Motivo de consulta:
Dolores generalizados, pérdida de fuerzas, rash cutáneo.
Enfermedad actual:
Dice que hace 45 días le diagnosticaron síndrome gripal, a raiz de una consulta telefónica hecha por mialgias y rash cutáneo en plena epidemia de gripe A H1N1. Simultaneamente, su hijo cursó un episodio de gripe por lo que se le aconsejó a ella, reposo y analgésicos.
Desde entonces refiere pérdida de fuerzas generalizadas que le impiden su trabajo habitual de maestra rural, las que continúa realizando a expensas de un gran esfuerzo. En los últimos 30 días comenzó a notar dificultad en la marcha por debilidad y dolor en miembros inferiores, sobre todo a nivel de muslo. También refiere dolor en cintura escapular e imposibilidad de llevar a cabo tareas que demanden esfuerzo con los brazos y más recientemente, notó dificultad para elevar sus brazos, lo que dificulta maniobras como por ejemplo peinarse.
El rash cutáneo afecta la cara, donde tiene compromiso malar bilateral (eritema en vespertilio o “butterfly rash”) y compromiso en frente. Refiere fotosensibilidad. También refiere rash intensamente pruriginoso en cuero cabelludo, cuello, en raiz de muslos cara lateral externa, y región lumbar baja.
Durante este tiempo no refiere haber presentado fiebre, escalofrios, sudoración nocturna ni otros síntomas que orienten hacia determinado sistema. No refiere síndrome de Raynaud. No adelgazó. No hay un predominio horario para su sintomatología.
En los últimos 20 días nota disnea significativa de esfuerzo clase funcional 2/3, de la que se repone al cesar su esfuerzo, y últimamente dificultad para tragar, presentando durante la deglución, crisis de tos y disnea, por lo que decide consultar.
Antecedentes de enfermedad actual:
Según la paciente hace más de 1 año que nota pérdida de fuerzas para realizar esfuerzos moderados como llevar un peso de 2 o 3 kg y caminar con él durante 100 metros, habiendo llegado “agotada” en varias oportunidades a su casa después de realizar las compras de rutina. De esta sintomatología se recuperaba después de descansar unos minutos.
Antecedentes personales:
Rinitis estacional, sinusitis alérgica. Dos cesáreas. Dos hijos vivos y sanos.
No fuma, no ingiere bebidas alcohólicas, ni ha usado drogas.
Antecedentes familiares:
Hermanos 2. Una hermana con psoriasis, y un hermano con parálisis facial periférica.
Examen físico:
Afebril, TA 110/80, fcia cardíaca 100 por minuto.
Tejido celular subcutáneo:
El resto del examen de la boca es normal, con buena movilidad del paladar blando, pilares amigdalinos, y lengua. Tiene dificultad para abrir completamente la boca, no sabe si es por dolor.
La paciente refiere odinofagia, y su voz tiene un tono nasal. Sialorrea.
La palpación de los músculos del cuello y brazos es dolorosa, así como a nivel de muslos. Pérdida de fuerzas en la flexión anterior, posterior, y lateralización de la cabeza, notando que no puede mantener la cabeza erguida por mucho tiempo. Cuando permanece sentada, la cabeza tiene tendencia a caer hacia atrás o hacia adelante con intenso dolor, que hace que rehuse estar en dicha posición por mucho tiempo. Solicita que se le sostenga la cabeza en los cambios de postura de acostada a sentada por la anormal movilidad cefálica, y el dolor que esto provoca en el intento de hacerlo.
No hay fasciculaciones.
Laboratorio:
FAN (+) 1/160.
Se observa líquido laminar subdérmico rodeando ambos músculos deltoides a predominio izquierdo. Existe también líquido entre el plano muscular supraespinoso y deltoides de ambos hombros. Se aprecian cambios internos de señal de fibras de la porción lateral y central de la masa muscular del deltoides derecho (miolisis). La región subescapular bilateral también demuestra líquido laminar en distribución subaponeurótica.
Estructura muscular estriada con infiltrados linfocitarios leves de endomisio y perimisio.
Estructura epidérmica conservada con áreas focales y paraqueratósicas de infiltrados linfocíticos de la dermis papilar perivascular y perianexial.
Ambos hallazgos configuran un cuadro de dermatomiositis.
Video deglución:
Mediante ingesta de semisólidos con el agregado de sustancia de contraste (vista lateral), se observa dificultad en primer tiempo deglutorio. Disfunción lingual, caída precoz del alimento. Retención en el esfínter esofágico superior. Con líquido se observa correcto desplazamiento del contenido.
La paciente requiere ejercitar la maniobra de chin-down para compensar deglución. Se sugiere realizar tratamiento fonoaudiológico para desarrollo de praxias orofaciales y pautas de alimentación cuando su estado lo permita.
No se pudo realizar estudio electromiográfico por carecer en nuestro hospital de equipamiento para dicho test, y no estar la paciente en condiciones de ser trasladada para realizarlo.
Normal.
Se estableció diagnóstico de dermatomiositis.
Se hicieron tres días de pulsos con 40 mg de dexametasona, y al cuarto día comenzó con:
Metilprednisona 60 mg/día.
Metotrexato 15 mg/semana.
Bactrim fuerte 1 comprimido por día.
Clonazepan 0,5 mg 2 veces por día.
Tuvo buena tolerancia al tratamiento y buena respuesta clínica al cabo de 15 días, objetivándose mejoría en la motilidad y la fuerza muscular en cintura escapular y pelviana, así como en los grupos musculares del cuello con recuperación de la capacidad de mantener la cabeza erguida, como también de elevar los brazos para realizar movimientos como peinarse. Recuperó la capacidad de rotar su cuerpo en la cama así como mantenerse sentada sin ayuda por varias horas. Se ha objetivado capacidad de caminar con menor dificultad, con ayuda, y de movilizarse hasta el baño.
Hubo una notable mejoría en las lesiones dermatológicas sin necesidad de recurrir a tratamientos más específicos (antipalúdicos). Desapareció el prurito y las lesiones han disminuido la intensidad del eritema, persistiendo una pálida erupción macular en región lumbar y región lateral de cuello. Desaparecieron las lesiones cutáneas faciales.
También se observó una notable mejoría del edema duro (de aspecto mixedematoso) que presentaba en ambos brazos, en cuello y muslos.
La desaparición de este edema infiltrativo, puso en evidencia la intensa atrofia muscular generalizada que presenta actualmente la paciente, a pesar de la mejoría de su fuerza. El tratamiento de rehabilitación con ejercicios activos de fortalecimiento muscular, fue diferido por indicación reumatológica, hasta tener más controlado el proceso inflamatorio.
A pesar de la mejoría general de la paciente persiste la dificultad deglutoria, con mal manejo de secreciones, sialorrea y odinofagia por lo que se solicita estudio endoscópico de vía aérea superior y cavum, por la posibilidad de lesión orgánica a ese nivel, no visualizado en el estudio de video-deglución.
Al cabo de 20 días de tratamiento se realizó dosaje de CPK de control obteniéndose un resultado de 237 U/L (anterior 3712 U/L).
Manifestaciones clínicas y diagnóstico de la dermatomiositis (DM) y la polimiositis (PM) en adultos.
Introducción:
La dermatomiositis (DM) y la polimiositis (PM) son clasificadas como miopatías inflamatorias (1-3) La prevalencia de ambos trastornos es de 1/100.000 en la población general. Hay una predilección por el sexo femenino en una relación de 2/1. El pico de incidencia en adultos ocurre entre los 40 y los 50 años, pero puede comenzar a cualquier edad. (4-5)>
Diferencias entre la DM y la PM
Aunque la DM y la PM comparten la debilidad muscular, hay diferencias tanto clínicas como patogénicas entre ambos trastornos:
La DM se asocia a una variedad de manifestaciones en piel, incluyendo el signo de Gottron (piel eritematosa, engrosada y descamativa en los nudillos), el signo del manto o del chal (lesiones eritematosas en la “V” del cuello y en la parte anterior y posterior del tórax así como los hombros, justamente en la zonas
que cubre un chal), el exantema en heliotropo (coloración lila o violácea en los párpados), y la eritrodermia generalizada.
La DM se asocia más probablemente a cáncer que la PM.
La DM se caracteriza por deposición de inmunocomplejos en los vasos y es considerada en parte, como una vasculopatía mediada por complemento. En contraste, la PM parece reflejar la injuria muscular directa, mediadas por células-T.
Criterios de clasificación:
>Varios sets de clasificación han sido desarrollados para clasificar la DM y la PM.
Criterios de Bohan y Peter
Los criterios originales de Bohan y Peter formulados en 1975 incluyen los siguientes elementos:
1) Debilidad muscular proximal simétrica.
2) Rash típico de DM, que es el único hallazgo distintivo entre la DM y la PM.
3) Enzimas musculares elevadas.
4) Cambios miopáticos en la electromiografía.
5) Hallazgos característicos en la biopsia muscular, y ausencia de signos histopatológicos de otras miopatías.
Estos criterios fueron formulados antes de existir los autoanticuerpos específicos de miositis (ver más abajo). Además, la miositis por cuerpos de inclusión, que comparte hallazgos clínicos con DM y PM, no se conoció hasta 1980.
Por lo tanto, pacientes diagnosticados de DM y PM con estos criterios, pueden tener otros trastornos. Muchas enfermedades clasificadas como PM con los criterios actuales se clasifican como miositis de superposición (“overlap” myositis) (9)
Esquemas alternativos de clasificación
Dos nuevos esquemas de clasificación alternativos han aparecido desde 2004 (9,10). Los nuevos dos sistemas utilizan poblaciones significativamente diferentes. Además una clasificación se basa principalmente en criterios histológicos mientras que la otra se basa principalmente en elementos clínicos.
Un approach, la clasifica de acuerdo a elementos “clínico-serológicos” específicamente el testeo de autoanticuerpos. Excluyendo la miositis por cuerpos de inclusión, 4 categorías de miopatías inflamatorias fueron reconocidas:
1) PM pura.
2) DM pura.
3) Miositis de superposición, que fue definida como miositis más cualquier hallazgo clínico de superposición aparte del rash, y/cualquier autoanticuerpo de superposición. (ver más abajo).
4) Miositis asociada a cáncer, que fue definida como una miositis con elementos clínicos paraneoplásicos, y sin autoanticuerpos de superposición o anticuerpos anti-Mi-2.
El segundo esquema propuesto por un workshop de expertos, excluye las miositis asociadas a otras enfermedades del tejido conectivo o enfermedades malignas, pero incluye las siguientes categorías (10):
>1) Miositis por cuerpos de inclusión.
2) PM definitiva.
3) PM probable.
4) DM definitiva.
5) DM probable.
6) DM amiopática, también llamada dermatomiositis sin miositis.
7) Posible DM sin dermatitis.
8) Miositis inespecífica.
9) Miopatía necrotizante inmuno-mediada.
Estas dos categorías de clasificación están basadas en criterios clínicos, histopatológicos, y hallazgos de laboratorio, incluyendo determinación de autoanticuerpos.
Estas dos nuevas clasificaciones permiten mayor precisión diagnóstica, y predecir el curso de la enfermedad y la respuesta al tratamiento que la antigua clasificación de Bohan y Peter.>
Inmunopatogénesis:
Aunque los hallazgos histológicos tanto de DM como de PM incluyen: necrosis de fibras musculares, degeneración y regeneración, y un infiltrado celular inflamatorio, ciertos hallazgos característicos en esas dos diferentes enfermedades, reflejan diferentes vías patofisiológicas:
· La DM es considerada un trastorno mediado-humoralmente, en el que el infiltrado celular, localizado principalmente en la región perifascicular, está focalizado alrededor de los vasos (Figura 1)(12-14).
Figura 1. Tinción con hematoxilina-eosina (x20) de una biopsia muscular de un paciente con DM, mostrando inflamación perivascular y perimisial así como necrosis perifascicular.
(Fuente: UpToDate)
Figura 2: Biopsia muscular en un paciente con DM mostrando deposición de C5b-9 en los vasos del perimisio.
(Fuente UpToDate)
El infiltrado inflamatorio está compuesto por células B y células dendrítico-plasmocitoides CD4+. Otros hallazgos típicos incluyen atrofia perifascicular y fibrosis. Las fibras musculares anormales están usualmente agrupadas en una porción del fascículo, sugestivas de microinfartos mediados por alteración vascular (12).
· En la PM, el infiltrado celular está predominatemente dentro del fascículo con células inflamatorias que invaden las fibras musculares (Figura 3) (14).
Figura 3: En el panel de la izquierda y en derecha se ven biopsias en PM. Hay un intenso infiltrado mononuclear intersticial con alguna degeneración de miocitos.
(Fuente UpToDate)
Las citoquinas proinflamatorias pueden contribuir a la debilidad muscular en ausencia de cambios inflamatorios histológicos evidentes. Tanto la interleukina 1 (IL-1) como el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-alfa) están aumentados en el tejido muscular de los pacientes con DM-PM. Ambas citoquinas, así como la “up-regulation” deL complejo mayor de histocompatibilidad clase I(MHC clase I) en los miocitos pueden contribuir a los disturbios de la función muscular.(18)
Resumiendo, en la DM la lesión sería inicialmente por inmunocomplejos depositados en los vasos de la región perifascicular, con participación del complemento, que dispara un reclutamiento de células CD4 que producen lesión en zonas específicas del músculo. En cambio en la PM, la lesión es dentro mismo del fascículo muscular, y no perifascicular, participando células T CD8+, que parecen reconocer un antígeno en la superficie de la fibra muscular, y hay una exagerada expresión del complejo mayor de histocompatibilidad clase I (MHC clase I) por las fibras musculares, lo que atraería a los CD8 que finalmente producen la inflamación y el daño.
Manifestaciones clínicas
Debilidad muscular:
La distribución de la debilidad es típicamente simétrica y proximal. La debilidad distal, si está presente, tiende a ser leve y no ocasiona trastornos funcionales significativos.
Las mialgias y el dolor a la palpación de las masas musculares ocurre en 25 a 50% de los casos. No es tan dolorosa como la polimialgia reumática, como la fibromialgia, ni como las miositis viral o bacteriana.
La atrofia muscular no se ve en estadios tempranos, pero puede ser vista en etapas tardías.
Hallazgos en piel:
· Signo de Gottron es un rash eritemato-escamoso simétrico sobre las articulaciones metacarpofalángicas y las interfalángicas. (Figura 4)
Figura 4: Una erupción escamosa sobre la superficie extensora de las metacarpofalánficas y los dedos en un paciente con DM. La lesión es llamada signo de Gottron y puede mimetizar la psoriasis
· Rashen heliotropo, que es una erupción violácea en los párpados superiores, a menudo acompañado por inflamación del párpado (Figura 5).
Figura 5: Una erupción rojo purpúrea en el párpado superior (rash en heliotropo) acompañado de inflamación del párpado en paciente con DM. Es el rash más específico de la DM aunque solo lo presenta una minoría de los pacientes.
(Fuente UpToDte)
Figura 7: Eritrodermia facial en un paciente con DM
Figura 9: Eritema periungueal en DM
Figura 12: Eritema flagelado en DM.
Un número de otras más inusuales manifestaciones de piel incluyen la ictiosis, paniculitis, liquen plano, estrías atróficas blanco aporcelanadas, vesículas y bullas, malakoplakia, y mucinosis papular. (22)
Enfermedad pulmonar:
La enfermedad pulmonar intersticial es una importante complicaciónde aproximadamente el 10% de los casos de DM y PM. Además, puede desarrollar fallo respiratorio, debido a compromiso del diafragma y debilidad de la pared torácica.
Cuando ocurre enfermedad intersticial ésta evoluciona a una insuficiencia respiratoria rápidamente progresiva, fallo respiratorio y muerte. Este compromiso intersticial ocurre en el contexto de anticuerpos anti-sintetasa y el síndrome anti-sintetasa.
Cáncer:
Enfermedad esofágica:
Enfermedad cardíaca:
Los pacientes con miositis pueden tener una fraccción CK-MB elevada, debido a expresión aumentada de la cadena CK-B del músculo esquelético inflamado (26), o a compromiso miocárdico por la miositis. Sin embargo, la razón más común para el aumento de los niveles de CK-MB es que la fracción MB está aumentada en el músculo en regeneración. En esos pacientes a veces se sospecha infarto de miocardio.
La troponina I cardíaca, un más específico y sensible marcador de daño cardíaco que la CK-MB, puede ser usada para establecer la causa de la elevación de la CK-MB en los pacientes con miositis. La troponina I en concentración normal asegura que no hay compromiso cardíaco.
Otros:
Síndrome anti-sintetasa:
En consideración con este síndrome han sido notados varios puntos:
· Este grupo de hallazgos clínicos o el cuadro clínico general no es específico para anticuerpos anti-sintetasa. Pacientes con otro tipo de anticuerpos, por ejemplo anti-PM-Scl, anti-U1RNP, pueden también presentarse con estos signos y síntomas.
· Finalmente, algunos pacientes con anticuerpos anti-sintetasa tienen relativamente poca miositis pero tienen otros hallazgos más prominentes de esta enfermedad como enfermedad del intersticio pulmonar.
DM amiopática:
Síndromes de superposición:
Diagnóstico:
Tanto las mediciones de los niveles de enzimas musculares como la investigación de la presencia de autoanticuerpos específicos juegan importantes roles en la evaluación de los pacientes con DM y PM.
Enzimas musculares:
En algún momento de la enfermedad, casi todos los pacientes con DM o PM tienen un aumento de al menos una enzima muscular; la mayoría tienen aumento de todas ellas.
En casos severos, la concentración de CPK puede estar elevada 50 veces. Aunque una correlación entre la severidad de la enfermedad y el nivel de elevación de las enzimas musculares puede ser visto (5) el grado de disfunción muscular puede ser mucho mayor que el sugerido por las enzimas.Un importante concepto es que el tratamiento de la DM y la PM debe ser guiado principalmente por la fuerza del paciente, y no por el nivel de enzimas musculares.
La ocurrencia de debilidad muscular con enzimas relativamente normales es más probable que ocurra en DM que en PM. Niveles de enzimas persistentemente bajos en un contexto de debilidad muscular obvia ocurre en pacientes con enfermedad avanzada y significativa pérdida de masa muscular.
Autoanticuerpos:
Los FAN son detectados por métodos standard de inmunofluorescencia, y están presentes hasta en un 80% de los pacientes con DM oPM (35,36). El testeo detallado de autoanticuerpos diseñados para identificar los autoanticuerpos responsables del patrón de FAN es mucho más útil. La investigación de autoanticuerpos específicos en el contexto de miopatías inflamatorias es útil en dos contextos:
Autoanticuerpos y enfermedades del tejido conectivo
El diagnóstico preciso de una enfermedad del tejido conectivo es crítica para el manejo del paciente debido a las implicancias pronósticas y terapéuticas
Autoanticuerpos específicos de miositis
Aunque no se conoce el rol específico de estos autoanticuerpos específicos, cada vez se piensa más fuertemente que tienen un papel patogénico en DM y PM.
Hay tres categorías de autoanticuerpos específicos de miositis: anticuerpos contra la aminoacil-tRNA sintetasa (anticuerpos anti-sintetasa), incluyendo anti-Jo-1; anticuerpos contra una partícula de reconocimiento de señal (anticuerpos anti-SRP); y anticuerpos anti-Mi-2, una helicasa nuclear.
· Anti-Mi-2, son anticuerpos dirigidos contra la helicas afectada a la activación transcripcional. (42) Se asocian a inicio relativamente agudo de la DM clásica con eritrodermia y el signo del chal (37,38).
Autoanticuerpos específicos de miositis e histopatología
· El patrón histopatológico de los pacientes con el fenotipo de DM y anti-sintetasa o anti-SRP difiere del patrón histopatológico que no tienen autoanticuerpos. Por ejemplo, los pacientes con anticuerpos anti-Jo-1 positivos tienen atrofia perifascucular típica de la DM pero no la característica patología capilar. En contraste, los pacientes con anti-SRP tienen patología capilar pero no atrofia perifascicular.
Electromiografía y biopsia tisular:
Electromiografía (EMG):
· Actividad insercional aumentada y fibrilaciones espontáneas.
· Potenciales anormales miopáticos de baja amplitud, corta duración y polifásicos.
· Descargas repetitivas complejas.
Un patrón normal de EMG es inusual en pacientes con DM oPM.
El EMG puede ser compatible con DM oPM pero no es diagnóstico. Hallazgos similares ocurren en varias miopatías infecciosas, tóxicas, o metabólicas.
Sin embargo, el EMG es de gran valor en diferenciar la debilidad de origen miopático, de la de origen neuropático, tal como la ELA (esclerosis lateral amiotrófica), polineuropatía periférica, o mistenia gravis.
El EMG es útil para elegir el sitio de la biopsia muscular
Biopsia de piel en DM
Así, la biopsia de piel puede sellar el diagnóstico y evitar la necesidad de biopsia muscular en un paciente con debilidad en un patrón típico de miopatía inflamatoria (simétrica, predominio del compromiso proximal sobre el distal), elevación de enzimas musculares y hallazgos cutáneos característicos de DM.
A la microscopía de luz, las lesiones de la DM usualmente demuestran leve atrofia de la epidermis con cambios vacuolares en la capa basal. Un infiltrado linfoide perivascular a menudo prevalece en la dermis. (31)
La observación con microscopía de luz es esencial para hacer el diagnóstico histológico de DM. La inmunofluorescencia revela una dermatitis de interfase (deposición de proteínas del complemento e inmunoglobulina en la unión dermoepidérmica) que generalmente es indistinguible en la microscopía de luz a la del lupus eritematoso sistémico (Histologia 4)
Biopsia muscular.
Los músculos con severa debilidad, marcada atrofia, o recientes tests EMG deben ser evitados. Además, la biopsia de los músculos de la pantorrilla son desaconsejados. Si el examen físico o la EMG fallan en identificar un músculo apropiado para la biopsia, la RMN puede revelar aumento de la señal en T2 en músculos que son aptos para ser biopsiados (por ej deltoides, bíceps, cuádriceps)
Una biopsia abierta es preferida a una biopsia con aguja debido a que se puede obtener mayor muestra de tejido y la orientación de las fibras puede observarse y preservarse mejor.
Un adecuado procesamiento de la biopsia muscular es esencial. Una vez obtenida la muestra, esta debe ser apropiadamente preservada para el procesamiento posterior. Una parte del tejido debe ser fijado de rutina, para microscopía óptica y electrónica, y otra parte debe ser congelada en isopentano enfriado con nitrógeno líquido para estudios bioquímicos.
Resonancia magética (RMN)
Algunos centros la utilizan de rutina en cualquier miopatía inflamatoria. Sin embargo, estos estudios no reemplazan la biopsia ni la EMG en la realización del diagnóstico.
Otra modalidad es la espectroscopía por resonancia, que provee información del metabolismo muscular comparando la relación del fósforo muscular contenido en la fosfocreatina y el nivel de fósforo inorgánico. Esta relación está disminuída en el músculo anormal en el cual la generación de compuestos de alta energía tal como la fosfocreatina está reducida. Es un método muy sensible para detectar anormalidades en la DM amiopática, donde la fuerza muscular y las enzimas son normales.
Diagnóstico diferencial:
Miositis por cuerpos de inclusión (MCI)
En contraste con la PM, la MCI es más insidiosa en su inicio y con debilidad distal más prominente. Se da más frecuentemente en los hombres al revés que la DM y la PM, y se ve generalmente en edades más avanzadas de la vida que la DM y la PM. La atrofia muscular y debilidad de las muñecas y los flexores de los dedos en las extremidades superiores y los cuádriceps y músculos tibiales anteriores en las piernas es característico
En promedio, el nivel de enzimas musculares es menor que en PM, aunque pueden existir elevaciones importantes. La presencia de cuerpos de inclusión en la biopsia es característica de esta entidad, pero la obtención de una única biopsia da un rédito diagnóstico de sólo 20 a 30% (56).
La RMN puede ayudar a distinguir entre PM y MCI. Mientras que, cambios sugestivos de inflamación son notados a lo largo de los planos fasciales en PM, tales cambios son observados a lo largo de todo el músculo en la MCI. La infiltración grasa y la atrofia son más prominentes en la MCI que en la PM.
Hipotiroidismo:
Miopatía inducida por drogas:
Infección por HIV:
Esclerosis lateral amiotrófica (ELA)
· La ELA puede presentarse con compromiso distal más que proximal y en su inicio no es generalmente simétrica.
· Signos de fibras largas como liberación piramidal son típicos en la ELA ya que la disfunción es tanto de neurona motora inferior como superior.
· La ELA no está asociada con cambios miopáticos en el EMG debido a que el problema es la muerte neuronal.
· Las enzimas musculares usualmente son normales en ELA aunque puede haber elevaciones de CPK hasta aproximadamente 1000.
Miastenia gravis (MG):
MG es distinguida de la PM por la frecuente afectación de la musculatura facial, enzimas musculares normales, cambios característicos en la EMG y la presencia de anticuerpos contra el receptor de acetilcolina.
En contraste a la MG, la DM y la PM raramente comprometen los músculos oculomotores. Una condición relacionada con MG es el síndroe de Eaton-Lambert, que puede mimetizar la PM y la DM dado que no afecta los músculos extraoculares.
Distrofias musculares y distrofia miotónica:
La miopatía miotónica proximal, también conocida como distrofia miotónica tipo 2 debe ser también considerada en el diagnóstico diferencial.
Miopatías metabólicas heredadas:
Otros: Una variedad de miopatías puede mimetizar a la PM.
Las infecciones virales o bacterianas (piomiositis), la inmovilización, y el trauma, pueden caracterizarse por presentación aguda, fulminante, a menudo acompañado de rabdomiolisis. Sin embargo, la rabdomiolisis ha sido descripta en casos de miopatías inflamatorias (59,60).
La debilidad muscular ocurriendo en múltiples miembros de la familia no siempre es debido a defectos metabólicos heredados o distrofias, pero puede resultar del desarrollo de miositis idiopática en varios miembros de la misma familia.
Los hallazgos clínicos de la miopatía inflamatoria idiopática familiar son similares a aquellos con enfermedad esporádica, aunque la frecuencia de autoanticuerpos específicos de miositis es menor en la forma familiar. (61)
Una enfermedad que es clínica e histopatológicamente similar a la PM es la descripta en la enfermedad de transplante versus huésped. La frecuencia estimada es 0,6%. El inicio de la miositis es típicamente 1 año después del transplante (63)
Algunos raros pacientes se presentan con miositis focal, que, usualmente, pero no siempre progresa a la generalizada típica con el tiempo. (19)
La miopatía amiloide, que puede ocurrir en amiloidosis relacionada a inmunoglobulinas o amiloidosis familiar. (64)
Miopatía sarcoide.
Infecciones parasitarias por ejemplo triquinelosis.
Predictores de pronóstico:
1) Retraso en la iniciación del tratamiento por más de 6 meses del comienzo de los síntomas.
Un nuevo approach a la clasificación de miopatías inflamatorias sugiere que los pacientes con PM tienen menos probabilidad de responder a los glucocorticoides solos, que los pacientes con DM, o con miositis asociadas a enfermedades del tejido conectivo (las llamadas miositis de superposición).
Ciertos autoanticuerpos específicos de miositis pueden definir clínicamente distintos subgrupos que tienen algún valor predictivo de la respuesta al tratamiento.
El autoanticuerpo específico de miositis más común en DM y en PM es el anticuerpo anti-jo-1. Los pacientes con anti-jo-1, tienen respuestas incompletas al tratamiento, y peor pronóstico a largo plazo. El peor escenario es la evolución a compromiso intersticial pulmonar.
Algunos pacientes con anticuerpos contra partícula reconocimiento de señal ( anti SRP) (anti-signal recognition particle), tienen un más fulminante inicio de debilidad proximal, muy altos niveles séricos de CPK, y biopsias musculares que muestran necrosis y regeneración de fibras musculares, pero poca inflamación. El tratamiento temprano con corticosteroides es beneficioso en algunos de estos pacientes.
Los pacientes con anti-Mi-2, que solo ocurre en DM, a menudo tienen un inicio fulminante, y hallazgos cutáneos floridos. Sin embargo, responden bien al tratamiento y tienen buen pronóstico a largo plazo.
Resumiendo, en el futuro, los anticuerpos específicos de miositis jugarán un rol importante en la selección del tratamiento para DM y PM y en establecer un pronóstico.
A pesar de ausencia de estudios controlados contra placebo, los corticosteroides son la piedra angular del tratamiento para DM y PM. Algunos clínicos también empiezan el tratamiento con agentes “ahorradores de corticosteroides”, generalmente azatioprina o metotrexato, particularmente en pacientes severamente enfermos.
Corticosteroides.
No hay un régimen corticoideo standard para el comienzo del tratamiento de las miopatías inflamatorias, pero se pueden aplicar 2 principios básicos para todas ellas:
Terapia inicial con corticosteroides.
La terapia con corticosteroides en DM y en PM es típicamente iniciada con prednisona o metilprednisona a la dosis de 1 mg/kg de peso por día, hasta una dosis máxima de 80 mg/día. Pulsos de metilprednisolona (1000 mg/día por 3 días) puede ser utilizada al comienzo de la terapia para pacientes severamente enfermos.
Para las primeras 4 a 6 semanas de terapia, la prednisona se continúa a 1 mg/kg de peso por día con evaluación periódica de las respuesta clínica. El mantenimiento de la prednisona a esa dosis más allá de 6 semanas no debe hacerse debido a que a partir de entonces existe el riesgo potencial de desarrollo de miopatía corticosteroidea.
Evaluación de la respuesta al tratamiento
Una vez comenzado el tratamiento, el clínico debe seleccionar varios grupos musculares para testear regularmente y evaluar la respuesta terapéutica.
El descenso de las enzimas musculares séricas debe esperarse dentro de 2 semanas de la iniciación de la terapia, pero la normalización puede tomar un tiempo considerablemente mayor. Ajustar la dosis de prednisona en un intento de normalizar la concentración de enzimas musculares puede llevar a sobretratamiento.
Descenso de la dosis de corticosteroides.
No hay un régimen standard de descenso de dosis para las miopatías inflamatorias, pero una de las formas es la siguiente:
Asumiendo que se empezó con 60 mg/día de prednisona, y se mantuvo esta dosis 6 semanas, el descenso requerirá 26 semanas hasta llegar a la dosis de 5 mg:
Cambios en este esquema deben realizarse según criterio médico, si la miopatía experimenta recidivas durante el descenso.
Descensos de la dosis de corticosteroides aún mayores (menos de 5 mg por día) puede considerarse si el paciente ha logrado y mantenido un buen control de la enfermedad. El retiro de la prednisona nunca debe ser más rápido de 1 mg cada 2 semanas en esta etapa del tratamiento.
El paciente debe ser monitoreado cuidadosamente durante el período de descenso, observándose y buscándose signos de recurrencia de la debilidad muscular, complicaciones extramusculares de la DM o de la PM, y buscando signos de toxicidad corticoidea. La recurrencia de debilidad proximal en un paciente tratado por períodos prolongados con corticosteroides, plantea el siguiente acertijo: es la debilidad muscular secundaria a la miopatía inflamatoria, o es producto de miopatía corticosteroidea?
Descenso a días alternos.
Respuesta a los corticoides
Más de 80% de los pacientes con miopatías inflamatorias, mejoran con corticosteroides solos. Sin embargo, como se dijo antes, tanto como el 50% de las PM no responden al tratamiento con corticosteroides sólos. Más aún, entre los pacientes que no responden, la mayoría no vuelve a recuperar totalmente su fuerza muscular.
Aparentes fallos de respuesta corticosteroidea.
En el contexto de un fallo aparente de respuesta a corticosteroides, antes de comenzar un aumento de la inmunosupresión tres posibles causas deben ser investigadas antes:
1) Considerar error de diagnóstico, y sospechar diagnósticos alternativos como miositis por cuerpos de inclusión, distrofia muscular, o hipotiroidismo. Repetir la biopsia muscular puede ser necesario.
2) Si el diagnóstico de DM o PM es confirmado, debe considerarse la miopatía por corticosteroides, sobre todo si el paciente permanece con debilidad permanente o recurrente, en el contexto de enzimas musculares normales. En estos casos, el EMG puede ser de ayuda. La persistencia de potenciales de fibrilación y ondas positivas agudas son sugestivas de miositis. Debido a que la naturaleza parcelar (“parcheada”) de la inflamación, y al hecho de que la inactividad puede causar atrofia de fibras musculares tipo2, la biopsia muscular no siempre ayuda en la distinción de miopatía inducida por corticosteroides y miopatía mal controlada. El rol de la RMN en estos casos todavía es incierto. Un ensayo empírico de descenso de la prednisona en estos casos observando la respuesta es un approach a este dilema.
3) Una enfermedad maligna no diagnosticada puede ser la causa de una miositis que no responde al tratamiento. La mayoría de los cánceres asociados a miositis se diagnostican dentro de los dos años desde el comienzo de la miositis.
Cuando se evalúa a un paciente con miositis en busca de alguna neoplasia asociada, el approach recomendado es una historia clínica detallada, y un examen físico minucioso, exámenes de laboratorio de rutina, y Rx de tórax. No se justifican la solicitud de estudios sin sentido, a no ser que de acuerdo a la edad del paciente correspondan por screening oncológico. Este tema será desarrollado más abajo.
Agentes “ahorradores de corticosteroides”.
Algunos clínicos inician de entrada el tratamiento con estos agentes asociados a los corticosteroides. Otros los reservan para los fracasos de los corticosteroides solos. Es aconsejable comenzar con estos agentes de entrada junto a los esteroides.
Actualmente, los agentes de primera línea son azatioprina (50 mg/día) o metotrexato (MTX) (15mg/semana). Esas drogas no han sido comparadas entre si en ensayos clínicos. Debido a la toxicidad hepática del MTX, se prefiere la azatioprina, sobre todo en pacientes con afectación pulmonar asociada a la miositis, enfermedad hepática de base, o alcoholismo.
Efectos adversos del MTX y azatioprina
Los recuentos hematológicos deben realizarse inicialmente 1 vez por mes y después cada 3 meses.
Con MTX, se pueden ver estomatitis, síntomas gastrointestinales, y leucopenia con dosis bajas. El riesgo puede ser minimizado con la administración de ácido fólico (1 a 2 mg/día) o en pacientes que no responden al ácido fólico usar ácido folínico (5 mg/semana, 8 a 12 horas después de la dosis de MTX).
Debido a su hepatotoxicidad el uso de MTX, el uso de esta droga es problemática entre los que toman alcohol, aunque sea en pequeñas cantidades.
No hay evidencias de que la toxicidad pulmonar con MTX sea más común en pacientes con enfermedad pulmonar asociada a la miositis.
Duración de la terapia
El descenso de la dosis de azatioprina y MTX debe ser realizada a intervalos mensuales después que el paciente entró en remisión, con la idea de suspenderlos a los 6 meses de comenzados.
Seguimiento a largo plazo.
Los efectos colaterales de la terapia vistos en pacientes con miositis a largo plazo son:
· Aspecto cushingoide (71%).
· Síntomas psicológicos o psiquiátricos (35%).
· Osteoporosis (29%).
· Infecciones (29%)
En un seguimiento de 110 pacientes, 34 murieron en el curso del seguimiento, 18 por causas relacionadas con la miositis, 7 de cáncer, 4 de complicaciones pulmonares y 4 por complicaciones de la medicación.
Entre los 110 pacientes (84% de 131 sobrevivientes), reexaminados después de un promedio de 5 años, 24% tuvieron severa discapacidad, 25% tuvieron debilidad muscular residual significativa, y 84% tuvieron una calidad de vida anormal.
Medidas generales y manifestaciones extramusculares.
Además de la terapia con drogas, hay una variedad de otras importantes consideraciones en el tratamiento de las miopatías inflamatorias. Ellas incluyen la iniciación de un programa de ejercicios bajo la supervisión de un terapista físico; los pasos para prevenir la broncoaspiración en pacientes con disfunción esofágica; consejos acerca de la necesidad (para pacientes con DM) de evitar la luz ultravioleta, y profilaxis de la osteoporosis y de las infecciones oportunistas.
Ejercicio.
La terapia física y la rehabilitación deben comenzar temprano en el curso del tratamiento. Se deben realizar ejercicios de movilización activa y pasiva para prevenir contracturas articulares. Cuidado de los sitios de presión por la posibilidad de lesiones de decúbito.
Ejercicios isométricos y de resistencia deben comenzarse tan pronto el paciente haya recuperado las fuerzas y pueda realizarlos.
Riesgo de aspiración.
Los pacientes con disfagia debido a disfunción del músculo cricofaringeo están en riesgo de aspiración. Varias intervenciones pueden reducir el riesgo:
· Consulta a fonoaudiología para consejos y precaución por riesgo de aspiración.
· Elevación de la cabecera de la cama. Dietas semi-sólidas.
· Una sonda de alimentación nasogástrica puede ayudar a protejer la vía aérea en pacientes con severa disfagia.
· Los pacientes con miositis y superposición con esclerodermia pueden desarrollar esofagitis por reflujo debido a incompetencia del esfínter esofágico inferior. El tratamiento con inhibidores de la bomba de protones disminuye el riesgo de estenosis pépticas y síntomas de reflujo.
· Evitar la luz del sol. Muchos pacientes tienen fotosensibilidad cuando se los expone a la luz del sol. Para evitarlo deben usar cremas pantalla y en lo posible evitar la exposición a la luz solar.
Prevención de osteoporosis.
Todos los pacientes tratados con altas dosis de corticosteroides están en riesgo de osteoporosis inducida por corticosteroides. Así, todos los pacientes que se embarquen en tratamientos a largo plazo con corticosteroides, son candidatos a la terapia antireabsortiva para evitar la pérdida de hueso.
Infecciones oportunistas.
Debido a la alta dosis de corticosteroides y otras medicaciones inmunosupresoras existe riesgo de infección oportunista.
Pneumocystis jirovecii, un patógeno común en huéspedes inmunosuprimidos pueden causar infecciones letales.
En pacientes tratados con altas dosis de prednisona y otros agentes inmunosupresores se recomienda profilaxis contra Pneumocystis con TMS/SMZ (doble dosis) (160 mg de trimetoprima y 800 mg de sulfametoxazol) por día. Dado que la trimetoprima y el metotrexato son ambos anti-fólicos pueden producir supresión de médula ósea significativa.
Cáncer en DM y PM.
Incidencia de cáncer:
La incidencia de cáncer está aumentada 5 a 7 veces en pacientes con miopatías inflamatorias cuando se los compara con la población general.
Factores de riesgo.
· DM complicada con necrosis cutánea del tronco.
· Vasculitis cutánea leucocitoclástica.
· Edad avanzada al momento del diagnóstico de DM o PM.
Autoanticuerpos séricos
Tipos de cáncer.
Marcadores tumorales.
Screening para cáncer.
La investigación de pacientes con miopatías inflamatorias para cáncer debe ser guiada por 3 principios:
· Un interrogatorio exhaustivo y un prolijo examen físico, así como análisis de laboratorio de rutina son esenciales para hacer el diagnóstico de cáncer.
· Los tests de screening que correspondan según la edad (por ejemplo mamografía, y colonoscopía) son fundamentales en pacientes con DM o PM.
· Tests adicionales como TAC tóraco-abdómino-pélvica de rutina, se recomiendan para pacientes con aumento del riesgo de cáncer.
Todos los pacientes adultos con reciente diagnóstico de DM o PM deben someterse a un completo examen físico con exámenes de mama, rectal, y ginecológico.
Evaluación de laboratorio en screening de cáncer.
· Hemograma completo.
· VSG y PCR.
· Análisis clínicos de rutina.
· CA125 y CA19-9.
· PSA.
· Investigación de sangre oculta en materia fecal.
Evaluación con imágenes
El examen por imágenes debe incluir TAC tóraco-abdómino-pélvica, y algunos expertos recomiendan eco transvaginal para mujeres con DM.
Repetición del screening
Esto indica que debe repetirse el screening los primeros 2 a 3 años años, aunque parece razonable vigilar la aparición de cualquier síntoma que oriente hacia alguna investigación especial durante toda la vida.
Hay raros casos de cáncer de ovario que aparecen 5 años después del diagnóstico de DM.
Tratamiento de los casos recurrentes y resistentes de DM y PM.
Enfermedad recurrrente.
Enfermedad resistente.
Tratamiento de la enfermedad recurrente.
Si el brote o recidiva se produce ctomando más de 10 mg de prednisona, se puede hacer 2 cosas: 1) agregado de drogas ahorradoras de corticosteroides (metotrexato o azatioprina) si ya no los estaba recibiendo, o 2) si el paciente ya estaba con azatioprina o metotrexato, recomenzar con prednisona 1 mg/kg/día para restablecer nuevamente el control de la enfermedad.
Si el brote se produce tomando 10 mg de prednisona o menos por día, se puede hacer 2 cosas que no son mutuamente excluyentes: 1) aumentar prednisona a la menor dosis requerida para restablecer el control. La dosis mínima usual es 20 mg/día. 2) Aumentar azatioprina o metotrexato a dosis mayores.
Una vez restaurado el control de la enfermedad, se sugiere descenso más lento que el descenso que ocasionó el brote. Algunos pacientes son mantenidos con dosis bajas (prednisona 5 mg/día durante 1 año o más)
Tratamiento de la enfermedad resistente.
Para ellos se han utilizado el rituximab (anti-CD20), la inmunoglobulina intravenosa, inhibidores de la calcineurina (ciclosporina y tacrolimus), ciclofosfamida, clorambucilo, inhibidores del factor de necrosis tumoral (TNF) etanercept e infliximab.
Rash refractario.
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