domingo, 17 de junio de 2018

MUJER DE 60 AÑOS CON LETARGIA, CONFUSIÓN Y ANORMALIDADES EN LAS IMÁGENES CEREBRALES.



Una mujer de 69 años de edad fue internada en el hospital debido a creciente letargo, confusión y alteraciones en las imágenes cerebrales.
El paciente había estado en su habitual estado de salud hasta 2 meses antes, cuando su familia observó  aumento de la apatía y el letargo. Durante las semanas posteriores aparecieron aislamiento social, episodios de confusión y alucinaciones visuales y táctiles.  Dormía la mayor parte del tiempo y requería asistencia con actividades de la vida diaria. Tres semanas antes de la internación vio a su médico de atención primaria para un examen anual de rutina.
La paciente informó que tenía tristeza y falta de motivación; que había tenido un episodio de escalofríos transitorios el día antes, pero que por otro lado se sentía bien.
Un diagnóstico de enfermedad del tejido conectivo se había realizado 7 años antes, identificado como un síndrome lupus like, asociado a pruebas positivas para anticuerpos antinucleares y anticuerpos antifosfolipídicos y pruebas negativas para el factor reumatoide y anticuerpos frente a ADN de doble cadena, Ro, La, Sm, y  antígenos RNP. Había sido tratado con dosis bajas de corticosteroides. Cinco años antes  se le diagnosticó púrpura trombocitopénica idiopática  (PTI), la cual que no respondió a un aumento de los corticosteroides e  inmunoglobulina intravenosa. El examen patológico de una muestra de biopsia de médula ósea realizada mostró megacariocitos adecuados y numerosos agregados linfoides, resultados de pruebas citogenéticas normales, y sin evidencia de una población clonal de células B según el análisis de citometría de flujo. Durante los años siguientes, el tratamiento había incluido rofecoxib, azatioprina, rituximab (semanal dado por 4 semanas, 5.5 años antes), prednisona, hidroxicloroquina, nabumetona, y danazol, así como otro curso (5 días) de globulina inmune intravenosa; la paciente se había negado a la esplenectomía en varias ocasiones.
Cuatro años antes había presentado un hematomas subdural bilateral y hemorragia subaracnoidea en relación a trombocitopenia. A causa de la trombocitopenia, la paciente había recibido transfusiones de sangre en los últimos 2 años antes de la admisión, cada vez que se presentó  hemorragias digestivas. Durante los últimos 2 años había participado en un protocolo experimental de tratamiento trombocitopenia severa que implicaba la administración de romiplostim (un agonista del receptor de la trombopoyetina-) (número ClinicalTrials.gov, NCT00102336 ClinicalTrials.gov) y una disminución de dosis de prednisona, que mejoraron los niveles de plaquetas. Ella también tenía antecedentes de polimialgia reumática,  artritis, parálisis congénita del sexto nervio craneal en el lado izquierdo (síndrome de Duane), dolores de cabeza de tipo migraña,  bocio multinodular, ojo seco, enfermedad por reflujo gastroesofágico, infección por Helicobacter pylori, hipertensión, hiperglucemia e hiperlipidemia.
La paciente vivía con su esposo y había trabajado en una oficina antes de la jubilación; ella había cuidado de su anciano padre en su casa hasta su muerte en el año antes de esta evaluación. Su padre había tenido depresión y murió a los 90 años; su madre murió a los 85 años de edad por cáncer de riñón y vejiga. Una tía tenía lupus eritematoso sistémico (LES). Hijos y nietos de la paciente eran así. No fuma, no bebía alcohol, ni usaba drogas ilegales. Los medicamentos incluían  prednisona (10 mg cada dos días), atenolol, omeprazol, sumatriptán, según fuera necesario, acetaminofeno, multivitaminas, ácido ascórbico, ergocalciferol, polisacárido de hierro, estrógenos conjugados, carbonato de calcio, infusiones anuales de ácido zoledrónico, y trimetoprim-sulfametoxazol.
En el examen, la paciente estaba tranquila y retraída; los signos vitales y la exploración física fueron normales. Cultivo de orina creció Escherichia coli; otros tests de laboratorio fueron negativos. Cefalexina se administró durante 5 días para una infección del tracto urinario; se solicitaron las imágenes por resonancia magnética (RMN) de cerebro, y fue remitida para una evaluación psiquiátrica.
La siguiente semana, la paciente vio a un psiquiatra. El paciente y su familia informaron que ella había estado triste desde la muerte de su padre el año anterior, con la reciente aparición de disminución del apetito, falta de atención y concentración, falta de energía y motivación, y un deseo de dormir todo el tiempo. Ella había tenido dolores de cabeza por migraña intermitente durante años, los cuales se mantenían sin cambios, no tenía antecedentes de enfermedades psiquiátricas. Impresionaba como triste. Su discurso era coherente, pero tenía una escasez de detalles. Se realizó un diagnóstico de trastorno depresivo mayor. El alprazolam, que había estado tomando para el sueño, se suspendió, y se inició el tratamiento con mirtazapina.
Diez días antes de su ingreso, la resonancia magnética del cerebro, realizado con la administración de gadolinio, reveló una amplia zona de alteración de la señal y realce sutil que involucraba predominantemente la sustancia blanca del lóbulo frontal derecho y la ínsula, con menos extensa participación del lóbulo frontal izquierdo. Una masa a la derecha del tentoria que se interpretó como un pequeño meningioma.
Cinco días antes de la internación, la paciente vio a un neurocirujano. Ella informó que no hubo mejoría de sus síntomas con mirtazapina. En el examen, los signos vitales eran normales y la saturación de oxígeno era de 95% mientras respiraba aire ambiente. Ella estaba alerta, orientada pero desatenta, y tenía poca consciencia  de su condición médica. Se mostraba  perseverante y con disminución de la fluidez verbal, los cálculos estaban deteriorados deteriorados, y había incapacidad para seguir instrucciones de tres pasos. La memoria, el lenguaje y la praxis eran por lo demás normal. Había parálisis del sexto nervio izquierdo sin diplopía, pero por lo demás, los movimientos extraoculares y otros nervios craneales estaban intactos. El examen Motor reveló energía normal sin bradicinesia, rigidez, o temblor. Los reflejos osteotendinosos estaban incrementados en el lado izquierdo. La sensación vibratoria estaba ligeramente disminuida en los dedos de los pies, pero el resto de la sensibilidad era normal. La coordinación era normal. La marcha era inestable y lenta. La prueba de Romberg reveló balanceo mínimo después de 30 segundos. El análisis de orina reveló amarilla orina, nublado, con un peso específico de 1,021, un pH de 5,5, albúmina 1+, 5 a 10 glóbulos blancos por campo de gran aumento, de 10 al 20 cilindros hialinos  y 20 a 100 cilindros granulares a pequeño aumento,  y pocas células escamosas;  por lo demás era normal. Los niveles séricos de electrolitos, los resultados de las pruebas de función renal, y el recuento de glóbulos blancos eran normales. El hematocrito era de 34,8%, y el recuento de plaquetas 635.000 por milímetro cúbico. Un electrocardiograma fue normal, y una radiografía de tórax reveló pulmones limpios.
Cuatro días más tarde, la resonancia magnética del cerebro con la administración de gadolinio no mostró cambios con respecto al examen de 10 días antes. Al día siguiente, la paciente fue internada en el hospital y se llevó a cabo un procedimiento diagnóstico.

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
La  paciente tenía un deterioro importante en el estado mental de  2 meses de evolución, en el contexto de un trastorno del tejido conectivo de tipo LES-like y una trombocitopenia autoinmune , que había sido tratada con numerosos medicamentos, incluyendo fármacos inmunosupresores. La posibilidad de un estado confusional subagudo en esta paciente es apoyado por desatención, alteraciones del cálculo, conductas perseverantes, dificultad en seguir instrucciones de tres pasos  y pobreza en signos de foco neurológico tanto sea sensitivos, motores como en los reflejos. El asterixis y el mioclono multifocal, a menudo observado en pacientes con estados de confusión, estaban ausentes, y el examen reveló inestabilidad de la marcha y apatía prominente, ambos de los cuales son inusuales para un estado confusional.  Antes de ver  los estudios de imagen, que ayudarán a estrechar el diagnóstico diferencial, se puede  construir  un diagnóstico diferencial de las causas comunes de los estados de confusión.

ENFOQUE CLÍNICO DE LOS ESTADOS CONFUSIONALES.
Tres situaciones  específicas deben descartarse siempre ya que pueden mimetizar a un estado confusional y son: la afasia de Wernicke, la encefalopatía de Wernicke, y las crisis epilépticas parciales complejas.
La afasia de Wernicke es el resultado de lesiones (a menudo strokes)  en el lóbulo temporal izquierdo. Los pacientes tienen un lenguaje fluido pero sin sentido con errores parafásicos, neologismos, y alteración de la comprensión de las instrucciones habladas y escritas. Esto es comúnmente confundido con un estado de confusión, en particular debido a la ausencia de signos de localización tales como hemiplejía. El discurso del paciente confuso puede ser incoherente y tangencial, pero la comprensión no está deteriorada. La afasia puede ser descartada en esta paciente, ya que el lenguaje era normal, pero había una comunicación o interacción con el medio disminuida como resultado de su apatía.
La encefalopatía de Wernicke, que se debe a la deficiencia de tiamina, 2 puede ser caracterizada principalmente por la confusión, pero el nistagmo y la  parálisis oculomotora  que la acompañan estaban ausentes en esta paciente. La parálisis del sexto nervio craneal en el lado izquierdo era debido al síndrome de Duane, una anomalía congénita del desarrollo del núcleo motor ocular externo.
Las crisis parciales complejas  que involucran el lóbulo temporal pueden presentarse como un "estado crepuscular" 3 y, en ausencia de convulsiones, puede simular un estado confusional prolongado. La observación cuidadosa puede revelar episodios de ausencias, períodos de lucidez, y automatismos como chasquido de labios. La larga duración de la alteración del estado mental de este paciente y la prominencia y la persistencia de la conducta apática hacen que  el estado epiléptico parcial complejo sea poco probable aunque  es necesario  la electroencefalografía para evaluar esta posibilidad.
Muchos trastornos causan estados de confusión, que van desde los efectos fácilmente reversibles de un medicamento hasta enfermedades que amenazan la vida, y con frecuencia coexisten múltiples factores en un determinado paciente. En esta paciente con varios trastornos sistémicos y con ingesta de varios medicamentos hay que hacer  un amplio diagnóstico diferencial. En general, el diagnóstico diferencial se pueden dividir entre  aquellas situaciones con alteración en las imágenes por resonancia magnética y los que no tienen este tipo de alteraciones.

ENCEFALOPATÍAS TÓXICO-METABÓLICAS
La mayoría de los síndromes confusionales son causados por anormalidades metabólicas o tóxicas, y los resultados de la RMN son normales. Esta paciente tenía una infección urinaria, que una causa frecuente de un estado de confusión en los ancianos. Sin embargo, su estado clínico se deterioró a pesar del tratamiento antibiótico adecuado, por lo que una infección del tracto urinario es una causa poco probable de su estado confusional. Los corticosteroides pueden empeorar la confusión al causar depresión e incluso psicosis. A pesar de que esta paciente había estado tomando corticosteroides, los había estado tomando a dosis pequeña durante mucho tiempo y sin ningún tipo de efectos secundarios, lo que va en contra de que los corticosteroides sean  una causa por lo menos directa de su confusión.

DEPRESIÓN
La paciente había recibido un diagnóstico de depresión. El retraso psicomotor asociado con la depresión puede ser indistinguible de la apatía asociada a lesiones del lóbulo frontal, pero la confusión grave y el trastorno de la marcha reciente no se explican por la depresión por sí sola.

ENCEFALOPATÍA LÚPICA Y OTRAS ENCEFALOPATÍAS  POSIBLEMENTE INMUNOMEDIADAS.
La confusión es común en pacientes con la encefalopatía lúpica  subaguda , un trastorno que debe ser considerado en esta paciente, en vista de su trastorno autoinmune de tipo LES-like que le habían diagnosticado. Otras características comunes de la encefalopatía del LES son delirios paranoides, humor lábil, convulsiones y cefalea, ninguno de los cuales estaban presentes en esta paciente.4 La encefalopatía del LES ocurre generalmente en pacientes con LES activo, pero pueden ocurrir en pacientes con enfermedad quiescente o en los que tienen sólo positividad serológica de lupus. La RMN cerebral muestra tanto en estos casos de encefalopatía lúpica, sea un cerebro normal sin alteraciones en las imágenes como pequeñas alteraciones inespecíficas  en la sustancia blanca. No hay biomarcadores específicos fiables, por lo que este diagnóstico es de exclusión. Sin embargo, la ausencia de LES activo y de la mayoría de las características comunes de la encefalopatía lúpica  en esta paciente argumentan en contra de este diagnóstico.
Se han reportado  encefalopatías confusionales subagudas en asociación con niveles séricos elevados de anticuerpos antitiroglobulina y anticuerpos microsomales antitiroperoxidasa 5  en pacientes, la mayoría de los cuales son eutiroideo; estas condiciones son sensibles a los corticosteroides. Se ha llamado a esta entidad encefalopatía de Hashimoto.  El diagnóstico de la encefalopatía confusional subaguda  hubiese sido considerado en esta paciente si los hallazgos de imágenes hubiesen sido sido normales o inespecíficos, aunque esta condición también se ha visto en raras ocasiones en pacientes con destacados cambios en la sustancia blanca cerebral.


LESIONES INTRACRANEALES
De vez en cuando, estados de confusión surgen de lesiones cerebrales únicas o multifocales, en particular las que se encuentran en las regiones premotora de los lóbulos frontales, lóbulo parietal derecho, lóbulos temporales mediales, lóbulos occipitales, núcleo caudado, o tálamo. La apatía persistente de este paciente, la perseverancia, la disminución de la fluidez verbal, y el trastorno de la marcha sugiere la localización en lóbulos frontales. Otros signos clínicos de disfunción del lóbulo frontal son los reflejos de prensión palmar y la incontinencia urinaria o intestinal, pero estos no estaban presentes en este caso. Posibles lesiones del lóbulo frontal en esta paciente son strokes, infecciones y neoplasias. A causa de su síndrome de LES-like, las enfermedades cerebrovasculares y las infecciones merecen especial consideración.


ENFERMEDADES CEREBROVASCULARES
Los pacientes con enfermedades del tejido conectivo están en riesgo de enfermedad cerebrovascular, a menudo de tipos inusuales. Los anticuerpos antifosfolípidos, que esta paciente tuvo durante muchos años, pueden conducir a  trombosis venosa, que puede afectar el seno sagital superior y causar infartos del lóbulo frontal bilateral. Múltiples pequeños infartos de origen arterial, cada uno demasiado pequeño para causar un síndrome de accidente cerebrovascular, pero acumulativamente suficientes como para causar una encefalopatía  pueden desarrollar en estos pacientes. Otro mecanismo para el síndrome confusional en el LES es la púrpura trombocitopénica trombótica, con trombos microvasculares y múltiples pequeños infartos. Por último, la recurrencia de hematomas subdurales  por  trombocitopenia asociada suprayacentes a los lóbulos frontales se debe considerar como la causa de estado  confusional apático.


INFECCIONES INTRACRANEALES
Muchas infecciones pueden provocar estados de confusión, pero en este paciente, las infecciones oportunistas (por ejemplo, meningitis criptocócica) debe ser considerada dado su larga historia de enfermedad autoinmune y de terapia inmunosupresora.6 Tales pacientes inmunodeprimidos con frecuencia no presentan signos clínicos de meningitis. La encefalitis infecciosa es también una preocupación importante. La encefalitis por herpes simplex,  no tratada durante 2 meses, hubiese causado daño neurológico más severo de lo que se ve en este paciente. La  infección del herpes humano 6 (HHV-6) puede producir un cuadro clínico similar a la encefalitis por herpes simplex, con una predilección por los lóbulos temporales, pero lainfección por HHV-6 ocurre principalmente en pacientes que han sido sometidos a trasplante de médula ósea.7 Los pacientes con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) se puede presentar con demencia subaguda con predominio del lóbulo frontal. Aunque las transfusiones de sangre del paciente podría ser un factor de riesgo para la infección por el VIH, es poco probable la transmisión, ya que las transfusiones le fueron suministradas sólohace  2 años, cuando el cribado de productos sanguíneos para el VIH se hacía de de rutina. Las encefalitis por citomegalovirus (CMV),  bacterias, micobacterias, nocardia, y las infecciones parasitarias, especialmente la toxoplasmosis, también debieran considerarse en esta paciente. En casos raros, la encefalitis amebiana ha sido descrita en pacientes con LES que han sido tratados con inmunosupresores .8 El cuadro clínico de este paciente también es compatible con la enfermedad por priones, ya que el característico mioclono multifocal sensible a los estímulos de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob puede no aparecer hasta etapas avanzadas de la enfermedad o puede no aprecer. Se requiere neuroimágenes  y serología en LCR para evaluar estas posibilidades. 
La leucoencefalopatía multifocal progresiva (LMP) merece especial consideración en este paciente crónicamente inmunodeprimida. La disfunción sostenida del lóbulo frontal con empeoramiento  de manera constante a lo largo de varias semanas es consistente con este diagnóstico. La conciencia de la LMP se ha visto acrecentada por los informes de su aparición en los pacientes que han sido tratados con fármacos inmunosupresores para trastornos autoinmunes, incluyendo LES.9,10 La LMP también ha sido reportada con el uso de rituximab, 11 que este paciente había recibido para autoinmune su trombocitopenia de difícil tratamiento algunos años antes. Las imágenes del cerebro, especialmente la RMN con  administración de material de contraste, y el examen de LCR deben ayudar a estrechar los diagnósticos diferenciales.


Una imagen de resonancia magnética cerebral se obtuvo 10 días antes de la internación (Figura 1A). Los principales hallazgos fueron vistos en FLAIR (fluid-attenuated inversion recovery ), y en las imágenes ponderadas en T2. Había una gran área, confluente de hiperintensidad en T2 en la sustancia blanca del lóbulo frontal derecho, con alguna extensión al lóbulo frontal izquierdo. No había efecto de masa apreciable relacionado con esta anormalidad. Hubo aumento del contraste muy suave. Un estudio de repetición RMN realizó 10 días más tarde, en el momento de la internación, no mostró cambios. Una resonancia magnética que se había obtenido un año antes no mostraron esta anomalía (Figura 1B).





Figura 1. La RMN de cerebro en internación y 1 año antes.
Imágenes de recuperación de FLAIR obtenida 10 días antes de la admisión muestran una gran área confluente de hiperintensidad en la sustancia blanca del lóbulo frontal derecho y, en menor medida, el lóbulo frontal izquierdo (Panel A). No hay efecto de masa apreciable relacionado con esta anormalidad. Una imagen de FLAIR en el nivel de los ventrículos laterales obtenidos un año antes del ingreso no muestra anormalidades (Panel  B).




Las lesiones del lóbulo frontal que se ven en la imagen de resonancia magnética son consistentes con la presentación clínica de la apatía. La apatía se considera un trastorno de la motivación que se manifiesta como la disminución de la conducta orientada hacia objetivos, compromiso cognitivo, y afectación emocional,  con la abulia como expresión más severa. Aunque la apatía y la abulia tienen muchas causas psiquiátricas, neurológicas y metabólicas, lesiones de los lóbulos frontales (especialmente aquellas que involucran el giro cingulado y sus conexiones), y las lesiones de los ganglios de la base tienden a estar asociados con una profunda apatía, tal como se vio en esta paciente. 
Las características de las extensas lesiones en la sustancia blanca cerebral, como se ve en la RMN, estrechan el diagnóstico diferencial notablemente en esta paciente. Infartos cerebrales, tumores metastásicos, la mayoría de las infecciones cerebrales y la  encefalopatía LES se pueden descartar. Los resultados no son compatibles con la enfermedad por priones, que se manifiestan característicamente como la presencia de hiperintensidades en el manto cortical y los ganglios basales en las imágenes de difusión ponderada. Sin embargo, estos hallazgos clínicos y de resonancia magnética no descartan presentaciones inusuales de glioma maligno y linfoma primario del sistema nervioso central (SNC), ambos de los cuales pueden infiltrar difusamente la sustancia blanca sin causar un efecto de masa.12,13  El realce con contraste puede ser leve en tales casos, a diferencia del realce prominente en casos cuando el linfoma y glioma forman masas discretas. No obstante, el confinamiento de las anomalías a la sustancia blanca subcortical, el mínimo realce de contraste, la remarcable ausencia de efecto de masa a pesar del gran tamaño de las lesiones y elcontexto en elque las lesiones ocurrieron sugieren fuertemente LMP.
Se necesitan más pruebas para confirmar la LMP y buscar coinfecciones, como la meningitis criptocócica. Análisis del LCR para detectar virus JC podría ayudar a establecer un diagnóstico de la LMP, y punción lumbar se podría realizar con seguridad ya que no hay efecto de masa.14 Sin embargo, el LCR puede ser negativo para el virus JC alprincipio de la enfermedad, y un resultado negativo no descarta el diagnóstico de LMP. Debido a deterioro neurológico del paciente, una biopsia cerebral diagnóstica también sería apropiada.

DIAGNÓSTICO CLÍNICO
LEUCOENCEFALOPATÍA MULTIFOCAL PROGRESIVA EN UN PACIENTE INMUNODEPRIMIDO.

DISCUSIÓN PATOLÓGICA
El procedimiento diagnóstico fue una biopsia cerebral estereotáctica. El examen de la muestra de biopsia mostró numerosos macrófagos y astrocitos reactivos, así como muchos oligodendrocitos, con núcleos grandes basófilos (Figura 2a) (un cambio citopático que es característico de la infección con el virus JC). La fuerte tinción inmunohistoquímica de estos núcleos de poliomavirus,  es sensible para la detección de virus JC, confirmó la infección con el virus JC (Figura 2B). La tinción con azul Luxol rápido para mielina mostró pérdida de mielina axonal y restos de mielina dentro de los macrófagos, mientras que el análisis inmunohistoquímico para neurofilamentos mostró preservación relativa de los axones. Infiltrados linfocitarios perivasculares moderados compuestos por linfocitos T y B estuvieron presentes. Los cambios histológicos son de diagnóstico de la LMP. En la mayoría de casos de LMP, la inflamación es escasa, como en este caso. Sin embargo, los casos de LMP con extensa inflamación de vez en cuando han sido reportados en pacientes con infección por el VIH, en particular los que reciben terapia antirretroviral de gran actividad, en los que la inflamación puede ser un signo de reconstitution inmune 15,16







Figura 2. Biopsia de cerebro.
Una muestra de una biopsia cerebral muestra macrófagos, astrocitos reactivos, y oligodendrocitos agrandados con núcleos basófilos (Panel A e inserto, hematoxilina y eosina). La tinción inmunohistoquímica para poliomavirus confirma la infección de células por numerosos virus JC (Panel B).


MANEJO
Para los pacientes con LMP, incluyendo aquellos que también tienen trastornos reumáticos y están recibiendo tratamientos inmunosupresores, el pronóstico es malo, con una alta tasa de muerte a los pocos meses después de diagnosis.10 La reversión de la inmunosupresión, si fuera posible proporciona una opción para la terapia en tales pacientes. En esta paciente, la reducción de la inmunosupresión al descontinuar la prednisona sería un posible enfoque terapéutico. Los ensayos clínicos con citarabina, cidofovir, e interferón alfa no  han demostrado  beneficio en el tratamiento de LMP; Sin embargo, la mirtazapina, un antagonista de la serotonina-receptor, que se utiliza como un agente antidepresivo en este paciente, ha demostrado un efecto anti-virus JC in vitro mediante la inhibición de la entrada del virus en oligodendrocitos.18,19 Informes preliminares han mostrado mejoría clínica en una pocos pacientes con LMP.20,21 asociado al SIDA así como la mefloquina,un medicamento antimaláricos, que tiene un efecto contra el virus JC in vitro y puede pasar la barrera hematoencefálica.
La paciente había estado tomando mirtazapina para la depresión. Debido a la reportada actividad contra el virus in vitro anti-JC, se continuó este medicamento. También se inició la administración de mefloquina, debido a su eficacia reportada en vitro. La paciente evolucionó con pobre ingesta oral, apatía severa, discurso escaso, e inestabilidad progresiva que se consideraron signos de empeoramiento. Con el tiempo entró en un programa de cuidados paliativos en sucasa y murió 2 meses después del diagnóstico de la LMP.
Las alteraciones de la marcha que esta paciente presentó y que pudieron haber confundido con afectación cerebelosa son comunes en pacientes con trastornos del lóbulo frontal. En particular, los pacientes con trastornos del lóbulo frontal que afectan a las regiones  anteriores motoras y  no tienen debilidad en las extremidades que explicaría un trastorno de la marcha. Los lóbulos frontales son importantes en la orquestación de alto nivel de la marcha normal. Marcha lenta e inestable de este paciente y su incapacidad para caminar talón a la punta, a pesar de ser características sugerentes de lesiones del cerebelo, son característicos de los trastornos del lóbulo frontal. Por otra parte, no hubo lesiones del cerebelo en la RM.
La pregunta que queda después de este caso es que ahora que usamos más inmunosupresores biológicamente activos , deberíamos ser más agresiva de detección y seguimiento de los pacientes para la LMP, y es razonable evaluar a los pacientes que están siendo tratados con agentes biológicos que se han asociado con la LMP. Exámenes por un neurólogo y exámenes de los estudios basales  de resonancia magnética periódica y, en casos seleccionados, de LCR para la detección del virus JC podría facilitar la detección precoz de la LMP; entonces el agente inmunosupresor podría ser detenido en los primeros signos de la enfermedad. Este seguimiento ya se hace en la práctica con la terapia con natalizumab para esclerosis múltiple.22

DIAGNÓSTICO ANATÓMICO
LEUCOENCEFALOPATÍA MULTIFOCAL PROGRESIVA.


Fuente:
"A 69-Year-Old Woman with Lethargy, Confusion, and Abnormalities on Brain Imaging"

Nagagopal Venna, M.D., M.R.C.P., R. Gilberto Gonzalez, M.D., Ph.D., and Sandra I. Camelo-Piragua, M.D.

NEJM

1.         Fong TG, Tulebaev SR, Inouye SK. Delirium in elderly adults: diagnosis, prevention and treatment. Nat Rev Neurol 2009;5:210-20. 
2.         Sechi G, Serra A. Wernicke's encephalopathy: new clinical settings and recent advances in diagnosis and management. Lancet Neurol 2007;6:442-455. [CrossRef][Web of Science][Medline]
3.         Meierkord H, Holtkamp M. Non-convulsive status epilepticus in adults: clinical forms and treatment. Lancet Neurol 2007;6:329-339. [CrossRef][Web of Science][Medline]
4.         Joseph FG, Lammie GA, Scolding NJ. CNS lupus: a study of 41 patients. Neurology 2007;69:644-654. [Free Full Text]
5.         Schiess N, Pardo CA. Hashimoto's encephalopathy. Ann N Y Acad Sci 2008;1142:254-265. [CrossRef][Web of Science][Medline]
6.         Cunha BA. Central nervous system infections in the compromised host: a diagnostic approach. Infect Dis Clin North Am 2001;15:567-590. [CrossRef][Web of Science][Medline]
7.         Seeley WW, Marty FM, Holmes TM, et al. Post-transplant acute limbic encephalitis: clinical features and relationship to HHV6. Neurology 2007;69:156-165. [Free Full Text]
8.         Case Records of the Massachusetts General Hospital (Case 39-2006). N Engl J Med 2006;355:2678-2689. [Free Full Text]
9.         Boren EJ, Cheema GS, Naguwa SM, Ansari AA, Gershwin ME. The emergence of progressive multifocal leukoencephalopathy (PML) in rheumatic diseases. J Autoimmun 2008;30:90-98. [CrossRef][Medline]
10.       Calabrese LH, Molloy ES, Huang D, Ransohoff RM. Progressive multifocal leukoencephalopathy in rheumatic diseases: evolving clinical and pathologic patterns of disease. Arthritis Rheum 2007;56:2116-2128. [CrossRef][Web of Science][Medline]
11.       Carson KR, Evens AM, Richey EA, et al. Progressive multifocal leukoencephalopathy after rituximab therapy in HIV-negative patients: a report of 57 cases from the Research on Adverse Drug Events and Reports project. Blood 2009;113:4834-4840. [Free Full Text]
12.       Hunt MA, Jahnke K, Murillo TP, Neuwelt EA. Distinguishing primary central nervous system lymphoma from other central nervous system diseases: a neurosurgical perspective on diagnostic dilemmas and approaches. Neurosurg Focus 2006;21:E3-E3. [Medline]
13.       Peretti-Viton P, Brunel H, Chinot O, et al. Histological and MR correlations in Gliomatosis cerebri. J Neurooncol 2002;59:249-259. [CrossRef][Medline]
14.       Fong IW, Britton CB, Luinstra KE, Toma E, Mahony JB. Diagnostic value of detecting JC virus DNA in cerebrospinal fluid of patients with progressive multifocal leukoencephalopathy. J Clin Microbiol 1995;33:484-486. [Free Full Text]
15.       Cinque P, Bossolasco S, Brambilla AM, et al. The effect of highly active antiretroviral therapy-induced immune reconstitution on development and outcome of progressive multifocal leukoencephalopathy: study of 43 cases with review of the literature. J Neurovirol 2003;9:Suppl 1:73-80. [CrossRef][Web of Science][Medline]
16.       Vendrely A, Bienvenu B, Gasnault J, Thiebault JB, Salmon D, Gray F. Fulminant inflammatory leukoencephalopathy associated with HAART-induced immune restoration in AIDS-related progressive multifocal leukoencephalopathy. Acta Neuropathol (Berl) 2005;109:449-455. [CrossRef][Medline]
17.       Khanna N, Elzi L, Mueller NJ, et al. Incidence and outcome of progressive multifocal leukoencephalopathy over 20 years of the Swiss HIV Cohort Study. Clin Infect Dis 2009;48:1459-1466. [CrossRef][Web of Science][Medline]
18.       Elphick GF, Querbes W, Jordan JA, et al. The human polyomavirus, JCV, uses serotonin receptors to infect cells. Science 2004;306:1380-1383. [Free Full Text]
19.       Brickelmaier M, Lugovskoy A, Kartikeyan R, et al. Identification and characterization of mefloquine efficacy against JC virus in vitro. Antimicrob Agents Chemother 2009;53:1840-1849. [Free Full Text]
20.       Aksamit AJ. Progressive multifocal leukoencephalopathy. Curr Treat Options Neurol 2008;10:178-185. [CrossRef][Web of Science][Medline]
21.       Cettomai D, McArthur JC. Mirtazapine use in human immunodeficiency virus-infected patients with progressive multifocal leukoencephalopathy. Arch Neurol 2009;66:255-258. [Free Full Text]
22.       Kappos L, Bates D, Hartung HP, et al. Natalizumab treatment for multiple sclerosis: recommendations for patient selection and monitoring. Lancet Neurol 2007;6:431-441. [CrossRef][Medline]


MUJER DE 37 AÑOS CON PARESTESIAS Y ATAXIA.



Una mujer de 37 años, diestra se internó debido a parestesias intermitentes, palabra arrastrada, ataxia y  hallazgos anormales en unas imágenes cerebrales realizadas .
La paciente había estado bien hasta siete meses antes cuando comenzó con adormecimiento y hormigueos mientras estaba acostada en la cama, primero en el pie y pierna derechos y después en cara y brazo derecho que se resolvieron completamente en 20 minutos. Consultó al hospital donde refirió que había sido picada por una garrapata un mes antes sin síntomas asociados. Los resultados del laboratorio de rutina y los test para enfermedad de Lyme fueron negativos.
Un mes más tarde, un episodio de náuseas, adormecimiento del lado izquierdo y palabra arrastrada seguidos dos horas más tarde  de adormecimiento del lado derecho y afasia. El episodio se resolvió en una hora pero fue seguido de cefalea difusa con una intensidad de 8 en una escala de 1 a 10, náuseas, fotofobia, y fonofobia. La paciente fue internada. Se le realizó una TC de cráneo sin contraste EV y una angiografía por TC. Una RMN sin contraste mostró en T2 lesiones hiperintensas en el centro semioval izquierdo y en la sustancia blanca subcortical de la región frontoparietal izquierda con aumento de la señal en la difusión pero sin evidencias de efecto de masa, hemorragia intracraneal o restricción a la difusión de agua. Se le dio el alta y se la derivó a neurología.
El examen neurológico y el electroencefalograma 2 semanas más tarde fueron normales. Se le administró prednisona  por 14 días y se comenzó con  topiramato y eletriptan.  Topiramato fue interrumpido por sensación de atontamiento. Las cefaleas diarias y episodios de adormecimientos y hormigueos continuaron. Cinco meses antes de la evaluación actual una RMN con gadolinio mostró evolución de las lesiones  en la sustancia blanca supratentoriales y dos nuevas pequeñas regiones lineales de hiperintensidad en T2  con restricción de la difusión de agua y realce heterogéneo en el hemisferio cerebeloso izquierdo. Una punción lumbar fue llevada a cabo; el resultado del LCR se muestra en la Tabla 1.Una Rx de tórax fue normal y un ecocardiograma transesofágico se informó como normal.





Table 1. Análisis del Líquido Cefalorraquídeo.

 Durante los siguientes 5 meses la paciente tuvo episodios de mareos, pérdida del equilibrio, náuseas, vómitos y paresia facial. Los parientes notaron alteraciones cognitivas con confusión y la notaron también vestirse inapropiadamente. Cuatro meses antes de la evaluación actual se le hizo un dosaje de ácido vanilmandélico en orina que fue normal.  Se comenzó con verapamilo y se reinició prednisona sin mejoría. Tres meses antes de esta evaluación, una RMN  de cerebro mostró nuevas hiperintensidades en T2 en la sustancia blanca supratentorial sin realce asociado. Las lesiones hiperintensas en T2 en el hemisferio cerebeloso izquierdo tuvieron aumento de tamaño. Se comenzó azatioprina 50 mg/día.
Tres semanas antes de la internación, presentó alteraciones de la marcha, inseguridad y alucinaciones visuales. Un EEG mostró enlentecimiento asimétrico. La paciente fue admitida a un hospital psiquiátrico por una semana con diagnóstico de depresión; se le indicó citalopram y seguimiento ambulatorio.
Cuatro días antes de la internación, presentó  palabra arrastrada, adormecimiento de la mano derecha, afasia, sensación de sofocamiento, dolor articular y apareció un rash en las piernas. La paciente fue internada. No tenía fiebre, visión doble, alteraciones del olfato o del gusto, pérdida de la conciencia, convulsiones, síntomas intestinales o vesicales, sudores nocturnos, pérdida de peso, inflamación articular, antecedentes de traumatismo craneano, ni tenía antecedentes cardíacos, pulmonares o renales. En el examen estaba ansiosa con estado depresivo. Los signos vitales eran normales. Había un rash ligeramente sobreelevado en ambos tobillos. Tenía disartria. Los reflejos osteotendinosos eran 3+ vivos en forma generalizada y no había Babinski. Había temblor en la prueba dedo nariz, una amplia base de sustentación y debilidad en brazo y pierna derechos. El resto del examen era normal. Un screening para toxinas en orina fue positiva para cocaína. Un electrocardiograma fue informado normal. Un EEG mostró un leve enlentecimiento en la región temporal izquierda. Una angio RMN de cabeza y cuello se informó como: estrechamientos sutiles en la arteria cerebral anterior izquierda. La RMN de cerebro mostró realce en las lesiones de la sustancia blanca vistas previamente. La lesión cerebelosa izquierda se extendía hasta la corteza cerebral. Múltiples lesiones nuevas  muchas de las cuales realzaban con contraste se veían en ambos hemisferior cerebelosos.
La paciente fue dada de alta el 5° día y fue derivada a neurología de otro hospital.
La paciente había sido sana antes de esta enfermedad. Estaba casada vivía con su esposo e hijos. Era peluquera, consumía cocaína de adolescente, no fumaba no tomaba alcohol actualmente. Su padre había sufrido depresión y había muerto, su madre había tenido cáncer de cuello de útero, dos tías tuvieron cáncer de mama y tenía un hermano sano. Había antecedentes familiares de HTA, enfermedad coronaria, asma, y cáncer de pulmón, y no había antecedentes de esclerosis múltiple o alteraciones de la coagulación. No tenía alergias. Su medicación incluía azatioprina, prednisona, verapamilo, citalopram, diazepan, acetaminofén, y aspirina.
En el examen la paciente estaba en silla de ruedas. Sus signos vitales eran normales. Había múltiples equimosis en piel atribuidas a caídas y placas descamativas en la parte medial de ambas piernas.  Estaba orientada y recordaba eventos recientes, pero sus respuestas eran lentas.  Tests de atención, concentración, y de memoria remota eran normales. Había un defecto aferente de la pupila izquierda (menos pupiloconstricción cuando se la iluminaba cuando se iluminaba el ojo izquierdo que el derecho). Los bordes de las papilas eran pálidos, más en la izquierda que en la derecha y la visión central y periférica en el ojo izquierdo estaban disminuidas.  Había movimientos sacádicos con el seguimiento de la mirada sin ptosis ni síndrome de Horner.  La palabra era disártrica. Había aumento del tono muscular en los cuatro miembros con fuerza muscular normal. Los reflejos eran 3+ en brazos y piernas y no había Babinski. Había un temblor en la prueba dedo nariz en ambos brazos y la prueba talón rodilla mostraba dismetría; había alteración de los movimientos alternantes. La marcha era con aumento de la base de sustentación y la paciente era incapaz de caminar en tándem . El resto del examen era normal. Se internó.
El nivel de fosfatasa alcalina era de 277 U/litro (normal 30 a 100), aspartato aminotransferasa 245 U/litro (normal 9 a 32), y alaninoaminotransferasa 327 U/litro (normal 7 a 30). La eritrosedimentación era normal; los niveles de electrolitos, glucosa, enzima convertidora de angiotensina, lipoproteína A, vitamina B12, ácido fólico, proteína C reactiva, inmunoglobulinas, y TSH, eran normales. También era normal la función renal y la coagulación; un screening para hipercoagulabilidad, electroforesis de proteínas séricas y análisis de orina eran normales. El test para enfermedad de Lyme fue negativo; anticuerpos antimitocondriales, ANCA, anticuerpos antinucleares, anticuerpos contra DNA de doble cadena, anti Ro, anti La anti Sm negativos; factor reumatoideo, HIV, y serología para hepatitis A, B y C negativos. Antígeno e de hepatitis B negativo y test de ácidos nucleicos para hepatitis B, C y D negativos. Un screening toxicológico  de sangre reveló presencia de diazepan, nordazepan, verapamilo, y norverapamilo y negativo para otras sustancias.   Se suspendió azatioprina y prednisona y se le administró citalopram, verapamilo, enoxaparina, diazepan, y aspirina.
En el segundo día de hospital se llevó a cabo una punción lumbar. La presión de apertura fue de 6 cm de agua y la manipulación con la aguja hizo que el líquido se tiñera de sangre  (punción traumática). Los resultados del LCR se muestran en laTabla 1. Una TC de cráneo y cuello mostró hipodensidad en el hemisferio cerebeloso izquierdo, asociado a pérdida de tejido; los vasos impresionaban normales. Una RMN de cerebro mostró lesiones hipointensas en T2  en la sustancia blanca supra e infratentorial muchas de las cuales mostraban realce sin efecto de masa. No había alteraciones en la difusión que sugiriera infarto reciente aunque sí había signos sugestivos de infartos crónicos en el hemisferio cerebeloso izquierdo donde había realce de leptomeninges. Una RMN de columna cervical y dorsal mostró enfermedad degenerativa discal sin lesiones de la médula. Una TC de abdomen y pelvis mostró sacroilitis sin evidencia de masas intraabdominales ni linfadenopatías. Una ecografía de abdomen mostró cambios grasos hepáticos.
El quinto día de internación se llevó a cabo un procedimiento diagnóstico. 


DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
IMÁGENES.
Una RMN en T2 con FLAIR (fluid-attenuated inversion recovery images) de cerebro obtenida 5 meses antes y 2 días después de la internación al último hospital (Figuara 1A a 1D), mostraron lesiones hiperintensas en la sustancia blanca supratentorial que evolucionaba progresaba lentamente al principio pero se aceleraba más tardíamente. La presencia de esas lesiones en la sustancia blanca en una mujer joven sugieren esclerosis múltiple. Sin embargo, vistas en el tiempo varios elementos argumentan contra ese diagnóstico.




Figura 1. RMN de Cerebro Supratentorial.
Una RMN en T2 con FLAIR de cerebro (Panel A a D) e imágenes en T1 después de la administración de contraste (Paneles E, F y G) fueron obtenidas 5 meses antes de la internación (Paneles A y E), 3 meses antes de la internación (Paneles B y F), 5 días antes de la internación  (Paneles C y G), y 2 días antes de la internación (Panel D). Múltiples lesiones supratentoriales en T2  progresaron lentamente al principio y después aceleraron el crecimiento, con realce que comenzó a verse 5 días antes de la internación (Panel G flechas).


PONENTE
Primero, aunque las lesiones de la sustancia blanca   no realzaban después de la administración de material de contraste (Figura 1E y 1F), muchas de ellas, incluyendo las lesiones que habían estado presentes por meses, comienzan a realzar al mismo tiempo, 5 días antes de la internación (Figura 1G). Cuando las lesiones de una esclerosis múltiple realzan tienden a hacerlo en forma transitoria, generalmente inmediatamente después de su aparición, más que todas al mismo tiempo como en este caso. Segundo, aunque la enfermedad de la sustancia blanca era más o menos difusa, no había compromiso del cuerpo calloso, el cual se afecta generalmente en forma desproporcionada en pacientes con esclerosis múltiple. Tercero, la aparición de dos lesiones hiperintensas en T2 en hemisferio cerebeloso izquierdo son  raras en esclerosis múltiple (Figura 2). Las lesiones parecían respetar la sustancia blanca cerebelosa y comprometían la sustancia gris con un aspecto linear, orientado radialmente sugestivo de infarto en territorio de pequeñas arterias.





 Figura 2. RMN de cerebelo.
Cinco meses antes de la internación, imagines en T2 con FLAIR (Panel A), e imágenes en T1 obtenidas después de administrar contraste (Panel B), mostraron pequeñas  lesiones que realzaban en la sustancia gris cortical del hemisferio cerebeloso izquierdo; su aspecto era sugestivo de infarto arterial más que de esclerosis múltiple (flechas). Tres meses antes de la internación, la lesión estaba más grande  en imágenes similares de FLAIR (Panel C flechas), y las imágenes obtenidas después de la administración de material de contraste  (Panel E) confirmó la presencia de realce leptomeníngeo (flechas). 



Por lo tanto la primera consideración incluye enfermedades que afectan difusamente las pequeñas arterias del cerebro. Ellas incluyen las angeítis primarias del sistema nervioso central, y otras vasculopatías autoinmunes, infecciosas o vasculopatías inducidas por drogas.
Una de las lesiones cerebelosas (Figuras 2A y 2B), mostraron leve realce parenquimatoso o leptomeníngeo que parece diseminarse, gradualmente debajo de la superficie del cerebelo (Figuras 2C y 2D), más que ir resolviéndose como cabría esperar de un infarto. Una imagen sagital de RMN en T1 obtenida dos días  después de la internación,  (Figura 2E), confirmó  la presencia de realce leptomeníngeo el cual puede verse en una variedad de procesos infecciosos o vasculitis inflamatorias así como en procesos neoplásicos que se diseminan sobre la superficie del cerebro y dan como resultado una oclusión de pequeños vasos, típicamente como resultado de carcinomatosis leptomeníngea o linfomatosis.

Este complejo caso  ejemplifica la importancia de la historia clínica en el diagnóstico diferencial de las enfermedades neurológicas. Esta mujer previamente sana tuvo una enfermedad neurológica dramática con síntomas neurológicos cambiantes en un período de 7 meses. La disfunción neurológica estaba extendida tanto en espacio como en tiempo lo que significaba que los signos y síntomas neurológicos aparecieron en el tiempo, con remisiones  entre medio de ellas, y esos signos y síntomas se diseminaron a diversas regiones  del cerebro y la médula espinal. Los síntomas de esta paciente muestran compromiso inicial de las siguientes regiones: vías sensitivas hacia el hemicuerpo izquierdo con posterior compromiso de la región del lenguaje en el hemisferio dominante y posiblemente en el  lóbulo parietal. Los síntomas subsecuentes reflejan compromiso del tronco cerebral específicamente alrededor del cuarto ventrículo como lo sugieren las náuseas y vómitos. Más tarde síntomas de disfunción parietal derecha y cerebelosa  en rápida sucesión. Finalmente las alteraciones del equilibrio, bradifrenia,alteraciones de la atención, confusión, depresión, e hiperreflexia sugieren un patrón holocerebral difuso que haría pensar en participación de casi todos los componentes del SNC. Pocas enfermedades neurológicas  tienden a comportarse de esta manera y constituyen el diagnóstico diferencial en este caso.

ESCLEROSIS MÚLTIPLE.
La esclerosis múltiple es probablemente la enfermedad más común vista por neurólogos e internistas cuyos hallazgos clásicos consisten en diseminación en tiempo y espacio. 1 Por eso no sorprende que esa paciente haya sido diagnosticada y tratada como esclerosis múltiple. Sin embargo hay un dato importante en la evolución de esta paciente que es la subsecuente rápida progresión. Las pocas manifestaciones iniciales tenían hallazgos sugerentes de enfermedad vascular (rápida progresión, evolución, y resolución), que argumentan en contra de enfermedad desmielinizante la cual suele ser más lenta en el inicio y en la resolución.  Otros signos de alarma incluyen una muy rápida diseminaciónen tiempo y espacio. Los hallazgos más importantes tales como la afasia, apraxia y la confusión lo que sugieren compromiso de la sustancia gris cortical no es característico de la esclerosis múltiple. Finalmente la presencia de lesión cortical cerebelosa  sí es típica de la esclerosis múltiple.

ENFERMEDADES INFECCIOSAS.
La neuroborreliosis fue considerada debido a la historia de la paciente que había tenido una picadura de garrapata pero no había tenido síntomas reumatológicos sugestivos de enfermedad de Lyme. La neuroborreliosis puede producir síntomas neurológicos que aumentan y disminuyen en el tiempo y en raros casos remiten espontáneamente. Cuatro títulos negativos de anticuerpos descartan el diagnóstico de neuroborreliosis. La seronegatividad para sífilis y VIH descartan lúes y SIDA, que son dos enfermedades que pueden presentarse con manifestaciones proteiformes de SNC.

ENFERMEDADES REUMATOLÓGICAS. 
Un grupo de trastornos considerados en este caso son las enfermedades neurorreumatológicas  tales como el lupus eritematoso sistémico (LES), y el síndrome de Sjögren. El LES puede presentarse con compromiso de SNC sea por cerebritis lúpica  o como vasculopatía cerebral lúpica, y en este caso es un importante diagnóstico diferencial. (2,3,4)  La cerebritis lúpica puede causar hallazgos similares a los que tiene este paciente incluyendo diseminación en tiempo y espacio, remisiones espontáneas, y eventos de tipo vascular que afectan principalmente vasos de pequeño y mediano calibre.  Sin embargo, el compromiso del SNC que progresa a la diseminación durante un período de 7 meses sin ninguna otra manifestación sistémica de lupus sería raro. Más aún, varios tests de FAN negativos argumentan en contra del diagnóstico. En forma similar, el síndrome de Sjögren afectando la médula espinal o el cerebro sin síntomas sicca o manifestaciones reumatológicas clásicas es raro y al menos uno o dos anticuerpos deben estar presentes y no lo estaban en este caso.
Las condiciones relacionadas tal como síndrome antifosfolipídico, síndrome de Sneddon, y eventos tromboembólicos asociados con anticoagulante lúpico son raros pero pueden afectar el cerebro y la médula espinal en varias formas pudiendo mimetizar la esclerosis múltiple. Por lo tanto un estudio de hipercoagulabilidad se necesita en este caso. El mismo fue realizado y fue negativo. (3)

ENFERMEDADES GENÉTICAS
Dos enfermedades genéticas que confieren una predisposición a los eventos “strokelikes” en el cerebro requieren ser considerados en este caso. La miopatía mitocondrial con encefalopatía, acidosis láctica y síntomas stroke like (MELAS por: Mitochondrial myopathy, encephalopathy, lactic acidosis, and strokelike symptoms), es un trastorno mitocondrial que puede presentarse con diseminación en tiempo y espacio. Aunque los hallazgos de la presentación clínica en este paciente es sugestiva de MELAS, los hallazgos de la RMN son atípicos para MELAS. (5) MELAS se caracteriza por episodios strokelike (símil ACV), por lesiones supratentoriales que afectan grandes áreas del territorio cerebral que no se corresponden con ninguna área vascular de los grandes vasos cuando son afectados por un stroke. Además, las lesiones infratentoriales que son importantes  en esta paciente son raramente vistas en MELAS.
La otra enfermedad que amerita mencionarse es la arteriopatía autosómica dominante con infartos subcorticales y leucoencefalopatía.  (CADASIL por: cerebral autosomal dominant arteriopathy with subcortical infarcts and leukoencephalopathy), que se presenta con lesiones strokelikes que afectan el lóbulo temporal y otras regiones del cerebro. (6) Típicamente hay una fuerte historia familiar de migraña y muerte temprana. Esta paciente tenía severas cefaleas. Raros casos de CADASIL pueden ser debidos a nuevas mutaciones del gen NOTCH3 y carecer de historia familiar. Sin embargo, el aspecto de las lesiones de esta paciente en la RMN es un  fuerte argumento en contra del diagnóstico de este diagnóstico.

ABUSO DE COCAÍNA.
La paciente usó cocaína en su juventud y uno de los screeenings toxicológicos mostró cocaína. Aunque ella negó vehementemente consumo actual de cocaína esto es no obstante importante para ser considerado. La administración transnasal de cocaína  o la administración oral  se ha asociado a trastornos cerebrovasculares severos, incluyendo hemorragia intracraneal; vasculopatía asociada a la cocaína  con strokes de vasos medianos y pequeños; y aun, un proceso vasculítico alérgico que puede estar muy relacionado a la forma de presentación de esta paciente. En general los pacientes con ACV relacionados a cocaína  se asocian a uso intenso además de consumo actual de la droga, y si esta paciente estuvo expuesta, la exposición fue mínima. (7)
Así, los trastornos vasculares del cerebro que puedan extenderse en tiempo y espacio no explican el cuadro de esta paciente por lo que esto obliga a considerar otras pocas entidades: las angeítis aisladas del SNC y los tumores malignos que se diseminan a través de los vasos del cerebro.

VASCULITIS DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL.
Las vasculitis del SNC son sugeridas por la presentación clínica en esta paciente, incluyendo el compromiso de muchas regiones del cerebro, síntomas fluctuantes, eventos strokelikes, síntomas corticales, confusión, cefalea severa, y compromiso de la sustancia blanca y de la sustancia gris así como de las regiones cerebrales supra e infratentoriales. (8,9) La presencia de lesiones de piel puede sugerir la presencia de vasculitis periférica, y una biopsia de una de esas lesiones puede ser diagnóstica. La presencia de irregularidades en los vasos del cerebro que se vieron en la angio RMN y en la angiografía con catéter es fuertemente sugestiva de vasculitis de SNC. 
No hay presentaciones clásicas para las vasculitis del SNC y muchas otras condiciones pueden mimetizar vasculitis. (10) La mayoría de los pacientes con vasculitis se presentan  con confusión y cefaleas fluctuantes. Los síntomas de diseminación en espacio y tiempo se ven en esta entidad en virtud de lesiones multifocales. No hay predilección por sitios especiales del cerebro. No hay datos útiles de laboratorio que sean especialmente de ayuda en el diagnóstico y las neuroimágenes no siempre ayudan. (11) Los clínicos a veces piensan  que las vasculitis del SNC son improbables cuando los marcadores reumatológicos son negativos pero este concepto es falso. Las vasculitis del SNC  pueden producir sólo lesiones inespecíficas de la sustancia blanca similares a las vistas en la esclerosis múltiple. La angio RMN la angio TC, o la angiografía con catéter pueden ser diagnósticas si las lesiones vasculares son evidentes pero pueden también ser  negativas en casos probados con biopsia  de vasculitis de SNC. El método más confiable de diagnóstico es la biopsia tisular, pero la sensibilidad de este test no siempre es suficientemente alto para justificar las posibles complicaciones del procedimiento.  

LINFOMA
Ciertos hallazgos de las imágenes sugieren tumor maligno de SNC, en particular el desarrollo de realce en las lesiones y el compromiso de leptomeninges cercano a las lesiones. Tal compromiso multifocal del SNC sería inusual en la mayoría de los tumores malignos; la única excepción es el linfoma. Los linfomas primarios del SNC usualmente se presentan como lesiones de masa sean únicas o múltiples en la sustancia blanca;  las imágenes de este paciente no mostraron la presencia de efecto de masa asociado a las lesiones. Además, el ritmo lento y el carácter remitente de la enfermedad de este paciente sería improbable para un linfoma de SNC que es usualmente un linfoma de células B grandes difuso de crecimiento rápido. El linfoma de células B grandes intravascular es una forma rara de linfoma que a menudo se presenta en SNC; en esta enfermedad, las células del linfoma se presentan dentro de la luz de los pequeños vasos en vez de formando masas  sólidas. (12,13) Los síntomas son debidos a oclusión de la luz vascular y compromiso del flujo y de esa manera mimetizan vasculitis. Además, los síntomas, a diferencia de la mayoría de los linfomas pueden  aparecer y desaparecer en un período de semanas o meses como pasó en este caso. (14,15)

RESUMEN.
El diagnóstico más probable es el de vasculitis de SNC en esta joven mujer que presenta síntomas neurológicos progresivos que incluyen cefalea, confusión,  lesiones en sustancia blanca y gris, y un curso inexorable de deterioro debido a compromiso multifocal del cerebro. El principal diagnóstico diferencial sería el linfoma, particularmente el linfoma intravascular. Se consideró la biopsia para establecer el diagnóstico.  

DIAGNÓSTICO PRESUNTIVO: VASCULITIS DE SNC; DESCARTAR LINFOMA.

DISCUSIÓN ANATOMOPATOLÓGICA.
Se llevó a cabo una biopsia estereotactica del lóbulo frontal derecho.  El examen anatomopatológico de la biopsia reveló que la sustancia gris cortical era de celularidad normal, sin evidencias de glioma u otros procesos infiltrativos. En lugar de ello grandes células atípicas con nucléolos prominentes y moderada cantidad de citoplasma  estaban presentes dentro  de los vasos sanguíneos corticales (Figura 3A). La tinción inmunohistoquímica mostró  reactividad con los antígeno de células B CD20 (Figura 3B).Había células T CD3-positivas alrededor de los vasos (Figura 3C). Las grandes células tumorales  expresaban CD5 pero no CD10, hallazgo común en los linfomas de células B grandes intravascular, y cadenas livianas kappa (como se ve con el uso ins situ de hibridización) (Figura 3D). Esta combinación de hallazgos son diagnósticas de linfoma de células B grandes. (16) No hay evidencia de infarto, isquemia o vasculitis.






Figura 3.  Biopsia de lóbulo frontal derecho.
Células linfoides malignas están presents en los vasos intracorticales (Panel A, hematoxilina eosina). Las células malignas son inmunorreactivas para CD20 (inmunoperoxidasa  panel B), mientras que las células perivasculares benignas son inmunorreactivas lara CD3 (Panel C hibridización in situ). Las células linfomatosas malignas expresan RNAm de cadenas livianas kappa (Panel D en hibridización in situ), pero no RNAm de cadenas livianas lambda (inmunoperoxidasa inserto).




El linfoma intravascular de células B grandes es un tumor agresivo que ocurre en adultos y se presenta típicamente con compromiso orgánico (a menudo piel o cerebro) pero respeta los ganglios linfáticos. Las células tumorales se encuentran principalmente en los lechos capilares de los órganos afectados, a veces extendiéndose a las vénulas y pequeñas arteriolas. La extensión directa a los tejidos perivasculares puede observarse pero usualmente es limitada. Las propiedades de restricción al espacio intravascular ha sido atribuida a la ausencia o la expresión reducida  de moléculas tales como moléculas de adhesión intercelular  1 y Beta 1 integrina, así como las metaloproteinasas de matriz, todas las cuales son necesarias para la adhesión y tráfico de células linfoides. (17,18,19) Es probable que la interacción entre las células endoteliales específicas de tejido y los antígenos de superficie  en las células tumorales resulte en patrones diferentes de distribución de enfermedad. 

DISCUSIONES ACERCA DEL MANEJO.
La estadificación sistémica con PET-TC corporal total no mostró evidencias de compromiso fuera del SNC, y el análisis del líquido cefalorraquídeo  obtenido por punción lumbar fue negativo para células malignas.  El examen neurooftalmológico  no mostró compromiso ocular. Un dermatólogo concluyó que las lesiones de piel eran consistentes con eccema crónico o dermatitis de contacto pero no eran linfoma. El manejo de la enfermedad de esta paciente se consideró el manejo de linfoma intravascular, de linfoma que compromete SNC en el momento de presentación. Dado que ambas situaciones son raras, no hay ensayos clínicos prospectivos que guíen y el tratamiento se basa más en opiniones de consensos.   
Aunque los reportes sobre linfomas intravasculares indican una muy pobre tasa de sobrevida una serie de casos más reciente sugiere que aquellos pacientes que son capaces de recibir una combinación de terapia CHOP basadas en antraciclinas (ciclofosfamida, doxorubicina vincristina, y prednisona), tienen tasas de respuesta libres de sobrevida similares a los pacientes de linfomas de células B grandes de otros sitios. (20) Rituximab (anticuerpo monoclonal anti-CD20), ha mejorado  la sobrevida de los pacientes con linfoma de células B grandes difusos del compartiminento intravascular.(21,22,23) Consecuentemente, rituximab con quimioterapia símil CHOP (R-CHOP) fue el régimen inicial.  La consolidación con altas dosis de terapia y rescate con stem cell autóloga  dio resultados promisorios. (27,28,29,30)
En base a estos datos la paciente fue tratada con dos ciclos de R-CHOP-M (metotrxato) que consistió en R-CHOP standard dado cada 3 semanas con el agregado de metotrexato el día 14 de cada ciclo. El régimen tuvo un perfil de efectos colaterales aceptable y los síntomas de la paciente  y las imágenes mostraron mejoramiento. Se sometió a consolidación con altas dosis de terapia de consolidación  consistentes en thiotepa, busulfan, y ciclofosfamida seguidos por rescate con célula madre. Se complicó con fiebre y mucositis. Aproximadamente 100 días después del rescate con stem cell una RMN no mostró evidencias de enfermedad activa.  Sus síntomas neurológicos se resolvieron completamente. Actualmente 19 meses después de completar el tratamiento la paciente no tiene síntomas y volvió a trabajar.

DIAGNÓSTICO ANATÓMICO:
LINFOMA INTRAVASCULAR DE CÉLULAS B GRANDES. 


Fuente: 
Case 9-2010 — A 37-Year-Old Woman with Paresthesias and Ataxia

Misha L. Pless, M.D., Yi-Bin Chen, M.D., William A. Copen, M.D., and Matthew P. Frosch, M.D., Ph.D

NEJM

From the Department of Neurology (M.L.P.), the Division of Hematology and Oncology (Y.-B.C.), and the Departments of Radiology (W.A.C.) and Pathology (M.P.F.), Massachusetts General Hospital; and the Departments of Neurology (M.L.P.), Medicine (Y.-B.C.), Radiology (W.A.C.), and Pathology (M.P.F.), Harvard Medical School.
References
1.         Rolak LA, Fleming JO. The differential diagnosis of multiple sclerosis. Neurologist 2007;13:57-72. [CrossRef][Web of Science][Medline]
2.         Delalande S, de Seze J, Fauchais AL, et al. Neurologic manifestations in primary Sjögren syndrome: a study of 82 patients. Medicine (Baltimore) 2004;83:280-291. [Medline]
3.         Ferreira S, D'Cruz DP, Hughes GR. Multiple sclerosis, neuropsychiatric lupus and antiphospholipid syndrome: where do we stand? Rheumatology (Oxford) 2005;44:434-442. [Free Full Text]
4.         Rhiannon JJ. Systemic lupus erythematosus involving the nervous system: presentation, pathogenesis, and management. Clin Rev Allergy Immunol 2008;34:356-360. [CrossRef][Web of Science][Medline]
5.         Carroll MB. MELAS masquerading as a systemic vasculitis. J Clin Rheumatol 2007;13:334-337. [CrossRef][Web of Science][Medline]
6.         Case Records of the Massachusetts General Hospital (Case 12-2009). N Engl J Med 2009;360:1656-1665. [Free Full Text]
7.         Treadwell SD, Robinson TG. Cocaine use and stroke. Postgrad Med J 2007;83:389-394. [Free Full Text]
8.         Rehman HU. Primary angiitis of the central nervous system. J R Soc Med 2000;93:586-588. [Free Full Text]
9.         Jennette JC, Falk RJ, Andrassy K, et al. Nomenclature of systemic vasculitides: proposal of an international consensus conference. Arthritis Rheum 1994;37:187-192. [Web of Science][Medline]
10.       Molloy ES, Langford CA. Vasculitis mimics. Curr Opin Rheumatol 2008;20:29-34. [CrossRef][Web of Science][Medline]
11.       Schmidley JW. 10 Questions on central nervous system vasculitis. Neurologist 2008;14:138-139. [CrossRef][Web of Science][Medline]
12.       Ferry JA, Harris NL, Picker LJ, et al. Intravascular lymphomatosis (malignant angioendotheliomatosis): a B-cell neoplasm expressing surface homing receptors. Mod Pathol 1988;1:444-452. [Web of Science][Medline]
13.       Ferreri AJ, Dognini GP, Campo E, et al. Variations in clinical presentation, frequency of hemophagocytosis and clinical behavior of intravascular lymphoma diagnosed in different geographical regions. Haematologica 2007;92:486-492. [Free Full Text]
14.       Case Records of the Massachusetts General Hospital (Case 26-2007). N Engl J Med 2007;357:807-816. [Free Full Text]
15.       Ponzoni M, Ferreri AJ, Campo E, et al. Definition, diagnosis, and management of intravascular large B-cell lymphoma: proposals and perspectives from an international consensus meeting. J Clin Oncol 2007;25:3168-3173. [Free Full Text]
16.       Nakamura S, Ponzoni M, Campo E. Intravascular large B-cell lymphoma. In: Swerdlow SH, Campo E, Harris NL, et al., eds. WHO classification of tumours of haematopoietic and lymphoid tissues. 4th ed. Geneva: World Health Organization, 2008:252-3.
17.       Stefanidakis M, Koivunen E. Cell-surface association between matrix metalloproteinases and integrins: role of the complexes in leukocyte migration and cancer progression. Blood 2006;108:1441-1450. [Free Full Text]
18.       Kinoshita M, Izumoto S, Hashimoto N, et al. Immunohistochemical analysis of adhesion molecules and matrix metalloproteinases in malignant CNS lymphomas: a study comparing primary CNS malignant and CNS intravascular lymphomas. Brain Tumor Pathol 2008;25:73-78. [CrossRef][Web of Science][Medline]
19.       Ponzoni M, Arrigoni G, Gould VE, et al. Lack of CD 29 (beta1 integrin) and CD 54 (ICAM-1) adhesion molecules in intravascular lymphomatosis. Hum Pathol 2000;31:220-226. [CrossRef][Web of Science][Medline]
20.       Ferreri AJ, Campo E, Ambrosetti A, et al. Anthracycline-based chemotherapy as primary treatment for intravascular lymphoma. Ann Oncol 2004;15:1215-1221. [Free Full Text]
21.       Shimada K, Matsue K, Yamamoto K, et al. Retrospective analysis of intravascular large B-cell lymphoma treated with rituximab-containing chemotherapy as reported by the IVL study group in Japan. J Clin Oncol 2008;26:3189-3195. [Free Full Text]
22.       Ferreri AJ, Dognini GP, Bairey O, et al. The addition of rituximab to anthracycline-based chemotherapy significantly improves outcome in `Western' patients with intravascular large B-cell lymphoma. Br J Haematol 2008;143:253-257. [CrossRef][Web of Science][Medline]
23.       Bazhenova L, Higginbottom P, Mason J. Intravascular lymphoma: a role for single-agent rituximab. Leuk Lymphoma 2006;47:337-341. [CrossRef][Web of Science][Medline]
24.       Imai H, Kajimoto K, Taniwaki M, et al. Intravascular large B-cell lymphoma presenting with mass lesions in the central nervous system: a report of five cases. Pathol Int 2004;54:231-236. [CrossRef][Web of Science][Medline]
25.       Case Records of the Massachusetts General Hospital (Case 1-2005). N Engl J Med 2005;352:185-194. [Free Full Text]
26.       DeAngelis LM, Seiferheld W, Schold SC, Fisher B, Schultz CJ. Combination chemotherapy and radiotherapy for primary central nervous system lymphoma: Radiation Therapy Oncology Group Study 93-10. J Clin Oncol 2002;20:4643-4648. [Free Full Text]
27.       Brevet M, Garidi R, Gruson B, Royer B, Vaida I, Damaj G. First-line autologous stem cell transplantation in primary CNS lymphoma. Eur J Haematol 2005;75:288-292. [CrossRef][Web of Science][Medline]
28.       Cheng T, Forsyth P, Chaudhry A, et al. High-dose thiotepa, busulfan, cyclophosphamide and ASCT without whole-brain radiotherapy for poor prognosis primary CNS lymphoma. Bone Marrow Transplant 2003;31:679-685. [CrossRef][Web of Science][Medline]
29.       Illerhaus G, Marks R, Ihorst G, et al. High-dose chemotherapy with autologous stem-cell transplantation and hyperfractionated radiotherapy as first-line treatment of primary CNS lymphoma. J Clin Oncol 2006;24:3865-3870. [Free Full Text]
30.       Illerhaus G, Müller F, Feuerhake F, Schäfer AO, Ostertag C, Finke J. High-dose chemotherapy and autologous stem-cell transplantation without consolidating radiotherapy as first-line treatment for primary lymphoma of the central nervous system. Haematologica 2008;93:147-148. [Free Full Text]

Caso 36-2011 - A 93-Year-Old Mujer con dificultad para respirar y dolor en el pecho
Emily L. Senecal, MD, Kenneth Rosenfield, MD, Ángel E. Caldera, MD, y Jonathan J. Passeri, MD
N Engl J Med 2011; 365: 2021-2028November 24, 2011