los campos de caña de azúcar con menos frecuencia desde
entonces. El paciente refirió que varios gatos callejeros de vez en cuando se
acercaban a su casa, pero decían que dijo no haber tenido contacto directo con ellos. No refirió
picaduras de insectos, consumo de alimentos crudos o contacto con fuentes de
agua salada o dulce. El paciente no fumaba
y bebía alcohol de vez en cuando. No había viajado recientemente y no
había tenido contacto con personas enfermas.
PONENTE
Disminución de la producción de orina en el contexto
de una hiperplasia prostática benigna justifica una evaluación rápida para
descartar obstrucción del tracto urinario y lesión renal asociada. Si el
paciente tiene una lesión renal aguda, el uso de un inhibidor de la enzima
convertidora de angiotensina (IECA) podría haber causado hiperpotasemia, que
potencialmente podría haber llevado a arritmia, que, a su vez, pudo haber
causado su estado mental transitoriamente alterado y posible pérdida del
conocimiento. Los medicamentos antihipertensivos pueden causar hipotensión
ortostática, aunque su cuadro de alteración de la conciencia no estaba
claramente relacionada con un cambio de postura. Los trabajadores de los campos
de caña de azúcar tienen una serie de riesgos laborales, incluidos envenenamiento
por plaguicidas, enfermedades transmitidas por vectores y cáncer de pulmón.
EVOLUCIÓN
En el examen físico, la temperatura del paciente era
de 36,5 ° C, presión arterial sistólica de 55 mm Hg, la frecuencia cardíaca 100
latidos por minuto, frecuencia respiratoria 28 respiraciones por minuto y la
saturación de oxígeno 97% mientras respiraba aire ambiente. Su rostro estaba
enrojecido y edematoso. Tenía inyección conjuntival en ambos ojos. Sus pupilas
eran iguales, de tamaño normal y simétricamente sensible a la luz. Las
membranas mucosas estaban húmedas. Tenía múltiples caries dentales no tratadas.
El examen cardiaco no mostró soplos. Los pulmones estaban limpios a la auscultación.
El tacto rectal reveló un agrandamiento próstata no doloroso. Los ruidos
intestinales eran normales. Sus brazos y piernas estaban calientes y sin edema.
Había varias abrasiones superficiales, cada una de 2 a 3 cm de largo, en la región superior
derecha del brazo. No hubo picaduras de insectos. El tuvo evacuaciones
intestinales sueltas y verdosas mientras se encontraba en el Departamento de Emergencia.
PONENTE
El estado mental alterado del paciente, la
taquicardia a pesar de la terapia con betabloqueantes, oliguria, taquipnea, e
hipotensión severa sugieren shock y que se debe realizar una evaluación de
urgencia e instituir un rápido tratamiento. El shock puede resultar de causas
cardiogénica, obstructivas, hipovolémicas o distributivas, o una combinación de
ellas. Sus extremidades cálidas y la cara
enrojecida apunta a vasodilatación y reducción resistencia vascular sistémica,
lo que sugiere una causa distributiva de la hipotensión severa. La ausencia de
fiebre no descarta sepsis; los sitios de infección potencial incluyen la
cavidad oral, la piel y tracto urinario. Deben obtenerse muestras para
hemocultivos. La escara causada por el tifus de los matorrales: una enfermedad
transmitida por vectores, causada por Orientia tsutsugamushi, que es endémica
en Japón, podría haber sido pasada por alto en el examen inicial ser
inicialmente. El enrojecimiento de la cara, el edema, la taquipnea, heces blandas y la
hipotensión requieren considerar
anafilaxia, especialmente por picadura de insecto, dado su trabajo en campos
de caña de azúcar; el uso de un inhibidor de la ECA y un betabloqueante puede
afectar su respuesta fisiológica a la hipotensión. La anafilaxia, sin embargo, no
explicaría el aumento de la frecuencia urinaria ni la disminución del
volumen. Las crisis adrenales también
puede manifestarse con hipotensión distributiva
y confusión.
Un toxindrome (un síndrome inducido por una toxina o
un tóxico) debe ser considerado, porque su ocupación lo pone en riesgo de
sufrir accidentes o envenenamiento deliberado por plaguicidas. Es necesario una
historia laboral y ambiental. La toxicidad colinérgica causada por insecticidas
organofosforados puede resultar en confusión, hipotensión, taquipnea, aumento
de la frecuencia urinaria y diarrea, aunque la taquicardia y la ausencia de
miosis y diaforesis hacen que este diagnóstico sea menos probable. La toxicidad anticolinérgica puede manifestarse
por encefalopatía, visión borrosa,
rubor, taquipnea, taquicardia y retención urinaria pero típicamente se asocia
con disminución de los ruidos intestinales, midriasis y mucosas secas. En forma
similar, la presencia de taquicardia y
taquipnea y la ausencia de miosis es incompatible con intoxicación por opioides. Su inyección conjuntival sugiere un proceso
alérgico, infeccioso o mediado por
toxinas o tóxicos.
EVOLUCIÓN
El recuento de glóbulos blancos fue de 20.500 por
milímetro cúbico, con 81% de neutrófilos, 16% de linfocitos, y 1% de
eosinófilos. El nivel de hemoglobina fue 12,5 g por decilitro, y el recuento de
plaquetas fue 317.000 por milímetro cúbico. El nivel de sodio fue 136 mmol por
litro, potasio 5.2 mmol por litro, 101 mmol de cloruro por litro, bicarbonato 21
mmol por litro, nitrógeno ureico en sangre 55 mg por decilitro y creatinina 4,9
mg por decilitro. Se desconoce la concentración de creatinina basal del
paciente El nivel de lactato sérico fue de 41,4 mg por decilitro. El nivel de
troponina sérica fue dentro de los límites normales. El análisis de orina
mostró una gravedad de 1.019, así como 5 glóbulos blancos y 20 glóbulos rojos
por campo de alta potencia, +3 de proteína y sin cilindros celulares. Una
prueba de detección de toxicología en orina fue negativo para benzodiazepinas,
cocaína, barbitúricos, fenciclidina, anfetaminas, metanfetaminas, marihuana,
morfina y antidepresivos tricíclicos.
Un electrocardiograma mostró taquicardia sinusal. Una ecografía transabdominal en el
departamento de emergencias no mostró distensión de la vejiga o hidronefrosis.
Una ecocardiografía transtorácica mostró fracción de eyección del ventrículo
izquierdo normal sin alteraciones de la motilidad parietal, valvulopatía o derrame
pericárdico. Una tomografía computarizada de tórax y abdomen reveló opacidades
en vidrio esmerilado en el campo pulmonar superior derecho. Sin distensión de
la vejiga, hidronefrosis, o infiltración grasa.
Se colocó un acceso venoso central a través de cateterismo de la vena
femoral y se comenzó con infusiones de solución salina normal y
norepinefrina. Se obtuvieron hemocultivos y urocultivos.
PONENTE
La leucocitosis predominante en neutrófilos sugiere infección
o una respuesta al estrés. La acidosis láctica es compatible con hipoperfusión y metabolismo
anaeróbico. La consideración principal sigue siendo un shock séptico con
múltiples sitios posibles de infección, incluida la piel, la cavidad bucal, y
pulmones. La insuficiencia renal oligúrica probablemente pueda explicarse, al
menos en parte, por la hipoperfusión renal debido a la hipotensión. La
proteinuria y la hematuria, obligan a considerar glomerulonefritis; no hay
cilindros de glóbulos rojos, pero su ausencia no descarta el diagnóstico.
El ecocardiograma normal apoya más aún un presunto
diagnóstico de shock distributivo en vez de shock cardiogénico u obstructivo).
Se deben iniciar antibióticos de amplio espectro por
posible sepsis. Causas no sépticas de shock distributivo, como anafilaxia y
crisis suprarrenal, siguen siendo posibles.
Las opacidades en el campo pulmonar derecho
combinadas con insuficiencia renal puede sugerir un síndrome pulmón-riñón, tal como enfermedad
anti-membrana basal glomerular. Sin embargo, la naturaleza focal de las
opacidades y la ausencia de tos, disnea y hemoptisis hacen que un síndrome pulmón-riñón
sea poco probable.
EVOLUCIÓN
Una punción lumbar, que se realizó en el departamento
de emergencias, mostró 10 glóbulos rojos, 1 monocito, un nivel de glucosa de
140 mg por decilitro y un nivel de proteína de 37 mg por decilitro. La tinción
de Gram del líquido cefalorraquídeo cerebroespinal no mostró organismos. Después
de enviar para cultivo el LCR, se comenzó con tratamiento antibiótico empírico con cefotaxima,
clindamicina y se inició minociclina
para cubrir las causas probables, incluido el síndrome de shock tóxico y el
tifus de los matorrales. Se continuó el tratamiento con norepinefrina, y se
administraron 4 litros de solución de lactato de Ringer. El paciente ingresó en
la unidad de cuidados intensivos. A la
mañana siguiente, se agregaron vasopresina y epinefrina, pero la hipotensión persistió
con presiones arteriales sistólicas que iban desde 50 a 60 mm Hg. Se administró
hidrocortisona (100 mg) fue por vía
intravenosa, pero no hubo mejoría aparente de la presión arterial. El paciente
desarrolló fiebre (temperatura, 39 ° C). Se observó taquipnea y en gasometría arterial un pH de 7,20, presión
parcial de dióxido de carbono 48 mm Hg, presión parcial de oxígeno 148 mm Hg,
nivel de bicarbonato 18,1 mmol por litro y nivel de lactato de 4,4 mg por
decilitro. La tráquea del paciente estaba intubada para la protección de las
vías respiratorias y se inició hemodiálisis venovenosa continua , dada la preocupación
por una toxina o tóxico no identificado.
PONENTE
La causa de la hipotensión del paciente sigue siendo
poco clarA. El ecocardiograma normal, un
nivel de troponina normal, y ausencia de
antecedentes de pérdidas de volumen hacen que una causa cardiogénica, obstructiva, o hipovolémica de shock es poco probables. El nivel
sérico normal de sodio y la hipotensión refractaria a hidrocortisona reduce la probabilidad de crisis suprarrenal y
la falta de respuesta a la epinefrina argumenta en contra de la anafilaxia.
Además, de los hemocultivos, están indicados las pruebas serológicas y las
reacciones de PCR para evaluar infecciones por rickettsias, incluido O.
tsutsugamushi. El tifus de los matorrales se manifiesta típicamente como una
enfermedad febril aguda, con o sin un erupción, dentro de los 10 días
posteriores a la picadura de una nigua infectada. Un toxsindrome, incluido la
toxicidad anticolinérgica, sigue siendo una posibilidad, dado el empleo del
paciente en los campos de caña de azúcar y posible exposición a plaguicidas.
La acidemia contribuye a la hipotensión refractaria a
través de la contractilidad cardíaca alterada, vasodilatación arterial y
disminución de la respuesta a catecolaminas endógenas y farmacológicas.
La brecha aniónica leve es atribuible a la acidosis
láctica y a la insuficiencia renal.
EVOLUCIÓN
Se mantuvo hemodiálisis venovenosa continua durante
3 días, después de lo cual la hipotensión del paciente se resolvió gradualmente. Más o menos al mismo tiempo, apareció
descamación en la cara, palmas, axilas y área genital (Fig. 1). Los cultivos de
sangre, orina y LCR permanecieron negativos. Las pruebas serológicas para
rickettsiosis fueron negativas. Seis días después de la admisión, todos los
vasopresores se suspendieron, y se extubó la tráquea del paciente. Diez dias después
de la admisión, mientras estaba en la sala general, comenzó a tener alopecia
difusa.
Figura 1.
Descamación.
Dos días después de la admission, desarrolló
descamación en palmas (mostrada), cara, axilas y genitales.
PONENTE
Si la mejoría en su condición representa el curso
natural de una enfermedad no identificada, la eliminación de una toxina o un tóxico mediante
hemodiálisis venovenosa, o la respuesta a la terapia antimicrobiana no está
clara. La descamación puede seguir al
síndrome de shock tóxico causado por Staphylococcus aureus o Streptococcus
pyogenes. Las pruebas serológicas para infecciones deben interpretarse con
precaución, porque los resultados pueden ser falsos negativos en el curso
temprano de la enfermedad. Los cultivos son a menudo negativos en casos de sepsis.
La alopecia difusa después de una enfermedad
potencialmente mortal es una pista para el diagnóstico. La pérdida difusa del
cabello se clasifica en función de la fase ciclo del cabello que se interrumpe.
La causa más común es el efluvio telógeno agudo debido a un cambio abrupto de
los folículos pilosos de la fase anágena a la telógena, que ocurre de 2 a 3
meses después de un factor incitante, como una enfermedad sistémica importante (incluido
el síndrome de choque tóxico), el inicio de una medicación o deficiencia
nutricional. Los pacientes con pérdida rápida del cabello son consistente con
efluvio anágeno, que generalmente se produce en 2 semanas después de un insulto
al folículo piloso en la fase anágena sin transición de los folículos pilosos a
la fase telógena; los culpables más comunes son agentes quimioterapéuticos,
pero una toxina o tóxico no reconocidos podrían tener el mismo efecto.
Sospecho de un toxindrome, especialmente dado la exposición
potencial del paciente a plaguicidas como trabajador de la caña de azúcar.
Causas tóxicas del efluvio anágeno incluyen metales pesados (por ejemplo,
talio) y la intoxicación por ácido bórico. El ácido bórico se usa en
pesticidas, y la intoxicación aguda se manifiesta con náuseas, vómitos, diarrea
azul verdosa, erupción eritematosa difusa, convulsiones, coma, insuficiencia renal
aguda falla y colapso circulatorio. Muchos de estas características coinciden
con los hallazgos más destacados de la presentación de este paciente.
EVOLUCIÓN
Mientras se estaba tratando al paciente
empíricamente por síndrome de shock tóxico, el equipo médico continuó
preguntando al paciente y a su familia sobre cualquier exposición tóxica
potencial, incluida la ingestión de hongos y plantas, pero no se informó de ninguno.
Sin embargo, su familia estaba preocupada por el pastel de arroz que comió antes de la admisión, porque sus
síntomas comenzaron después de haberlo comido. El paciente confirmó que comió
un pastel de arroz, de aproximadamente 10 cm de de diámetro, que tenía un sabor
amargo. Aproximadamente 3 semanas después de la admisión, la familia del
paciente le dijo al equipo médico que el supuesto pastel de arroz era
potencialmente una bola de pesticida hecha de ácido bórico y puré de papa,
utilizado para matar cucarachas. Cada año, los agricultores locales hacen la
matanza de cucarachas distribuyendo pelotas de tal preparación entre los
vecinos. Ese año, la distribución de las
bolas de plaguicidas coincidió con una fiesta religiosa regional en la que los
residentes traen a casa souvenirs comestibles. La familia del paciente especuló
que podría haber accidentalmente comido una bola de plaguicida cargada con ácido
bórico. El diagnóstico de toxicidad por ácido bórico se confirmó mediante la
medición de los niveles séricos de ácido bórico en muestras de sangre obtenidas
antes de la hemodiálisis (773 μg por mililitro) y después (11 μg por
mililitro). El paciente fue dado de alta a su domicilio 4 semanas después de la
admisión, momento en el que su creatinina sérica se había normalizado (0,89 mg
por decilitro). Nueve meses después, coincidió que viajé en taxi con el
paciente de conductor que dijo sentirse bien y continuaba conduciendo su taxi y
trabajaba también en la granja.
COMENTARIO
El paciente presentó un shock refractario que persistió
a pesar de la administración de líquidos, vasopresores y antibióticos. Un shock
distributivo comúnmente resulta de una infección bacteriana pero también puede
asociarse con causas no infecciosas. Aunque las principales hipótesis en este
caso fueron shock séptico1 y síndrome de shock tóxico, varias características
hacían que una causa no infecciosa fuese más probable. El paciente no tuvo
respuesta al tratamiento antimicrobiano, los cultivos permanecían estériles, no
había una fuente clara de infección, y la condición del paciente mejoró
rápidamente con terapia de reemplazo renal. Además, la descamación en el
síndrome de choque tóxico se desarrolla típicamente 10 a 21 días después del
inicio de los síntomas, 2 mientras que la descamación en este paciente se
desarrolló solo 3 días después de la admisión. La ocurrencia de alopecia difusa
dentro de las 2 semanas posteriores al inicio
de la enfermedad apunta hacia la exposición a toxinas o tóxicos, especialmente
teniendo en cuenta la historia ocupacional del paciente. El equipo médico
siguió investigando este punto, que llevó al paciente y su familia a hacer la
conexión entre la ingestión de la torta de arroz y la toxicidad por ácido
bórico.
El ácido bórico se utiliza en la fabricación de
cerámica, vidrio y pesticidas, 3 como antiséptico para quemaduras y para el tratamiento
de candidiasis vulvovaginales.4 Las ingestiones accidentales se han reportado
globalmente, más comúnmente en niños.5
En una gran serie retrospectiva de casos de dos centros
de intoxicaciones, la edad media de los pacientes afectados fue de 2 años, y el
80% de los casos estaban en pacientes menores de 6 años.6 Sin embargo, el 13,5%
de los pacientes afectados eran adultos6. La exposición puede ser accidental3 o
intencional7. La dosis letal de ácido bórico en adultos es aproximadamente 15 a
20 gramos.3 La concentración fatal de ácido bórico en la sangre es
aproximadamente 1000 μg por mililitro, 8 aunque algunos pacientes con
concentraciones sanguíneas más altas han sobrevivido 3
Los pacientes con toxicidad por ácido bórico suelen
estar asintomáticos, pero pueden presentarse con síntomas gastrointestinales,6
manifestaciones dermatológicas, 9 renales, 7 y sistémicas, como hipotensión10 y
acidosis metabólica.7 En contextos clínicos adecuados, los vómitos o diarrea de color verde azulado
se han considerado sugestivos de toxicidad por ácido bórico, aunque el vómito
de color verde azulado también puede ocurrir en el contexto de toxicidades por
sulfato de cobre y paraquat.11
Las manifestaciones cutáneas incluyen una
erupción eritematosa difusa que afecta a
las axilas, áreas inguinales, y la cara que aparece dentro de 1 a 2 días
después la exposición, seguida de descamación difusa 2 a 3 días después del
desarrollo de la erupción. Las características cutáneas se describen
clásicamente como de un aspecto de
“langosta hervida” 12 Efluvio anágeno también puede ocurrir.13 Insuficiencia
renal oligúrica debida a necrosis tubular aguda8 se ha documentado en casos
severos. No se dispone de un antídoto específico, y es necesaria una atención
de apoyo de alta calidad3.
Debido a su bajo peso molecular, el ácido bórico puede
eliminarse eficazmente con hemodiálisis.
Un informe de caso mostró que el clearence corporal
total fue tan alto como 3,5 litros por hora con hemodiálisis14. Una diuresis
agresiva con furosemida es una opción de tratamiento alternativa; en otro reporte
de caso, la condición de un paciente que no pudo someterse a hemodiálisis
mejoró con diuresis.3
Este caso destaca que una exposición tóxica puede
hacerse pasar por un shock séptico y llama la atención a la peligrosa práctica
de mezclar veneno con alimentos para el control de plagas. También subraya la
importancia de tomar una detallada historial ambiental, dietética y ocupacional
para evitar poncharse cuando se lanza una pelota curva. En este caso, la evidencia
clínica que respalda una exposición tóxica resultó en la eventual identificación
de la bola de plaguicida como causa de la enfermedad del paciente.
Traducción de:
A Curve Ball
Mitsuru Mukaigawara, M.D., Reza Manesh, M.D.,
Mitsuyo Kinjo, M.D., M.P.H., Shuichi Sugita, M.D., and Andrew P.J. Olson, M.D.
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