viernes, 10 de mayo de 2024

Varón de 27 años con debilidad en las piernas de comienzo agudo.

Un hombre de 27 años fue evaluado en este hospital debido a debilidad en las piernas.

El paciente se encontraba en su estado de salud habitual hasta 3 días antes de la presentación actual, cuando desarrolló mialgias en la parte superior de las piernas. Inicialmente atribuyó el dolor al aumento de la actividad física mientras trabajaba en la construcción. Cuando despertó la mañana de la presentación actual, no podía levantar las piernas para moverse en la cama ni para levantarse. También tenía debilidad en los brazos, aunque menos pronunciada que la debilidad en las piernas. Pidió a su familia que lo llevaran al departamento de emergencias de este hospital para su evaluación.

En el servicio de urgencias, el paciente refirió debilidad continua. No tenía antecedentes de traumatismo, dolor de espalda ni anestesia en silla de montar. No hubo cambios en la sensación. No tenía otros antecedentes médicos relevantes y no tomaba medicamentos prescritos. Se había mudado a Boston desde El Salvador 5 meses antes de la presentación actual.

Después de llegar a Boston, el paciente comenzó a tener cada vez más dificultades para conciliar y permanecer dormido, lo que atribuyó al estrés. Había tenido heces blandas pero apetito normal y comía normalmente sin dolor abdominal, náuseas ni vómitos; estimó una pérdida de peso de aproximadamente 5 kg desde que se mudó a Boston. Además, informó que había tenido temblores en las manos durante varios meses antes de la actual presentación, lo que también había atribuido al estrés. Cuatro días antes de la presentación actual, comenzó a tomar un suplemento a base de hierbas (vendido bajo la marca Nervitran) cuyo objetivo era reducir el estrés. No tenía alergias conocidas. Bebía alcohol ocasionalmente, nunca había fumado tabaco y no consumía drogas ilícitas. No había antecedentes familiares de hipertensión o enfermedad hepática; una tía materna había tenido un episodio de debilidad, pero la paciente no tenía conocimiento del diagnóstico.

En el examen, la temperatura temporal era de 36,2°C, la presión arterial de 144/79 mm Hg, el pulso de 96 latidos por minuto, la frecuencia respiratoria de 18 respiraciones por minuto y la saturación de oxígeno de 99% mientras el paciente respiraba aire ambiente. El índice de masa corporal fue de 21,6. Había inyección conjuntival en ambos ojos. La fuerza muscular fue de 4/5 en abducción de ambos hombros y en flexión y extensión de codos, muñecas y dedos. La fuerza muscular fue de 5/5 en flexión y extensión de rodilla y de 3/5 en flexión de cadera, dorsiflexión de tobillo y flexión plantar. La sensación al tacto ligero y a la temperatura era normal. Los reflejos rotulianos eran 3+. Había un temblor fino de baja amplitud y alta frecuencia en las manos, que era más prominente en la mano izquierda que en la derecha. El resto del examen era normal.

El hemograma completo fue normal, al igual que los resultados de las pruebas de coagulación. Una prueba de toxicología sanguínea fue negativa para salicilatos, paracetamol, etanol y medicamentos antidepresivos tricíclicos. El nivel sanguíneo de aspartato aminotransferasa fue de 56 U por litro (rango de referencia, 10 a 40), el nivel de alanina aminotransferasa de 65 U por litro (rango de referencia, 10 a 55), el nivel de fosfatasa alcalina de 137 U por litro (rango de referencia, 45 a 115), el nivel de bilirrubina total 1,3 mg por decilitro (22 μmol por litro; rango de referencia, 0,0 a 1,0 mg por decilitro [0 a 17 μmol por litro]), el nivel de potasio 1,8 mmol por litro (rango de referencia, 3,4 a 5,0), el nivel de creatina quinasa 382 U por litro (rango de referencia, 60 a 400) y el nivel de aldolasa 9,9 U por litro (valor de referencia, <7,7); Otros resultados de pruebas de laboratorio se muestran en la Tabla 1 . No se realizó análisis de orina. Un electrocardiograma mostró taquicardia sinusal, bloqueo incompleto de la rama derecha y anomalías inespecíficas del segmento ST y de la onda T. Se administró cloruro de potasio por vía oral a una dosis de 60 meq. Tres horas después, el nivel de potasio en sangre era de 4,2 mmol por litro y la debilidad en brazos y piernas del paciente había disminuido.

 


TABLA 1. Datos de laboratorio.

 

Se realizaron pruebas diagnósticas adicionales.

Diagnóstico diferencial

Este hombre de 27 años, previamente sano, presentó un historial de 3 días de mialgias y debilidad muscular proximal que había durado varias horas, y se encontró que tenía hipopotasemia grave. El diagnóstico diferencial de la debilidad de los músculos proximales es amplio. La presencia de hipopotasemia grave en combinación con una disminución de los síntomas después de la reposición de potasio sugiere que la hipopotasemia es la causa más probable de debilidad muscular en este paciente. Por lo tanto, centraré mi diagnóstico diferencial en las posibles causas de la hipopotasemia, teniendo en cuenta que el diagnóstico más probable también deberá tener en cuenta los síntomas más subagudos del paciente: pérdida de peso, diarrea, temblores e insomnio.

 

HOMEOSTASIS DEL POTASIO

El potasio es el catión más abundante en el cuerpo, con un contenido corporal total de casi 3500 mmol. El noventa y ocho por ciento del contenido corporal total de potasio se encuentra en el líquido intracelular debido a la bomba de sodio-potasio (Na + /K + –ATPasa), que lo transporta activamente a través de las membranas celulares y deja sólo unos 60 mmol de potasio disponibles en el espacio extracelular. Una dieta occidental típica incluye aproximadamente 100 mmol de potasio por día. Para manejar esta carga sin aumentos posprandiales peligrosos en el nivel de potasio en sangre, el cuerpo debe regular el nivel de potasio extracelular de manera rápida y eficiente. Esto ocurre mediante un desplazamiento intracelular a través de la Na + /K + –ATPasa, que es estimulada por catecolaminas e insulina. A largo plazo, aproximadamente el 90% del potasio ingerido se excreta en la orina a través de la nefrona distal, y el resto se excreta en las heces y a través de la piel. Este paciente informó que comía normalmente, aunque no se nos dijo si consumía una dieta occidental típica. De todos modos, es inusual que se desarrolle hipopotasemia en pacientes como resultado de una ingesta dietética inadecuada únicamente porque la excreción urinaria de potasio puede reducirse hasta 20 mmol por día. Por lo tanto, el siguiente paso en este caso debe centrarse en determinar si la causa de la hipopotasemia de este paciente está relacionada con pérdidas renales, pérdidas no renales o desplazamientos intracelulares. 1

La cuantificación de la excreción urinaria de potasio es generalmente el primer paso en las pruebas diagnósticas de hipopotasemia ( Figura 1 ). Se prefiere el uso de una recolección de orina de 24 horas o una muestra puntual de orina al uso del gradiente transtubular de potasio. 2-4 Una excreción urinaria de potasio de al menos 20 mmol por día (o ≥15 mmol por litro en una muestra puntual de orina) sugiere pérdida renal de potasio. Por el contrario, una excreción menor de 20 mmol por día (o <15 mmol por litro en una muestra puntual de orina) sugiere que la hipopotasemia se debe a pérdidas no renales o desplazamientos transcelulares. Es importante señalar las limitaciones de las pruebas para cuantificar el potasio urinario. En primer lugar, el uso de diuréticos confunde la evaluación del potasio urinario. En segundo lugar, la excreción renal de potasio depende del aporte de sodio a la nefrona distal para que el sodio pueda reabsorberse a cambio de potasio. En pacientes con alteración del suministro de sodio a la nefrona distal (p. ej., depleción grave del volumen intravascular), un nivel bajo de sodio en la orina hace que la interpretación del nivel de potasio en la orina sea menos útil. Finalmente, un volumen elevado de orina puede provocar un nivel bajo de potasio en una muestra puntual de orina a pesar de la pérdida renal de potasio. 5,6 Normalizar el nivel de potasio en una muestra de orina puntual con creatinina en orina puede ayudar a compensar los efectos del alto volumen de orina. En este caso no se proporcionó información que hubiera cuantificado la excreción urinaria de potasio, por lo que a continuación consideraré la pérdida renal de potasio, la pérdida no renal de potasio y los desplazamientos intracelulares.

 


FIGURA 1. Algoritmo para el diagnóstico diferencial de hipopotasemia.

11β-HSD2 indica 11β-hidroxiesteroide deshidrogenasa 2.

 

PÉRDIDA RENAL DE POTASIO

Las causas de la pérdida renal de potasio se pueden caracterizar aún más en función de la presión arterial del paciente. La causa más común de pérdida renal de potasio asociada con normotensión o hipotensión es el uso de diuréticos. Los vómitos o la salida por la sonda nasogástrica también pueden causar hipopotasemia debido al hiperaldosteronismo secundario resultante de la contracción del volumen además de la pérdida de ácido gástrico del estómago. Este proceso conduce a alcalosis metabólica y a un aumento del suministro de bicarbonato a la nefrona distal, con la posterior excreción renal de bicarbonato y potasio juntos.

Las afecciones genéticas como el síndrome de Gitelman o el síndrome de Bartter imitan un efecto diurético y los pacientes generalmente presentan hipopotasemia en la infancia o en la edad adulta temprana. En el contexto de presión arterial normal o baja, la hipopotasemia puede ser inducida por otras formas de acidosis tubular renal genética o adquirida (es decir, exposición a acetazolamida o anfotericina) e hipomagnesemia, que conduce a la activación del canal ROMK y a la salida de potasio. 7 Debido a que este paciente era hipertenso, estos diagnósticos son poco probables.

La pérdida renal de potasio en el contexto de la hipertensión generalmente está mediada por el receptor de mineralocorticoides. Tanto el aldosteronismo primario (caracterizado por un estado alto de renina y alto aldosterona) como el hiperaldosteronismo secundario (caracterizado por un estado bajo de renina y alto aldosterona) pueden provocar hipertensión y pérdida renal de potasio mediante la activación de receptores mineralocorticoides por la aldosterona. El aldosteronismo primario puede ser causado por hiperplasia suprarrenal, adenoma suprarrenal o carcinoma suprarrenal. El hiperaldosteronismo secundario puede ser causado por tumores secretores de renina o estenosis de la arteria renal. Sin embargo, ni el aldosteronismo primario ni el hiperaldosteronismo secundario explicarían la diarrea, el temblor y el insomnio de este paciente.

Los receptores de mineralocorticoides también pueden ser activados por el cortisol, que tiene una fuerte afinidad por estos receptores pero normalmente es inactivado a cortisona por la hormona 11β-hidroxiesteroide deshidrogenasa 2 (11β-HSD2). En las células epiteliales que responden a la aldosterona, la inhibición de 11β-HSD2 conduce a niveles elevados de cortisol intracelular (ya que la enzima reside en la célula) y a la activación de receptores de mineralocorticoides. Otros inhibidores de 11β-HSD2 incluyen medicamentos (p. ej., los antimicóticos triazol itraconazol y posaconazol) y ciertas sustancias presentes en los alimentos (p. ej., ácido glicirretínico, un componente del regaliz). 8 Sin embargo, no se sabía que este paciente tomara estos medicamentos ni comiera dichos alimentos. La acción de 11β-HSD2 puede verse anulada en pacientes con síndrome de Cushing o tumores secretores de cosintropina. 8,9 Dada la hipertensión y la debilidad de los músculos proximales de este paciente, el síndrome de Cushing sería una explicación más probable si tuviera un nivel de potasio urinario inapropiadamente elevado; sin embargo, los hallazgos característicos del síndrome de Cushing, como plétora facial, bolsas de grasa supraclavicular y estrías abdominales, no estaban presentes en el examen físico.

Además, varios trastornos genéticos se asocian con un exceso aparente de mineralocorticoides, incluida la deficiencia de 11β-HSD2, el síndrome de Liddle, la hiperplasia suprarrenal congénita y el aldosteronismo remediable con glucocorticoides. Aunque este paciente era hipertenso, no se conocían antecedentes familiares de hipertensión y ninguna de estas condiciones explicaría la pérdida de peso, la diarrea, los temblores y el insomnio.

 

PÉRDIDA DE POTASIO NO RENAL

La exposición excesiva al calor y el esfuerzo también pueden provocar hipopotasemia debido a la pérdida de potasio a través de la piel, aunque este paciente no informó ninguno de estos. Informó que había tenido diarrea, que puede provocar pérdidas gastrointestinales de potasio, así como acidosis metabólica sin desequilibrio aniónico resultante de la pérdida de bicarbonato en las heces. Sin embargo, la aparición de diarrea no explicaría los temblores o el insomnio, por lo que consideraré otras causas de hipopotasemia.

 

INTERCAMBIO (SWITCH) INTRACELULAR

Las personas con pérdidas renales y no renales de potasio tienen un déficit corporal total de potasio. Una caída del nivel de potasio en sangre de aproximadamente 1 mmol por litro puede dar lugar a una reducción de más de 100 mmol por litro en las reservas corporales totales de potasio. Por el contrario, los pacientes con hipopotasemia asociada con desplazamiento intracelular tienen niveles normales de potasio corporal total y el tratamiento con pequeñas cantidades de potasio normalizará el nivel de potasio en sangre. En este paciente, el tratamiento con sólo 60 meq de cloruro de potasio normalizó el nivel de potasio en sangre, lo que sugiere que su hipopotasemia es causada por un desplazamiento intracelular de potasio. Sin embargo, en tales casos, se debe controlar el nivel de potasio en sangre en las horas y días posteriores a la normalización inicial en respuesta a la reposición de potasio. Si este paciente hubiera tenido reservas bajas de potasio total en el cuerpo, el aumento inicial en el nivel de potasio en sangre puede haber sido seguido por una disminución a medida que el potasio administrado se redistribuye en la reserva intracelular con el tiempo. Además, se desarrollará hiperpotasemia transitoria durante la reposición de potasio en uno de cada seis pacientes con hipopotasemia. 10

¿Qué podría impulsar un desplazamiento intracelular de potasio en este paciente? No tenía hipotermia y no usó ningún medicamento asociado con desplazamientos intracelulares de potasio, como insulina, teofilina o agentes β-adrenérgicos (incluidos descongestionantes que contienen pseudoefedrina o efedrina). No había nada en la historia del paciente que pudiera sugerir un síndrome de realimentación o una crisis leucémica, los cuales causan cambios intracelulares de potasio debido al aumento de la hematopoyesis. 11,12 Además, todas estas causas de desplazamiento intracelular de potasio están asociadas con hipopotasemia leve. Es más probable que los cambios intracelulares que resultan en una hipopotasemia más profunda y sintomática, como se observó en este paciente, sean causados ​​por una parálisis periódica hipopotasémica familiar o una parálisis periódica tirotóxica (PPT) ( Tabla 2 ). 13,14

 


TABLA 2. Comparación de la parálisis periódica tirotóxica y la parálisis periódica hipopotasémica familiar.

 

La parálisis periódica hipopotasémica familiar es un trastorno hereditario autosómico dominante causado por mutaciones en los canales de calcio, sodio o potasio de los músculos esqueléticos. Se diagnostica con mayor frecuencia en pacientes menores de 20 años que son de ascendencia asiática y tienen antecedentes familiares de la enfermedad. PPT es un trastorno adquirido que resulta en un aumento de la sensibilidad Na + /K + -ATPasa. Ocurre mayoritariamente en hombres de ascendencia asiática entre 20 y 50 años de edad, aunque la PPT también se ha descrito en pacientes de ascendencia latinoamericana . 13,14 Además, la PPT clásicamente puede causar hipomagnesemia e hipofosfatemia asociadas, pero no se detectaron en este paciente. Un estudio reciente de asociación del genoma identificó múltiples loci de susceptibilidad para PPT en una población de más de 2000 pacientes chinos con enfermedad de Graves (537 de los cuales tenían PPT), un hallazgo que sugiere que PPT es un subtipo molecular de la enfermedad de Graves. 15 Una pérdida de función o mutaciones dominantes negativas en el canal de potasio Kir2.6 específico del músculo esquelético pueden contribuir a la PPT, y se ha descrito una variante promotora de ganancia de función en el gen codificante en un paciente con parálisis periódica normopotasémica. 16-19 Los estudios de asociación del genoma también han implicado consistentemente una variante en KCNJ2 , el gen 15,20 que codifica un canal de potasio del músculo esquelético relacionado, Kir2.1, que se asocia con una predisposición a TPP. Es importante señalar que en los músculos esqueléticos de los pacientes con PPT se reduce una corriente de potasio rectificadora hacia adentro y dirigida hacia afuera, mediada por canales de Kir (principalmente tetrámeros Kir2.1 y Kir2.2). 21

Los episodios clínicos en pacientes con PPT y parálisis periódica hipopotasémica familiar consisten en debilidad muscular proximal intermitente y a menudo progresiva e incluso parálisis en el contexto de hipopotasemia profunda. Los episodios suelen ocurrir después de una ingesta elevada de carbohidratos (lo que da lugar a la liberación endógena de insulina, lo que impulsa aún más el potasio hacia las células mediante la Na + /K + –ATPasa); ejercicio extenuante (de un influjo rebote de potasio de regreso a las células luego de la liberación del músculo esquelético durante la actividad física); o como en este caso, al despertar por la mañana.

Aunque este paciente tenía una tía materna que había tenido un episodio inespecífico de debilidad, yo esperaría una historia de más episodios repetidos si hubiera una verdadera historia familiar de parálisis periódica. Además, la edad de este paciente es más consistente con PPT que con parálisis periódica hipopotasémica familiar. Es importante señalar que su pérdida de peso, taquicardia, hipertensión, inyección conjuntival y temblor sugieren hipertiroidismo, lo que favorece el diagnóstico de PPT. Además, las anomalías electrocardiográficas se encuentran con mayor frecuencia en pacientes con PPT que en aquellos con parálisis periódica hipopotasémica familiar, posiblemente debido a los efectos cardíacos de la tirotoxicosis. En este caso, un electrocardiograma no mostró ondas U (pequeñas desviaciones que siguen a las ondas T), pero había evidencia de bloqueo de rama derecha. Aunque los episodios clínicos son similares en pacientes con parálisis periódica hipopotasémica familiar y aquellos con PPT, distinguir entre los dos diagnósticos es importante para el tratamiento y el pronóstico. La PPT puede curarse funcionalmente con la corrección del hipertiroidismo, mientras que la parálisis periódica hipopotasémica familiar a menudo produce debilidad muscular progresiva a pesar de evitar los desencadenantes.

 

OTRAS POSIBILIDADES DE DIAGNÓSTICO

El paciente tenía acidosis respiratoria mixta y metabólica sin desequilibrio aniónico, que no se explica por un diagnóstico de PPT. Su acidosis metabólica sin brecha aniónica probablemente esté relacionada con la diarrea, que conduce a una mayor pérdida de bicarbonato en el tracto gastrointestinal. La acidosis respiratoria podría haber sido causada por debilidad de los músculos respiratorios en el contexto de hipopotasemia. Alternativamente, los efectos sedantes de las sustancias podrían haber provocado acidosis respiratoria. Este paciente estaba tomando un suplemento a base de hierbas (Nervitran) que contiene valeriana, pasiflora y lúpulo y se comercializa en América Latina como tratamiento para el estrés, la ansiedad y el insomnio. No pude encontrar ningún informe de caso publicado que asocie este producto con hipopotasemia, pero se postula que cada uno de estos componentes tiene efectos sedantes, posiblemente a través de la interacción con los receptores del ácido γ-aminobutírico.

La PPT deja sin explicación otras anomalías de laboratorio, incluido un nivel ligeramente elevado de aldolasa y niveles elevados de aspartato aminotransferasa y alanina aminotransferasa. Quizás estos hallazgos se deban a un bajo grado de muerte de las células musculares o al efecto hepatotóxico del consumo de alcohol o suplementos.

En general, la presentación de este hombre de 27 años con síntomas subagudos que sugerían hipertiroidismo e hipopotasemia sintomática, que ocurrieron después del esfuerzo físico y respondieron a una modesta repleción de potasio, es más consistente con un diagnóstico de PPT. Confirmaría el diagnóstico con pruebas de función tiroidea. Dada la asociación entre PPT y la enfermedad de Graves, también probaría la presencia de autoanticuerpos activadores del receptor de tirotropina.

 

Diagnóstico Presuntivo

Parálisis periódica tirotóxica.

 

Pruebas de diagnóstico iniciales

El nivel de tirotropina se suprimió por completo (<0,1 μUI por mililitro; rango de referencia, 0,4 a 5,00). Sobre la base del resultado de tirotropina, se obtuvo una muestra de sangre para medir la función tiroidea. Las pruebas mostraron niveles notablemente aumentados de tiroxina libre (T4 libre), a 6,7 ​​ng por decilitro (rango de referencia, 0,9 a 1,8), y triyodotironina total (T3), a 525 ng por decilitro (rango de referencia, 60 a 181). Se envió una muestra de sangre a un laboratorio central de referencia para su evaluación. El índice de la prueba de inmunoglobulina estimulante de la tiroides fue de 4,6 (valor de referencia, ≤1,5) y el nivel de inmunoglobulina inhibidora de la unión a tirotropina, de 26 UI por litro (rango de referencia, 0,00 a 1,75), un valor que es 99% específico para la enfermedad de Graves.

 

Discusión de la gestión

Debido a que la hipopotasemia en pacientes con PPT está relacionada con el desplazamiento intracelular de potasio, existe el riesgo de una corrección excesiva que puede provocar una hiperpotasemia mortal. 22-24 Por lo tanto, se recomienda que el reemplazo de potasio se limite a no más de aproximadamente 90 meq en las primeras 24 horas o menos de 10 meq por hora. 22 Este paciente recibió un total de 110 meq de cloruro de potasio en las primeras 24 horas, con un nivel máximo de potasio en sangre de 5,2 mmol por litro que posteriormente se normalizó.

La hormona tiroidea aumenta directamente la actividad de la Na + /K + –ATPasa, pero también la estimula a nivel genético aumentando su transcripción. La actividad adrenérgica, que aumenta en el contexto del hipertiroidismo, también estimula la Na + /K + –ATPasa. 25 Inicialmente, aconsejamos al paciente sobre la eliminación de los factores precipitantes, incluidos los alimentos ricos en carbohidratos (que pueden provocar hiperinsulinemia), los aumentos repentinos de catecolaminas y la ingesta de alcohol. En última instancia, la hipopotasemia en pacientes con PPT es rápidamente reversible con la corrección del hipertiroidismo.

El paciente fue tratado con metimazol y propranolol. Algunos expertos recomiendan el uso inicial de propranolol para corregir la hipopotasemia asociada con PPT. 26 Tuvo resolución de la hipopotasemia y los síntomas clínicos dentro de las 24 horas posteriores al inicio del tratamiento. Se obtuvieron estudios de imagen.

La ecografía en escala de grises de la tiroides reveló una glándula agrandada de forma difusa con ecotextura heterogénea ( Figura 2 ). Las imágenes Doppler color mostraron un aumento difuso del flujo vascular. Los hallazgos imagenológicos fueron compatibles con un diagnóstico clínico de enfermedad de Graves.

 


FIGURA 2. Imágenes de ultrasonido de la tiroides.

Una imagen transversal en escala de grises (Panel A) muestra una glándula agrandada con ecotextura heterogénea. Una imagen transversal Doppler color (Panel B) muestra un aumento difuso de la vascularización.

 

El paciente fue seguido de cerca después de que fue dado de alta de este hospital. Los niveles sanguíneos de T4 libre y T3 total disminuyeron y estuvieron cerca o dentro del rango normal dentro de las 3 semanas posteriores al alta. Durante ese tiempo, su nivel de potasio se mantuvo dentro del rango normal, con valores entre 3,5 y 5,0 mmol por litro.

Dado el riesgo de recurrencia de hipopotasemia potencialmente mortal, el paciente decidió proceder con tiroidectomía total como solución permanente. Fue operado 39 días después de su presentación inicial.

Discusión patológica

La glándula tiroides extirpada pesaba 52 g (límite superior del rango normal, 25) y el lóbulo derecho era ligeramente más grande que el lóbulo izquierdo. La apariencia macroscópica era uniforme bilateralmente, con una vaga apariencia verticilada que variaba en color del rojo al tostado y al rosa. La evaluación microscópica reveló agregados linfoides dispersos con un patrón de crecimiento histológicamente nodular y proyecciones papilares hiperplásicas en coloide ( Figura 3 ). Las áreas con coloide aclarado y un patrón mixto de macrofolículos periféricos y microfolículos comprimidos son diagnósticas de enfermedad de Graves parcialmente tratada, dada la mezcla de folículos vacíos y macrofolículos normales.

 


FIGURA 3. Muestra de resección de tiroides.

La tinción con hematoxilina y eosina de secciones de una muestra de glándula tiroides extirpada muestra agregados linfoides con centros germinales (Paneles A y B, flechas) que son el sello distintivo de la tiroiditis crónica. A menor aumento (Panel A), todos los folículos son macrofolículos que normalmente se ven (excepto los agregados linfoides) en el tejido tiroideo normal. La enfermedad de Graves se evidencia por la hiperplasia, que aparece en un patrón nodular con proyecciones arquitectónicas papilares en los folículos ricos en coloides (Panel C, flechas). Estas proyecciones papilares (Panel D, flecha) tienen núcleos fibrovasculares y núcleos normocromáticos redondos. Los folículos vacíos (Panel E, asteriscos) indican coloide excretado después de la estimulación con inmunoglobulina estimulante de la tiroides. El patrón mixto de folículos vacíos y comprimidos (Panel F, centro) y macrofolículos normales (Panel F, periferia) es indicativo de un tratamiento médico eficaz.

 

Diagnóstico patológico

Hiperplasia folicular nodular difusa con arquitectura papilar compatible con enfermedad de Graves parcialmente tratada.

 

Gestión Adicional

Después de la cirugía, se inició tratamiento de reemplazo con levotiroxina. Desde entonces, el paciente permanece asintomático y ha retomado todas sus actividades diarias. En el momento de su último seguimiento, los niveles sanguíneos de tirotropina y T4 libre eran normales.

 

Diagnostico final

Parálisis periódica tirotóxica asociada con la enfermedad de Graves.

 

Traducción de:

Case 13-2024: A 27-Year-Old Man with Leg Weakness

Authors: Andrew S. Allegretti, M.D., Cynthia L. Czawlytko, M.D., Nikolaos Stathatos, M.D., and Peter M. Sadow, M.D., Ph.D.Author Info & Affiliations

Published April 24, 2024

N Engl J Med 2024;390:1514-1522

DOI: 10.1056/NEJMcpc2312728

VOL. 390 NO. 16

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcpc2312728

 

 

REFERENCIAS

1. Gumz ML, Rabinowitz L, Wingo CS.

An integrated view of potassium homeostasis. N Engl J Med 2015;373:60-72.

2. Kamel KS, Halperin ML. Intrarenal

urea recycling leads to a higher rate of renal excretion of potassium: an hypothesis

with clinical implications. Curr Opin

Nephrol Hypertens 2011;20:547-54.

3. Palmer BF, Clegg DJ. Physiology and

pathophysiology of potassium homeostasis: core curriculum 2019. Am J Kidney

Dis 2019;74:682-95.

4. Grams ME, Hoenig MP, Hoorn EJ.

Evaluation of hypokalemia. JAMA 2021;

325:1216-7.

5. Schwartz WB, Relman AS. Effects of

electrolyte disorders on renal structure and

function. N Engl J Med 1967;276:452-8.

6. Lin S-H, Lin Y-F, Chen D-T, Chu P, Hsu

C-W, Halperin ML. Laboratory tests to determine the cause of hypokalemia and paralysis. Arch Intern Med 2004;164:1561-6.

7. Huang C-L, Kuo E. Mechanism of hypokalemia in magnesium deficiency. J Am

Soc Nephrol 2007;18:2649-52.

8. Case Records of the Massachusetts

General Hospital (Case 30-2020). N Engl

J Med 2020;383:1263-75.

9. Weiner ID, Wingo CS. Hypokalemia

— consequences, causes, and correction.

J Am Soc Nephrol 1997;8:1179-88.

10. Crop MJ, Hoorn EJ, Lindemans J, Zietse

R. Hypokalaemia and subsequent hyperkalaemia in hospitalized patients. Nephrol

Dial Transplant 2007;22:3471-7.

11. McCleave DJ, Phillips PJ, Vedig AE.

Compartmental shift of potassium — a

result of sympathomimetic overdose. Aust

N Z J Med 1978;8:180-3.

12. Berning J. Hypokalaemia of barium

poisoning. Lancet 1975;1:110.

13. Kung AWC. Clinical review: thyrotoxic

periodic paralysis: a diagnostic challenge.

J Clin Endocrinol Metab 2006;91:2490-5.

14. Case Records of the Massachusetts

General Hospital (Case 4-2012). N Engl J

Med 2012;366:553-60.

15. Zhao S-X, Liu W, Liang J, et al. Assessment of molecular subtypes in thyrotoxic

periodic paralysis and graves disease

among Chinese Han adults: a populationbased genome-wide association study.

JAMA Netw Open 2019;2(5):e193348.

16. Ryan DP, da Silva MR, Soong TW, et

al. Mutations in potassium channel

Kir2.6 cause susceptibility to thyrotoxic

hypokalemic periodic paralysis. Cell

2010;140:88-98.

17. Cheng CJ, Lin SH, Lo YF, et al. Identification and functional characterization

of Kir2.6 mutations associated with nonfamilial hypokalemic periodic paralysis.

J Biol Chem 2011;286:27425-35.

18. Soufi M, Ruppert V, Rinné S, et al. Increased KCNJ18 promoter activity as a mechanism in atypical normokalemic periodic

paralysis. Neurol Genet 2018;4(5):e274.

19. Lin S-H, Huang C-L. Mechanism of

thyrotoxic periodic paralysis. J Am Soc

Nephrol 2012;23:985-8.

20. Cheung CL, Lau KS, Ho AY, et al.

Genome-wide association study identifies

a susceptibility locus for thyrotoxic periodic paralysis at 17q24.3. Nat Genet 2012;

44:1026-9.

21. Puwanant A, Ruff RL. INa and IKir are

reduced in Type 1 hypokalemic and thyrotoxic periodic paralysis. Muscle Nerve

2010;42:315-27.

22. Lu KC, Hsu YJ, Chiu JS, Hsu YD, Lin

SH. Effects of potassium supplementation on the recovery of thyrotoxic periodic

paralysis. Am J Emerg Med 2004;22:544-7.

23. Ahmed I, Chilimuri SS. Fatal dysrhythmia following potassium replacement for hypokalemic periodic paralysis.

West J Emerg Med 2010;11:57-9.

24. Yeo P, Lee K, Cheah J. Thyrotoxic periodic paralysis: a study of 51 patients.

In: Proceedings of the Second Congress

of the Association of Southeast Asian

Nations (ASEAN) Federations of Endocrine Societies, 1983. Bankok, Thailand:

Association of Southeast Asian Nations,

1983.

25. Tadisina S, Asad R, Varakantam A,

Weide L, Drees B. Thyrotoxic periodic paralysis as an ongoing diagnostic challenge: a case report and literature review.

Cureus 2023;15(9):e46272.

26. Lin SH, Lin YF. Propranolol rapidly

reverses paralysis, hypokalemia, and hypophosphatemia in thyrotoxic periodic

paralysis. Am J Kidney Dis 2001;37:620-3.

jueves, 9 de mayo de 2024

Casos Clínicos: Mujer de 29 años con rash cutáneo.

 

El Dr. Mohammad Sadique, de Daca, Bangladesh, envía estas imágenes con el siguiente texto:




Female 29 y/f present with isolated skin discolouration, with mild pruritus around the skin condition mentioned above, no known comorbidities

 

Mujer de 29 años presenta coloración aislada de la piel, con prurito leve alrededor de la afección de la piel mencionada anteriormente, sin comorbilidades conocidas.

 

 

Opinión: Se trata de una lesión macular redondeada, de varios centímetros de diámetro, de color eritematovioláceo en el centro con una aréola menos coloreada. La lesión es típica de ERITEMA FIJO POR DROGAS que es una farmacodermia y está caracterizado por la aparición de lesiones cutáneas y/o mucosas .Puede afectar a personas de cualquier edad, pero la mayoría de los casos se produce en adultos jóvenes, tiene una distribución mundial sin diferencias raciales. Por lo tanto hay que interrogar sobre la ingesta se medicamentos recientemente, sobre todo antimicrobianos como trimetoprima sulfametoxazl, AINES, psicofármacos, anticonceptivos orales etcétera. También hay que interrogar sobre si esto le ha sucedido en otras ocasiones, ya que es un cuadro que suele reproducir las lesiones en el mismo lugar, cada vez que el paciente toma el fármaco responsable

 

It is a rounded macular lesion, several centimeters in diameter, erythematous-violet in color in the center with a less colored areola. The lesion is typical of fixed drug erythema, which is a pharmacoderma and is characterized by the appearance of skin and/or mucosal lesions. It can affect people of any age, but most cases occur in young adults, it has a distribution world without racial differences. Therefore, it is necessary to ask about the recent intake of medications, especially antimicrobials such as trimethoprim sulfamethoxazl, NSAIDs, psychotropic drugs, oral contraceptives, etc. You should also ask if this has happened on other occasions, since it is a condition that usually reproduces the lesions in the same place, every time the patient takes the responsible drug.

miércoles, 8 de mayo de 2024

Casos Clínicos: Acerca de la auscultación de rales por el propio paciente.

 

El Dr. Santiago Martín, de CABA, Argentina, envió esta inquietud:

Hola, cómo le va Dr.? Le escribo para preguntarle si alguna vez había escuchado rales crepitantes a través de la boca de un paciente. Yo en mi corta experiencia no, pero estoy con neumonía hace unos días y me he dado cuenta que inspirando y exhalando profundo, no solo se sienten en el lado del tórax donde sé que tengo la neumonía sino que además al abrir la boca se oyen y se pueden grabar con el teléfono.

Está imagenológicamente ubicada en segmento posterior basal del LID. Yo jamás había escuchado algo así. He escuchado sibilancias sin estetoscopio, y he leído que estridores y roncus podrían oirse de esa forma, pero crepitantes no.

Por eso imaginé que tal vez lo que estoy escuchando es otra cosa, y me encantaría seguir aprendiendo. Esto es por mera curiosidad, lejos de una consulta médica virtual!

 


Opinión: La respuesta a tu primera pregunta es no, es decir, nunca escuché rales a través de la boca de un paciente. Respecto a lo que creo, es que podría tratarse de secreciones en vías respiratorias, transmitidas a través de distintas densidades de tejidos a tu propia audición. Los rales o estertores son fenómenos acústicos que hasta donde yo sé se pueden auscultar a través de un estetoscopio o en forma directa al oído apoyado sobre el tórax, y representan fenómenos de despegamiento alveolar en el caso de los rales crepitantes, o de despegamiento de los bronquiolos terminales y respiratorios,  en el caso de los subcrepitantes. Por eso los crepitantes se auscultan sólo al final de la inspiración y los subcrepitantes en ambos tiempos respiratorios. Pero creo, que estos fenómenos auscultatorios no tienen suficiente intensidad para lograr ser auscultados por uno mismo. Uno podría especular diciendo que en el edema agudo de pulmón, uno escucha los clásicos sonidos de la “olla hirviendo” cuando se acerca al paciente, y que en el EAP lo que existen inicialmente son rales crepitantes, pero cuando se escuchan a distancia es que ya el paciente tiene una inundación por líquidos de su vía aérea y ya no sabemos qué es lo que estamos escuchando. Otras situaciones podrían ser pacientes con bronconeumonía, o con broncoplejía con mal manejo de secreciones respiratorias, en quienes se auscultan esos ruidos tan familiares a cierta distancia aun de la cama del paciente. En una palabra, no sé qué puede ser, aunque ya a mi edad me acostumbré a no decir que no puede ser algo o que puede ser, a fuerza de golpes de realidad casi cotidianos J

martes, 7 de mayo de 2024

Casos Clínicos: Varón de 42 años con tumoraciones progresivas en ambos pies de 30 años de evolución.

 

El Dr. Willyn Gabriel de Canoa Ecuador envía estas imágenes con el siguiente texto:

Buenas noches Dr le escribo por qué necesito su opinión sobre un caso que encontré en el area rural de ecuador paciente de 42 años con App. De salud, refiere que a sus 13 años empezó a salir una pequeña lesión interdigital y fue creciendo de progresivamente y fue operado para reducir el tumor en 4 ocasiones, es indoloro y consistencia dura




 




Opinión: Se observa gran deformidad de ambos pies especialmente del izquierdo, por tumores de crecimiento exofítico, lobulados y de superficie lisa y brillante que recuerdan a las cicatrices queloides hipertróficas. Dado el aspecto de la lesión, y la región donde vive el paciente que corresponde a una zona rural de Ecuador considerada tropical, el primer diagnóstico a considerar es LOBOMICOSIS. No me impresiona como fibroma plantar, no solo por el aspecto sino porque la localización excede ampliamente la planta de ambos pies.

La lobomicosis es una infección fúngica crónica de la piel y el tejido subcutáneo que ocurre principalmente en los climas tropicales de América Latina. El organismo causante es Lacazia loboi (anteriormente Loboa loboi ), un hongo dimórfico que se encuentra en el suelo, la vegetación y el agua. La infección se produce mediante la implantación traumática del hongo en la piel. Esta enfermedad tiene un largo tiempo de incubación, y se estima que el período de tiempo desde la inoculación hasta el desarrollo de una lesión cutánea es de uno a dos años, ya que el hongo se replica lentamente dentro de los macrófagos, y se sospecha que para que las lesiones progresen de la manera que sucedió en este paciente, debe haber alguna alteración de la inmunidad celular, que normalmente impide la persistencia de la infección. La prevalencia es baja y las regiones tropicales de América del Sur y América Central son los principales lugares de ocurrencia de la lobomicosis. En particular, las áreas de bosques densos con altas precipitaciones anuales y ambientes cálidos y húmedos. Reportada por primera vez en 1931 por Jorge Lobo en Recife, Brasil, pero actualmente diseminada a países tropicales de Centro Y Sudamérica. Más frecuente en hombres que en mujeres y es más común en adultos de entre 40 y 70 años, ocurriendo con mayor frecuencia como una infección ocupacional y ocasionalmente como una infección recreativa en personas expuestas a ambientes exteriores hostiles, como trabajadores forestales, agricultores, cazadores y pescadores. Suele tener una progresión que recuerda las cicatrices queloides hipertróficas, adquiriendo formas tumorales como en este caso, pero puede haber también formas ulceradas, lesiones infiltrativas, verrugosas o similares a las gomas.

Los principales hallazgos histológicos de la lobomicosis se localizan en la epidermis y la dermis. Aunque la epidermis puede ser normal o atrófica, la eliminación transepidérmica del hongo puede estar asociada con acantosis, hiperqueratosis, espongiosis, colecciones de neutrófilos e infundíbulos foliculares hiperplásicos en algunas áreas. Además, las presentaciones ulceradas o verrugosas de lobomicosis exhibirán ulceración epidérmica o hiperplasia epitelial significativa compatible con estas presentaciones clínicas. La dermis muestra un denso infiltrado dérmico histiocítico compuesto por un gran número de células epitelioides, células gigantes multinucleadas y células de Langhans. Los granulomas pueden estar presentes o no. En algunos casos, están presentes agregados de grandes histiocitos xantomatosos con citoplasma eosinófilo claro o finamente granular (células pseudo-Gaucher).La dermis también contiene abundantes estructuras fúngicas de L. loboi ubicadas dentro o fuera de los macrófagos dérmicos. Las estructuras fúngicas son redondas con membranas birrefringentes y paredes gruesas que contienen melanina, y se visualizan mejor con una tinción de plata o una tinción con ácido periódico de Schiff (PAS). Cada célula de levadura mide aproximadamente de 6 a 12 micrómetros de diámetro. El hongo se reproduce con gemación simple sin esporulación, lo que da como resultado blastoconidia con configuraciones en forma de cadena o de cuentas de rosario.

El diagnóstico de lobomicosis a menudo se realiza años o décadas después de la exposición, un fenómeno probablemente secundario a la lenta progresión de la enfermedad y su naturaleza a menudo asintomática. En general, se debe considerar un diagnóstico de lobomicosis en pacientes que viven en áreas endémicas y que presentan lesiones cutáneas únicas o múltiples de tipo queloide ubicadas en sitios cutáneos de predilección por esta infección (p. ej., pabellón auricular, extremidades y otras áreas de piel expuesta). La evaluación diagnóstica de los pacientes con lobomicosis consiste tanto en un examen clínico como microscópico. Aunque los hallazgos clínicos pueden sugerir un diagnóstico de lobomicosis, la confirmación del diagnóstico requiere la visualización microscópica de células fúngicas compatibles con L. loboi. La biopsia de piel por punción o por escisión quirúrgica, es el procedimiento estándar de oro para confirmar un diagnóstico. No se ha identificado un antígeno específico para confirmar la presencia de L. loboi en el tejido y el organismo no puede cultivarse in vitro. La visualización de estructuras compatibles con L. loboi en la dermis confirma el diagnóstico. Las formas fúngicas se visualizan mejor con una tinción de plata o una tinción con ácido periódico de Schiff (PAS).

El diagnóstico diferencial de la lobomicosis puede en ocasiones plantearse con LEPRA (variante nodular), LEISHMANIASIS (variante lepromatosa), y algunas micosis subcutáneas (p. ej., ESPOROTRICOSIS, CROMOMICOSIS Y PARACOCCIDIOIDOMICOSIS). En todos los casos, una biopsia de piel que demuestre células fúngicas compatibles con L. loboi distingue fácilmente la lobomicosis de estos trastornos. Algunos tumores benignos y malignos también deben ser considerados como QUELOIDES, el DERMATOFIBROSARCOMA PROTUBERANS respectivamente.

El tratamiento requiere cirugía amplia cuando esta es posible,  con la intención de eliminar todo el tejido infectado, dejando los márgenes quirúrgicos libres de enfermedad. A pesar de esta intención, las recurrencias son comunes después del tratamiento quirúrgico. La cirugía debe realizarse con cuidado porque la infección puede transmitirse a áreas de piel sana a través de instrumentos quirúrgicos. Otras técnicas quirúrgicas que se han demostrado eficaces en pacientes individuales incluyen la criocirugía y la electrocauterización. La crioterapia a menudo requiere múltiples sesiones de tratamiento. También se ha utilizado como complemento de la cirugía, la farmacoterapia antifúngica por ejemplo con Itraconazol y clofazimina durante un año

 

lunes, 6 de mayo de 2024

Casos Clínicos: Mujer de 29 años con dermopatía vasicular en el primer trimestre del embarazo

 

Un colega de La Paz, Bolivia, envía estas imágenes con el siguiente texto:




Dr Macaluso. Buen día. Me gustaría que mi pudiese orientar con algo, pero deseo que la publicación se mantenga anónima por favor. Se trata de paciente femenina de 29 años de edad. Quien ingresa por clínica de 2 semanas aproximadamente de lesiones ampollosas con borde eritematoso. Altamente pruriginosas. Niega fiebre. Niega otra sintomatología. Paciente gestante de 7 semanas que a los 2 días de ingreso la ecografia obstetricia le reporte aborto retenido. Se considera pénfigo gestacional. Además cursa con infección urinaria y sospecha de neumonia adquirida en la comunidad. Se le inició manejo con vancomicina y piperacilina tazobactam ante riesgo de confección por s. Aureus. Al día siguiente se le suspende la vancomicina y continúa solo con piperacilina tazobactam.  Ya se le inició misiprostol para expulsión de aborto retenido, el cual fue exitoso. Sin embargo las lesiones empeoran y se tornas más grande. Y más puriginosas.

Me gustaría saber que diagnóstico diferencial podíamos considerar y su manejo por favor.

 

 

Opinión: Se trata efectivamente de una dermopatía ampollar cuyas lesiones asientan en una piel inflamada y edematosa. Hay algunas ampollas están asentadas sobre piel normal. Las lesiones eritematosas tienen cierto aspecto “targetoide”, o en “diana” u “ojo de buey”, en cuyo centro se produce vesiculación La mayoría de estas lesiones bullosas impresionan como de contenido a tensión. A su vez este rash ampollar se inicia durante el embarazo por lo que podríamos encasillarlo dentro del capítulo de las “dermopatías del embarazo”. Estas, son un grupo heterogéneo de dermatosis inflamatorias pruriginosas que ocurren exclusivamente durante el embarazo y/o en el período posparto inmediato. Estas incluyen, al PENFIGOIDE GESTACIONAL, a la ERUPCIÓN POLIMÓRFICA DEL EMBARAZO (pápulas y placas urticarianas pruriginosas del embarazo [PUPPP]), a la ERUPCIÓN ATÓPICA DEL EMBARAZO (eczema en el embarazo, prurigo del embarazo, foliculitis pruriginosa del embarazo), a la COLESTASIS INTRAHEPÁTICA DEL EMBARAZO, y a la PSORIASIS PUSTULOSA DEL EMBARAZO. De todas estas entidades se pueden descartar algunas que no cursan con ampollas como es el caso de nuestra paciente. Por ejemplo, se puede eliminar de la lista a la erupción atópica del embarazo (que es la más frecuente de todas), porque no cursa con lesiones ampollares. Otra que podemos descartar es la erupción polimórfica del embarazo (PUPPP), no solo porque no cursa con ampolllas sino porque esta entidad aparece en las últimas semanas del embarazo o inmediatamente después del parto. El penfigoide gestacional (antiguamente llamado herpes gestacional), se parece mucho a las lesiones que presenta esta paciente. A pesar que esta entidad se presenta en el segundo o tercer trimestre del embarazo, puede más raramente aparecer también en el primer trimestre. Es un proceso autoinmune causado por autoanticuerpos (IgG1), dirigidos contra una glicoproteína hemidesmosómica transmembrana expresada en la zona de la membrana basal de la piel. Suele comenzar con prurito que precede a la aparición de placas urticarianas o pápulas que rodean el ombligo y que pueden evolucionar a lesiones vesicoampollares que se generalizan. Respeta las mucosas. El diagnóstico se basa en la combinación de hallazgos clínicos, y la biopsia de piel de la lesión para histopatología de rutina y una biopsia de piel perilesional para inmunofluorescencia directa (IFD), además de la medición de los niveles séricos de un anticuerpo específico (anti-BP180), por metodología ELISA. La biopsia de una ampolla revela una vesícula subepidérmica con un infiltrado linfocítico y eosinofílico perivascular. Los eosinófilos pueden aparecer en la unión dermoepidérmica y llenando la vesícula. Suelen observarse necrosis de células basales y edema de las papilas dérmicas. Y la inmunofluorescencia directa de una biopsia de piel perilesional congelada instantáneamente, debiera mostrar depósitos lineales y homogéneos de complemento C3 en la zona de la membrana basal. La presencia de C3 es patognomónica de penfigoide gestacional en una paciente embarazada. Los depósitos de inmunoglobulina G (IgG) también están presentes en entre el 30 y el 40 por ciento de los pacientes, pero no son un criterio para el diagnóstico. A su vez, los anticuerpos específicos (anti-BP180), son también, sensibles y específicos (96 y 100 por ciento respectivamente) para el diagnóstico de penfigoide gestacional, y su positividad puede considerarse diagnóstica en pacientes con características clínicas típicas. A su vez, los niveles de anticuerpos circulantes se correlacionan con la gravedad de la enfermedad y son útiles para controlar la respuesta al tratamiento.

Como diagnósticos diferenciales en este caso, yo plantearía dermopatías que no tienen que ver directamente con la gestación, sino que se pueden dar en cualquier momento de la vida de un paciente adulto y que paso a enumerar:  el ERITEMA MULTIFORME, la DERMATOSIS AMPOLLAR LINEAL POR IGA, la DERMATITIS HERPETIFORME, el PENFIGOIDE AMPOLLAR, y el PÉNFIGO PARANEOPLÁSICO entre otros.

El eritema multiforme,  ya sea debido al embarazo, a una infección o a medicamentos, puede imitar clínicamente al penfigoide gestacional, pero la histología de rutina generalmente distingue entre estos trastornos. En este caso, las lesiones, como dije antes, tienen el aspecto descripto en eritema multiformes que son el aspecto targetoide, en iris o en ojo de buey, en cuyo centro aparece vesiculación, también descripta en eritema multiforme. Por lo tanto, la biopsia también podría servir para confirmar o descartar eritema multiforme. La histopatología en estos casos,  muestra degeneración vacuolar de células basales, queratinocitos necróticos dispersos y exocitosis de linfocitos. Una serología para HSV, sería muy importante porque la primoinfección o recidiva de una infección por virus del herpes simplex es la causa más frecuente de EM.

La dermatosis ampollosa lineal por IgA, también conocida como ENFERMEDAD POR IGA LINEAL, es una enfermedad ampollosa autoinmune poco común, idiopática o inducida por fármacos, caracterizada por el depósito lineal de IgA en la unión dermoepidérmica. Se ve tanto en adultos como en niños, y tiene muchas características en común con la dermatitis herpetiforme, pero que no responde a la supresión de gluten, además de tener diferentes hallazgos inmunopatológicos que aquella. Es interesante porque esta paciente tiene lesiones que se asemejan mucho a la dermatosis lineal por IgA, como son la presencia de ampollas tensas en el centro de una placa inflamada de piel, con tendencia a la formación periférica de la placa de nuevas ampollas más pequeñas, lo que le dan el aspecto anular descripto como collares de perlas o rosetas. El prurito en esta entidad puede ser intenso como refiere la paciente, y es interesante que uno de los factores desencadenantes de la dermatosis lineal por IgA puede ser medicamentoso, y la vancomicina está señalada como el que en forma más prevalente puede ocasionarla. La erupción en este caso apareció dos semanas antes del uso de vancomicina, pero aun así podría haber empeorado el cuadro. La biopsia con microscopía óptica además de la inmunofluorescencia directa de piel adyacente a la lesión para demostrar depósitos lineales de IgA en la unión dermoepidérmica son fundamentales para confirmar o descartar el diagnóstico. El tratamiento de esta dermopatía se basa fundamentalmente en dapsona como la DH.

La dermatitis herpetiforme es una erupción cutánea autoinmune vesicular, muy pruriginosa, asociada con la sensibilidad al gluten. A diferencia del penfigoide gestacional, las lesiones de DH se localizan típicamente en los codos, la parte dorsal de los antebrazos, las rodillas, el cuero cabelludo, la espalda y las nalgas. La IFD de la piel perilesional que muestra depósitos granulares de IgA dentro de las papilas dérmicas confirma el diagnóstico de DH.  Las dos intervenciones terapéuticas más importantes para la DH incluyen una dieta estricta sin gluten y una terapia con dapsona.

Por todo lo dicho, creo que la biopsia de piel con estudios de inmunofluorescencia directa es fundamental en esta paciente, además de otros estudios citados antes.

El tratamiento dependerá del diagnóstico, aunque en forma práctica y empírica yo suspendería el gluten de la dieta, antihistamínicos oral esde primera generación como clorfeniramina o loratadina y cetirizina de segunda generación pueden ser útiles para el control sintomático del prurito. Y si los corticoides tópicos no alivian el proceso, o este es demasiado extenso, daría corticoides sistémicos  (p. ej., prednisona 0,5 mg/kg por día), hasta control sintomático.

 

domingo, 5 de mayo de 2024

Casos Clínicos: Varón de 52 años con hemiparesia, disartria y malformación arteriovenosa cerebral en las imágenes.

 

Buenas noches doctor.

Me gustaría compartir un caso clínico que llegó a mi hospital.

Soy médico residente de medicina interna. Nicaragua.





Paciente del sexo masculino de 52 años de edad que acudió inicialmente con datos de hemiparesia disartria con desviación de la comisura labial hacia el lado izquierdo. Se le realiza TAC simple encontrándose datos de calcificaciones en región temporoccipital derecha con zonas de edema pericalcificaciones. Se manejo con Dexametazona con 8 mg cada 8 hrs como medidas antiedema. Posteriormente se valoro con una RMN dado que Neurocirugía sospecho de un meningioma. Se decide realizar RMN más espectrometria. Encontrándose espectrometria normal sin elevación de acetilcolina. En RMN se sospecho una posible MAV. Por lo que se siguirio una AngioRMN donde se demostró una MAC irresecable manejo conservador.

 



 

Dr. Edwin Roque.

León. Nicaragua.

 

 

Opinión: Efectivamente se observa dilataciones vasculares en la región temporoccipital derecha que consituyen indudablemente una malformación arteriovenosa de gran tamaño, la cual ha sufrido seguramente una complicación dado la clínica del paciente. Las malformaciones arteriovenosas (MAV) son trastornos poco comunes que afectan al 0,1% de la población, pero son las más peligrosas de las malformaciones cerebrovasculares cerebrales y pueden causar hemorragia intracraneal y en muchos casos epilepsia. Las MAV se consideran de causa genética al menos en gran parte de ellas, y siempre hay que hacer una investigación familiar sobre la presencia de signos tanto en el paciente como en su familia de la telangiectasia hemorrágica hereditaria (THH), o síndrome de Osler-Weber-Rendu, que es una afección autosómica dominante, sobre todo en aquellos que presentan más de una MAV. Hay que sospechar THH, en pacientes con epistaxis espontánea y recurrente, telangiectasia mucocutánea múltiple en sitios característicos, telangiectasia gastrointestinal, malformación arteriovenosa pulmonar o hepática o un familiar de primer grado con THH. Las MAV cerebrales son conexiones arteriales a venosas directas sin una red capilar intermedia. Las calcificaciones dentro de la MAV, como presentó este paciente, son frecuentes de encontrar, tanto en el nido vascular como en el cerebro circundante. A veces las MAV tienen comunicaciones arteriovenosas de alto flujo, que pueden generar trastornos en sí mismos como son los aneurismas pediculares, y arterialización de las ramas venosas de los mismos. Además, cuando la MAV es de muy alto flujo, pueden suscitarse fenómenos de robo vascular desde otras zonas del cerebro  que pueden generar síntomas y es común ver áreas de isquemia crónica y gliosis en estudios histopatológicos, cercanos a la región de la MAV. Cuando ocasionan síntomas, las MAV pueden presentarse de diversas formas, entre ellas HEMORRAGIA INTRACRANEAL (intraparenquimatosa, intraventricular o subaracnoideas), CONVULSIONES, que pueden ser focales, ya sean simples o complejas parciales, pero a menudo tienen una generalización secundaria, CEFALEA, que suele ser inespecífica excepto cuando se deben a sangrado, DÉFICITS NEUROLÓGICOS FOCALES, lo cual no es frecuente en MAV excepto cuando se deben a síndrome de robo vascular, más frecuentemente a un efecto de masa debido a una hemorragia o es un efecto postictal (como por ej parálisis de Todd), y por último, un HALLAZGO INCIDENTAL en pacientes asintomáticos que se realizan estudios de imágenes por otros motivos. Las imágenes de SNC son aliados indispensables para el diagnóstico de las MAV. Digamos que la TC en ausencia de sangrado tiene baja sensibilidad para el diagnóstico de MAV comparada con la RMN. La angiografía de contraste convencional con sustracción digital (ASD) es la prueba gold standard para el diagnóstico. En cuanto al manejo de las MAV, las principales opciones son: el tratamiento médico conservador versus la escisión microquirúrgica o la radiocirugía estereotáxica. La embolización endovascular se utiliza normalmente como intervención complementaria a la cirugía o, con menos frecuencia, para la radiocirugía estereotáxica. La técnica exacta elegida para el tratamiento depende de una serie de variables específicas del paciente y de la lesión. Lógicamente que estos pacientes deben ser tratados en centros de derivación de alta complejidad y de amplia experiencia en el tema, pero digamos que se debe tener en cuenta factores como la edad del paciente y las comorbilidades médicas, así como las características anatómicas y vasculares de la MAV. Muchos expertos creen que el tratamiento intervencionista es razonable para la mayoría de los pacientes con MAV cerebrales rotas, y para los pacientes con MAV no rotas, que no tienen un alto riesgo de rotura, se sugiere un tratamiento conservador. El tratamiento intervencionista de MAV no rotas se puede realizar en pacientes seleccionados si se cree que los riesgos relacionados con el tratamiento son menores que el riesgo de hemorragia de la historia natural. También se debe considerar el tratamiento para pacientes con síntomas (p. ej., convulsiones), refractarios al tratamiento médico o con características de MAV que presenten un alto riesgo de rotura.

sábado, 4 de mayo de 2024

Casos Clínicos: Mujer adulta mayor con anormalidades en una radiografía de tórax

 


Dr una ayuda en la interpretación de esta radiografía se trata de una adulta mayor que previamente estuvo ingresada con diagnóstico de neumonía

 



  

Dr. Patricio Veliz.

Machala, Ecuador.



Opinión: Existe ensanchamiento mediastinal a expensas de la aorta ascendente y del botón aórtico de una paciente probablemente con antecedentes de hipertensión arterial, hipótesis que también una dilatación del arco inferior izquierdo de la silueta cardíaca que impresiona como correspondiente a crecimiento del ventrículo izquierdo.

A nivel parenquimatoso pulmonar se observa una asimetría de densidades entre ambas bases a expensas de una mayor del lado derecho, que no llega a configurar una imagen de condensación. A ese nivel se observa un infiltrado reticular de aspecto mixto intersticial  y parenquimatoso. Esta paciente viene de cursar una neumonía, por lo que sería de suma importancia saber en qué segmento o lóbulo estaba localizada, el tiempo que transcurrió desde tal evento, y si fuera posible tener una imagen de la misma. Si la neumonía fue en la base derecha, la imagen observada podría tratarse de una neumonía en resolución. Además se observan imágenes anormales en ambos campos pulmonares de aspecto micronodular, como por ejemplo en base izquierda pero sobre todo en vértice derecho, donde se ve una clara asimetría respecto del vértice pulmonar izquierdo, con algunas imágenes nodulares pequeñas con tendencia a la calcificación, lo que hace sospechar probablemente un pasado tuberculoso.

No estaría mal realizar baciloscopías en esputo a esta paciente, además de recabar información sobre su anterior neumonía y conseguir radiografías previas de la misma.

Escoliosis dorsolumbar.