viernes, 1 de noviembre de 2024

Varón de 37 años con fiebre, mialgias, ictericia e insuficiencia respiratoria

Un hombre de 37 años fue ingresado en este hospital debido a fiebre, mialgia, ictericia e hipoxemia.

El paciente había estado sano hasta 9 días antes de su ingreso, cuando presentó malestar, fatiga y debilidad generalizada. Los síntomas eran graves y dormía casi todo el día y toda la noche. Siete días antes de este ingreso, el paciente tuvo una temperatura oral de 39,4 °C y desarrolló dolor de cabeza, así como dolor y rigidez en los brazos, hombros, rodillas y piernas. No podía comer una comida completa debido a la disminución del apetito y las náuseas. No tenía dolor abdominal, vómitos ni diarrea.

Cinco días antes de este ingreso, la fiebre y el dolor de cabeza remitieron; sin embargo, el dolor aumentó y el paciente notó que su orina era de color amarillo oscuro. Tres días antes de este ingreso, el paciente buscó evaluación en la clínica de atención de urgencias de otro hospital. Las pruebas fueron negativas para el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo, el virus respiratorio sincitial y los virus de la influenza tipos A y B. Se le indicó que descansara e hidratara adecuadamente. Dos días antes de este ingreso, los síntomas no habían remitido y el paciente regresó a la clínica de atención de urgencias. En el examen, se observó una nueva coloración amarillenta de la piel y los ojos, y se le indicó que fuera al departamento de emergencias del otro hospital.

En la evaluación, la temperatura temporal fue de 36,8 °C, la presión arterial de 106/70 mm Hg, el pulso de 109 latidos por minuto, la frecuencia respiratoria de 18 respiraciones por minuto y la saturación de oxígeno del 100% mientras el paciente respiraba aire ambiente. El recuento de glóbulos blancos fue de 17.900 por microlitro (rango de referencia, 4500 a 11.000), el recuento de plaquetas de 34.000 por microlitro (rango de referencia, 150.000 a 400.000) y el nivel de hemoglobina de 15,7 g por decilitro (rango de referencia, 13,0 a 17,0). El nivel de creatinina fue de 3,0 mg por decilitro (rango de referencia, 0,6 a 1,4 mg por decilitro), el nivel de bilirrubina total de 15,9 mg por decilitro (rango de referencia, 0,0 a 1,2 mg por decilitro), y el nivel de bilirrubina directa más de 10,0 mg por decilitro (rango de referencia, 0,0 a 0,5 mg por decilitro). Otros resultados de pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1. Se obtuvieron hemocultivos. El paciente fue ingresado en el otro hospital.

 


Tabla 1. Datos de laboratorio.

Durante los dos días siguientes, el paciente recibió líquidos intravenosos. El tercer día de hospitalización, la presión arterial descendió a 71/60 mm Hg y la saturación de oxígeno también había disminuido. El nivel de creatinina aumentó a 3,8 mg por decilitro, el nivel de hemoglobina disminuyó a 10,3 g por decilitro y el nivel de bilirrubina total aumentó a 20,9 mg por decilitro. Se administró oxígeno suplementario a través de una cánula nasal y se administraron bolos de líquidos intravenosos. El paciente fue trasladado a este hospital para recibir tratamiento adicional.

En la evaluación, el paciente refirió cansancio y falta de aire, pero no tos, rinorrea ni congestión. No tenía ninguna enfermedad conocida, no tomaba ningún medicamento y no tenía alergias a medicamentos conocidas. Vivía en un apartamento en una zona urbana de Nueva Inglaterra con su pareja, que había tenido una enfermedad aguda caracterizada por fiebre, malestar, náuseas y diarrea que comenzó 7 días antes de este ingreso y se resolvió después de 4 días.

El paciente trabajaba en una oficina y paseaba a diario con su perro por el bosque y a lo largo de un río; recordaba haber recibido múltiples picaduras de insectos durante esos paseos. No informó de ningún viaje reciente. Había fumado un paquete de cigarrillos al día durante 16 años y consumía marihuana a diario. Consumía dos bebidas alcohólicas a la vez, unas cuantas veces por semana, y no consumía drogas ilícitas.

En el examen, la temperatura temporal era de 36,3 °C, la presión arterial de 100/56 mm Hg, el pulso de 103 latidos por minuto, la frecuencia respiratoria de 42 respiraciones por minuto y la saturación de oxígeno del 91% mientras el paciente recibía oxígeno suplementario a través de una cánula nasal a una velocidad de 4 litros por minuto. Estaba alerta y orientado, pero parecía enfermo. Tenía un mayor trabajo respiratorio, con el uso de los músculos accesorios de la respiración; se escuchaban estertores difusos en ambos pulmones. No había dolor abdominal, hepatoesplenomegalia, asterixis o hinchazón de las piernas. Había ictericia escleral marcada y piel ictérica, pero no tenía sufusión conjuntival, erupción o úlceras. Los resultados de las pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1 .

La radiografía del tórax reveló opacidades bilaterales, predominantemente periféricas y en parches ( Figura 1A ). La ecografía del abdomen mostró tríadas portales hiperecogénicas y prominentes con una apariencia de "cielo estrellado"; no había dilatación del conducto biliar ni hidronefrosis. La tomografía computarizada (TC) del tórax, el abdomen y la pelvis, realizada sin la administración de material de contraste intravenoso, reveló opacidades multifocales consolidativas y en vidrio esmerilado con nodularidad en árbol en brote en ambos pulmones ( Figura 1B y 1C ), así como pequeños derrames pleurales y ganglios linfáticos mediastínicos e hiliares agrandados ( Figura 1D ). No se observaron lesiones hepáticas, dilatación del conducto biliar ni hepatoesplenomegalia ( Figura 1E ).

 


Figura 1. Estudios de imágenes del tórax, abdomen y pelvis.

La radiografía de tórax (Panel A) muestra opacidades en el espacio aéreo, predominantemente periféricas y en parches (flechas) en ambos pulmones. Las imágenes de TC del tórax, el abdomen y la pelvis se obtuvieron sin la administración de material de contraste intravenoso. Las imágenes de TC axiales (Panel B) y coronales (Panel C) del tórax en una ventana pulmonar muestran opacidades consolidativas multifocales (flechas naranjas) y opacidades en vidrio esmerilado (flechas blancas) en ambos pulmones. Una imagen de TC axial del tórax en una ventana de tejidos blandos (Panel D) muestra un ganglio linfático mediastínico agrandado (flecha blanca) y un derrame pleural derecho (flecha naranja). Una imagen de TC coronal del abdomen y la pelvis en una ventana de tejidos blandos (Panel E) no muestra lesiones hepáticas focales, dilatación de los conductos biliares ni hepatoesplenomegalia.

 

El paciente inició tratamiento con presión positiva continua en las vías respiratorias. Se administró tratamiento empírico con vancomicina y cefepima intravenosas y doxiciclina oral.

Se realizó una prueba diagnóstica.


Diagnóstico diferencial

Este hombre de 37 años, previamente sano, presentó un síndrome febril agudo inespecífico con fatiga, malestar y mialgias prominentes, que se complicó con insuficiencia respiratoria hipóxica y múltiples anomalías de laboratorio, incluidas leucocitosis, insuficiencia renal aguda e hiperbilirrubinemia conjugada. Al elaborar un diagnóstico diferencial, consideraré las enfermedades febriles agudas que pueden ocurrir en un paciente presuntamente inmunocompetente y pueden progresar rápidamente a una enfermedad crítica con insuficiencia orgánica multisistémica.

 

Enfermedad febril aguda

La enfermedad febril aguda es un síndrome clínico frecuente con muchas causas posibles. Este paciente no presentaba síntomas localizados evidentes, antecedentes médicos clínicamente significativos ni factores de riesgo epidemiológicos importantes que pudieran ayudar a limitar el diagnóstico diferencial. Sin embargo, el diagnóstico diferencial puede ser más específico cuando se consideran entidades que pueden hacer que una persona sana enferme gravemente con extrema rapidez.

El cáncer y las enfermedades inflamatorias pueden provocar una enfermedad febril aguda y deben tenerse en cuenta. Sin embargo, el hemograma completo de este paciente no muestra ninguna anomalía macroscópica en el recuento diferencial de glóbulos blancos o blastos que sugiera leucemia aguda, y solo se observó una linfadenopatía leve y probablemente reactiva en las imágenes, que no sería compatible con un linfoma. Las enfermedades inflamatorias como la vasculitis asociada a anticuerpos anticitoplasma de neutrófilos (ANCA) pueden causar una enfermedad grave con manifestaciones proteicas y variables, que incluyen afectación pulmonar, renal y cutánea, y requieren un alto índice de sospecha y un umbral bajo para las pruebas. Los hallazgos pulmonares en la TC de este paciente son inespecíficos, pero podrían verse en un paciente con vasculitis asociada a ANCA, incluso sin el exantema clásico, y deben realizarse pruebas.

Dado el inicio agudo de la presentación de este paciente, parece probable una causa infecciosa. Se debe considerar una amplia gama de enfermedades bacterianas, virales, parasitarias, fúngicas y transmitidas por garrapatas. Dentro de cada categoría de patógenos potenciales, hay patógenos típicos y atípicos, aunque lo que se considera atípico depende de factores epidemiológicos locales. Las infecciones con patógenos virales y parasitarios, como el dengue, la chikungunya y la malaria, pueden manifestarse con signos y síntomas clínicos similares, incluyendo fiebre, malestar y mialgia, todos los cuales se observaron en este paciente. Estas enfermedades son comunes en áreas tropicales pero raras en Nueva Inglaterra. Por lo tanto, a menos que haya antecedentes de viajes a una región donde estas enfermedades son endémicas, es poco probable que sean causas de la enfermedad de este paciente.

 

Enfermedades transmitidas por garrapatas

Este paciente pasea regularmente a su perro y recuerda las picaduras de insectos. La enfermedad de Lyme, aunque es común en Nueva Inglaterra, no suele causar este grado de enfermedad. La anaplasmosis puede causar enfermedad grave, anemia y trombocitopenia, características que se observaron en este paciente, pero se asocia más comúnmente con leucopenia y niveles elevados de aspartato aminotransferasa, alanina aminotransferasa y fosfatasa alcalina. La babesiosis es una infección parasitaria con manifestaciones similares a las de la malaria, incluyendo enfermedad grave con trombocitopenia, insuficiencia renal aguda e insuficiencia respiratoria, características que se observaron en este caso. Sin embargo, debido a que la babesiosis se asocia con anemia hemolítica, sería de esperar la presencia de hiperbilirrubinemia no conjugada. Las enfermedades rickettsiales transmitidas por garrapatas, como la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas, pueden causar enfermedad grave con trombocitopenia y anomalías en los resultados de las pruebas de función hepática. Históricamente, la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas ha sido poco frecuente en Nueva Inglaterra, pero su incidencia puede estar aumentando en esta zona, posiblemente debido al cambio climático y al calentamiento estacional asociado. Este paciente no presenta el sarpullido típico; sin embargo, el sarpullido puede aparecer más adelante en el curso de la enfermedad, después de que se presente una enfermedad grave, o puede no desarrollarse en absoluto, como en los casos denominados fiebre “sin manchas”. Por lo tanto, es difícil descartar la rickettsiosis.

 

Infecciones por hongos

Este paciente no tiene factores de riesgo conocidos (p. ej., uso intravenoso de sustancias o inmunosupresión) para la enfermedad fúngica invasiva causada por patógenos fúngicos típicos como la cándida. Se pueden considerar infecciones fúngicas endémicas, como coccidioidomicosis, blastomicosis e histoplasmosis. La coccidioidomicosis es poco probable en este paciente porque no tiene antecedentes de viajes al suroeste de los Estados Unidos. La blastomicosis puede causar enfermedad extrapulmonar, pero con mayor frecuencia conduce a lesiones cutáneas, osteomielitis y enfermedad del sistema nervioso central. Aunque la blastomicosis puede causar una enfermedad grave, este paciente no tiene antecedentes de viajes al medio oeste o sureste de los Estados Unidos. La histoplasmosis se asocia con enfermedad grave e insuficiencia respiratoria; sin embargo, la neumonía asociada con histoplasmosis tiende a ser un hallazgo temprano porque la transmisión se produce a través de la inhalación de esporas. Ninguna de estas micosis endémicas suele causar el patrón de lesión hepática que se observó en este paciente.

 

Infecciones virales

Tanto el virus de Epstein-Barr como el citomegalovirus pueden provocar una enfermedad con afectación multiorgánica, pero rara vez causan una enfermedad grave en ausencia de inmunosupresión. La afectación hepática por el virus de Epstein-Barr o el citomegalovirus se caracteriza típicamente por hepatitis, no por hiperbilirrubinemia aislada. La infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) aguda puede manifestarse con una enfermedad febril aguda inespecífica, pero la hiperbilirrubinemia sería un hallazgo inusual en un paciente con un síndrome retroviral agudo. En este paciente se debe realizar una revisión exhaustiva de los factores de riesgo y se deben realizar pruebas si se identifica alguno.

 

Hiperbilirrubinemia conjugada

Cuando una evaluación diagnóstica exhaustiva guiada por una consideración estructurada de los síntomas clínicos, la inmunocompetencia, los factores epidemiológicos y los valores de laboratorio aún no ha dado una respuesta, puede ser útil considerar una característica clínica o de laboratorio única para ampliar el diagnóstico diferencial. Muchos de los hallazgos clínicos en este paciente son inespecíficos. Fiebre, mialgia, leucocitosis, insuficiencia renal aguda, insuficiencia respiratoria y anomalías en las imágenes son hallazgos comunes en pacientes con cualquier tipo de infección grave; sin embargo, la hiperbilirrubinemia conjugada grave y aislada es un hallazgo inusual.

El diagnóstico diferencial de la hiperbilirrubinemia conjugada sin lesión colestásica en un adulto no es extenso. El síndrome de Rotor y el síndrome de Dubin-Johnson, que son resultado de errores congénitos del metabolismo de la bilirrubina, pueden incluir hiperbilirrubinemia conjugada leve, pero no explicarían las otras características de la enfermedad de este paciente. Las causas infecciosas de la hiperbilirrubinemia conjugada (como la colangitis, el absceso hepático y la tuberculosis, entre otras) suelen asociarse con la colestasis, y en este paciente no se presentó lesión colestásica. Sin embargo, una causa infecciosa que se asocia particularmente con esta anomalía de laboratorio y las otras características de la presentación de este paciente es la leptospirosis.

 

Leptospirosis

La leptospirosis es una infección zoonótica causada por espiroquetas que es más frecuente en ambientes tropicales. Los humanos pueden contraer leptospirosis a través del contacto con la orina de mamíferos infectados (a menudo ratas) o por exposición a un ambiente de agua dulce contaminada con orina. Aunque la leptospirosis es relativamente poco común en Nueva Inglaterra, este paciente paseaba regularmente a su perro por un río, y es posible que nadar en el río o que el agua le salpicara una membrana mucosa pudiera explicar su exposición. No sabemos si su perro había recibido la vacuna contra la leptospirosis, que se administra comúnmente a los perros en esta región.

La leptospirosis se manifiesta con mayor frecuencia como una enfermedad febril leve, autolimitada e inespecífica; sin embargo, en el 10 al 15% de los casos, puede progresar a leptospirosis ictérica, también conocida como enfermedad de Weil. La leptospirosis ictérica se caracteriza por fiebre, insuficiencia orgánica multisistémica progresiva, insuficiencia renal aguda e hiperbilirrubinemia conjugada (se desconoce el mecanismo de la hiperbilirrubinemia conjugada). 1,2 Otras complicaciones pueden incluir sufusiones conjuntivales, hemorragia pulmonar y miocarditis. La insuficiencia respiratoria y la hipotensión observadas en este caso podrían haber sido resultado de una hemorragia pulmonar o una miocarditis (o ambas).

Aunque este paciente no tiene el factor de riesgo característico de viajar a una región tropical, tiene un perro y es posible que haya estado expuesto a agua dulce, y el síndrome clínico y las anomalías de laboratorio únicas son compatibles con un diagnóstico de leptospirosis, específicamente leptospirosis ictérica. Recomendaría obtener una muestra de biopsia de hígado para realizar una tinción para detectar especies de leptospira, así como pruebas serológicas y pruebas de amplificación de ácidos nucleicos (NAAT) para establecer el diagnóstico de leptospirosis.

Diagnóstico Presuntivo

Leptospirosis.

 

Discusión patológica

Las pruebas de ANCA fueron negativas y el paciente se sometió a una biopsia hepática percutánea no focal con guía ecográfica. El examen histológico de la muestra de biopsia mostró un contorno hepático liso y una arquitectura lobulillar normal ( Figura 2A ). Los tractos portales contenían un infiltrado inflamatorio mixto que estaba compuesto de neutrófilos y células mononucleares, como linfocitos. También se observaron neutrófilos circulando en los sinusoides adyacentes, y estaban presentes muchas formas de banda desplazadas a la izquierda. Un tracto portal contenía conductos biliares con citoplasma eosinofílico prominente, que es un cambio reactivo, no específico ( Figura 2B ). Los lobulillos mostraron actividad mitótica de hepatocitos dispersa ( Figura 2C ). Además de neutrófilos, había glóbulos rojos nucleados en los sinusoides ( Figura 2D ), al igual que megacariocitos raros. En este hospital se realizaron tinciones de Steiner, tinción de ácido peryódico-Schiff con diastasa y tinción inmunohistoquímica para espiroquetas, que no revelaron ningún microorganismo. La inflamación mixta en los espacios porta con una reacción leucoeritroblástica y parénquima hepático regenerativo fueron hallazgos leves e inespecíficos que sugirieron un proceso reactivo. Las posibles causas incluyeron infección o lesión hepática inducida por fármacos, y se recomendaron pruebas microbiológicas y serológicas adicionales.

 

Figura 2. Muestra de biopsia del hígado.

Se realizó una biopsia hepática percutánea no focal. La tinción con hematoxilina y eosina de la muestra de biopsia (Panel A) muestra un contorno liso y una arquitectura lobulillar normal, que incluye los tractos porta (TP) y las venas centrales (VC). Un aumento mayor de un tracto porta (Panel B) muestra una inflamación mixta, que incluye neutrófilos (círculos) y células mononucleares, junto con cambios reactivos no específicos en los conductos biliares (flechas). Un aumento mayor de los lobulillos (Paneles C y D) muestra neutrófilos circulantes con formas de banda desplazadas a la izquierda (círculos), figuras mitóticas dispersas (Panel C, rectángulo) y glóbulos rojos nucleados (Panel D, rectángulo).

 

Pruebas de laboratorio

Las especies de Leptospira son bacterias gramnegativas de forma espiral, largas (de 6 a 20 μm) y delgadas (0,1 μm). 3,4 El diagnóstico de leptospirosis se puede realizar mediante la detección directa del organismo, que se puede realizar con varios métodos, o mediante la detección de anticuerpos contra leptospiras ( Figura 3 ). 3,5,6

 


Figura 3. Fases de la leptospirosis y pruebas diagnósticas.

El diagnóstico de leptospirosis se puede realizar mediante la detección directa del organismo, que se puede realizar con varios métodos, o mediante la detección de anticuerpos contra las leptospiras. En la primera semana después de la aparición de los síntomas, las leptospiras están presentes en la sangre, y se recomienda la prueba de amplificación de ácidos nucleicos (NAAT) de sangre completa. Si no se dispone de sangre completa, se puede utilizar suero, pero es menos sensible. Durante la primera semana después de la aparición de los síntomas, se pueden encontrar anticuerpos IgM e IgG en la sangre. Se debe obtener una muestra de suero aguda para la prueba de IgM y la prueba de aglutinación microscópica (MAT). Más allá de la primera semana después de la aparición de los síntomas, las leptospiras pueden estar presentes en la orina, momento en el que la orina es la muestra preferida para la NAAT. Sin embargo, la eliminación de leptospiras en la orina es intermitente, lo que limita la eficacia de la NAAT, por lo que la prueba en múltiples puntos temporales puede ser útil. También se deben obtener muestras de suero de convaleciente para la prueba de IgG y MAT. Después de 4 semanas, los anticuerpos IgM e IgG pueden persistir.

 

El tipo de muestra a obtener y la prueba apropiada a realizar para el diagnóstico de leptospirosis dependen del tiempo desde el inicio de los síntomas. 3,5,6 En la primera semana de los síntomas, se recomienda que se obtenga sangre completa para NAAT. 5,6 Además, se debe obtener suero para pruebas serológicas; los anticuerpos, específicamente los anticuerpos IgM, se pueden encontrar en la sangre de 5 a 7 días después del inicio de los síntomas. 3,5 Los anticuerpos IgM pueden persistir durante meses a años después de la exposición y pueden reaccionar de forma cruzada con otros organismos, por lo que se debe tener cuidado al interpretar los resultados. 3,5,6 Los ensayos que detectan anticuerpos IgM son más sensibles para el diagnóstico que la prueba de aglutinación microscópica (MAT) en la fase aguda de la leptospirosis. 6,7 El suero es menos sensible que la sangre completa para las pruebas de ácido nucleico, pero se puede utilizar si no se dispone de sangre completa. 8 Después de la primera semana de los síntomas, la orina es la muestra preferida para NAAT. 5,6 Si el paciente presenta síntomas neurológicos, se debe obtener líquido cefalorraquídeo para realizar pruebas de reacción en cadena de la polimerasa. Además, se debe utilizar una muestra de suero obtenida durante la fase convaleciente de la enfermedad (muestra de suero convaleciente) para los ensayos de detección, que también se pueden combinar con una muestra de suero obtenida durante la fase aguda (muestra de suero aguda), si está disponible, para la MAT. 3

Los ensayos serológicos para detectar anticuerpos IgM o IgG contra leptospiras se pueden dividir en pruebas de detección y confirmatorias. 9 Las pruebas de detección rápida son pruebas de detección sencillas que no requieren equipo especializado, 5 mientras que otras pruebas de detección requieren equipo y experiencia técnica. Se obtuvo suero de este paciente 11 días después del inicio de los síntomas y se envió a un laboratorio de referencia para realizar pruebas serológicas mediante un ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas para IgM, que dio positivo para anticuerpos IgM contra leptospiras. El único ensayo serológico confirmatorio para la leptospirosis es la MAT, que detecta tanto anticuerpos IgM como IgG, pero tiene una baja sensibilidad en la fase aguda y no se realizó en este caso. 3,5,6

El aislamiento de leptospiras o la detección del ADN de leptospira en una muestra clínica es otro enfoque confirmatorio para la leptospirosis. 9 El cultivo de leptospiras es difícil y requiere mucho tiempo. Las leptospiras requieren medios específicos que deben inocularse poco después de obtener la muestra clínica, como sangre completa u orina; tienen dificultades para sobrevivir en la orina. 3,5,6 Puede llevar 6 semanas o más para que se detecte el crecimiento. Por esta razón, los cultivos son propensos a la contaminación por otros organismos. 5,6 El tiempo de procesamiento de los ensayos moleculares, específicamente NAAT, es sustancialmente más corto que el del cultivo. Las muestras de sangre completa y orina de este paciente, obtenidas 11 días después del inicio de los síntomas, se enviaron a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). NAAT fue positivo en la muestra de sangre completa pero negativo en la muestra de orina. La NAAT realizada para este paciente se centró en lipL32 (el gen que codifica la lipoproteína de 32 kDa), que se encuentra solo en leptospiras patógenas. 10,11 Existe una ventana estrecha de bacteriemia y las leptospiras se eliminan intermitentemente en la orina, lo que limita la eficacia de las pruebas de ácido nucleico. 3,5,6

Cabe destacar que la prueba NAAT tuvo resultados diferentes en sangre y orina en este caso. Esta diferencia podría explicarse por la eliminación intermitente de leptospiras en la orina o la posibilidad de que las bacterias no hubieran infectado los túbulos renales, aunque las pruebas se habían realizado más de una semana después del inicio informado de los síntomas. Se recomienda que se realicen múltiples tipos de pruebas con múltiples tipos de muestras en varios puntos temporales si las pruebas iniciales son negativas ( Figura 3 ). 6 Es importante señalar que el tratamiento con medicamentos antimicrobianos podría limitar la detección de organismos y disminuir la respuesta de anticuerpos. 6 El tratamiento no debe retrasarse mientras se espera obtener muestras clínicas para realizar pruebas de leptospirosis.

Diagnóstico de laboratorio

Leptospirosis.

 

Discusión sobre la gestión

La leptospirosis es una de las infecciones zoonóticas más extendidas en el mundo. La bacteria puede infectar los túbulos renales y se excreta en la orina de los mamíferos infectados. Muchos mamíferos actúan como reservorios de la bacteria, siendo los roedores los portadores más comunes en las zonas urbanas. Los seres humanos pueden infectarse cuando entran en contacto con agua, tierra u otras partes del entorno contaminadas. Los factores de riesgo de la leptospirosis incluyen vivir en entornos urbanos empobrecidos y abarrotados con infestación de roedores; exposiciones ocupacionales en la agricultura, la medicina veterinaria y el alcantarillado y el tratamiento del agua; y exposiciones a perros domésticos y ganado doméstico, en particular cerca de fuentes de agua dulce. El contacto con agua estancada y nadar en agua dulce son factores de riesgo adicionales. Este paciente probablemente adquirió la leptospirosis por contacto cercano con su perro mascota, con agua dulce contaminada como fuente de la bacteria. Más tarde, durante la hospitalización, el paciente contó que, además de los paseos regulares con su perro, recordaba un episodio en el que el perro había saltado al río. El momento de este episodio habría sido coherente con la evolución temporal de la enfermedad de este paciente. El período de incubación de la leptospirosis es de 3 a 30 días; sin embargo, los síntomas se desarrollan en la mayoría de las personas, como en este paciente, dentro de las 2 semanas posteriores a la exposición.

La carga mundial de leptospirosis puede estar aumentando, posiblemente debido a la combinación del cambio climático y la urbanización. 12,13 Se estima que cada año se producen más de un millón de casos de leptospirosis en todo el mundo. Los fenómenos meteorológicos extremos que implican inundaciones pueden precipitar brotes al facilitar la transmisión de reservorios ambientales y animales a los seres humanos. Se han notificado numerosos brotes de leptospirosis después de inundaciones. 12 La urbanización puede contribuir a los brotes a través del hacinamiento urbano, que facilita las inundaciones por aguas pluviales y aumenta la probabilidad de contacto humano con vectores roedores.

La leptospirosis tiene una variedad de manifestaciones clínicas ( Figura 4 ), y realizar el diagnóstico en entornos con recursos limitados es un desafío, en particular porque otras infecciones pueden manifestarse con síndromes superpuestos.Los brotes de infección por el virus del dengue suelen presentarse simultáneamente con la leptospirosis, y las presentaciones clínicas comunes de las dos enfermedades hacen que sea muy difícil distinguirlas. 14 La malaria, la fiebre amarilla, la gripe y la infección por hantavirus se encuentran entre las otras infecciones que tienen síndromes superpuestos con la leptospirosis. 15 Los pacientes con enfermedades rickettsiales también pueden presentar signos y síntomas similares, como fiebre, malestar, trombocitopenia y lesión hepática. Por lo general, se necesitan varios días para recibir los resultados de las pruebas de leptospirosis, por lo que si se sospecha el diagnóstico, no esperamos a que la prueba sea positiva para iniciar la terapia empírica.

 


Figura 4. Manifestaciones clínicas de la leptospirosis.

La leptospirosis puede manifestarse con una amplia variedad de posibles signos y síntomas clínicos. Las características presentes en este paciente (mostradas en azul) incluyen fiebre, trombocitopenia, hipoxia, hipotensión, insuficiencia renal y un nivel de bilirrubina notablemente elevado.

 

A pesar de la amplia gama de signos y síntomas clínicos, la mayoría de los casos de leptospirosis son autolimitados. Los pacientes con leptospirosis ictérica pueden presentar fiebre, hiperbilirrubinemia e insuficiencia renal aguda (como en este caso). Los pacientes también pueden presentar sufusión conjuntival en el examen. La hemorragia pulmonar, que presagia un mal pronóstico, se desarrolla en una pequeña fracción de pacientes. En este paciente, las opacidades difusas del espacio aéreo y la insuficiencia respiratoria que se desarrollaron simultáneamente con una disminución del hematocrito podrían haber sido indicativas de hemorragia pulmonar. La hipotensión en este paciente podría haber estado relacionada con un compromiso circulatorio o cardiovascular con posible miocarditis, que puede ocurrir en pacientes con enfermedad grave. La meningitis aséptica, la uveítis y otras manifestaciones del sistema nervioso también pueden ocurrir en pacientes con leptospirosis ictérica.

El pilar del tratamiento de la leptospirosis ictérica es la terapia de apoyo para el daño a los órganos diana. Dicha atención incluye la administración de oxígeno y asistencia respiratoria para pacientes con síndrome de dificultad respiratoria aguda, así como terapia de reemplazo renal para pacientes con insuficiencia renal aguda anúrica.La leptospirosis leve se puede tratar con doxiciclina, azitromicina o amoxicilina. La enfermedad grave, como la que se observó en este paciente, se debe tratar con ceftriaxona o doxiciclina intravenosa. Se han utilizado terapias complementarias, como glucocorticoides y plasmaféresis, en algunos casos de enfermedad ictérica grave; sin embargo, la evidencia de alta calidad que respalda su uso es limitada. En la mayoría de los casos, los pacientes se recuperan sin el uso de terapia antimicrobiana. Cuando este paciente se presentó en el hospital, la probabilidad de leptospirosis era lo suficientemente alta como para que iniciáramos una terapia empírica con doxiciclina mientras esperábamos los resultados de las pruebas diagnósticas.

 

Seguimiento

El tratamiento con doxiciclina se continuó mientras se esperaban los resultados de las pruebas de leptospirosis. El uso de la terapia empírica con vancomicina y cefepima se suspendió una vez que los cultivos de sangre habían sido negativos durante 48 horas. El quinto día de hospitalización, el recuento de glóbulos blancos alcanzó un máximo de 54.950 por microlitro, y el nivel de bilirrubina directa alcanzó un máximo de 39,0 mg por decilitro; el nivel de creatinina había mejorado y era de 1,59 mg por decilitro. La hipoxia, que podría haber estado relacionada con la hemorragia pulmonar, se resolvió; la insuficiencia renal aguda, que se atribuyó a la necrosis tubular aguda, remitió. Al octavo día de hospitalización, el recuento de glóbulos blancos descendió a 18.870 por microlitro, el nivel de bilirrubina directa a 26,1 mg por decilitro y el nivel de creatinina a 1,4 mg por decilitro (124 μmol por litro). El paciente fue dado de alta.

En su domicilio, el paciente completó un tratamiento de 14 días con doxiciclina. El color de la piel, la orina y las heces gradualmente volvieron a la normalidad, y el malestar y la fatiga se redujeron lentamente. Un mes después del alta, la insuficiencia renal aguda se había resuelto; dos meses después del alta, la hiperbilirrubinemia se había resuelto. Ahora, 11 meses después del alta, el paciente todavía lucha por hacer frente a los efectos sobre la salud mental del trauma médico relacionado con su enfermedad crítica y la hospitalización.

Diagnóstico final

Leptospirosis ictérica.

 

Traducido de:

A 37-Year-Old Man with Fever, Myalgia, Jaundice, and Respiratory Failure

Authors: William C. Hillmann, M.D., Ryan Chung, M.D., Amir M. Mohareb, M.D. https://orcid.org/0000-0002-3761-6154, Miranda E. Machacek, M.D., Ph.D. https://orcid.org/0000-0003-1067-0561, and Robyn A. Stoddard, D.V.M., Ph.D.Author Info & Affiliations

Published October 9, 2024

N Engl J Med 2024;391:1343-1354

DOI: 10.1056/NEJMcpc2402493

VOL. 391 NO. 14

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcpc2402493

 

 

References

 1. Kozyk M, Strubchevska K, Nadeau B.

Leptospirosis: a rare cause of hyperbiliru

binemia and acute kidney injury in a non

endemic area. Cureus 2022; 14(11): e30963.

 2. Jiang K, Bazarbashi AN, Dahdal S,

Voiculescu A, Khalaf N. The spiraling

case of a yellow chef: isolated hyperbili

rubinemia. Case Reports Hepatol 2018;

2018:5876718.

 3. Adler B. Leptospira and leptospirosis.

Berlin: Springer, 2015 (https://link.springer

 .com/10 .1007/978-3-662-45059-8).

 4. Faine S, Adler B, Bolin C, Perolat P.

Leptospira and leptospirosis. 2nd ed. Mel

bourne, Australia:  MedSci, 1999.

 5. Haake DA, Galloway RL. Leptospiral

infections in humans. Clin Microbiol Newsl

2021;43:173-80 (https://www.sciencedirect

 .com/science/article/abs/pii/

 S019643992100060X?via%3Dihub).

 6. Sykes JE, Reagan KL, Nally JE, Gallo

way RL, Haake DA. Role of diagnostics in

epidemiology, management, surveillance,

and control of leptospirosis. Pathogens

2022;11:395.

 7.

Dawson P, Marfel M, Galloway R, et al.

Notes from the field: interpretation of rapid

diagnostic tests for leptospirosis during a

dengue outbreak — Yap State, Federated

States of Micronesia, 2019. MMWR Morb

Mortal Wkly Rep 2020; 69: 1832-3.

 8. Riediger IN, Stoddard RA, Ribeiro GS,

et al. Rapid, actionable diagnosis of urban

epidemic leptospirosis using a pathogenic

Leptospira lipL32-based real-time PCR

assay. PLoS Negl Trop Dis 2017; 11(9):

e0005940.

 9. Centers for Disease Control and Pre

vention. Leptospirosis (Leptospira inter

rogans) 2013 case definition (https://ndc

.services.cdc.gov/case-definitions/

 leptospirosis-2013/).

 10. Stoddard RA, Gee JE, Wilkins PP, Mc

Caustland K, Hoffmaster AR. Detection

of pathogenic Leptospira spp. through

TaqMan polymerase chain reaction tar

geting the LipL32 gene. Diagn Microbiol

Infect Dis 2009;64:247-55.

 11. Galloway RL, Hoffmaster AR. Opti

mization of LipL32 PCR assay for in

creased sensitivity in diagnosing leptospi

rosis. Diagn Microbiol Infect Dis 2015; 82:

199-200.

 12. Lau CL, Smythe LD, Craig SB, Wein

stein P. Climate change, flooding, urban

isation and leptospirosis: fuelling the fire?

Trans R Soc Trop Med Hyg 2010; 104: 631-8.

 13. Costa F, Hagan JE, Calcagno J, et al.

Global morbidity and mortality of lepto

spirosis: a systematic review. PLoS Negl

Trop Dis 2015;9(9):e0003898.

 14. LaRocque RC, Breiman RF, Ari MD, et

al. Leptospirosis during dengue outbreak,

Bangladesh. Emerg Infect Dis 2005; 11:

766-9.

 15. McBride AJA, Athanazio DA, Reis MG,

Ko AI. Leptospirosis. Curr Opin Infect Dis

2005;18:376-86.

jueves, 31 de octubre de 2024

Casos Clínicos: Mujer de 72 años diabética, con lesiones cutáneas de 20 días de evolución

Doctor buenas tardes, me gustaría enviar un caso al grupo del rincón de medicina interna, se trata de una paciente mujer de 72 años con antecedente de Diabetes mellitus 2 diagnosticada hace 2 años en tto irregular con metformina y glibenclamida, pcte proviene de zona rural de Perú, crianza de aves, bovinos, gatos y perros. Acude a emergencias por presentar desde hace 20 días lesiones maculares eritematoviolaceas en región tibial anterior izquierda, genitales y glúteos, pcte presenta oliguria y tendencia a la hipotensión. En una interconsulta a dermatología se diagnosticó dermatitis de pañal y eritrasma.






Por favor si me podrían orientar con el diagnóstico y tratamiento, adjunto fotos.



  



Dra. Giuliana Segovia

Puente Piedra. Perú.




Opinión: Sería importante saber un poco más de la historia clínica, especialmente porque la paciente está oligúrica e hipotensa, con lo cual hay que saber si cuál es la temperatura, cuál es la TA, su frecuencia cardíaca, si existe o no hipotensión ortostática, la frecuencia respiratoria etcétera. Una cosa muy importante en este tipo de pacientes es el estado general, es decir el aspecto a la sola visión del médico, algo que solo el médico tratante puede percibir solamente con la inspección en el primer contacto con el paciente. No es lo mismo esta paciente si se la ve bien, colaborativa en el examen, lúcida, y ubicada temporoespacialmente, que una paciente estuporosa de mal aspecto. Sabemos que la paciente es diabética y con “tratamiento irregular” con hipoglucemiantes orales, por lo que asumimos mal controlada, y por lo tanto, es importante saber su estado metabólico actual, su glucemia, si tiene o no acidosis metabólica, su función renal, su relación urea/creatinina, si está deshidratada, cómo fue el resultado de los cultivos, de sangre y orina (paciente diabética con sonda vesical) etcétera. Es difícil saber si su oliguria y su hipotensión obedecen a un cuadro séptico por ejemplo, o bien se trata de un estado de deshidratación en una paciente con descompensación diabética entre otras cosas. A nivel de piel se observan lesiones de aspecto celulítico con superficies erosionadas que afectan la región anterior de la pierna derecha, la región glútea y compromiso intertriginoso inguinal con afectación de labios mayores (lamentablemente tuvimos que cubrir la imagen). La colega aporta que en dermatología se hizo diagnóstico de eritrasma, por lo que asumimos que fue examinada con luz de Wood, presentando la fluorescencia de color rojo coral característica del cuadro. De todos modos, más allá de que obviamente debe ser tratado el probable eritrasma con macrólidos (claritromicina, eritromicina),  el compromiso en superficie, sobre todo a nivel de la pierna creo excede al diagnóstico de eritrasma y habría que pensar en celulitis infecciosa, o bien infección de partes blandas más profunda.

 

miércoles, 30 de octubre de 2024

Casos Clínicos: Varón de 17 años con erupción vesicular indolora en cara y cuello.

 

El Dr. Targa Daniel, de Brasilia Brasil envía esta imagen con el siguiente texto:

 


Hola doctor, todo bien?

Estoy con un caso de un Chico de 17 anos de edad , que ingresó en el Hospital referiendo que a 2 dias de evolución, apareción estas lesiones en el cuello, dijo que fue a la noche y cuando amaneció, ya estaba con estas lesiones vesiculosas agrupadas. Niega prurito, dolor y ardor, sin sintomas. Pregunté sobre la posibilidad de picadura de arana, no sé acuerda, por ló que estaba durmiendo. Que puder ser esto? Como niega prurido, ardor, descartaria Sindrome de Ramsay Hunt? Picadura de arana?

 



  



Dr. Daniel Targa

Brasilia Brasil



Opinión: Se trata de una erupción vesicular en el lado derecho de la cara que afecta preferentemente la región maxilar, extendiéndose hasta la región anterior del cuello, parte alta de la región dorsal y comprometiendo asimismo el pabellón auricular, especialmente a nivel del antehélix y el lóbulo de la oreja. El aspecto es típico de HERPES ZÓSTER afectando las raíces cervicales C2, C3. (“HERPES ZÓSTER OCCIPITOCOLLARIS”). No se trataría de Ramsay-Hunt ya que éste se produce como consecuencia de la afectación del ganglio geniculado y ocasionando parálisis facial periférica y compromiso del conducto auditivo externo y a veces la mucosa oral. No obstante es importante realizar otoscopía para ver si existe compromiso del conducto auditivo externo o la membrana timpánica. Si bien el dolor se presenta en la mayoría de los pacientes, y a veces el mismo precede a la erupción, la ausencia de dolor, al menos por ahora, no descarta herpes zóster. Si bien el diagnóstico de herpes zóster es la mayoría de las veces clínico, cuando existen dudas se puede llevar a cabo una prueba de PCR del contenido de las lesiones. Si no está disponible se puede hacer una prueba de anticuerpos fluorescentes directos (DFA), o bien cultivo viral.

Creo que este paciente, tiene indicación de tratamiento antiviral a pesar de la edad y de su aparente inexistencia de inmunocompromiso, dado la extensión del proceso, y a que el cuadro tiene menos de 72 horas de evolución. Después de las 72 horas hay quienes dicen que la terapia antiviral solo estaría indicada en pacientes ancianos, inmunocomprometidos o aquellos que presenten riesgo de compromiso ocular. El tratamiento antiviral puede hacerse indistintamente con valaciclovir 1000 mg tres veces al día, famciclovir 500 mg tres veces al día, o aciclovir 800 mg cinco veces al día durante siete días. En este caso no habría aún, indicación de uso de corticosteroides ni analgésicos/antineuríticos dado que el paciente está asintomático

 

martes, 29 de octubre de 2024

Casos Clínicos: Varón de 43 años con erupción cutánea post exposición a TMP/SMX

 

Un colega de Ecuador, envía estas imágenes con el siguiente texto:

Buenas noches Dr Macaluso, que gusto saludarle desde Ecuador, me gustaría que me ayude subiendo el caso en anónimo por favor, Paciente masculino de 43 años de edad, alérgico a las Sulfas, niega otros antecedentes de importancia, refiere cuadro clínico de un día de evolución caracterizado por deposiciones líquidas por varias ocasiones, más de 8, acompañado de dolor abdominal tipo retortijón, no alza térmica, no vómitos, por lo que hace 7 horas se automedica Con Bactrim forte (Sulfametoxazol/Trimetoprima) una tableta, agregándose posteriormente a la ingesta, prurito generalizado, intenso, acompañado de múltiples parches eritematosas, redondeadas, de bordes mal definidos, algunas con tendencia a coleccionar líquido seroso, en tórax, abdomen, y extremidades, además de angioedema leve a nivel de labios, no signos de dificultad respiratoria, manifiesta que es la cuarta vez que padece dicho cuadro, por automedicarse, último hace un año, a sido manejado en el contexto de Urticaria aguda con hidratación, Dexametasona, Hidrocortisona por 48 horas persiste lesiones en piel en similar intensidad, como se muestran en las imágenes, no presenta deposiciones líquidas, ni dolor, adjunto imágenes con la autorización del paciente, de antemano muy agradecido Dr.

IgE total 54, posterior a corticoterapia







 

Opinión: El aspecto, el color, las formas, y el contexto clínico, son típicas de ERITEMA PIGMENTADO FIJO POR DROGAS. A su vez el paciente parece presentar un cuadro asociado de URTICARIA/ANGIOEDEMA relacionado con sulfas. Ambas situaciones son dos de los integrantes de las cuatro farmacodermias más frecuentes junto al exantema medicamentoso y al eritema exudativo multiforme. Este tipo de reacciones a fármacos, no suelen repetirse ante cada nueva exposición al fármaco involucrado, sino que las presentaciones suelen ser más rápidas y severas, y en algunos casos  pueden poner en riesgo la vida (no el eritema pigmentado fijo precisamente).

El eritema pigmentado fijo por drogas afecta piel y eventualmente mucosas, apareciendo característicamente siempre en los mismos sitios de exposiciones anteriores, y justamente la  sulfametoxazol-trimetoprim, es la droga más frecuentemente responsable, junto con los AINE, psicofármacos, anticonceptivos orales. Sin embargo, hay que saber que cualquier medicamento puede ser la causa del eritema fijo por drogas, aun aquellos de venta libre.

Lo que no se entiende es por qué, este paciente, sabiéndose “alérgico a las sulfas”, echa mano a ellas ante cualquier situación, inclusive en esta donde la indicación de sulfas no era la primera opción. Es muy importante explicarle que debe evitar en adelante exposición a TMP/SMX, así como a cualquier sulfodroga, a riesgo de producir reacciones más graves.

El tratamiento obviamente es retirar el fármaco responsable, con lo cual generalmente las lesiones se resuelven en unos días, pudiendo quedar como secuela  hiperpigmentaciones posinflamatorias. Cuando existe prurito cabe el tratamiento sintomático con corticoides tópicos de potencia media a alta y antihistamínicos sistémicos. Los corticosteroides tópicos se aplican dos veces al día durante 7 a 10 días. En pacientes como este caso, con eritema pigmentado fijo generalizado cuando evoluciona a vesiculación, puede caber un tratamiento corto con corticosteroides sistémicos en dosis moderadas (p. ej., prednisona 0,5 a 1 mg/kg por día durante tres a cinco días).

 

 

lunes, 28 de octubre de 2024

Casos Clínicos: erupción vesicular recurrente después de exposición después de una caminata al aire libre

 

La Dra. Déborah Darlene Stonefield, de Whashington EEUU envió estas imágenes con el siguiente resumen de historia:






Erupción vesicular recurrente después de una caminata en el monte Rainier, Washington

Mujer de 33 años con erupción de lesiones papulovesiculares principalmente en los brazos, pero también algunas veces en la espalda baja y las piernas, áreas expuestas al sol. Brote inicial hace 4-5 semanas que apareció 2 días después de una caminata. Dura alrededor de 5 días antes de que los síntomas disminuyan. Luego aparece en otra área. Los síntomas incluyen picazón, dolor, erosión de la vesícula con escaso drenaje transparente. La foto más reciente es de hace 3 días. La tercera foto muestra cicatrices restantes de hace 1 mes. Ha probado crema de hidrocortisona, Benadryl, Zyrtec con un efecto mínimo. Caladryl Clear alivia mejor. El exfoliante Zanfel ayudó y pareció eliminarlo más rápido. Parece un contacto con veneno, pero ¿por qué vuelve a aparecer en varios lugares un mes después?


 

Opinión: Mi primera impresión por las circunstancias de aparición, por la distribución agrupada de las lesiones vesiculares y por la sintomatología, mi primera impresión es prurigo por picaduras de insectos (cimiciasis). Se trata de una dermatosis reaccional a la picadura de insectos. Los insectos más prevalentemente involucrados en este cuadro son la chinche (Cimex lectularius), la pulga (Pulex irritans) y otros ectoparásitos, como mosquitos), trombidias, tunga (“nigua”) y garrapatas. La picadura origina una reacción de hipersensibilidad tanto precoz como tardía. La primera se origina por IgE e histamina, que generan edema vasomotor transitorio de la dermis, y se manifiesta por una roncha; la segunda es una respuesta celular tipo IV y depende de linfocitos T, que producen un infiltrado linfohistiocítico resolutivo, y se manifiesta por pápulas. El tratamiento es sintomático con antihistamínicos y terapia tópica con corticosteroides.

Podría haber alguna contribución de la exposición a la luz solar (fotodermatosis)

domingo, 27 de octubre de 2024

Casos Clínicos: Mujer de 38 años con inflamaciòn indolora del segundo dedo del pie izquierdo.

 

La Dra Milena Krasinska-Chavez (Neurology-Stroke Neurology), envía esta imagen con el siguiente texto:

Una mujer de 38 años acudió a la clínica con un dedo del pie inflamado e hinchado. La paciente dijo que se despertó con esa sensación. No declaró ninguna lesión traumática ni picaduras. No se quejaba de dolor, pero el dedo del pie estaba caliente e hinchado. La paciente se automedicó con cetirizina e ibuprofeno. Tiene antecedentes de artritis, hipertensión arterial tratada con nifedipina.




 

Opinión: Se observa la totalidad del segundo dedo del pie izquierdo hinchado con la característica forma de DACTILITS. La dactilitis (“dedo en salchicha”), a diferencia de las sinovitis, con su forma fusiforme de inflamación (ensanchado más a nivel articular), todo el dedo está hinchado, y característicamente, no presentan dolor, como en este caso. La forma de hinchazón “en salchicha”, se debe a la inflamación del tendón flexor, su vaina, y los tejidos blandos adyacentes y no del espacio articular como en las sinovitis. Clásicamente se ha asociado a las dactilitis con PSORIASIS. Sin embargo, se puede ver en la cuarta parte de los pacientes con ESPONDILOARTOPATÍAS SERONEGATIVAS,  y también se ha descripto dactilitis en otras afecciones como tuberculosis, sífilis, sarcoidosis, enfermedad de células falciformes y gota tofácea. En esta paciente, con antecedentes de “artritis”, es importante saber si la misma es de etiología psoriásica o no, (buscar “uñas en dedal”, afectación de esqueleto axial, y signos de la dermopatía eritematoescamosa característica de la psoriasis). Hay que tener en cuenta que la afectación extraarticular de la psoriasis reumatológica, tiene relación directa con el aumento de IL17, dato que hay que tener en cuenta al momento de la elección de las drogas a usar.

 

 

sábado, 26 de octubre de 2024

Un diagnóstico por etapas.

En este ejercicio clínico se presenta un caso que es discutido por un médico internista al que se le van proporcionando datos de la historia clínica en forma secuencial, y este analiza el cuadro a la luz de los nuevos elementos, de una manera análoga al proceso diagnóstico en la práctica real de la medicina

 

Historia Clínica

Un hombre de 40 años acudió al servicio de urgencias con antecedentes de 5 días de fiebre, dolor de garganta, fatiga, debilidad subjetiva y dolores musculares y articulares. Un día antes, había presentado síntomas similares. La prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) de una muestra nasofaríngea fue negativa para el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo, el virus de la influenza y el virus respiratorio sincitial (VSR); la prueba rápida de antígenos de una muestra orofaríngea fue negativa para el estreptococo del grupo A. Inicialmente fue dado de alta con instrucciones de tomar paracetamol e ibuprofeno, pero la odinofagia y las mialgias empeoraron progresivamente. No refirió dolor de cabeza, fotofobia, dolor en el pecho, disnea, dolor abdominal, diarrea, estreñimiento ni sarpullido.

 

Ponente

Esta presentación podría sugerir una faringoamigdalitis infecciosa. En primer lugar, se debe evaluar la obstrucción de las vías respiratorias; los signos de alarma (ronquera, hipersalivación, trismo o estridor) deben motivar intervenciones inmediatas para asegurar la vía aérea. La mayoría de los casos de faringoamigdalitis en adultos son causados ​​por virus respiratorios, pero las artralgias de este paciente y la ausencia de congestión de las vías respiratorias superiores o tos son atípicas. Su presentación podría reflejar otras infecciones, incluida la infección aguda por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH); infección por estreptococos del grupo A, C o G; infección por Neisseria gonorrhoeae ; infección por Mycoplasma pneumoniae ; histoplasmosis orofaríngea; o síndrome de Lemierre (faringoamigdalitis, tromboflebitis séptica de la vena yugular interna y abscesos metastásicos).

 

Historia

El paciente tenía antecedentes de tuberculosis latente e infecciones por el virus de la hepatitis C (VHC) y tenias. Había emigrado a Boston desde África Oriental 8 años antes de la presentación. Había visitado África recientemente 6 meses antes de la presentación e informó que no había consumido productos lácteos no pasteurizados, usado agua sucia ni había tenido contacto con ganado u otros animales mientras estuvo allí. No informó ningún otro viaje, caminata o contacto con enfermos. En Boston, trabajó en el procesamiento central de un hospital. Se observó una prueba cutánea de tuberculina positiva durante una evaluación ocupacional de rutina. La radiografía de tórax había sido normal y posteriormente completó 9 meses de terapia con isoniazida. Las pruebas de rutina después de una lesión por pinchazo de aguja fueron positivas para anticuerpos contra el VHC, con una carga viral persistentemente indetectable. Vivía con su primo, bebía una bebida alcohólica por semana y no consumía tabaco ni drogas recreativas.

 

Ponente

Su historial de viajes es lo suficientemente remoto como para reducir la preocupación por enfermedades relacionadas con viajes como fiebre amarilla, dengue y chikungunya, que se manifiestan poco después de la infección inicial. Sin embargo, la malaria causada por Plasmodium vivax o P. ovale podría aparecer más tarde, debido a hipnozoitos latentes en el hígado. Su tratamiento adecuado con isoniazida reduce la preocupación por la reactivación de la tuberculosis, y sus estudios de VHC sugieren una exposición previa con desaparición espontánea.

 

Historia

La temperatura del paciente era de 37,4 °C (99,3 °F) y su frecuencia cardíaca era de 110 latidos por minuto; los signos vitales restantes estaban dentro de los límites normales. Parecía estar incómodo sin dificultad respiratoria. Se observó eritema faríngeo e hinchazón de ambas amígdalas sin exudado. El rango de movimiento de la mandíbula estaba limitado por el dolor. No había linfadenopatía ni hepatoesplenomegalia. Los exámenes oculares, tiroideos, pulmonares, abdominales, cardiovasculares, neurológicos y de la piel fueron normales. Se observó hinchazón en ambas muñecas, con dolor a la palpación de la apófisis estiloides cubital izquierda y el espacio articular cubitocarpiano. Las articulaciones no presentaban calor focal ni derrames palpables. Los músculos no eran dolorosos a la palpación. El dolor limitaba el rango de movimiento activo en ambas muñecas, caderas y hombros, siendo el hombro derecho el más limitado, a aproximadamente 20° con abducción y flexión. La prueba de fuerza fue normal. El examen de manos, dedos, rodillas, tobillos y pies era normal. Su marcha era antálgica; debido a la fatiga y la debilidad subjetiva, no podía caminar más de cinco pasos sin ayuda.

 

Ponente

Es poco probable que la constelación de síntomas del paciente y los resultados del examen físico se expliquen por una faringoamigdalitis infecciosa aislada. Se deben considerar afecciones no infecciosas, aunque estas a menudo se manifiestan de manera más subaguda. La artritis reumatoide es posible dadas las artralgias y la hinchazón de la muñeca; sin embargo, las artralgias difusas en la presentación son atípicas. El lupus eritematoso sistémico puede causar fiebre e hinchazón de las articulaciones y justifica un estudio más detallado. La vasculitis es posible, pero no tiene púrpura, síntomas respiratorios o compromiso de los nervios periféricos, que pueden verse con la vasculitis. La enfermedad de Still del adulto es posible dada su fiebre, faringitis y artritis; sin embargo, esta afección es rara y el diagnóstico requiere que se descarten primero diagnósticos alternativos. La miositis es poco probable dada la ausencia de debilidad muscular proximal objetiva. La enfermedad de Kikuchi-Fujimoto, o linfadenopatía necrotizante histiocítica, incluye fiebre, fatiga y artritis; Sin embargo, no tiene la linfadenopatía cervical característica y esta enfermedad es rara. La sarcoidosis es poco probable dada su presentación aguda y la ausencia de linfadenopatía y síntomas pulmonares o dermatológicos. Otras consideraciones incluyen arteritis de células gigantes y polimialgia reumática, dado su dolor de mandíbula, hombro y cadera y síntomas constitucionales. Sin embargo, estas enfermedades ocurren casi exclusivamente en pacientes mayores de 50 años de edad. La arteritis de células gigantes típicamente se manifiesta con dolor de cabeza y alteraciones visuales; la polimialgia reumática rara vez causa afectación de las articulaciones periféricas. Las artropatías cristalinas no suelen manifestarse con afectación articular poliarticular. Una manifestación extrahepática de hepatitis viral es poco probable dadas las cargas virales de VHC indetectables previas.

 

Historia

El nivel de alanina aminotransferasa fue de 57 U por litro (rango normal, 10 a 50), y el nivel de albúmina fue de 3,8 g por decilitro (rango normal, 3,2 a 5,2); el resto de un panel metabólico completo fue normal. El recuento de glóbulos blancos fue de 14.700 por microlitro, con 85,5% de neutrófilos y un diferencial normal por lo demás. El hematocrito fue de 38,6%, y el recuento de plaquetas fue de 378.000 por microlitro; el volumen corpuscular medio fue normal. El frotis de sangre periférica mostró hipocromía. El nivel de procalcitonina fue de 0,16 ng por mililitro (rango normal, 0,00 a 0,08), la velocidad de sedimentación globular (VSG) de 103 mm por hora (rango normal, 0 a 15) y el nivel de proteína C reactiva (PCR) mayor de 300 mg por litro (rango normal, 0,0 a 10,0). El nivel de creatina quinasa fue normal, al igual que los resultados del análisis de orina. Las pruebas serológicas fueron positivas para IgG de hepatitis A, anticuerpo de superficie de hepatitis B y anticuerpo de VHC. La carga viral de VHC fue indetectable en el ensayo de PCR. Se obtuvieron cultivos de sangre y garganta. El paciente fue ingresado en el hospital y tratado con ampicilina-sulbactam intravenosa para cubrir las causas comunes de faringoamigdalitis bacteriana, incluidas las especies estreptocócicas, estafilocócicas y haemophilus.

 

Ponente

La leucocitosis con predominio neutrofílico y los niveles elevados de marcadores inflamatorios son compatibles con una infección, pero el nivel de PCR y la velocidad de sedimentación globular parecen estar elevados desproporcionadamente para una faringoamigdalitis aislada. Teniendo en cuenta estos hallazgos y los musculoesqueléticos, se justifica una evaluación adicional para determinar las causas reumatológicas.

 

Historia

Las radiografías del hombro derecho y la muñeca izquierda no mostraron nada destacable. La tomografía computarizada del cuello, el tórax, el abdomen y la pelvis revelaron hinchazón amigdalina palatina (en el lado izquierdo más que en el derecho) sin acumulación de líquido, acumulación de grasa ni absceso. No se observó linfadenopatía ni hepatoesplenomegalia. Los cultivos de sangre y garganta no revelaron crecimiento. Las pruebas de PCR para adenovirus, citomegalovirus, virus de Epstein-Barr, enterovirus, VSR, virus de la influenza A y B, virus del herpes simple 1 y 2 y parvovirus B19 fueron negativas, al igual que las pruebas de detección de ácidos nucleicos en la garganta y la orina para Chlamydia trachomatis y N. gonorrhoeae . Las pruebas serológicas fueron negativas para anticuerpos heterófilos, IgG treponémica, tipos 1 y 2 del VIH y parvovirus B19 IgG e IgM. Un ensayo de liberación de interferón-γ, pruebas de antígeno urinario para legionella y Streptococcus pneumoniae y frotis de parásitos en sangre no mostraron evidencia de infección. El nivel de C3 fue de 215 mg por decilitro (rango normal, 90 a 180). El nivel de ferritina fue de 12,513 μg por litro (rango normal, 30 a 400), y el nivel de lactato deshidrogenasa fue de 291 U por litro (rango normal, 135 a 225). Los resultados de las pruebas para C4, anticuerpos antinucleares, crioglobulinas, anticuerpos anticitoplasma de neutrófilos, anticuerpo mieloperoxidasa, anticuerpo proteinasa 3, anticuerpo IgG péptido citrulinado cíclico, factor reumatoide y subconjuntos de células T fueron normales. La electroforesis de proteínas séricas y la inmunofijación no mostraron pico monoclonal ni gammapatía monoclonal. El paciente fue tratado con paracetamol y ketorolaco, con mejoría parcial de su estado. Los antibióticos se suspendieron después de 48 horas.

 

Ponente

Los síntomas persistentes del paciente a pesar de la terapia antibiótica y los resultados de laboratorio reducen la probabilidad de una causa infecciosa. Tampoco tiene factores de riesgo para infecciones atípicas o resistentes a los antibióticos (p. ej., inmunosupresión, hospitalizaciones frecuentes o uso reciente de antibióticos). Las pruebas negativas para anticuerpos antinucleares y la ausencia de citopenias o niveles bajos de complemento argumentan en contra del lupus eritematoso sistémico. Los niveles elevados de C3 y C4 normales son incompatibles con la crioglobulinemia mixta. Se observa un nivel elevado de ferritina en infecciones, afecciones malignas y síndromes inflamatorios; los niveles marcadamente elevados de ferritina (en los miles) aumentan la preocupación por la enfermedad de Still del adulto, el síndrome de activación de macrófagos o la linfohistiocitosis hemofagocítica.


Historia

Dos días después de la presentación, desarrolló fiebre diaria o dos veces al día, con temperaturas tan altas como 39,3 °C (102,7 °F), y el paciente tuvo odinofagia empeorando que llevó al uso de líquidos intravenosos y opioides. Un exantema eritematoso, maculopapular, coalescente, que no palidece, no pruriginoso apareció durante los episodios febriles y se resolvió cuando estuvo afebril ( Figura 1 ). El nivel de alanina aminotransferasa aumentó a 142 U por litro, y el nivel de aspartato aminotransferasa fue de 78 U por litro (rango normal, 10 a 50).

 


Figura 1. Erupción en el torso y la espalda del paciente.

Se observaron máculas y pápulas eritematosas que se fusionaron en el torso anterior del paciente (Panel A, flechas) y en la espalda (Panel B, flechas).

 

Ponente

En este momento, la sospecha de enfermedad de Still de inicio en la edad adulta es alta dada la fiebre diaria, el exantema evanescente, el dolor de garganta y los niveles elevados de ferritina y aminotransferasa. La condición del paciente cumple tres de los cuatro criterios principales de Yamaguchi para la enfermedad de Still de inicio en la edad adulta (fiebre, exantema y leucocitosis) y tres de los cinco criterios menores (dolor de garganta, pruebas de función hepática anormales y pruebas negativas para factor reumatoide y anticuerpo antinuclear) ( Tabla 1 ). Las pruebas para citocinas que están elevadas en esta afección, incluido el ligando 9 del motivo CXC (CXCL9), la interleucina-6 y la interleucina-18, respaldarían el diagnóstico.

 


Tabla 1. Criterios de Yamaguchi para la enfermedad de Still del adulto.

 

Historia

El paciente recibió un diagnóstico de enfermedad de Still del adulto y fue tratado con 100 mg diarios de anakinra subcutánea, un antagonista del receptor de interleucina-1. En los 2 días posteriores al inicio del tratamiento, sus artralgias y dolor de garganta se resolvieron y los valores de PCR y glóbulos blancos disminuyeron. Los cultivos de sangre y garganta permanecieron negativos después de 5 días. Una semana después del alta, el nivel de CXCL9 fue de 5887 pg por mililitro (valor normal, <648). Cuatro semanas después del alta, su erupción cutánea, fiebre y mialgias regresaron. La dosis de anakinra se aumentó a 100 mg dos veces al día y se agregó metilprednisolona, ​​en una dosis diaria de 48 mg. Sus síntomas remitieron, pero los niveles de marcadores inflamatorios continuaron aumentando, lo que despertó la preocupación de una respuesta inadecuada al tratamiento del antagonismo de la interleucina-1. Dada la marcada preferencia del paciente por evitar las inyecciones, su tratamiento se modificó a tofacitinib, un inhibidor oral de la cinasa Janus (JAK). A los 6 meses de seguimiento, estaba asintomático con niveles normales de marcadores inflamatorios mientras tomaba 22 mg de tofacitinib y una dosis reducida de 8 mg de metilprednisolona por día.

 

Comentario

Este paciente presentó fiebre, mialgias, artralgias y odinofagia que no remitieron con la terapia antibiótica. Apareció un exantema evanescente de color salmón y las pruebas de infección y cáncer dieron resultados negativos a pesar de los niveles elevados de marcadores inflamatorios. Después de descartar enfermedades infecciosas, malignas y otras enfermedades reumatológicas, recibió un diagnóstico de enfermedad de Still del adulto.

La artritis idiopática juvenil sistémica se identificó en niños con artritis, linfadenopatía, esplenomegalia y fiebre; más tarde, una presentación similar en adultos se denominó enfermedad de Still del adulto. Estas enfermedades comparten características similares y probablemente existen en un espectro, y la enfermedad de Still del adulto se diagnostica típicamente en pacientes mayores de 16 años de edad. 1 La enfermedad de Still del adulto se considera rara, con una prevalencia estimada de menos de 35 casos por 1 millón de personas, y se presenta con mayor frecuencia en mujeres que en hombres. 1 La enfermedad se caracteriza por fiebre; una erupción maculopapular evanescente de color salmón en el tronco, los brazos y las piernas; y artritis y artralgias. Otras manifestaciones incluyen faringitis, serositis, hepatoesplenomegalia y linfadenopatía. Los pacientes suelen tener síntomas que duran semanas o meses antes de que se haga el diagnóstico. Este caso fue atípico porque los síntomas iniciales del paciente fueron lo suficientemente graves como para resultar en hospitalización, lo que llevó a un diagnóstico y tratamiento rápidos.

La patogenia de la enfermedad de Still de inicio en la edad adulta no se conoce completamente. Se cree que una combinación de predisposición genética y exposición a desencadenantes (infecciosos, malignos o ambientales) precipita una respuesta inmunitaria proinflamatoria desregulada. 2 En concreto, la activación del inflamasoma de la proteína 3 del dominio de oligomerización de unión a nucleótidos (NLRP3) conduce a la producción de interleucina-1β e interleucina-18 y la posterior liberación de interleucina-6, interleucina-8 y factor de necrosis tumoral (TNF), con posibles mecanismos antiinflamatorios alterados o regulados a la baja que afecten a la función reguladora de las células T o a la producción de interleucina-10. 2,3 La enfermedad está asociada a tipos específicos de HLA y polimorfismos en el factor inhibidor de la migración de macrófagos y la interleucina-18. 3

El diagnóstico de la enfermedad de Still del adulto requiere un alto índice de sospecha y se basa en características clínicas específicas, hallazgos de laboratorio y la exclusión de infecciones, enfermedades malignas y otros trastornos autoinflamatorios. Los criterios de Yamaguchi se utilizan ampliamente para apoyar el diagnóstico ( Tabla 1 ). 4 Los pacientes con enfermedad de Still del adulto tienen niveles elevados de marcadores inflamatorios, incluyendo ferritina, PCR y VSG. También se describen elevaciones en los niveles de receptor de interleucina-2 soluble, interleucina-6, interleucina-18, TNF-α, CXCL9, CXCL10, CXCL11 y CXCL13, aunque las pruebas para estos se realizan con poca frecuencia en la práctica clínica. 1

Se han reconocido tres patrones de enfermedad de Still de inicio en la edad adulta: la enfermedad monocíclica (en el 19 al 44% de los pacientes) representa un episodio autolimitado, la enfermedad policíclica o intermitente (en el 10 al 41% de los pacientes) incluye brotes que se intercalan con episodios de remisión, y la enfermedad crónica (en el 35 al 67% de los pacientes) representa un curso persistente de la enfermedad que generalmente se asocia con poliartritis. 1,2 Estos patrones de enfermedad se describieron antes de la llegada de las terapias biológicas; desde entonces, es probable que la prevalencia de la enfermedad crónica haya disminuido. Las complicaciones de la enfermedad de Still de inicio en la edad adulta incluyen artritis destructiva, hepatitis fulminante y coagulopatías como coagulación intravascular diseminada o púrpura trombocitopénica trombótica. La afectación pulmonar incluye hemorragia alveolar difusa, hipertensión arterial pulmonar, enfermedad pulmonar intersticial y proteinosis alveolar. 5

Una complicación grave es el síndrome de activación de macrófagos, un estado hiperinflamatorio que puede provocar una tormenta de citocinas y disfunción multiorgánica; este síndrome se informa en el 12 al 14% de los pacientes con enfermedad de Still del adulto. 5 A menudo desencadenado por infecciones, medicamentos o brotes de la enfermedad, el síndrome de activación de macrófagos se manifiesta con características variables, como fiebre, hepatoesplenomegalia, linfadenopatía, coagulopatías, citopenias e hiperferritinemia, y puede progresar a shock y muerte, con una mortalidad informada del 10 al 22%. 5 El examen de médula ósea que muestra hemofagocitosis de macrófagos es diagnóstico. Los niveles de interleucina-18 y CXCL9, que a menudo están elevados en la enfermedad de Still del adulto, aumentan aún más cuando la enfermedad se complica con el síndrome de activación de macrófagos. Aunque las pruebas para estos biomarcadores no están ampliamente disponibles, pueden ayudar a diferenciar entre el síndrome de activación de macrófagos y otros estados hiperferritinémicos como la sepsis o el cáncer, en los que los niveles de estos biomarcadores a menudo no están notablemente elevados. 6,7

El tratamiento del síndrome de activación de macrófagos implica agentes inmunomoduladores. Las terapias de primera línea incluyen glucocorticoides en dosis altas, inhibición de la interleucina-1 (con anakinra) y terapia con inmunoglobulina intravenosa. Los inhibidores de JAK (p. ej., baricitinib, tofacitinib y ruxolitinib) se pueden utilizar en combinación con otras terapias para la enfermedad grave. Se están estudiando varios enfoques nuevos, 8,9 incluida la inhibición del interferón-γ, que se considera que tiene un papel central en la patogenia de la enfermedad.

Los pacientes con enfermedad de Still leve de inicio en la edad adulta pueden ser tratados con fármacos antiinflamatorios no esteroides. Sin embargo, para los pacientes con enfermedad moderada a grave, el tratamiento de primera línea está evolucionando para incluir agentes biológicos que inhiben la señalización de citocinas proinflamatorias, incluidas la interleucina-1 y la interleucina-6. Este cambio se basa en gran medida en datos de ensayos que incluyeron pacientes con artritis idiopática juvenil sistémica y en datos observacionales en la enfermedad de Still de inicio en la edad adulta 10,11 ; los datos de ensayos aleatorizados son limitados en este último caso. Los glucocorticoides también pueden usarse en algunos pacientes para lograr el control de la enfermedad, pero los agentes biológicos limitan las dosis necesarias y, por lo tanto, los efectos adversos asociados con el uso de glucocorticoides (p. ej., hiperglucemia y pérdida ósea). Cuando los agentes biológicos no están disponibles o su costo es prohibitivo, la enfermedad moderada a grave puede tratarse con fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FAME) convencionales, principalmente metotrexato e inhibidores de la calcineurina. 1

El inhibidor de la interleucina-1 anakinra se suele preferir como monoterapia inicial porque su corta vida media (4 a 6 horas) permite un aumento rápido de la dosis en función de la respuesta de los síntomas. La terapia con anakinra ha demostrado ser beneficiosa en un pequeño ensayo controlado con placebo en pacientes con artritis idiopática juvenil sistémica10 y en un pequeño ensayo abierto que comparó anakinra con los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (FAME) convencionales en pacientes con enfermedad de Still de inicio en la edad adulta. 12 Canakinumab es un inhibidor de la interleucina-1β con una vida media más larga (aproximadamente 23 días) que permite una administración mensual. El respaldo para su uso en la enfermedad de Still de inicio en la edad adulta se extrapola en gran medida de los resultados de dos ensayos de fase 3, aleatorizados y controlados con placebo que mostraron una reducción de los síntomas, la prevención de los brotes de la enfermedad y una reducción del uso de glucocorticoides en pacientes con artritis idiopática juvenil sistémica. 13 Un ensayo aleatorizado de fase 3 de canakinumab en 36 pacientes con enfermedad de Still de inicio en la edad adulta mostró una reducción clínicamente relevante en la actividad de la enfermedad (el resultado primario) en el 67% de los pacientes del grupo de canakinumab, en comparación con el 41% de los del grupo placebo, pero la diferencia no fue significativa dado el pequeño tamaño de la muestra. 14 La inhibición temprana de la interleucina-1 puede reducir las manifestaciones graves de la enfermedad y aumentar la probabilidad de remisión sin fármacos. 15

El uso del inhibidor de interleucina-6 tocilizumab está respaldado por los resultados de un ensayo de fase 3 en el que participaron 112 pacientes con artritis idiopática juvenil sistémica grave, en los que la terapia con tocilizumab mejoró significativamente el control de la enfermedad. 11 Un ensayo de fase 3, aleatorizado y controlado con placebo de tocilizumab en 27 pacientes con enfermedad de Still del adulto refractaria a los glucocorticoides no mostró un beneficio significativo con la terapia activa, pero no tuvo suficiente potencia; se informó una reducción de la actividad de la enfermedad (un punto final preespecificado) en el 62% de los pacientes del grupo de tocilizumab, en comparación con el 31% de los del grupo placebo. 16

El interés en objetivos terapéuticos adicionales, como la interleucina-18 (p. ej., tadekinig alfa), el TNF-α (infliximab, etanercept y adalimumab), la calcineurina (tacrolimus y ciclosporina) y la señalización de JAK (tofacitinib, ruxolitinib y baricitinib), está creciendo. 2,3 La señalización de JAK probablemente influye en la patogénesis de la enfermedad de Still del adulto de múltiples maneras, en particular al impulsar la expresión de componentes del inflamasoma NLRP3. Los inhibidores de JAK se han estudiado principalmente en pacientes con enfermedad de Still del adulto refractaria; por ejemplo, una serie de casos retrospectiva mostró que aproximadamente el 55% de los pacientes con enfermedad refractaria tuvieron una respuesta favorable a la inhibición de JAK. 17 En el presente caso, la toma de decisiones compartida relacionada con la preferencia del paciente de evitar los medicamentos inyectables, combinada con su respuesta subóptima a la inhibición de la interleucina-1, condujo al uso de tofacitinib, con una buena respuesta clínica y normalización de los marcadores inflamatorios. Se necesitan más datos para orientar la elección entre diferentes agentes.

Este caso resalta la necesidad de considerar la enfermedad de Still del adulto en un paciente con fiebre persistente y síntomas inespecíficos y muestra los beneficios de una terapia inmunomoduladora eficaz.

 

Traducido de:

“Avoiding Rash Decisions”

Authors: Dylan S. Eiger, M.D., Ph.D., Monica R. Curtis, M.D., M.P.H., Staci Eisenberg, M.D., Katherine H. Walker, M.D. https://orcid.org/0000-0003-1198-8125, and Joseph Loscalzo, M.D., Ph.D.Author Info & Affiliations

Published October 2, 2024

N Engl J Med 2024;391:1238-1244

DOI: 10.1056/NEJMcps2403674

VOL. 391 NO. 13

 

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcps2403674

 

Referencias

1. Gerfaud-Valentin M, Jamilloux Y,

Iwaz J, Sève P. Adult-onset Still’s disease.

Autoimmun Rev 2014;13:708-22.

 2. Feist E, Mitrovic S, Fautrel B. Mecha

nisms, biomarkers and targets for adult

onset Still’s disease. Nat Rev Rheumatol

2018;14:603-18.

 3. Rao S, Tsang LS-L, Zhao M, Shi W, Lu

Q. Adult-onset Still’s disease: disease at

the crossroad of innate immunity and au

toimmunity. Front Med (Lausanne) 2022;

9:881431.

 rophage activation syndrome. Blood 2018;

131:1442-55.

 7.

4. Yamaguchi M, Ohta A, Tsunematsu T,

et al. Preliminary criteria for classifica

tion of adult Still’s disease. J Rheumatol

1992;19:424-30.

 5. Efthimiou P, Kadavath S, Mehta B.

Life-threatening complications of adult

onset Still’s disease. Clin Rheumatol

2014;33:305-14.

 6. Weiss ES, Girard-Guyonvarc’h C,

Holzinger D, et al. Interleukin-18 diag

nostically distinguishes and pathogeni

cally promotes human and murine mac

Mizuta M, Shimizu M, Inoue N, Naka

gishi Y, Yachie A. Clinical significance of

serum CXCL9 levels as a biomarker for

systemic juvenile idiopathic arthritis asso

ciated macrophage activation syndrome.

Cytokine 2019;119:182-7.

 8. De Benedetti F, Grom AA, Brogan PA,

et al. Efficacy and safety of emapalumab

in macrophage activation syndrome. Ann

Rheum Dis 2023;82:857-65

 

viernes, 25 de octubre de 2024

Casos Clínicos: Varón de 41 años con HTA, dolor torácico y disnea.

 

La Dra. Nicole Quintero Medical Resident | Cardiology (Interventional Cardiology), envía esta imagen de electrocardiograma con el siguiente texto:


Paciente masculino de 41 años con antecedentes de hipertensión arterial que refiere suspensión de medicación desde hace meses. Acude a urgencias por dolor torácico en reposo, de 30 minutos de duración, consistente en dolor opresivo sin irradiación de intensidad 10/10 asociado a disnea, criodiaforesis, por lo que consulta a urgencias e ingresa con tensión arterial de 200/110. Ekg al ingreso es el de la imagen de arriba, 7 horas después lo reevalúo y me doy cuenta que nadie pidió troponinas, en ese momento las pedí y realizo un nuevo Ekg que era muy parecido al del ingreso, el paciente refiere que ya no tenía dolor, tensión arterial 150/96, sin embargo presentaba bradicardia sinusal. En el centro donde trabajo solo hay troponina cualitativa, la cual salió negativa. Mi pregunta es cuál debió ser la conducta al ingreso y si es pertinente catalogar este caso como angina inestable a pesar de la lentitud de la atención en este centro de salud de primer nivel.

 




Opinión: Un dolor torácico opresivo agudo de intensidad de 10/10, de aparición en reposo, de 30 minutos de duración, asociado a disnea y sudoración fría, en el contexto de una crisis hipertensiva, se debe considerar como una emergencia hipertensiva, basado en interpretar el dolor como lesión de órgano blanco. El resultado normal de troponinas no permite clasificar al paciente como infarto agudo de miocardio, en este caso sin supradesnivel ST. La clínica de este paciente obliga asimismo a descartar otras etiologías entre, ellas a la disección de aorta la cual a veces puede ser autolimitada por lo que creo amerita la obtención de imágenes (ecocardiograma transesofágico o TC).

El electrocardiograma muestra ritmo regular, sinusal de 60 latidos por minuto, con imagen de hemibloqueo anterior izquierdo, el cual puede tener relación con su condición previa de hipertenso, pero no se puede descartar la aparición aguda del trastorno sin solicitar al paciente electrocardiogramas previos de su historia clínica.

Obviamente este paciente debe permanecer internado hasta la resolución completa del cuadro y se deben realizar estudios para determinar la naturaleza exacta del cuadro de ingreso

jueves, 24 de octubre de 2024

Casos Clínicos: Varón de 40 años con trastornos del cuero cabelludo.

Buenas noches. Soy Mónica Villarreal,  escribo desde Manizales Colombia, tengo un caso que quiero compartir,  para ver cómo me pueden ayudar,  tengo un paciente de 40 años, militar, desde hace un par de años presenta unas lesiones en cuero cabelludo, se pensaba en una tiña capitis,  pero ningún antibiótico ha sido efectivo, ketoconazol, tabletas, champú y nada resulta,  también se le ha formulado isotretinoina y tampoco,  ahora esta con terbinafina y lamicol crema pero son resultados positivos,  él refiere que las lesiones le sangran y ahora le sale material purulento.

¿Podrían por favor ayudarme?

Envío foto.




 

 



 


Dra. Mónica Villarreal Peña

Manizales Colombia





Opinión: Se ven varios parches redondos de alopecia cicatrizal en la región nucal del cuero cabelludo. La superficie de las placas es lisa y brillante no visualizándose folículos pilosos o signos de recuperación capilar. No están cubiertas de escamas ni una reacción inflamatoria intensa ni drenaje purulento como se podría ver en querion de Celso lo que aleja la probabilidad de tiña capitis como evento inicial. Se observa una severa alteración de la superficie en una zona de cuero cabelludo a expensas de algunas pápulas, nódulos y cicatrización queloide del proceso.  También se observan algunas pústulas, y tengo dudas de si existe “pelos en penacho”, en algunos folículos, es decir, la presencia de varios pelos naciendo de un único folículo. Basado en los signos observados los diagnósticos a considerar son FOLICULITIS DECALVANTE DEL CUERO CABELLUDO (sobre todo si con más definición o con dermatoscopía pudiesen verse pelos en penacho), CELULITIS DISECANTE DEL CUERO CABELLUDO, Y ACNÉ QUELOIDE DEL CUERO CABELLUDO. Sería importante realizar una biopsia del cuero cabelludo, como en toda alopecia cicatrizal para confirmar o descartar sobre todo los dos primero procesos mencionados. El tratamiento de la foliculitis decalvante es con antibióticos después de realizado estudios bacteriológicos y sensibilidad antibiótica (cefalosporinas, ciprofloxacino , trimetoprima-sulfametoxazol clindamicina o eritromicina, pero los mejores resultados se obtienen generalmente con doxiciclina o minociclina 50 a 100 mg dos veces por día durante uno a dos meses). A veces se combina con corticoides intralesionales o tópicos y excepcionalmente sistémicos en períodos cortos. Como inmunomodulador se puede usar isotretinoina oral entre 0,1 y 1 mg/kg por día administradas durante uno a ocho meses. Se ha usado dapsona en ocasiones con buenos resultados a dosis de 75 o 100 mg por día durante cuatro a seis meses seguida de un tratamiento de mantenimiento con 25 mg por día sdos o tres meses más. Se ha usado inhibidores de TNF en casos severos y refractarios. El tratamiento de la celulitis disecante del cuerpo cabelludo es muy similar al de la foliculitis decalvante.

Dejo en el siguiente comentario un link de una paciente con foliculitis decalvante que vimos hace poco en el Rincón

 

https://www.elrincondelamedicinainterna.com/2024/08/casos-clinicos-paciente-femenina-de-37.html