miércoles, 20 de enero de 2021

Como aliadas las muletas...

En este ejercicio clínico se presenta un caso que es discutido por un médico internista al que se le van proporcionando datos de la historia clínica en forma secuencial, y este analiza el cuadro a la luz de los nuevos elementos, de una manera análoga al proceso diagnóstico en la práctica real de la medicina

 

HISTORIA

Una mujer de 63 años se presentó con varios meses de dolor en ambos tobillos. Dos años antes de esta presentación, se había caído y se había fracturado la meseta tibial izquierda. Una densitometría de absorciometría de rayos X de energía dual (DXA) obtenida en ese momento mostró puntajes T de -1,9 en el cuello femoral, 0,0 en la cadera total y 0,4 en la columna. El dolor relacionado con la fractura en la rodilla izquierda inicialmente disminuyó con fisioterapia, pero posteriormente volvió a empeorar en esa misma rodilla y se encontró que tenía una nueva fractura del cóndilo femoral interno izquierdo. El dolor volvió a disminuir con la terapia conservadora.

Luego se desarrolló un dolor progresivo en ambos tobillos, lo que resultó en el uso intermitente de muletas y un bastón. No refirió fiebre, pérdida de peso ni dolor en otros lugares.

 

 

PONENTE

La historia de fractura de cóndilo femoral interno sin traumatismo previo genera  preocupación por una insuficiencia esquelética o una fractura patológica, las cuales ocurren con tensiones normales en un hueso debilitado, con la primera ocurriendo en el contexto de enfermedad esquelética difusa y la última como resultado de una enfermedad ósea focal. El dolor del tobillo puede indicar otra fractura, nuevamente sin trauma aparente. El diagnóstico diferencial de fracturas patológicas y por insuficiencia esquelética  incluye causas neoplásicas, tales como mieloma múltiple y metástasis de tumores sólidos, así como causas metabólicas, que incluyen osteomalacia, osteoporosis, enfermedad ósea de Paget y osteítis fibrosa quística por hiperparatiroidismo. Las ubicaciones de las fracturas son atípicas para la osteoporosis. Aunque los resultados de la DXA en el momento de su primera fractura fueron coherentes con  osteopenia, su masa ósea no era lo suficientemente anormal para explicar su presentación clínica. Además del escaneo DXA, una evaluación de laboratorio para causas de fractura se habrían indicado después de la fractura femoral atraumática y ciertamente debe realizarse ahora. Una revisión de estudios de imágenes previos también podría ser informativo, ya que algunos diagnósticos están asociados con hallazgos sugestivos  en la radiografía, como hueso cortical engrosado y agrandado en la enfermedad de Paget.

 

 

EVOLUCIÓN

La paciente tenía antecedentes de carcinoma lobulillar in situ de mama, que había sido tratado con tumorectomía y un ciclo de tamoxifeno de 5 años que se había completado 10 años antes. Las mamografías anuales y los exámenes clínicos de las mamas no habían sido notables desde que se completó el tratamiento. También tenía antecedentes de fibromas uterinos (por los cuales había sido sometida a histerectomía abdominal total con salpingooforectomía bilateral 16 años antes) y apnea obstructiva del sueño. Ella no usaba tabaco, alcohol, u otras drogas. Sus medicamentos eran  suplemento de calcio y vitamina D (500 mg de calcio elemental y 400 UI de colecalciferol, tomados diariamente) y un multivitamínico. Su historia familiar se destacaba por cáncer de colon en su padre, cáncer de mama en su madre y fracturas de cadera en ambos padres cuando tenían 80 años. Ella estaba casada, había tenido dos hijos y trabajaba  en un servicio de atención de clientes, aunque ella no estaba trabajando en el momento de la presentación por dolor de tobillo.

La revisión de radiografías anteriores mostró densidades escleróticas lineales orientadas transversalmente en el cóndilo femoral interno y la metáfisis  tibial proximal izquierda, que eran consistentes con fracturas por insuficiencia.

 

 

PONENTE

El cáncer de mama metastásico está en el diagnóstico diferencial de sus fracturas, pero el uso de tamoxifeno para el carcinoma lobulillar in situ reduce sustancialmente su riesgo. La historia de la menopausia quirúrgica es un factor de riesgo de osteoporosis, aunque el uso posmenopáusico de tamoxifeno tiene un efecto protector. Hay una historia presunta de osteoporosis en ambos padres, lo que sugiere la posibilidad de una predisposición familiar a la fragilidad ósea. Las descripciones de las fracturas por insuficiencia son inespecíficas, pero la ubicación y la orientación de las fracturas pueden ser consistente con zonas de Looser (fracturas corticales por estrés perpendiculares al eje largo del hueso), que son hallazgos radiográficos clásicos de osteomalacia (aunque suelen tener una banda más ancha de radiolucidez con esclerosis marginal).

 

 

EVOLUCIÓN

En el examen físico, parecía estar en buen estado general  y tenía un andar antálgico. Ella tenía dolor y un rango reducido de movimiento  en ambos tobillos pero no hinchazón o eritema. El examen de las rodillas no mostró deformidad, eritema, calor, dolor, o rango reducido de movimiento. La fuerza muscular era de  5/5 en brazos y piernas.

 

 

PONENTE

El examen centrado también podría haber incluido la evaluación del signo de Chvostek (contracción de los músculos faciales ipsolaterales después de la percusión del nervio facial) y el signo de Trousseau (espasmo carpopedal después de inflar un esfigmomanómetro por encima de la presión arterial sistólica), que se puede ver en osteomalacia si está presente la hipocalcemia. La palpación de la columna, los brazos y las manos también pueden haber sido informativas para evaluar dolor que podría indicar sitios ocultos de fractura. Me preocupa la posibilidad de un proceso difuso y un escaneo óseo podría estar indicado pero comenzaría con una  radiografía simple de los tobillos. Anomalías de laboratorio para excluir son hipocalcemia, hipofosfatemia, deficiencia de vitamina D, y disfunción hepática y renal así como  anomalías hematológicas sugestivas  de enfermedad nutricional o cáncer.

 

 

EVOLUCIÓN

Las radiografías simples de tobillos no mostraron fracturas. El nivel de calcio sérico fue de 8,6 mg/dl  (8,8 a 10,7/dl) y el nivel de fosfatasa alcalina 185 U por litro (rango de referencia, 35 a 130). El recuento de glóbulos blancos fue de 10,210 por microlitro (no se informa el recuento diferencial). El nivel de hemoglobina fue de 14,9 g/dl, y el recuento de plaquetas 258.000 por microlitro. Los resultados de un panel metabólico básico y las pruebas de función hepática estaban dentro de los límites normales. El nivel de 25-hidroxivitamina D fue de 31 ng/ml (rango de referencia, 20 a 80 ng por mililitro).

 

 

PONENTE

Las radiografías de los tobillos son sorprendentemente normales, pero estos resultados no descartan nuevas fracturas que podrían detectarse con un método de imágenes más sensibles, como una gammagrafía ósea. Los resultados de los estudios de laboratorio, sin embargo, estrechan el diagnóstico diferencial. El elevado nivel de fosfatasa alcalina es presumiblemente una consecuencia de aumento del recambio óseo y no de origen hepático; la enfermedad de Paget, la osteomalacia, y el hiperparatiroidismo son causas potenciales. Las radiografías  no muestran las características típicas de la enfermedad de Paget. Un nivel de fosfato aparentemente no fue evaluado y es importante en la evaluación de un paciente con fracturas por insuficiencia.

 

 

EVOLUCIÓN

La gammagrafía ósea con radionúclidos mostró varias fracturas nuevas por insuficiencia en los tobillos, incluidas las las tibias distales izquierda y derecha, el peroné distal izquierdo, y el calcáneo derecho (Fig. 1). La gammagrafía ósea también mostró fracturas por insuficiencia de las costillas, vértebras, tibias proximales y fémures distales.

 

 


Figura 1. Gammagrafía ósea con radionúclidos.

Una exploración con radionúclidos, obtenida en vistas anterior (Panel A) y posterior (Panel B), muestra una mayor captación en múltiples costillas, vértebras y  la región proximal de ambas tibias (flechas), así como las regiones distales de ambas tibias y el peroné distal izquierdo, calcáneo derecho y fémures distales.

 

 

PONENTE

Las fracturas observadas en las tibias, peroné y calcáneo explican el dolor de tobillo de la paciente, pero los hallazgos radiográficos son mucho más difusos. El diagnóstico más probable en este paciente es osteomalacia: un trastorno de la mineralización ósea que conduce a fracturas y dolor de huesos. La mineralización ósea depende del calcio adecuado, fosfato, vitamina D y actividad enzimática intacta para formar cristales de hidroxiapatita. No hay causa nutricional clara para la presunta osteomalacia de la  paciente , dado el nivel  suficiente de 25-hidroxivitamina D; la hipocalcemia también es relativamente leve. Por lo tanto, sospecho particularmente una trastorno hipofosfatémico adquirido o hereditario como  causa de su osteomalacia.

 

 

EVOLUCIÓN

El nivel de fosfato sérico fue de 1,4 mg por decilitro ( rango de referencia, 2,4 a 4,3), el nivel de calcitriol 14 pg por mililitro (rango de referencia, 18 a 78), y el nivel de hormona paratiroidea 57 pg por mililitro (rango de referencia, 15 a 65).

 

 

PONENTE

El paciente tiene hipofosfatemia marcada. El fosfato sérico está regulado por tres hormonas: hormona paratiroidea, factor de crecimiento de fibroblastos 23 (FGF-23) y calcitriol. FGF-23 es una hormona peptídica  péptido producida por osteocitos y osteoblastos en respuesta a un nivel alto de fosfato sérico. FGF-23 reduce el nivel de fosfato sérico en dos formas: altera la reabsorción de fosfato en el túbulo proximal del riñón regulando a la baja cotransportadores de sodio-fosfato, y reduce el nivel de calcitriol sérico al disminuir su síntesis (a través de la inhibición de la enzima 1-alfahidroxilasa renal) y promoviendo su catabolismo (a través de la estimulación de la enzima 24-hidroxilasa). Las causas renales de hipofosfatemia son FGF-23 dependientes o  FGF-23 independientes. Los niveles bajos de calcitriol en este caso sugiere un proceso renal mediado por FGF-23, ya que debiera esperarse un elevado nivel de calcitriol en un proceso renal independiente de FGF-23 tales como una mutación inactivante en el cotransportador sodio fosfato renal (raquitismo hipofosfatémico hereditario con hipercalciuria). Causas no renales de hipofosfatemia incluyen el desplazamiento intracelular de fosfato desde el espacio extracelular y disminución de la ingesta o absorción de fosfato. A la  paciente debe preguntársele acerca de una historia de diarrea que podría indicar malabsorción y sobre el uso de quelantes de fosfato, ya que estos son potenciales causas  no renales de hipofosfatemia. Además, dado que  algunas causas de hipofosfatemia son genéticas, yo preguntaría sobre antecedentes familiares de esta condición. o de anomalías asociadas, como arqueamiento de las piernas y abscesos dentales. Datos sobre niveles previos de fosfato, deben revisarse si están disponibles.

 

 

EVOLUCIÓN

La  paciente no refirió diarrea ni uso de fosfato quelantes de fosfatos . No había antecedentes familiares de hipofosfatemia. Ella no tenía medidas previas de los niveles de fosfato sérico. El nivel de fosfato sérico fue de 1,4 mg por decilitro, el nivel de creatinina sérica de 0,55 mg por decilitro, un nivel aleatorio de fosfato en orina fue de 48,7 mg por decilitro y un nivel aleatorio de creatinina en orina 53,6 mg por decilitro.

 

 

PONENTE

Se puede usar una muestra de orina al azar para estimar excreción fraccionada, aunque se prefiere en una muestra en ayunas. La excreción fraccionada de fosfato se calcula con la siguiente ecuación: (nivel de fosfato en orina × nivel  de creatinina sérica × 100) ÷ (nivel de fosfato sérico × nivel de creatinina en orina). La excreción fraccionada de fosfato de la paciente fue del 35,7%, muy por encima del valor esperado valor con hipofosfatemia (menos de 5,0%), un hallazgo que confirma pérdidas renales. Aunque un proceso mediado por FGF-23 sigue siendo la causa más probable, es importante descartar una disfunción tubular proximal generalizada (síndrome de Fanconi).

 

 

EVOLUCIÓN

El análisis de orina fue negativo para proteínas y glucosa. El nivel de ácido úrico en suero estaba en el rango normal. El nivel de FGF-23 C-terminal fue de 235 RU por mililitro (valor de referencia menor de 180).

 

 

PONENTE

Causas de hipofosfatemia dependientes de FGF-23 incluyen la osteomalacia inducida por tumores (un raro síndrome  paraneoplásico  en el que un tumor secreta FGF-23) y ligado al cromosoma X, autosómico dominante y el raquitismo hipofosfatémico hereditario autosómico recesivo. Dado que el raquitismo hipofosfatémico hereditario casi siempre se manifiesta temprano en la vida, el caso actual es muy sugestivo de osteomalacia inducida por tumor. Tumores que causan este síndrome son típicamente de origen mesenquimatoso y de carácter benigno; la escisión proporciona la mejor posibilidad de curación. Un examen físico completo debería de ser realizado; estos tumores pueden localizarse  en cualquier parte del cuerpo pero tienen predilección por las piernas y la pelvis, seguido de la  región de la cabeza y el cuello. Si no se encuentran masas en el examen, imágenes funcionales de todo el cuerpo como un PET con 18F-fluorodesoxiglucosa [FDG] asociada a TC, una tomografía  de fotón único con octreotide [SPECT], o galio-68 [68Ga] –Dotatate PET-CT, con preferencia por el último cuando sea posible) ser realizado, seguido de imágenes enfocadas si se identifica un área de mayor absorción.

 

 

EVOLUCIÓN

Un cuidadoso reexamen no reveló ninguna sospecha de masas. El paciente se sometió a PET/TC con Dotatate-68Ga, que mostró un área focal de aumento captación en la región del primer metatarsiano derecho (Figura 2A). Imágenes de resonancia magnética posteriores del pie derecho mostraron una masa con mineralización de 2,2 cm en los tejidos blandos subcutáneos adyacentes a la cara plantar medial de la  primera articulación metatarsofalángica, correspondiente al área de aumento de captación de dotatate (Fig. 2B).

 

 



Figura 2. Estudios de imagen.

Una tomografía computarizada scan por emisión de positrones con el uso de galio-68-Dotatate muestra aumento de la captación focal en el primer metatarsiano derecho (Panel A, recuadro). Imágenes por resonancia magnética del pie derecho muestra una masa  subcutánea, mineralizada, de 2,2 cm,  adyacente a la cara medial plantar de la primera articulación metatarsofalángica (Panel B, flechas).

 

 

PONENTE

La  paciente debe ser derivada para extirpación quirúrgica con amplios márgenes para asegurar una resección completa. Ella debería recibir un tratamiento agresivo de calcio y suplementos de vitamina D para apoyar la remineralización ósea  y prevención del hiperparatiroidismo secundario después de la resección.

 

 

EVOLUCIÓN

La  paciente fue derivada a un cirujano ortopédico, quien extirpó el tumor. El análisis patológico mostró un tumor mesenquimal fosfatúrico (Fig. 3). Al tercer día posoperatorio, el nivel de FGF-23 se había normalizado a 59 RU por mililitro. El nivel de fosfato sérico suero se normalizó más lentamente, aumentando a 2,5 mg por decilitro en el tercer día posoperatorio y a 5,3 mg por decilitro en el día 45 del posoperatorio. Después de la cirugía, el paciente recibió 50.000 UI de ergocalciferol cada semana durante 8 semanas y 1000 mg de suplementación diaria de calcio elemental. Su marcha progresivamente mejoró y el dolor de huesos disminuyó gradualmente, aunque todavía caminaba con un bastón. A los 5 meses después de la resección, calificó su dolor de tobillo como 3 en una escala de 0 a 10.La repetición de las radiografías de los tobillos 3 meses después de la cirugía mostró fracturas de insuficiencia con  curación de la tibias distales y calcáneo derecho. A los 8 meses después de la resección, caminaba sin ayuda, con completa resolución del dolor de tobillo. Una densitometía  DXA fue planeada para 1 año después de la cirugía.

 


Figura 3. Hallazgos histopatológicos.

Una sección histológica muestra un tumor de tejido blando circunscrito que consiste en hueso tejido intercalado con focos  de células tumorales (Panel A, asteriscos). Un aumento mayor muestra que el tumor está compuesto de uniformes, cortos células fusiformes con cromatina fina y citoplasma eosinofílico, dispuestas en patrones de crecimiento fascicular y perivascular (Panel B). Un aumento mayor también muestra focos de calcificación "sucia" con una apariencia floculante y basófila (Panel C). El tumor muestra una extensa deposición de hueso tejido (panel D, asteriscos) con prominentes osteoclastos (Panel D, flechas). Estas características histológicas son características de los tumores mesenquimales fosfatúricos.

(Se utilizó tinción con hematoxilina y eosina en todos los paneles).

 

COMENTARIO

En este caso, una paciente con antecedentes de fracturas atraumáticas se  presenta con síntomas que despertaron preocupación por probables fracturas adicionales por insuficiencia. La presencia de tales fracturas fue confirmado en la imagen. El laboratorio y los estudios radiológicos revelaron un diagnóstico de osteomalacia tumor inducida por tumor, que se curó con la escisión del tumor.

El dolor de huesos, las fracturas y la dificultad para caminar con los que la paciente se presentó,  son manifestaciones comunes de la osteomalacia. A pesar de que la debilidad muscular proximal es otra característica prominente de la osteomalacia, no está presente en todos los pacientes. En este caso, el diagnóstico de la osteomalacia dependía del nivel de fosfato sérico, un electrolito que a menudo se pasa por alto. A pesar de que se puede estimar la excreción fraccionada de fosfato de una muestra de orina al azar, la mayoría de las evaluaciones más precisa es con una muestra de orina puntual en ayunas (la primera muestra obtenida después de la primera micción por la mañana) y simultánea evaluación de fosfato y creatinina séricos para permitir el cálculo de la reabsorción  tubular máxima de fosfato normalizada para el tasa de filtración glomerular (TmP / GFR)en 24 horas

La recolección de orina también se puede utilizar, pero los resultados son menos precisos porque reflejan niveles de fósforo dietético durante todo el día. Calculado con el uso de un nomograma, un TmP / GFR de menos de 0,80 mmol por litro es consistente con pérdida renal de fosfato a cualquier edad1.

El bajo nivel de calcitriol fue una pista importante en este caso en cuanto a la presencia de FGF-23, que puede ser medido con el uso de un ensayo dirigido al fragmento de péptido C-terminal o la hormona intacta; el fragmento C-terminal muestra menos variabilidad intraindividual, pero la hormona intacta es más biológicamente activa2. Una causa de hipofosfatemia dependiente de FGF-23 se supone que es osteomalacia inducida por tumores.

El tumor de la paciente se localizó con éxito con el uso de 68Ga-Dotatate PET-CT, nuevas  imágenes funcionales basadas en el método del receptor de somatostatina. Tumores mesenquimales, que componen la gran mayoría de los tumores causales en tumores induciendo osteomalacia, expresan receptores de somatostatina, particularmente subtipo de receptor de somatostatina 2 (SSTR2) .3 68Ga-Dotatate se une con alta afinidad con SSTR2, lo que probablemente explica su mayor sensibilidad (55 a 100%) y especificidad (86 a 100%) en la osteomalacia inducida por tumores que los de FDG-PET-CT o marcados con indio-111 octreotida SPECT.4-6 Donde esté disponible y asequible, 68Ga-Dotatate PET-CT debe ser la primera línea estudio de imágenes en la osteomalacia inducida por tumores.

Las imágenes funcionales siempre deben incluir todo el cuerpo. Debido a su pequeño tamaño, los tumores puede que nunca se localicen en algunos pacientes. Si el tumor está localizado y la cirugía es factible, se recomienda la escisión quirúrgica completa para lograr la curación. La escisión con márgenes amplios es vital, incluso en esta condición abrumadoramente benigna; en un estudio retrospectivo de 230 casos de tumores induciendo osteomalacia, persistió el 11% de los tumores después de la cirugía y un 7% adicional recurrió. Se identifican múltiples tumores, venosos aguas abajo en el muestreo para FGF-23 que puede identificar la causa del  tumor para extirpación.8 Radioterapia, radiofrecuencia ablación y crioablación también se ha utilizado con éxito en informes de casos y casos serie de pacientes que no eran candidatos a la cirugía 9-11 Si la cirugía o los métodos ablativos no pueden perseguirse, está indicada la terapia médica. Un régimen estandar incluye de 15 a 60 mg por kilogramo de peso corporal por día de suplementos de fosfato dividido en cuatro o cinco dosis diarias y 15 a 60 ng por kilogramo por día de calcitriol dividido en dos o tres dosis diarias para apuntar un nivel de fosfato sérico bajo a normal. Niveles de calcio sérico, fosfato, hormona paratiroidea, y el calcio en orina debe controlarse cada 3 meses para evitar el hiperparatiroidismo secundario, hipocalcemia o hipercalcemia e hipercalciuria.12 En un informe de caso reciente de tumores inductores de osteomalacia de meningiomas inoperables, tratamiento con burosumab, un anticuerpo monoclonal que bloquea la acción del FGF 23circulante, resultó en la normalización de los niveles de fosfato y disminución del dolor13; ensayos de su uso en tumores induciendo la osteomalacia están en curso (ClinicalTrials .gov, NCT02304367 y NCT03775187).

Hasta que se disponga de más datos, burosumab debe reservarse para pacientes en los que la cirugía o procedimientos ablativos están contraindicados y en quien se encuentra la terapia médica tradicional ineficaz o se asocia con inaceptable efectos secundarios como malestar gastrointestinal o diarrea.

Después de la cirugía, la curación se confirma mediante la normalización de FGF-23 y niveles de fosfato. FGF-23 intacta se puede normalizar en horas debido a su corta vida media, mientras que FGF-23 C-terminal puede tardar días o semanas en normalizarse, a pesar de una disminución inicial igualmente rápida. El nivel del fosfato sérico se normaliza en unos días y el calcitriol y niveles de hormona paratiroidea generalmente suben  a niveles suprafisiológicos antes de normalizar varios días después de la cirugía.14 Inmunohistoquímica en el análisis del tumor para FGF-23 a menudo no es necesario porque el aspecto patológico de tumores mesenquimales fosfatúricos es característico. Casi el 50% de estos tumores albergar fusiones de genes (por ejemplo, FN1-FGFR1 y FN1 – FGF1), que puede proporcionar más información en tumorigénesis y puede servir como tratamiento futuro.

Aunque el dolor de huesos y otros síntomas disminuyen poco después de la cirugía, pueden tardar un año o más para resolver completamente.12 La paciente en este caso también puede haber tenido pérdida ósea por otras razones, dado su historial familiar y menopausia precoz, y una DXA repetida sería apropiada a continuación arriba. Pautas específicas de seguimiento postoperatorio faltan, pero el control de rutina del calcio, fosfato, 25-hidroxivitamina D y niveles de hormona paratiroidea a medida que el hueso se remineraliza es importante, al igual que la suplementación con calcio y vitamina D según sea necesario.

Este caso subraya la importancia de evaluarel nivel de fosfato en un paciente con múltiples fracturas. El hallazgo de hipofosfatemia, y las pruebas adicionales dirigidas a esta anormalidad, condujo a la identificación del FGF- 23: secreción de tumor en el pie y permitió el tratamiento curativo.

 

Traducción de :

“The Game Is Afoot”

Nicholas Yozamp, M.D., Jason L. Hornick, M.D., Ph.D., Christopher P. Chiodo, M.D., Amy L. Miller, M.D., Ph.D., and Joseph Loscalzo, M.D., Ph.D.

NEJM

 

https://www.nejm.org/doi/10.1056/NEJMcps1913599

 

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jueves, 14 de enero de 2021

RESPIRANDO POR LOS DOS...

 

En este ejercicio clínico se presenta un caso que es discutido por un médico internista al que se le van proporcionando datos de la historia clínica en forma secuencial, y este analiza el cuadro a la luz de los nuevos elementos, de una manera análoga al proceso diagnóstico en la práctica real de la medicina

 

HISTORIA

Una mujer embarazada de 29 años (5 embarazos 3 hijos) con enfermedad indiferenciada del tejido conectivo se presentó a las 26 semanas y 3 días de gestación con tos y dificultad para respirar. Dos semanas antes, había notado disnea de esfuerzo que aumentaba gradualmente, 5 días de tos no productiva, congestión nasal, fiebres subjetiva y fatiga. Tenía opresión en el pecho, palpitaciones y estado presincopal después de subir la ropa lavada por las escaleras. No refirió escalofríos, sudores nocturnos, hemoptisis, sibilancias, dolor en el pecho, ortopnea, dolor de cabeza, cambios visuales o dolor abdominal.

 

 

PONENTE

La disnea es común en el embarazo debido a varios cambios fisiológicos. Sin embargo, la disnea también puede representar condiciones patológicas nuevas o no diagnosticadas previamente que se ven agravadas por el embarazo. De manera similar, aunque el aturdimiento es común durante el embarazo debido a la disminución de la resistencia vascular sistémica, la anemia por dilución, la deshidratación por náuseas o vómitos y la compresión uterina de la vena cava inferior, el presíncope de esfuerzo despierta preocupación por un proceso patológico. En esta paciente, se deben considerar las causas específicas e inespecíficas de disnea del embarazo. Las causas a considerar incluyen pulmonares (infección respiratoria por tos y fiebres subjetivas, enfermedad pulmonar intersticial o enfermedad pleural por la enfermedad subyacente del tejido conectivo y preeclampsia con edema pulmonar dado la semana de gestación que cursa la paciente).

 

 

EVOLUCIÓN

La historia clínica de la paciente destacaba por enfermedad indiferenciada del tejido conectivo (diagnosticada aproximadamente 10 meses antes de la presentación actual pero con manifestaciones aisladas que se remontaban a su embarazo más reciente 5 años antes) con linfadenopatía difusa, vasculitis leucocitoclástica de pies y piernas comprobada por biopsia y citopenias intermitentes. Las pruebas serológicas fueron positivas para títulos de anticuerpos antinucleares, anticuerpos anti-Ro (SSA) y anti-La (SSB) y niveles bajos de complemento. Las pruebas de anticuerpos anti-ADN bicatenario (anti-dsDNA), anticuerpos anti-Smith, anticuerpos anticitoplasma de neutrófilos, anticuerpos antifosfolípidos, anticuerpos anticentrómeros, anticuerpos anti-Scl-70 y anticuerpos anti-RNP fueron negativos. Inicialmente había notado dificultad para respirar a las 10 semanas de gestación, con un episodio sincopal. El análisis en ese momento reveló un nivel de hemoglobina de 6.2 g por decilitro, un recuento de plaquetas de 40.000 células por milímetro cúbico, resultados positivos en una prueba de antiglobulina directa y un recuento bajo de reticulocitos. Dados estos hallazgos y una exposición en la guardería de su hija, se realizó un ensayo de reacción en cadena de la polimerasa para el parvovirus B19 y se detectó el virus. Su disnea y síncope se atribuyeron a anemia sintomática por hipoplasia y hemólisis autoinmune relacionada con la infección por parvovirus B19 y enfermedad subyacente indiferenciada del tejido conectivo. Se realizó un ensayo de reacción en cadena de la polimerasa para el parvovirus B19 y se detectó el virus. Su disnea y síncope se atribuyeron a anemia sintomática por hipoplasia y hemólisis autoinmune relacionada con la infección por parvovirus B19 y enfermedad subyacente indiferenciada del tejido conectivo.

Durante el mes siguiente, recibió dos transfusiones de glóbulos rojos y una disminución gradual de prednisona, con disminución de sus citopenias y disnea. Recibió asesoramiento sobre los riesgos de pérdida fetal, anemia e hidropesía relacionados con el parvovirus. Las pruebas anatómicas con el uso de ecografía a las 18 semanas no mostraron anomalías. Fue tratada con hidroxicloroquina a una dosis de 200 mg dos veces al día y continuó con prednisona a una dosis de 30 mg al día, porque las citopenias recurrentes impidieron la disminución. Su nivel de hemoglobina fue de 10,0 g por decilitro 2 semanas antes de la presentación actual. Otros medicamentos incluyeron vitaminas prenatales y aspirina (81 mg al día) para reducir el riesgo de preeclampsia debido a las características de su enfermedad del tejido conectivo similares a las que se encuentran en el lupus. Tenía antecedentes de tabaquismo de 2 paquetes-año y había dejado de fumar 8 años antes. Ella informó que no había consumido alcohol ni drogas. No informó de viajes recientes. Los antecedentes familiares fueron negativos para enfermedad autoinmune, enfermedad tromboembólica, hipertensión pulmonar, miocardiopatía y muerte súbita.

 

 

PONENTE

La historia de esta paciente despierta sospechas de anemia recurrente o compromiso cardiopulmonar de su enfermedad del tejido conectivo (serositis con derrame pericárdico o pleural, miocardiopatía, enfermedad pulmonar intersticial, neumonitis, vasculitis o hipertensión pulmonar). Ella había estado tomando más de 20 mg de prednisona durante más de 8 semanas, lo que, aunque poco probable, puede aumentar el riesgo de infecciones oportunistas como Pneumocystis jirovecii . También se debe considerar el tromboembolismo provocado por la hipercoagulabilidad del embarazo y la preeclampsia.

 

 

EVOLUCIÓN

En el examen físico, la temperatura era de 38 ° C, la presión arterial de 106/54 mm Hg, la frecuencia cardíaca de 122 latidos por minuto, la frecuencia respiratoria de 22 respiraciones por minuto y la saturación de oxígeno del 94% mientras el paciente respiraba aire ambiente. Las mucosas no presentaban palidez ni ulceración. La presión venosa yugular estaba elevada, con una onda v prominente . El examen cardíaco reveló taquicardia con ritmo regular, desdoblamiento del segundo ruido cardíaco, soplo holosistólico en el borde esternal derecho y un levantamiento paraesternal izquierdo. Se observaron taquipnea, aumento del trabajo respiratorio y crepitantes dispersos sin roncus ni sibilancias. El abdomen estaba grávido e indoloro. Había hiperpigmentación reticular y edema con fóvea en ambas piernas. Los exámenes neurológicos y musculoesqueléticos fueron normales.

 

 

PONENTE

Aunque la frecuencia cardíaca puede aumentar entre un 10 y un 20% en el segundo y tercer trimestre para adaptarse al aumento del gasto cardíaco en un embarazo normal, una frecuencia cardíaca en reposo superior a 120 latidos por minuto es preocupante y, combinada con la taquipnea y la hipoxemia, despierta preocupación por  infección, insuficiencia cardíaca o embolia pulmonar. Los crepitantes en el examen sugieren la participación del parénquima pulmonar y pueden indicar edema pulmonar, infección o enfermedad pulmonar intersticial relacionada con la enfermedad del tejido conectivo del paciente. Una onda v prominente refleja un aumento pasivo de la presión y el volumen de la aurícula derecha durante la sístole tardía y la diástole temprana; éste y otros hallazgos del examen cardíaco sugieren presiones elevadas del corazón derecho.

 

 

EVOLUCIÓN

Un panel metabólico completo estaba dentro del rango normal. Un hemograma completo reveló un recuento de leucocitos de 13.700 células por milímetro cúbico (60,2% de linfocitos, 33,2% de neutrófilos, 5,6% de monocitos, 0,3% de eosinófilos y 0,3% de basófilos), un nivel de hemoglobina de 11,2 g por decilitro y una plaqueta recuento de 203.000 células por milímetro cúbico. Un panel de patógenos respiratorios fue positivo para virus respiratorio sincitial (VSR). Una radiografía de tórax ( Figura 1 ) se leyó inicialmente como normal. Los síntomas se atribuyeron inicialmente a la infección por virus sincitial respiratorio (VSR). Sin embargo, esto se reconsideró cuando un electrocardiograma mostró taquicardia sinusal con desviación del eje derecho e inversión de la onda T en las derivaciones II, III, aVF y V 3 a V 5 ( Figura 2) y la relectura de la radiografía de tórax reveló prominencia de la arteria pulmonar descendente derecha, una gran arteria pulmonar central izquierda con obliteración de la ventana aortopulmonar y una reducción del espacio libre retroesternal. El nivel de péptido natriurético de tipo B (BNP) fue de 362 pg por mililitro (valor normal, igual o menor de 100), y el nivel de troponina fue menor de 0.029 ng por mililitro, que era normal. Las pruebas de anticuerpos anti-Smith y anti-dsDNA fueron negativas y los niveles de complemento fueron normales.

 


Figura 1.

Radiografía simple de tórax.

Aunque las radiografías fueron inicialmente informadas como normales, la revisión posterior mostró prominencia de la arteria pulmonar derecha descendente (flecha negra en el panel A), una gran arteria pulmonar central con obliteración de la ventana aortopulmonar  (flecha blanca en el panel A), y una disminución del espacio claro retroesternal (flecha en el panel B)

 

 


Figura 2.

Electrocardiograma.

Un ECGmostró taquicardia sinusaly evidencias de sobrecarga ventricular derecho incluyendo desviación del eje a la derecha así como infradesnivel del ST e inversión de la onda T en derivaciones DII, DIII y aVF y de V3 a V5

 

 

 

PONENTE

El nivel de hemoglobina de 11,2 g por decilitro y la infección por RSV pueden contribuir a los síntomas de la paciente, pero ninguno explica completamente su presentación. Los hallazgos electrocardiográficos, los resultados de la exploración cardiovascular y el nivel de BNP despiertan preocupación por la disfunción del ventrículo derecho. Las posibles causas de disfunción ventricular derecha incluyen embolia pulmonar o hipertensión pulmonar debido a hipertensión arterial pulmonar, vasculitis, enfermedad pulmonar intersticial y miocardiopatía (relacionada con enfermedad del tejido conectivo o infección por VSR). Aunque los biomarcadores autoinmunes tienen un valor predictivo negativo deficiente para los brotes activos, estos resultados no sugieren una mayor actividad de la enfermedad. Se debe realizar una angiografía por tomografía computarizada (TC) del tórax para evaluar la presencia de embolia pulmonar y anomalías parenquimatosas.

 

 

EVOLUCIÓN

La angiografía pulmonar por TC reveló nodularidad difusa leve en árbol brotado, opacidades en vidrio deslustrado y agrandamiento del ventrículo derecho sin evidencia de embolia pulmonar ( Figura 3 ). Un ecocardiograma transtorácico mostró un pequeño ventrículo izquierdo hiperdinámico con una fracción de eyección del 75% y marcada dilatación del ventrículo derecho con función sistólica severamente reducida y aplanamiento septal ( Figura 4 ). La aurícula derecha estaba muy dilatada. Había insuficiencia tricuspídea severa, sin otras alteraciones valvulares. La presión sistólica ventricular derecha estimada fue de 74 mm Hg (rango normal, 16 a 39), y la excursión sistólica del plano anular tricúspide fue de 17 mm (valor normal, igual o menor a 18). Se identificó un pequeño derrame pericárdico.

 

 


Figura 3. Tomografía computarizada de tórax.

Tomografía computada que muestra evidencias de opacidades en vidrio esmerilado y en árbol brotado, así como agrandamiento de la arteria pulmonar.

 

 

 


Figura 4. Ecocardiografía transtorácica.

El ecocardiograma mostró un agrandamiento de la cavidad ventricular derecha (RV), aurícula derecha dilatada (RA), y una cavidad ventricular izquierda pequeña con un aplanamiento del septum interventricular. Un pequeño derrame pericárdico es también visto. El panel A es una vista de cuatro cámaras y el panel B una vista en eje corto paraesternal.

 

PONENTE

La nodularidad difusa en árbol en brote y la opacificación en vidrio esmerilado son inespecíficas y pueden representar causas infecciosas o inflamatorias, pero aquí son más consistentes con una infección conocida por VSR. La evidencia de agrandamiento del ventrículo derecho en la TC motivó legítimamente un ecocardiograma. La dilatación marcada del ventrículo derecho y el compromiso sistólico con presión sistólica ventricular derecha elevada, baja excursión sistólica del plano anular tricúspide, ausencia de valvulopatía del lado izquierdo y ventrículo izquierdo hiperdinámico sugieren hipertensión pulmonar precapilar con insuficiencia ventricular derecha. Aunque la ausencia de defectos de llenado en la angiografía por TC descarta una gran embolia pulmonar, la gammagrafía de ventilación-perfusión es más sensible para la hipertensión pulmonar tromboembólica crónica. El cateterismo cardíaco derecho está indicado para confirmar la hipertensión pulmonar. Se debe asesorar al paciente sobre los riesgos del procedimiento; sin embargo, en este caso, la evaluación hemodinámica precisa es fundamental para el diagnóstico y el tratamiento.

 

EVOLUCIÓN

El cateterismo cardíaco derecho mostró una presión auricular derecha de 19 mm Hg (rango normal, 2 a 6), presión arterial pulmonar sistólica de 82 mm Hg (rango normal, 15 a 25), presión arterial pulmonar diastólica de 45 mm Hg (rango normal, 8 a 15), presión arterial pulmonar media de 57 mm Hg (rango normal, 10 a 20), presión de enclavamiento capilar pulmonar de 5 mm Hg (rango normal, 4 a 12), gasto cardíaco por termodilución de 2,7 litros por minuto (normal rango, 5,8 a 6,2 durante el embarazo) y resistencia vascular pulmonar de 19,2 unidades de Woods (valor normal, igual o menor de 1,6). No hubo respuesta al óxido nítrico inhalado. Una exploración de ventilación-perfusión posterior mostró una perfusión normal.

 

 



Tabla 1.

Simposio Mundial sobre Hipertensión Pulmonar Clasificación Clínica Actualizada de Hipertensión Pulmonar.

 

 

PONENTE

La elevación de la presión arterial pulmonar media por encima de 20 mm Hg con una presión de enclavamiento capilar pulmonar normal y una resistencia vascular pulmonar por encima de 3 unidades Wood es compatible con hipertensión pulmonar precapilar. Un gasto cardíaco de 2,7 litros por minuto es más bajo de lo esperado para las pacientes no embarazadas y sustancialmente más bajo de lo esperado durante las 26 semanas de gestación (rango normal, 5,8 a 6,2 litros por minuto). Una gammagrafía de ventilación-perfusión normal descarta la hipertensión pulmonar tromboembólica crónica. El cuadro clínico del paciente sugiere hipertensión arterial pulmonar grave asociada a enfermedad del tejido conectivo (Grupo 1.4.1 en la clasificación del Simposio Mundial sobre Hipertensión Pulmonar [WSPH]) ( Tabla 1) con insuficiencia ventricular derecha, precipitada por cambios hemodinámicos del embarazo con posible contribución de la infección por VSR.

 

EVOLUCIÓN

La  paciente ingresó en la unidad de cuidados intensivos (UCI) y comenzó a recibir epoprostenol y sildenafil por vía intravenosa. Los dolores de cabeza intratables requirieron una transición a tadalafil. La presión sistólica estimada del ventrículo derecho y la función mejoraron como se observa en la ecocardiografía, y fue dada de alta con un plan de evaluaciones semanales y aumentos en la dosis de epoprostenol hasta la dosis máxima tolerada. Antes del parto por cesárea programado, fue admitida para una reevaluación y tratamiento hemodinámicos. A las 33 semanas y 4 días de gestación, se le colocaron vainas venoarteriales para una posible oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO) y se le realizó una cesárea sin complicaciones quirúrgicas bajo anestesia epidural. Dio a luz a un bebé varón con puntuaciones de Apgar de 8 (al minuto 1) y 9 (a los 5 minutos). Recibió furosemida intravenosa (dirigida a una presión venosa central de  10 mm Hg) y oxígeno suplementario y fue observada en la UCI durante 7 días después de la operación. En el seguimiento más reciente, 7 meses después del parto, la paciente tenía síntomas de clase funcional I de la Organización Mundial de la Salud. Su distancia de caminata de 6 minutos, los hallazgos ecocardiográficos, el nivel de BNP y las variables hemodinámicas han mejorado desde el parto.

 

COMENTARIO

Hasta el 70% de las mujeres tienen disnea durante el embarazo normal. 2 Aunque el mecanismo no se comprende completamente, los factores contribuyentes incluyen un aumento del volumen sanguíneo y del gasto cardíaco (que alcanzan un máximo entre las 24 y 32 semanas de gestación en un 130 a 150% del valor inicial previo al embarazo 3 ), elevación del diafragma, disminución de la capacidad residual funcional, y aumento mediado por progesterona en el impulso (drive) respiratorio y la ventilación por minuto. 2Sin embargo, la disnea en el embarazo puede indicar una enfermedad cardiovascular o pulmonar nueva o no diagnosticada previamente, y la presencia de síntomas asociados o un diagnóstico subyacente que confiera una predisposición a estas afecciones, como el historial de nuestra paciente de enfermedad del tejido conectivo indiferenciado, debe impulsar una evaluación más allá de la típica. disnea del embarazo.

 

En un porcentaje sustancial (33 a 76%) de mujeres con hipertensión pulmonar durante el embarazo, la afección se diagnostica recientemente durante el embarazo o el posparto, en parte porque a las mujeres con hipertensión arterial pulmonar conocida se les suele aconsejar que eviten el embarazo. 4-10 El retraso en el diagnóstico, y presumiblemente en el inicio de la terapia, se ha asociado de forma independiente con un mayor riesgo de muerte. 10 Por tanto, el reconocimiento de la disnea patológica y la consideración de la enfermedad vascular pulmonar durante el embarazo son fundamentales.

 

El diagnóstico de hipertensión arterial pulmonar durante el embarazo es un desafío porque los signos y síntomas se superponen con los del embarazo normal. Normalmente, los pacientes con hipertensión arterial pulmonar se presentan con fatiga progresiva y disnea de esfuerzo 11 y también pueden tener aumento de peso (por edema), anorexia o dolor e hinchazón abdominal. A medida que avanza la enfermedad, o durante el embarazo, a medida que avanza la edad gestacional, pueden desarrollarse dolor torácico de esfuerzo, presíncope y síncope, lo que indica isquemia o insuficiencia ventricular derecha. Estas manifestaciones siempre deben impulsar una mayor investigación. Durante el embarazo, la descompensación ocurre con mayor frecuencia entre las 20 y 24 semanas de gestación (cuando el volumen sanguíneo y el gasto cardíaco están alcanzando su punto máximo), en el tercer trimestre y posparto. 12

 

El examen físico puede revelar un aumento de la intensidad del componente pulmonar del segundo ruido cardíaco o signos de insuficiencia ventricular derecha, como un aumento de la presión venosa yugular con una onda a inicialmente prominente, una onda v posterior , un impulso paraesternal o un empuje subxifoideo, un segundo ruido cardíaco ampliamente desdoblado, regurgitación tricuspídea o soplos de eyección sistólica pulmonar, hepatomegalia, edema periférico o ascitis. Una radiografía de tórax puede mostrar agrandamiento de la arteria pulmonar central, disminución del espacio libre retroesternal o cardiomegalia. El electrocardiograma puede mostrar signos de hipertrofia o distensión ventricular derecha.

 

Los hallazgos ecocardiográficos suelen sugerir hipertensión pulmonar, pero el estándar diagnóstico es el cateterismo cardíaco derecho. El criterio diagnóstico tradicional ha sido una presión arterial pulmonar media de al menos 25 mm Hg con el paciente en decúbito supino y en reposo, aunque recientemente se propuso 20 mm Hg como nuevo umbral diagnóstico. 1 El diagnóstico de hipertensión arterial pulmonar se clasifica clínicamente (es decir, idiopático o asociado con una afección sistémica, como enfermedad del tejido conectivo) y, además, requiere presiones de llenado del corazón izquierdo normales (presión de enclavamiento capilar pulmonar menores a 15 mm Hg) y resistencia vascular de al menos 3 unidades Wood. 1

 

Aunque la mortalidad asociada al embarazo entre las mujeres con hipertensión pulmonar ha disminuido con la disponibilidad de terapias dirigidas y centros especializados en hipertensión pulmonar, la morbilidad y la mortalidad siguen siendo altas. Se describió una mortalidad del 17 al 33% en series de casos entre 1997 y 2007, 4 y una serie de 49 gestantes con hipertensión pulmonar de varios subtipos mostró una mortalidad del 16%, deterioro en el 80% y uso de terapias avanzadas , vasodilatadores pulmonares o ECMO) en más del 50%. 13 Dado el alto riesgo, múltiples sociedades profesionales recomiendan evitar el embarazo o considerar la interrupción del embarazo en mujeres con hipertensión pulmonar. 5,12

 

No obstante, cuando el embarazo ocurre en mujeres con hipertensión pulmonar conocida, o la hipertensión pulmonar se diagnostica recientemente durante el embarazo, la terapia se guía por estudios observacionales y extrapolación de poblaciones no embarazadas. Las terapias convencionales incluyen oxígeno suplementario para mantener las saturaciones de oxígeno por encima del 95% durante el embarazo, diuréticos para mantener la euvolemia y anticoagulación en ciertas pacientes con hipertensión arterial pulmonar. Las pacientes que estaban usando anticoagulación antes del embarazo deben cambiarse a heparina de bajo peso molecular o no fraccionada (debido a que la warfarina es un teratógeno conocido y los nuevos anticoagulantes orales pertenecen a la categoría C del embarazo, con datos insuficientes sobre su uso en la hipertensión arterial pulmonar). Para los pacientes que no estaban usando previamente anticoagulación, se recomienda la heparina profiláctica en el período periparto.12 Las terapias dirigidas que están aprobadas para la hipertensión arterial pulmonar WSPH Grupo 1 incluyen análogos de prostaciclina, un agonista del receptor de prostaciclina, inhibidores de la fosfodiesterasa-5, antagonistas del receptor de endotelina y un estimulador soluble de guanilato ciclasa. Los análogos de prostaciclina, que han demostrado mejorar las variables hemodinámicas, la clase funcional, la capacidad de ejercicio y (en el caso del epoprostenol) la supervivencia en pacientes no embarazadas, se incluyen en la categoría de embarazo B (epoprostenol y treprostinil) o C (iloprost). 12 El Pulmonary Vascular Research Institute recomienda continuar con los análogos de prostaciclina iniciados antes del embarazo y mantener un umbral bajo para iniciarlos si se produce una descompensación durante el embarazo. 6,7,12Los inhibidores de la fosfodiesterasa-5 sildenafil y tadalafil han mejorado los resultados en ensayos aleatorizados que incluyeron pacientes no embarazadas con hipertensión arterial pulmonar del Grupo 1 de WSPH 8 y están incluidos en la categoría B de embarazo. Grandes series de casos han descrito resultados positivos con el uso de sildenafil en el embarazo. 6,12,13 Aunque hay pocos informes sobre el uso de tadalafil para la hipertensión arterial pulmonar durante el embarazo, se ha utilizado de forma segura durante el embarazo para otras indicaciones. 14 Los antagonistas del receptor de endotelina y el estimulador de guanilato ciclasa soluble riociguat se evitan durante el embarazo debido a su teratogenicidad. 12El selexipag, agonista del receptor de prostaciclina oral, no se ha evaluado en estudios adecuados o controlados durante el embarazo. Se ha informado que algunas pacientes con vasorreactividad que han mantenido una mejoría hemodinámica con bloqueadores de los canales de calcio fuera del embarazo tienen una respuesta duradera al tratamiento en curso con bloqueadores de los canales de calcio durante el embarazo. 9

 

El momento y el modo de parto preferidos en mujeres con hipertensión arterial pulmonar son inciertos y deben individualizarse. Los riesgos maternos de continuar con el embarazo deben sopesarse con el tratamiento apropiado para la hipertensión arterial pulmonar, así como los riesgos neonatales de parto prematuro. En esta paciente, el parto se retrasó hasta las 33 semanas de gestación para permitir el inicio de terapias dirigidas con el objetivo de mejorar las variables hemodinámicas y reducir el riesgo de muerte materna durante el parto. En mujeres cuya condición es estable, se recomienda el parto planificado aproximadamente a las 34 a 36 semanas de gestación, con una reevaluación y un parto más temprano en busca de evidencia de deterioro sintomático. 12Aunque la cesárea presenta mayores riesgos de pérdida de sangre e infección, minimiza el dolor, la maniobra de Valsalva y la respuesta vasovagal durante el parto vaginal, lo que puede resultar en un aumento de tensión simpático y una precarga cardíaca disminuida. 12 El parto vaginal asistido con anestesia epidural también puede minimizar estos efectos. La cesárea planificada también reduce el riesgo de parto por cesárea de emergencia, que se ha asociado con una mayor mortalidad entre las mujeres con hipertensión arterial pulmonar. 9,13 La anestesia general presenta riesgos particulares entre los pacientes con hipertensión arterial pulmonar debido a los cambios hemodinámicos asociados con la inducción, la disminución de la contractilidad cardíaca mediada por el anestésico y la ventilación con presión positiva. 4,12

 

Múltiples estudios han identificado el parto y el período de posparto inmediato (hasta 2 meses) como los que presentan el mayor riesgo de colapso cardiovascular y muerte entre las mujeres embarazadas con hipertensión pulmonar. 4,6,7,9,10,12,13 Los factores de riesgo independientes de muerte incluyen compromiso hemodinámico severo, insuficiencia cardíaca derecha, hipertensión arterial pulmonar WSPH Grupo 1 y diagnóstico durante el embarazo o el posparto. 5,10,13 La mayoría de las muertes ocurren durante el primer mes después del parto, siendo la insuficiencia cardíaca, la muerte súbita por arritmia o parada de la actividad eléctrica sin pulso y la tromboembolia las principales causas de muerte. 4,10Los cambios de volumen intravascular, la hipoxemia, la acidosis, las complicaciones trombóticas y la disminución de las hormonas del embarazo en el período periparto pueden afectar negativamente el tono vascular pulmonar y la función del ventrículo derecho. 12 Por lo tanto, el seguimiento con electrocardiografía continua, oximetría de pulso, la presión venosa central, y la presión sanguínea intraarterial se recomienda durante el parto. 12 No existe consenso sobre el uso de catéteres arteriales pulmonares durante el parto. 12 La OMEC está ahora más disponible como puente durante el período periparto, pero los datos que respaldan esta indicación son limitados.

 

Este caso resalta las complejidades del diagnóstico y manejo de la enfermedad vascular pulmonar durante el embarazo. El resultado favorable en este paciente, a pesar de las múltiples características de alto riesgo, enfatiza la importancia del diagnóstico y el tratamiento oportunos, la disponibilidad de (o la transferencia a) un nivel apropiado de atención especializada y la colaboración multidisciplinaria para mejorar los resultados maternos y fetales.

 

 

Traducción de:

Breathing for Two

Meghan Rudder, M.D., Melissa Russo, M.D., and Corey E. Ventetuolo, M.D.

NEJM

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcps2006666?query=recirc_inIssue_bottom_article

 

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