jueves, 19 de enero de 2023

Casos Clínicos: Mujer de 49 años con una "clínica compleja"...

 

Hola colegas

 Necesito discutir un caso que no tiene estudios todavía

 Paciente femenina de 49 años con app de varicela, amigdalitis crónica, dengue.

Dos abortos, infertilidad,   ciclos irregulares,  trastornos siquiatricos neuróticos, síntomas de intolerancia a lácteos  dispepsia flatulencias y regurgitacion . Lesiones psoriáticas y micoticas de múltiples etiologías síntomas subjetivos de síndrome metabólico palpitaciones. Dolores articulares rigidez matinal y deformidad con calambres.

Sin estudios realizados, pérdida de peso notable más de 40 libras.

 Fatigas ocasionales.. acufenos y obstrucción nasal recurrente con disnea ligera

 Por mi parte indique algunos estudios inmunologicos y químicos, de los que no hay resultados aún. Pero considero que padece:

 Artritis psoriatica (caderas, artritis interfalangica.

Hipocalcemia secundaria

Sindrome metabólico pre diabetes

Sospecha de un síndrome de Diamond

(Hipotiroidismo más artritis )

Psoriasis

Pitiriasis albicans

Pitiriasis rosada de Gilbet

Moniliasis de pliegues

Onicomicosis de los 1eros dedos, que no recuerdo el nombre científico del cometen.

Y el antiquísimo güito..

Hiperqueratosis palmo plantar ...

Por tanto tiene q hacerse prueba citólogica  rx de tórax ecografia abdominal y ginecólogica  para descartar un proceso anarquico proliferativo oculto..q provoca un respuesta autoinmune inadecuada
















 Me gustaría saber la opinión de ustedes

 Hace 17 años comenzó con síntomas





 


Dra. Yunaris Lancys.

Cárdenas (Cuba)

 


Opinión:

Un caso complejo el que plantea la colega. Efectivamente las lesiones de piel son compatibles con psoriasis en placas generalizada afectando sobre todo la superficie de extensión de las articulaciones del codo y rodilla. Hay zonas de hipomelanosis probablemente post inflamatorias en la región dorsal. Si existe además moniliasis, artritis psoriática, pitiriasis albicans, y rosada de Gilbet, no podemos asegurarlo por lo que se ve en las imágenes. Tampoco sé a qué se refiere con síndrome de Diamond, y en qué está basada su sospecha. Se refiere al síndrome de Shwachman-Diamond?, a la anemia de Diamond-Blackfan?... tampoco sé de qué se trata “el antiquísimo güito” Según la RAE existen tres acepciones de la palabra: 1. m. Hueso de una fruta, especialmente de albaricoque. 2. m. Pito que fabrican los niños con el hueso de un albaricoque. 3. m. coloq. sombrero (‖ prenda para la cabeza). No sé cuál es el sentido que se le da a la palabra en Cuba de donde es nativa la colega

Creo que cuando estamos frente a un caso complejo, como podría ser este, es muy importante centrarse en el síntoma o signo que yo llamo guion, que es el que uno de acuerdo a la historia, y al criterio personal utiliza para marcar un rumbo diagnóstico, y a partir del cual intentaremos explicar algunos o todos los signos y síntomas acompañantes. En este caso, yo creo que el dato guion de la historia es la pérdida de peso. Cuarenta libras son el equivalente a casi 20 kg de peso!!!, y  por lo tanto, sobre todo cuando la pérdida ponderal es no intencionada, debe ser el motivo principal de preocupación y punto de partida de nuestro razonamiento. En la práctica médica, una pérdida no intencional de peso de esta magnitud suele ser causada por una condición médica seria, o bien por una enfermedad psiquiátrica. En el caso de esta paciente, se describe muy superficialmente, pero está mencionado que presenta algunas alteraciones psiquiátricas definidas como: “trastornos psiquiatricos neuróticos”. Creo que es muy importante categorizar el trastorno, y sobre todo establecer si existe una relación causal con su adelgazamiento. También se mencionan en la historia, palpitaciones, nerviosismo, calambres y fatiga ocasional, síntomas que en el contexto de esta paciente obligan a descartar tirotoxicosis, una causa muy prevalente de pérdida ponderal no voluntaria. Sin embargo, la historia habla de “hipotiroidismo”, no sabemos si el diagnóstico de hipotiroidismo está confirmado por laboratorio. En otra parte de la historia se menciona “prediabetes”. No sabemos en qué está basado este diagnóstico, pero recordemos que la diabetes, sobre todo aquella que presenta un déficit absoluto de insulina, es causa muy prevalente de pérdida de peso en la práctica médica.

En general, existe una tendencia a asociar una pérdida de peso tan significativa con una causa maligna oculta. Respecto a este concepto, en la práctica, y en mi experiencia, casi nunca una neoplasia oculta es causa de adelgazamiento extremo. Las neoplasias que se manifiestan de esta manera, son muy evidenciables en la historia clínica rápidamente, y también en los estudios de laboratorio y de imágenes. Los cánceres que cursan con pérdidas ponderales de esta magnitud son aquellos que causan disfagia (esófago), malabsorción (páncreas), anorexia (pulmón, riñón, tubo digestivo etc). El dolor en cáncer en general, es causa de anorexia y adelgazamiento, pero aquí no se menciona dolor más allá del articular.  Por lo tanto, creo que hay que reevaluar a esta paciente en la búsqueda de síntomas o signos que apunten a una causa de base que justifique su adelgazamiento, categorizar su enfermedad psiquiátrica, teniendo en cuenta que algunas enfermedades de este tipo como la depresión, o los trastornos de alimentación, o las fases maníacas de los trastornos bipolares, pueden ser causa de severas pérdidas ponderales.

No se mencionan en la historia datos que pueden ser muy importantes en la orientación diagnóstica como la TA, y la frecuencia cardíaca. Alteraciones de las mismas pueden darse en el contexto de condiciones que explican adelgazamiento como el hipertiroidismo, el fecromocitoma, la insuficiencia adrenal. Por supuesto las causas infecciosas deben ser pesquisadas, principalmente aquellas que cursen con adelgazamiento a veces importante como la infección por VIH, tuberculosis, la hepatitis C… Interrogar sobre alcoholismo, drogadicción (cocaína, anfetaminas…)

En fin, la correcta historia clínica exhaustiva y un adecuado y criterioso plan de estudio de estos pacientes son nuestros principales aliados para poner luz sobre sombra en estos casos de difícil diagnóstico y manejo clínico.   

 

miércoles, 18 de enero de 2023

Casos Clínicos: paciente varón de 77 años con insuficiencia cardíaca y deterioro de la función renal.

Estimado doctor, le escribo desde Chile. Le solicito porf avor si pudiera compartir este caso clínico en el rincón para recibir sus valiosas consideraciones. Muchas gracias !!.

Paciente 77 años con antecedentes de falla cardiaca con FEVI desconocida (sin eco aún por ruralidad), enfermedad renal crónica (nefrectomía por cáncer renal), diabetes mellitus tipo 2 , hipertensión arterial esencial , dislipidemia , EPOC.

TRATAMIENTO CRONICO:

Enalapril 10 mg - 1 comp cada 12 h

Carvedilol 6.25 mg - 1 comp cada 12 h

Furosemida 40 mg - 1 comp al dia

Espironolactona 25 mg - 1/2 comp al dia

Metformina 1000 mg - 1 comp al dia

Atorvastatina 20 mg - 2 comp al dia

Bromuro de ipratropio 2 puff cada 8 h

Budesonida 2 puff cada 12 h.

 

ENFERMEDAD ACTUAL

Hace 15 días presenta cuadro de aumento de disnea basal asociado a cifras tensionales altas, pese a buena adherencia a tratamiento crónico, sumado a edema de extremidades inferiores. Consultó en servicio de urgencias rural donde se tómo exámenes rápidos donde destacó creatinina de 2.8 (basal del paciente 1.3 aprox). Se manejó con furosemida EV y se envía a domicilio.

El paciente acude a las 2 semanas de iniciado el cuadro por persistencia de aumento de disnea basal , edema en miembros inferiores ya resuelto. Se solicitan exámenes rápidos en la urgencia del hospital donde destaca crea de 2.9 , BUN 35, Na 140 , K 4.9, Hb 10.5. Al examen eupenico, Sat 98 % con FIO2 ambiental , hipertenso , bien perfundido. ritmo irregular en 2 tiempos, sin soplos , mp + simetrico disminuido globalmente . sin edema de extremidades inferiores ni signos de trombosis venosa profunda.

Rx de torax con cardiomegalia.

EKG: fibrilación auricular con respuesta ventricular normal

Se decide ingresar con diagnóstico de lesion renal aguda.

Se interpreta como deterioro de funcion renal en contexto de falla cardiaca, y se plantea sindrome cardiorenal tipo 1.  Se inicia manejo con furosemida EV 80 mg (4 ampollas) y monitorización de diuresis.

Ademas en contexto de lesión renal aguda se decide suspender durante hospitalización  enalapril, carvedilol y espironolactona para no afectar la hemodinamia glomeural (vasocontriccion a. aferente).  Además se decide reemplazar metformina por empaglifozina.

Se evalúa pruebas de funcion tubular, con cifras de 80 ml / hora de diuresis y balances hidricos diarios de 800 cc aproximadamente , por lo que se decide doblar dosis de diuréticos , actualmente en, con dosis de 40 mg cada 6 hrs EV de furosemida.

En examen de control de su segundo dia de hospitalizacion destaca crea de 3.2 , BUN 47, uremia 100 , electrolitos normales.

OC sin hallazgos.

La duda que se plantea el equipo es por la lesion renal aguda. la primera creatinina que mostraba deterioro fue hace 15 días en la urgencia rural ( crea 2.8 )

Paciente persiste con elevación de creatinina y se interpretó dicha lesion renal aguda como nefrosarca por falla cardiaca aguda y por eso el manejo diuretico intenso para lograr metas de diuresis de 100-150 ml / hora.

¿Qué se deberia plantear con esa lesion renal aguda? ¿esperar su resolucion con el manejo depletivo con diureticos o nos deberiamos plantear otra situacion? de este “cardiorenal”

Muchas gracias doctor. Saludos!

 

Dr. Daniel Yáñez.

Santiago de Chile.

 


Opinión: 

Este caso me pareció sumamente interesante ya que plantea una situación que se vive casi diariamente en la sala de Clínica Médica. Y si bien en teoría es fácil de interpretar, en la práctica, hay pacientes añosos que presentan fallo cardíaco y renal simultáneos y en los cuales no podemos asegurar cuál fue el factor inicial desencadenante del cuadro, hablamos de cuando estos están relacionados.

 

La enfermedad actual de este paciente de 77 años, comienza hace 15 días con empeoramiento de su disnea habitual y cifras elevadas de tensión arterial, encontrándose en el examen en el servicio de emergencias, cifra elevadas de valores nitrogenados por encima de sus valores basales, los cuales siguen progresando en las semanas siguientes a pesar del tratamiento de insuficiencia cardíaca instituido.

 

Para contextualizar el caso, digamos que existe entre los antecedentes, elementos que podrían explicar la evolución registrada. En primer lugar, existen factores de riesgo cardiovascular importantes además de la edad, como son la DBT, la HTA, la falla renal crónica y la dislipidemia. En ese contexto, la presencia de hipertensión arterial, puede a través del aumento del “doble producto” (TA X FC), aumentar el consumo miocárdico de oxígeno, y desencadenar un cuadro cardíaco isquémico o bien, precipitar el fallo de la función de bomba.  Por otro lado, existen factores de riesgo de reagudización del fallo renal, como son la DBT, la HTA, y su condición de monorreno, que le confieren al paciente una capacidad de adaptación renal muy reducida (pérdida de homeostasis), ante situaciones de injuria renal aguda como podrían ser algunas condiciones hemodinámicas que suelen darse en pacientes con insuficiencia cardíaca (por ejemplo síndrome cardiorrenal tipo 1).

 

Ahora bien, hay que tener en cuenta cómo es la cronología de su enfermedad actual. El paciente, hasta ese momento compensado, comienza a presentar aumento de su disnea habitual, asociado a HTA a pesar de no haber modificado su adherencia al tratamiento. En ese contexto se constata aumento de valores nitrogenados respecto de sus valores basales. Hay que hacer una aclaración para entender la severidad del laboratorio del paciente, con creatininas muy elevadas y crecientes, en un paciente senil, que se supone con pérdida de masa muscular, lo cual debe hacernos pensar en una subvaloración del fracaso renal agudo que presenta. Por lo tanto, creo que habría que plantearse, además del síndrome cardiorrenal tipo 1, una falla renal intrínseca, que justifique la HTA y consecuentemente el empeoramiento de su fallo de bomba.  Especialmente si tenemos en cuenta que el valor inicial de la relación BUN/creatinina, es de 12 (baja). Creo que este dato inicial de valores nitrogenados es el que mayor valor tiene en la historia, dado que después el cuadro puede haberse “contaminado” por el uso de furosemida en dosis altas. En este contexto, está faltando el examen de un sedimento de orina, así como el análisis de la orina de 24 horas, que podrían aportar mucha información sobre las causas del deterioro de la función renal. Por ejemplo, la presencia de abundantes cilindros pigmentarios, células blancas etc (es decir un “sedimento sucio”), podrían orientarnos a fallo tubular agudo. La presencia de proteinuria significativa, hematuria, glóbulos rojos dismórficos, así como la presencia de cilindros eritrocitarios, podrían orientarnos a glomerulopatía aguda, y la presencia de eosinófilos en orina con técnica de Hansel, a la posibilidad de nefritis intersticial aguda. Digamos que aun sin tener una fracción excretada de sodio (lo cual en el contexto de estos pacientes es difícil de obtener valores confiables), una simple medición de sodio en orina (fácilmente medible y disponible), podría orientarnos a si la causa es prerrenal, o bien una causa renal intrínseca. Por ejemplo un sodio urinario por debajo de 25, nos haría sospechar en falla prerrenal por síndrome  cardiorrenal tipo 1, mientras que valore mucho más elevados, apuntaría al riñón como mayor responsable.

 

En cuanto a la interpretación inicial de los médicos tratantes de “lesion renal aguda por nefrosarca secundaria falla cardiaca aguda”, hay que decir que dicho cuadro de nefropatía congestiva que puede empeorar la función renal, se ve en el contexto de pacientes con severo aumento de la presión venosa central en cuadros de insuficiencia cardíaca congestiva severa, o a veces en pacientes con severo anasarca por otras causas como el síndrome nefrótico en niños. En estos casos, la acumulación de líquido en el parénquima renal, al ser este un parénquima inextensible por su condición de “encapsulado”, aumenta su presión venolinfática lo que finalmente afecta la perfusión arterial renal con la caída consecuente del filtrado. Sin embargo, esa, no parece ser la condición de este paciente en quien solo se describe “edema en miembros inferiores” y no se menciona ingurgitación yugular ni congestión venocapilar en la radiografía de tórax. Por otro lado, si el “nefrosarca” hubiese sido la causa del fallo renal, se hubiese esperado una respuesta de mejoría del filtrado con las dosis altas de furosemida utilizadas, lo cual no solo no sucedió, sino que por el contrario la función renal siguió deteriorándose. 

 

Creo que habría que pesquisar en la historia, y en los antecedentes del paciente, causas de fallo renal intrínseco, como por ejemplo, administración de fármacos recientes (AINES?, ATB?), la presencia de cuadros febriles previos, infecciones del tracto urinario etc.

 

Por otro lado, hay que determinar, si la única explicación de la disnea es el fallo de bomba en el contexto de HTA y sobrecarga de volumen, o existen otras causas asociadas como por ejemplo exacerbación de su EPOC, TEP (no olvidar que este paciente tuvo un cáncer de riñón que motivó su nefrectomía, lo cual le confiere una predisposición tromboembólica), carcinomatosis linfangítica pulmonar (aun no visible en la radiografía) etc. Un dato que me llamó la atención en la radiografía de tórax, y es que no se mencionan (además de la cardiomegalia), signos de congestión pulmonar, circulación en los vértices, líneas de Kerley, derrame pleural  etc como se ve en fallo cardíaco izquierdo, por hipertensión venocapilar. Hay que decir que en ese sentido la Rx es de muy alta sensibilidad para detectar fallo cardíaco izquierdo.

 

Como conclusión, me oriento por ahora a pensar en fallo renal intrínseco inicial, por causa a determinar, por sobre el síndrome cardiorrenal tipo 1. Sabemos que estos pacientes son muy dinámicos en cuanto a su evolución, y un dato de la clínica, como del laboratorio, como de las imágenes etc, puede hacernos cambiar de opinión drásticamente. Los que tratamos este tipo de pacientes en la sala todos los días, sabemos que esto es así.

 


Cualquier opinión sobre el caso es bienvenida y se puede dejar debajo en "publicar un comentario"


martes, 17 de enero de 2023

Casos Clínicos: inflamación del pabellón auricular.



 

Un colega de México  nos consulta en otro foro por el siguiente caso:

 

Se trata de mujer de 50 años de edad la cual acude por presentar enrojecimiento, dolor al tacto y sensación de calor local en oreja derecha. Antecedentes familiares: interrogado y negados. Antecedentes personales patológicos: interrogados y negados, niega enfermedades crónico-degerativas. Padecimiento actual: Menciona qué hace 1 mes despertó con sensación de picadura de insecto en oreja derecha, al observar su oído notó la presencia de lo que parece ser la picadura por un insecto (no especifica), horas posteriores comenzó a sentir dolor y enrojecimiento de la oreja. Acudió con médico particular el cual le recetó 1 tableta cada 12 horas de Amoxicilina con ácido clavulánico de 875 miligramos con 125 miligramos durante 7 días e Ibuprofeno por mismo tiempo, sin presentar mejoría del cuadro. Se presentó a la consulta como se observa en la imagen 1, debido a la situación económica de la paciente no se pudo realizar cultivo de la lesión, se decide dar tratamiento empírico para Pericondritis: Ciprofloxacino tabletas de 500 miligramos 1 tableta cada 12 horas, se citó después de 7 días de tratamiento, encontrando descamación y costras en oreja, la paciente menciona qué no ha observado secreciones provenientes de oído, y refiere sentir mejoría del dolor y que la sensación de calor local ha disminuido en la mayor parte de la oreja.

 

¿Algún diagnóstico diferencial? Había pensado en probable Ramsay-Hunt, sin embargo la clínica no me parece compatible. ¿Sería adecuado continuar con tratamiento a base de quinolonas? ¿Sugerencias para el tratamiento?




Opinión

Efectivamente se observa flogosis en región del antihélix derecho, caracterizada por eritema e hinchazón de la zona, que seguramente responde a pericondritis/celulitis del pabellón auricular. Si bien en la primera imagen no son visibles soluciones de continuidad de la piel, o lesiones compatibles con picaduras, en la segunda imagen, después de una mejoría del componente inflamatorio, se observan algunas costras en distintos puntos del pabellón auricular que pueden haber sido eventuales puertas de entrada de infección no detectadas al comienzo, o bien ser producto del rascado de la zona. Una picadura de insecto obrando como trauma seguido de infección secundaria, o bien de una reacción de hipersensibilidad local por IgE podrían explicar el cuadro. El síndrome de Ramsay Hunt es un muy buen diferencial, ya que aunque no se ven vesículas en la primera imagen, las costras de la segunda imagen podrían ser consecuencia de la aparición de vesículas no observadas antes. En general en el síndrome de Ramsay Hunt existe el dolor típico del zóster con ardor e hiperestesia, y casi siempre existe aparición de vesículas del canal auditivo externo, con lo cual una otoscopía inicial normal alejaría esta posibilidad. 

Respecto del tratamiento, la paciente ha tenido una evolución favorable, lo cual puede haber sido producto de resolución espontánea del cuadro, o a la actividad antibacteriana de la ciprofloxacina lo que haría presumir infección por Pseudomona aeuruginosa por ejemplo. En tal caso el tratamiento debiera ser más prolongado ya que la porción cartilaginosa de la oreja tiene un riego sanguíneo deficiente y está propenso a daño definitivo, así como formación de abscesos. Creo que seguiría con ciprofloxacina durante 2 semanas más (en total tres semanas), por supuesto dependiendo de la evolución.

 

Se puede opinar del caso al pie de la página "Publicar Comentario"

lunes, 16 de enero de 2023

Casos clínicos: Paciente masculino de 22 años, con máculas de aparición reciente.

 

Buenos días Dr. Macaluso... soy interno de medicina de Perú, y quería adjuntarle una foto para que nos ayude con el diagnóstico de un paciente de 22 años quien presenta esas máculas de aparición reciente. En los últimos días aumentaron en número y algunas de ellas presentan un halo eritematoso, además de que presenta prurito leve. El paciente no refiere ningún antecedente de importancia.




Muchas gracias de antemano Dr... Si es posible lo podría poner en el grupo

Dr. Juan Luis Zolorzano

Lima. Perú.

 

 

 

Opinión

Las lesiones recuerdan al eritema fijo por drogas (EPF), (eritema pigmentado fijo), ( Fixed Drug). Es una farmacodermia y caracterizada por la aparición de lesiones cutáneas y/o mucosas.

Puede afectar a personas de cualquier edad, pero la mayoría de los casos se produce en adultos jóvenes, tiene una distribución mundial sin diferencias raciales. El EPF se manifiesta como manchas eritematosas o violáceas, redondeadas/ ovaladas bien definidas, ocasionalmente ampollosas con erosión central y de aparición fundamentalmente en mucosa oral, genital y perianal.

Varios son los fármacos más asociados con esta entidad tales como los antimicrobianos principalmente el sulfametoxazol-trimetoprim, los AINE, psicofármacos, anticonceptivos orales, etc.

Es típico que en cada ocasión que se ingiera el medicamento causal las lesiones se activen o aparezcan nuevas lesiones.

Es una de las cuatro farmacodermias más frecuentes junto a la urticaria, el exantema medicamentoso y el eritema exudativo multiforme. Es fundamental el interrogatorio sobre ingesta de medicamentos, y en este punto hay que hacer una acotación, y es referida a que a veces los pacientes no consideran medicamentos a drogas tales como AINES, paracetamol, así como otros fármacos de venta libre.

 

Se puede dejar opinión en “Publicar Comentario”

domingo, 15 de enero de 2023

Casos Clínicos: elevaciones aisladas de gama glutamil transpeptidasa.

Dr Macaluso, buenos días, le escribo desde Colombia, para dejar planteada una pregunta dirigida al grupo:

¿En pacientes con GGT por encima de 100, debería descartar posible toxicidad por metales pesados?  Virus ?? CMV?? Efecto post vacunas??

Mi inquietud es debida a que últimamente me han llegado pacientes que como único hallazgo de laboratorios presentan la GGT muy alta, en algunos transaminasas normales o levemente elevadas

Agradezco me oriente

 

Dra. Ana María Iriarte

San Agustín (Huila), Colombia

 Opinión:

La pregunta que plantea la Dra es interesante dado la alta prevalencia que existe en el contexto de la consulta externa de Clínica Médica del aumento de las enzimas hepáticas como único hallazgo de laboratorio, en pacientes por otro lado asintomáticos. La solicitud cada día más frecuente del llamado “hepatograma” en un análisis de laboratorio solicitado “por rutina”, probablemente explique este hallazgo. La respuesta a la pregunta de la doctora, es muy difícil de responder sin decir que cualquier valor alterado de laboratorio debe ser leído a la luz de una historia clínica completa. Un valor de laboratorio alterado puede ser un dato trivial sin ninguna repercusión en la salud del paciente, o puede ser la “punta del iceberg” de una condición patológica hasta ese momento no detectada y desconocidas para el médico y el paciente. Por otro lado, hay que decir, que las pruebas realizadas en un “hepatograma”, incluyen mediciones de marcadores bioquímicos que no siempre están relacionados con el hígado, caso por ejemplo de la bilirrubina indirecta aumentada en los cuadros hemolíticos, o la fosfatasa alcalina en patología esquelética.

En el caso concreto de la gama glutamil transpeptidasa, hay que decir que es una enzima que no sólo se encuentra en los hepatocitos y en las células epiteliales hepáticas, sino también en riñones, vesículas seminales, páncreas, bazo, corazón y cerebro. El valor normal de la GGT va de 0 a 30 (UI/L), pero puede variar con el método utilizado para medición y con cada laboratorio. En general los clínicos tenemos el concepto de la “alta sensibilidad” de la GGT, en la detección de enfermedad hepatobiliar que otras enzimas. Se puede decir en general que esto es así, ya que puede ser un indicador más precoz que la FAL en la colestasis o que las transaminasas en lesiones hepatocelulares de diferentes causas. Digamos que en general, el aumento de la GGT se correlaciona más con la FAL que con cualquier otro valor hepático de laboratorio, y es un marcador importante y muy usado en la práctica clínica, cuando estamos estudiando un aumento de la FAL sérica y no sabemos si esta es de origen óseo, o hepático. La normalidad de la GGT en ese contexto, prácticamente descarta hepatopatía apuntando más a origen óseo de la FAL, que puede ser posteriormente confirmado por el dosaje de la más específica FAL ósea. Sin embargo, hay que aclarar que el aumento de la GGT no es sinónimo de enfermedad hepática ya que puede aumentar en pacientes que toman medicamentos como fenitoína o barbitúricos entre otras drogas, o en pacientes que beben alcohol, donde es mucho más sensible que cualquier otro marcador humoral. Quizás este último dato, explique muchos de los aumentos aislados de la GGT en la práctica clínica, ya que una elevación aislada de la GGT sérica o una elevación de la GGT fuera de proporción con la de otras enzimas (como la fosfatasa alcalina y la alanina aminotransferasa) puede ser un indicador de abuso de alcohol o enfermedad hepática alcohólica. La GGT es un marcador de alcoholismo y puede orientar a la causa en pacientes que niegan el hábito, especialmente cuando se asocia a otros elementos de laboratorio con los que los clínicos estamos familiarizados como son el aumento desproporcionado de la aspartato amino transferasa (AST), o (TGO), sobre la alanino amino transferasa (ALT), o (TGP), en una relación de 2:1 o mayor, especialmente si el paciente tiene macrocitosis (VCM >100). Esta combinación de hallazgos de laboratorio suele ser las “huellas digitales” del paciente con alcoholismo.

Por último, y, para resumir, volvemos a decir que la GGT es una enzima muy sensible pero que no tiene alta especificidad ya que puede verse elevada en hígados sanos, en pacientes con colestasis, en pacientes son masa ocupante intrahepática, como también en pacientes con hepatopatías graves, hepatitis agudas y crónicas, cirrosis etcétera.

Una GGT elevada EN FORMA AISLADA con el resto de las pruebas bioquímicas hepáticas normales (incluida una fosfatasa alcalina normal) NO DEBE CONDUCIR A UN ESTUDIO EXHAUSTIVO DE ENFERMEDAD HEPÁTICA.

 


Se puede opinar sobre el caso, debajo en:"Publicar Comentario"

 

 

 

 

 

 

sábado, 14 de enero de 2023

Paciente masculino de 49 años con Hipokalemia y Paranoia.

Un hombre de 49 años ingresó en este hospital debido a hipopotasemia y pensamientos paranoides.

 

Seis meses antes del ingreso actual, desarrolló molestias en el lado derecho del tórax, y el paciente fue evaluado en otro hospital.

 

La tomografía computarizada (TC) de tórax ( Figura 1 ), realizada después de la administración de material de contraste intravenoso, reveló un nódulo en el lóbulo superior del pulmón izquierdo que medía 2,1 cm por 1,9 cm, así como como adenopatías voluminosas mediastínicas e hiliares.

 


Figura 1. Imágenes obtenidas 6 meses antes de la admisión actual.

Una imagen coronal de una angiografía pulmonar por TC (Panel A) muestra un nódulo (flecha) en el segmento apical paramediastínico del lóbulo superior del pulmón izquierdo que mide 2,1 cm por 1,9 cm. Una imagen axial de angiografía pulmonar por TC (Panel B) muestra adenopatías hiliares izquierdas voluminosas y mediastínicas paratraqueales izquierdas (flechas), con ganglios linfáticos que miden hasta 2,9 cm de diámetro. Una imagen axial de una exploración de fusión de tomografía por emisión de positrones-CT (Panel C) muestra una captación intensa de la radiosonda (flechas) que corresponde a la linfadenopatía.

 

Se realizó una aspiración con aguja transbronquial guiada por ecografía endobronquial de un ganglio linfático mediastínico. El examen citológico de la muestra reveló carcinoma de células pequeñas.

 

Cinco meses antes del ingreso actual, el paciente buscó una segunda opinión en la consulta de oncología de este hospital. Se aconsejó al paciente sobre el diagnóstico de cáncer de pulmón de células pequeñas y la necesidad de imágenes adicionales antes de considerar la quimioterapia, la radioterapia o la inmunoterapia. Se programaron imágenes adicionales, junto con una cita de seguimiento. El paciente no se sometió a imágenes adicionales y no asistió a las visitas de seguimiento en la clínica de oncología de este hospital o del otro hospital.

 

Seis semanas antes del ingreso actual, el paciente notó hinchazón en ambas piernas. Diez días antes de este ingreso, la inflamación no había cedido y fue evaluado en el servicio de urgencias de este hospital.

 

En el servicio de urgencias, el paciente se describió a sí mismo como generalmente saludable y no reportó ninguna condición de salud crónica. No informó fiebre, escalofríos, dificultad para respirar ni dolor. La historia adicional se obtuvo del hermano del paciente. El paciente había estado siguiendo un tratamiento alternativo para el cáncer de pulmón de células pequeñas que incluía una dieta estricta e infusiones intravenosas, y no había compartido el diagnóstico de cáncer de pulmón de células pequeñas con su familia hasta varios días antes. El hermano del paciente creía que el paciente negaba el diagnóstico.

 

Cuando el paciente tenía 12 años, había recibido un diagnóstico de linfoma no Hodgkin, que había sido tratado con radioterapia y esplenectomía. Quince años antes de esta presentación, una colitis isquémica había sido tratada con resección del intestino delgado. Un año antes de esta presentación, la trombosis venosa profunda había sido tratada con un curso de anticoagulación de 4 meses. No había antecedentes de enfermedad psiquiátrica. No tomaba medicamentos y no tenía alergias conocidas a medicamentos; no reveló detalles sobre las infusiones que había recibido como tratamiento alternativo para el cáncer de pulmón de células pequeñas. El paciente vivía en un área suburbana de Nueva Inglaterra con sus padres. Estaba divorciado y visitaba con frecuencia a sus hijos. Trabajaba a tiempo parcial como un comerciante calificado. Los miembros de la familia informaron que no fumó durante toda su vida.

 

La temperatura temporal era de 36,7°C, la presión arterial de 167/95 mm Hg, el pulso de 80 por minuto, la frecuencia respiratoria de 18 por minuto y la saturación de oxígeno de 94% mientras el paciente respiraba aire ambiente. El paciente estaba alerta y se veía bien, pero se veía más delgado de lo que se veía durante su evaluación en la clínica de oncología 5 meses antes. El abdomen tenía una cicatriz quirúrgica curada y las piernas tenían edema simétrico 1+. El nivel de potasio en sangre fue de 2,6 mmol por litro (rango de referencia, 3,6 a 5,1); el recuento de glóbulos blancos fue de 14 630 por microlitro (rango de referencia, 4000 a 11 000). En la Tabla 1 se muestran otros resultados de pruebas de laboratorio. La ecografía de las piernas no reveló evidencia de trombosis venosa profunda.

 


Tabla 1. Datos de laboratorio.

 

La angiografía pulmonar por TC del tórax ( Figura 2A y 2B ), realizada después de la administración de material de contraste intravenoso, reveló un marcado aumento en el tamaño de la masa del pulmón izquierdo, que ahora medía 9,3 cm por 4,6 cm, como así como agrandamiento de las adenopatías mediastínicas e hiliares. La TC de abdomen y pelvis ( Figura 2C ), realizada después de la administración de material de contraste intravenoso, mostró numerosas lesiones hepáticas nuevas mal definidas que realzaban el borde, que medían hasta 8,0 cm de diámetro; una masa suprarrenal, que medía 4,1 cm por 3,4 cm; y trombosis de las ramas de la vena porta derecha. La resonancia magnética nuclear (RMN) de la cabeza fue normal.

 


Figura 2. Imágenes obtenidas en la admisión actual.

Una imagen coronal en las ventanas de pulmón de la angiografía pulmonar por TC (Panel A) muestra un aumento radiológicamente significativo en el tamaño de la masa del pulmón izquierdo, que ahora mide 9,3 cm por 4,6 cm. Hay nueva opacificación mixta en vidrio deslustrado y cavitación en el lóbulo superior izquierdo periférico (flecha). Una imagen axial en ventanas de partes blandas de una angiografía pulmonar por TC (Panel B) muestra agrandamiento de las adenopatías hiliares y mediastínicas izquierdas, con ganglios linfáticos que miden hasta 3,8 cm de diámetro, así como nuevas adenopatías hiliares derechas (flecha), con adenopatías nudos que miden hasta 1,9 cm de diámetro. Una imagen axial en ventanas de tejido blando de TC del abdomen y la pelvis (Panel C) muestra múltiples lesiones nuevas que realzan el borde que afectan a todos los segmentos del hígado. La lesión más grande (flecha), en el segmento hepático 8, mide 8,0 cm de diámetro.

 

Se administró potasio suplementario por vía intravenosa y oral, y el paciente fue ingresado en este hospital. Durante los siguientes 3 días, se administró potasio suplementario adicional. Durante las entrevistas de seguimiento, el paciente reconoció el diagnóstico de cáncer de pulmón de células pequeñas, pero no explicó por qué no había compartido el diagnóstico con su familia ni proporcionó detalles sobre el tratamiento alternativo que había seguido. En el cuarto día de hospitalización, el nivel de potasio en la sangre aumentó y el paciente pidió irse a casa. Dijo que estaba dispuesto a asistir a las visitas de seguimiento en la clínica de oncología, pero se mostró evasivo cuando se discutió la quimioterapia y la inmunoterapia. El paciente fue dado de alta.

 

Una semana después del alta y 1 día antes del ingreso actual, el padre del paciente lo acompañó a recibir terapia de masaje y una infusión intravenosa como tratamiento alternativo. Durante la infusión, el paciente repentinamente se puso volátil, agitado y enojado. En el camino a casa, se negó a cerrar la ventana y miró a lo lejos. Dijo que los médicos lo habían hechizado durante su reciente hospitalización y que había matado a su hijo mayor, lo cual no era cierto.

 

Al día siguiente, el paciente tomó prestado el automóvil de su hermano sin permiso y condujo por todo el estado. Después de que regresó a casa, los familiares llevaron al paciente al departamento de emergencias de este hospital para su evaluación.

 

En el servicio de urgencias, el paciente manifestó que estaba “avergonzado” por estar en el hospital. Inicialmente no informó síntomas, pero en un interrogatorio específico reconoció fatiga, pérdida de peso, debilidad generalizada, disminución del apetito e hinchazón continua de las piernas. Informó que no se sentía confundido, asustado o preocupado y que no tenía pensamientos suicidas u homicidas ni alucinaciones auditivas o visuales. La historia adicional se obtuvo de los miembros de la familia del paciente. El paciente no había dormido durante varios días. Su comportamiento agresivo y errático y sus delirios no eran típicos, aunque podía enojarse fácilmente y tenía la creencia de larga data de que sus médicos le habían administrado radioterapia para el linfoma no Hodgkin para ganar dinero.

 

La temperatura temporal era de 36,4°C, la presión arterial de 194/106 mm Hg y el pulso de 87 latidos por minuto. El paciente alternaba entre estar alerta y letárgico, y podía decir los nombres de sus hijos pero no sus edades. Cooperó, pero de vez en cuando se detenía y miraba; no estaba distraído por estímulos externos, pero parecía estar respondiendo a estímulos internos. Hablaba solo un par de palabras a la vez y respondía a la mayoría de las preguntas asintiendo o sacudiendo la cabeza. Había debilidad generalizada, que era más pronunciada en los grupos musculares proximales. El edema de la pierna no se modificó y la piel se veía anormalmente bronceada; no había ictericia escleral, ictericia sublingual o asterixis.

 

El nivel de potasio en sangre fue de 2,2 mmol por litro, el nivel de dióxido de carbono de 37 mmol por litro (rango de referencia, 22 a 32) y el nivel de amoníaco de 51 μmol por litro (87 μg por decilitro; rango de referencia, de 12 a 48 μmol por litro) [20 a 82 μg por decilitro]). El recuento de glóbulos blancos fue de 13.530 por microlitro. El análisis de orina fue normal y las pruebas toxicológicas de orina y sangre fueron negativas. En la Tabla 1 se muestran otros resultados de pruebas de laboratorio . La TC de cráneo, realizada sin la administración de material de contraste, fue normal. Se administró potasio suplementario por vía intravenosa y oral, y el paciente fue ingresado en el hospital. En el segundo día de hospitalización, el nivel de potasio en sangre fue de 2,2 mmol por litro.

 

SE REALIZÓ UNA PRUEBA DIAGNÓSTICA.

 

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

Este hombre de 49 años había recibido recientemente un diagnóstico de cáncer de pulmón de células pequeñas. Había seguido un tratamiento alternativo y luego se presentó en este hospital con evidencia de enfermedad metastásica. También había hipopotasemia, hipertensión, debilidad muscular proximal y oscurecimiento de la piel. El estado mental alterado con paranoia hizo que los familiares lo llevaran al hospital y fue uno de los aspectos más llamativos de su presentación. Comenzaré considerando el diagnóstico diferencial de su estado mental alterado.

 

INTOXICACIÓN O ABSTINENCIA

Entre los pacientes que acuden al hospital, una causa frecuente de alteración del estado mental es la intoxicación o la abstinencia de alcohol, benzodiazepinas o barbitúricos. Una intoxicación o síndrome de abstinencia es improbable en este paciente porque no tenía antecedentes de trastorno por uso de sustancias y tenía resultados normales en las pruebas toxicológicas de orina y sangre. Algunos medicamentos pueden causar alteración del estado mental, pero este paciente no estaba tomando ningún medicamento recetado.

 

DESÓRDENES METABÓLICOS

Las anomalías electrolíticas como la hipernatremia, la hiponatremia, la hipercalcemia y la hipoglucemia pueden causar alteración del estado mental, pero estas anomalías se descartaron en las pruebas de laboratorio iniciales. Un estado hiperglucémico hiperosmolar puede resultar en diversos grados de deterioro neurológico. 1 Este paciente tenía un nivel elevado de glucosa en sangre pero no de la magnitud que causaría un estado hiperosmolar. También tenía hipopotasemia clínicamente significativa, que puede estar asociada con estreñimiento, palpitaciones, fatiga y debilidad, pero no con alteración del estado mental.

 

La encefalopatía urémica se descartó en las pruebas de laboratorio iniciales, que mostraron una función renal normal. La encefalopatía hepática y la insuficiencia hepática aguda son consideraciones importantes en este paciente porque lo más probable es que tuviera cáncer metastásico que afectaba al hígado. Sin embargo, la insuficiencia hepática aguda por infiltración maligna del hígado es poco frecuente, y los resultados de las pruebas de función hepática fueron compatibles con lesión hepática leve, no con insuficiencia hepática. Se puede observar encefalopatía hepática con resultados levemente anormales en las pruebas de función hepática en pacientes con cirrosis, pero este paciente no tenía cirrosis subyacente. El nivel elevado de amoníaco en sangre no ayuda; la medición del nivel de amoníaco no debe usarse como una prueba de diagnóstico inicial o una prueba para dirigir la terapia en pacientes con sospecha de encefalopatía hepática. 3 Además, la asterixis, que sugeriría encefalopatía hepática, no estaba presente en el examen de este caso.

 

TRASTORNOS PSIQUIÁTRICOS PRIMARIOS

Los miembros de la familia del paciente informaron que el paciente tenía preocupaciones de larga data con respecto a las motivaciones de sus médicos para administrar radioterapia para el linfoma no Hodgkin, pero es difícil determinar si esta creencia refleja una ilusión. No se habían informado episodios previos de alucinaciones o estado de ánimo depresivo. Aunque la esquizofrenia y el trastorno esquizoafectivo son posibles causas de la paranoia actual del paciente, es necesario descartar otras causas de alteración del estado mental antes de considerar una enfermedad psiquiátrica primaria.

 

PROCESOS DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

Este paciente tenía leucocitosis leve al momento de la presentación, lo que podría indicar una infección que involucra el sistema nervioso central, como meningitis o encefalitis. Sin embargo, tales infecciones son poco probables en ausencia de fiebre. La paranoia puede ser causada por metástasis cerebrales, que se desarrollan en el 40 al 50 % de los pacientes con cáncer de pulmón de células pequeñas durante el curso de la enfermedad. 4 Sin embargo, la resonancia magnética de la cabeza no mostró evidencia de enfermedad metastásica. El paciente tenía presión arterial elevada en el momento de la presentación y los aumentos repentinos de la presión arterial pueden causar encefalopatía hipertensiva. Se debe considerar la encefalopatía hipertensiva en pacientes que tienen una presión arterial marcadamente elevada que disminuye rápidamente con el tratamiento.

 

EFECTOS DEL TRATAMIENTO ALTERNATIVO

Este paciente estaba recibiendo un tratamiento alternativo para el cáncer de pulmón de células pequeñas, pero se desconocía el tipo específico de tratamiento. La terapia alternativa para el cáncer de pulmón puede incluir el uso de una dosis alta de vitamina C, una dieta alcalina estricta, terapia de potenciación de insulina y tratamiento de hipertermia intermitente. Laetrile, que es una forma sintética de amigdalina y un compuesto glucósido cianogénico, 5 se ha descrito como una terapia alternativa contra el cáncer desde la década de 1950, pero su uso ha sido prohibido por la Administración de Alimentos y Medicamentos. Durante la degradación del laetrilo, se libera cianuro y se cree que tiene propiedades anticancerígenas. 5Aunque es posible que este paciente estuviera usando laetrilo como terapia alternativa, no tenía otros síntomas de envenenamiento por cianuro, como náuseas, dolor de cabeza o convulsiones.

 

SÍNDROMES PARANEOPLÁSICOS

El cáncer de pulmón de células pequeñas es el cáncer que se asocia con mayor frecuencia a los síndromes paraneoplásicos, que pueden ser hormonales o inmunomediados. 6El síndrome paraneoplásico que mejor encaja con la presentación clínica de este paciente es el síndrome de Cushing causado por la secreción ectópica de hormona adrenocorticotrópica (ACTH). Los pacientes con síndrome de Cushing pueden presentar varias manifestaciones neuropsicológicas, incluida la psicosis. Este paciente también tenía hipopotasemia, hipertensión, alcalosis metabólica, debilidad muscular proximal e hiperpigmentación de la piel (que se asocia con el síndrome de Cushing solo cuando es dependiente de ACTH). En conjunto, todas estas características clínicas son consistentes con el diagnóstico del síndrome de Cushing. Para establecer el diagnóstico en este caso, obtendría niveles séricos de cortisol y ACTH.

 

DIAGNÓSTICO PRESUNTIVO

SÍNDROME DE CUSHING DEBIDO A LA SECRECIÓN ECTÓPICA DE HORMONA ADRENOCORTICOTRÓPICA DEL CÁNCER DE PULMÓN DE CÉLULAS PEQUEÑAS.

 

PRUEBAS DE DIAGNÓSTICO

Este paciente tenía un nivel de cortisol sérico aleatorio de 81,5 μg por decilitro (2249 nmol por litro). Por contexto, los niveles aleatorios de cortisol en suero obtenidos de pacientes en la unidad de cuidados intensivos (UCI), en quienes se espera una activación máxima del eje hipotálamo-pituitario-suprarrenal, oscilan entre 5,3 y 40,7 μg por decilitro (146 a 1123 nmol por litro) . 7 Confirmamos que el paciente no había tenido exposición a glucocorticoides exógenos.

 

El cortisol es una hormona que se secreta de manera pulsátil bajo la dirección de la ACTH hipofisaria y de acuerdo con un ciclo diurno, alcanzando el nivel más bajo aproximadamente a las 12 a. m. 8 En pacientes con síndrome de Cushing, la variación diurna se pierde y el cortisol nocturno los niveles están inapropiadamente elevados. En el ámbito ambulatorio, un nivel de cortisol sérico nocturno de 7,5 μg por decilitro (207 nmol por litro) o más tiene una alta sensibilidad y especificidad para distinguir el síndrome de Cushing del hipercortisolismo fisiológico. 9Por lo tanto, recomendamos obtener un nivel de cortisol sérico a las 12 am, en el entendido de que el hipercortisolismo fisiológico es mayor en el ámbito hospitalario que en el ambulatorio. El nivel de cortisol sérico a las 12 am en este paciente fue de 84,7 μg por decilitro (2337 nmol por litro), un hallazgo que confirmó el diagnóstico de síndrome de Cushing.

 

El síndrome de Cushing podría explicar la mayoría, si no todos, los síntomas y signos de presentación de este paciente: trastornos neuropsiquiátricos, que incluyen psicosis e insomnio; efectos cardiovasculares y mineralocorticoides, incluyendo hipertensión, hipopotasemia y edema; hiperglucemia; y miopatía proximal, que puede empeorar con la hipopotasemia. 10 La alcalosis metabólica hipopotasémica, que también estuvo presente en este paciente, ocurre en el 10 al 15 % de los pacientes con síndrome de Cushing debido a la secreción de ACTH de un tumor hipofisario y en más del 95 % de los pacientes con síndrome de Cushing debido a la secreción ectópica de ACTH de un tumor no hipofisario. 11En el riñón, la hormona 11β-hidroxiesteroide deshidrogenasa 2 (11β-HSD2) inactiva el cortisol a cortisona, evitando así que active el receptor de mineralocorticoides. Sin embargo, los niveles muy altos de cortisol superan la actividad de 11β-HSD2, lo que permite que el cortisol active el receptor de mineralocorticoides, lo que resulta en la reabsorción de sodio y la excreción de potasio.

 

Entre los pacientes con síndrome de Cushing, el riesgo de tromboembolismo venoso es aproximadamente 18 veces mayor que el riesgo en la población general. 12 . Este paciente tenía antecedentes de trombosis venosa profunda, aunque había ocurrido 1 año antes del ingreso actual y 6 meses antes del diagnóstico de cáncer de pulmón de células pequeñas. El síndrome de Cushing generalmente causa obesidad troncal, pero los pacientes con síndrome de Cushing ectópico debido al cáncer pueden presentar pérdida de peso. El síndrome de Cushing se ha asociado con hiperpigmentación, incluido el oscurecimiento de la piel en áreas que no están expuestas al sol, que ocurre cuando los niveles altos de precursores de ACTH estimulan los receptores de melanocitos. Además, el síndrome de Cushing puede causar leucocitosis con predominio de neutrófilos.

 

Después de establecer el diagnóstico de síndrome de Cushing en este paciente, el siguiente paso fue determinar si tenía síndrome de Cushing dependiente de ACTH o independiente de ACTH. Teníamos una sospecha clínica muy alta de síndrome de Cushing por secreción ectópica de ACTH, tanto por ser un conocido síndrome paraneoplásico asociado a cáncer de pulmón microcítico como por la gravedad de la presentación de la paciente.

 

Este paciente tenía niveles plasmáticos de ACTH de 264 pg por mililitro y 223 pg por mililitro (rango de referencia, 6 a 76), hallazgos que confirmaron el diagnóstico de síndrome de Cushing dependiente de ACTH. Por lo general, la resonancia magnética de la glándula pituitaria sería el siguiente paso porque los adenomas hipofisarios secretores de ACTH son más comunes que las fuentes ectópicas de ACTH. Sin embargo, las imágenes recientes de la cabeza de este paciente no revelaron ninguna anomalía selar obvia. La secreción ectópica de hormona liberadora de corticotropina puede estimular la secreción pituitaria de ACTH, pero debido a que este proceso es extremadamente raro y no cambiaría nuestro enfoque de tratamiento, determinamos que la secreción ectópica de ACTH era la causa más probable del síndrome de Cushing dependiente de ACTH de este paciente.

 

DIAGNOSTICO CLINICO

SÍNDROME DE CUSHING DEBIDO A LA SECRECIÓN ECTÓPICA DE HORMONA ADRENOCORTICOTRÓPICA POR CÁNCER DE PULMÓN DE CÉLULAS PEQUEÑAS.

 

DISCUSIÓN DEL MANEJO  DE ENDOCRINOLOGÍA

En casos de hipercortisolismo potencialmente mortal debido al síndrome de Cushing, la terapia médica no debe retrasarse una vez que se hayan obtenido las muestras para medir el nivel de ACTH. Varias manifestaciones clínicas en este caso, incluida la psicosis inducida por esteroides y la hipopotasemia, impulsaron un tratamiento inmediato. Dado que el paciente tenía cáncer de pulmón de células pequeñas ampliamente metastásico, nuestro objetivo era normalizar rápidamente la secreción o función de cortisol con terapia médica.

 

Los fármacos que se consideraron en este caso incluyeron inhibidores de la síntesis de esteroides suprarrenales ( Figura 3 ). Muchos de estos medicamentos se usan de forma no autorizada para el tratamiento del síndrome de Cushing. Los inhibidores de enzimas suprarrenales incluyen ketoconazol 15 y el más potente levoketoconazol, 16 así como metirapona 17 y el osilodrostat más potente. 18El ketoconazol y el levoketoconazol normalizan el nivel de cortisol durante un período de semanas en la mayoría de los pacientes con síndrome de Cushing. Sin embargo, el uso de estos medicamentos está contraindicado en pacientes con niveles elevados en las pruebas de función hepática y estos medicamentos tienen varias interacciones conocidas con otros medicamentos. La metirapona y el osilodrostat tienen más probabilidades que el ketoconazol de normalizar el nivel de cortisol con ajuste de dosis durante un período de semanas en pacientes con síndrome de Cushing, pero el uso de estos medicamentos puede empeorar la hipertensión y la hipopotasemia, dada la acumulación de precursores de cortisol con actividad mineralocorticoide.

 


Figura 3. Sitios de acción de los inhibidores de la síntesis de esteroides suprarrenales y antagonistas de los receptores de glucocorticoides.

El panel A muestra los sitios de acción de los inhibidores de la síntesis de esteroides suprarrenales. La síntesis de mineralocorticoides, glucocorticoides y andrógenos suprarrenales ocurre en la zona glomerulosa, la zona fasciculada y la zona reticular de la corteza suprarrenal, respectivamente. El mitotano y el ketoconazol inhiben varios pasos enzimáticos en la producción de esteroides suprarrenales. El etomidato, un fármaco anestésico, inhibe el paso inicial en la síntesis de pregnenolona a partir del colesterol y también inhibe la 11β-hidroxilasa. La metirapona y el osilodrostat son inhibidores potentes de la 11β-hidroxilasa y, en menor grado, de la 18-hidroxilasa, y dicha inhibición da como resultado la acumulación de precursores de cortisol con actividad mineralocorticoide, como la 11-desoxicorticosterona. El panel B muestra los sitios de acción de los antagonistas de los receptores de glucocorticoides, específicamente la mifepristona. La mifepristona inhibe la unión del cortisol al receptor de glucocorticoides, lo que evita la translocación nuclear y la interacción genética aguas abajo del receptor. Adaptado de Feelders et al.13 y Cohan. 14

 

Otros inhibidores de la síntesis de esteroides suprarrenales incluyen mitotano y etomidato. El mitotano tiene un efecto que se ha descrito como “adrenalectomía médica”, pero tiene un inicio de acción lento 19 y, por lo tanto, no se consideró más en este caso. El etomidato normaliza el nivel de cortisol en cuestión de horas, pero se administra como una infusión intravenosa que requiere atención en la UCI 20 y, por lo tanto, se considera mejor como terapia puente para pacientes en estado crítico que no pueden tomar medicamentos orales.

 

El síndrome de Cushing se puede tratar bloqueando la acción de los glucocorticoides a nivel del receptor con mifepristona, un fármaco antiprogestágeno que actúa como antagonista del receptor de glucocorticoides en dosis más altas. 21Después de la administración de mifepristona, el nivel de cortisol sérico permanece elevado y, por lo tanto, no puede usarse para guiar la terapia, pero las manifestaciones clínicas, como alteración del estado mental, hipertensión e hiperglucemia, generalmente desaparecen en unos días. Los efectos del cortisol y sus precursores sobre el receptor de mineralocorticoides permanecen presentes, por lo que la hipopotasemia puede no disminuir, pero la hipertensión puede disminuir si está mediada en parte por el efecto directo del cortisol sobre la vasculatura. El bloqueo excesivo del receptor de glucocorticoides puede precipitar insuficiencia suprarrenal aguda; se deben administrar dosis altas de dexametasona de inmediato para superar el bloqueo si se desarrollan manifestaciones clínicas de una crisis suprarrenal aguda (p. ej., hipotensión, náuseas y vómitos).

 

DISCUSIÓN SOBRE EL MANEJO ONCOLÓGICO

El cáncer de pulmón de células pequeñas representa del 10 al 15 % de los cánceres de pulmón y es conocido por su rápido tiempo de duplicación, naturaleza agresiva y, a menudo, enfermedad muy avanzada en la presentación. Hay dos etapas de la enfermedad: limitada y extensa. Los síndromes paraneoplásicos pueden aparecer antes del diagnóstico de cáncer en pacientes con cáncer de pulmón de células pequeñas y pueden ocurrir incluso con enfermedad en etapa limitada, por lo que no está claro cuánto tiempo estuvo presente el síndrome de Cushing ectópico en este paciente.

 

Inicialmente, el paciente se presentó con enfermedad en etapa limitada, con células malignas confinadas al hemitórax ipsilateral, que puede abarcarse de manera segura con un campo de radiación. En el momento del diagnóstico inicial, gozaba de excelente salud y tenía un buen estado funcional y una carga mínima de enfermedad. Por lo tanto, la terapia estándar habría sido quimioterapia basada en platino con radioterapia, un enfoque asociado con una tasa de respuesta inicial de 70 a 90 % entre los pacientes con cáncer de pulmón de células pequeñas en etapa limitada, que es muy sensible a la quimioterapia inicial. 22,23 Desafortunadamente, la tasa de supervivencia a 5 años en esta población de pacientes es solo del 31 al 34 % porque un número considerable de pacientes tiene una recaída después de la terapia estándar; la mediana de supervivencia global es de 25 a 30 meses. A pesar de haber tenido varias conversaciones con varios oncólogos en el momento del diagnóstico inicial, la paciente rechazó todos los tratamientos contra el cáncer en ese momento.

Cuando el paciente fue hospitalizado 6 meses después, presentaba enfermedad en estadio extenso, con detección de células malignas más allá del hemitórax ipsilateral, así como paranoia en el contexto de síndrome de Cushing. Después del tratamiento con mifepristona y espironolactona, hubo una mejoría en el nivel de glucosa, la presión arterial, el recuento de glóbulos blancos y el nivel de potasio del paciente ( Figura 4 ). El estado mental alterado disminuyó y ya no tenía paranoia ni delirios. El paciente, junto con miembros de la familia, participó en discusiones sobre su diagnóstico y opciones de tratamiento. En ese momento, se le ofreció terapia sistémica sola, con los objetivos de paliación y supervivencia prolongada. Dos ensayos clínicos: el ensayo CASPIAN 24 y el ensayo IMpower133 25— han dado paso a un nuevo paradigma para el tratamiento del cáncer de pulmón microcítico en estadio extenso que implica el uso de quimioterapia basada en platino y un inhibidor de puntos de control inmunitario, un anticuerpo monoclonal dirigido contra el ligando de muerte programada 1. El paciente se negó sistemáticamente a comprometerse con cualquier plan de tratamiento. Su objetivo principal era ser dado de alta del hospital. En última instancia, se cumplieron los deseos del paciente y, el día 14 del hospital, fue dado de alta a su hogar con su familia y el apoyo de cuidados paliativos. Siete semanas después, murió en su casa.

 

 


Figura 4. Valores de laboratorio después del tratamiento con mifepristona.

Antes del sexto día de hospitalización, el paciente recibía hasta 200 meq de cloruro de potasio por día y dosis crecientes de espironolactona, y sus niveles de potasio sérico eran de aproximadamente 3 mmol por litro. El día 6 de hospitalización se inició tratamiento con mifepristona ya los 3 días de tratamiento se aumentó la dosis. En el transcurso de una semana, hubo una disminución en el nivel de glucosa en suero matutino, la presión arterial sistólica y el recuento de glóbulos blancos. Como era de esperar, el bloqueo del receptor de mineralocorticoides con espironolactona, junto con la reposición agresiva de potasio, condujo a un aumento en el nivel de potasio sérico.

 

 

PERSPECTIVA DE LA FAMILIA

La familia del paciente: Fue difícil ver a nuestro familiar rechazar el tratamiento. Estaba muy claro que el equipo trató de involucrarlo en el proceso de toma de decisiones y abordar sus inquietudes, preocupaciones y temores, pero él siguió rechazando el tratamiento. Teníamos la esperanza de que, una vez que mejorara médicamente, aceptaría la terapia. Creemos que confiaba en el equipo, pero al final, no pudo comprometerse con un tratamiento regular tanto por la negación como por el miedo. Todo lo que podíamos hacer era tratar de mantenerlo lo más cómodo posible. Ahora nos queda un duelo complicado, pero estamos optando por centrarnos en sus hijos. Estamos muy agradecidos de ver que tantos en el campo de la medicina están aprendiendo de su caso.

 

DISCUSIÓN

Una Médica: ¿se consideró la suprarrenalectomía?

La adrenalectomía bilateral puede ser una opción eficaz para detener quirúrgicamente la producción de glucocorticoides. Sin embargo, la suplementación diaria con glucocorticoides y mineralocorticoides es necesaria después de la cirugía. Nuestras preocupaciones acerca de proceder con la cirugía en este paciente eran que tenía un cáncer de pulmón de células pequeñas muy avanzado con un mal pronóstico que se limitaba a semanas o meses, que podría haber tenido dificultades para cumplir con la suplementación diaria con esteroides y que esta opción no encaja mejor con sus metas y deseos. Por lo tanto, se optó por el manejo médico.

 

DIAGNOSTICO FINAL

SÍNDROME DE CUSHING DEBIDO A LA SECRECIÓN ECTÓPICA DE HORMONA ADRENOCORTICOTRÓPICA DEL CÁNCER DE PULMÓN DE CÉLULAS PEQUEÑAS.

 

Traducción de:

“A 49-Year-Old Man with Hypokalemia and Paranoia”

Chad W. Vokoun, M.D., Mark C. Murphy, M.D., Kerry L. Reynolds, M.D., and Melanie S. Haines, M.D.

 

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcpc2211366?query=featured_home

 

References

1. Stoner GD. Hyperosmolar hyperglyce[1]mic state. Am Fam Physician 2017;96:729-

36.

2. Lavender CA, Stout J, Chung H-Y,

Johnson M, Thandassery RB. Acute liver

failure due to miliary liver metastasis.

ACG Case Rep J 2020;7(3):e00294.

3. Tapper EB, Rahimi RS. Low-value lev[1]els: ammonia testing does not improve

the outcomes of overt hepatic encephalop[1]athy. Am J Gastroenterol 2020;115:685-6.

4. Kepka L. Radiotherapy of brain metas[1]tases from small-cell lung cancer: stan[1]dards and controversies. J Cancer Metas[1]tasis Treat 2019;5:53.

5. Milazzo S, Horneber M. Laetrile treat[1]ment for cancer. Cochrane Database Syst

Rev 2015;2015:CD005476.

6. Gandhi L, Johnson BE. Paraneoplastic

syndromes associated with small cell lung

cancer. J Natl Compr Canc Netw 2006;4:

631-8.

7. Arafah BM, Nishiyama FJ, Tlaygeh H,

Hejal R. Measurement of salivary cortisol

concentration in the assessment of ad[1]renal function in critically ill subjects:

a surrogate marker of the circulating free

cortisol. J Clin Endocrinol Metab 2007;92:

2965-71.

8. Debono M, Ghobadi C, Rostami-Hod[1]jegan A, et al. Modified-release hydrocor[1]tisone to provide circadian cortisol pro[1]files. J Clin Endocrinol Metab 2009;94:

1548-54.

9. Papanicolaou DA, Yanovski JA, Cutler

GB Jr, Chrousos GP, Nieman LK. A single

midnight serum cortisol measurement

distinguishes Cushing’s syndrome from

pseudo-Cushing states. J Clin Endocrinol

Metab 1998;83:1163-7.

10. Pivonello R, Isidori AM, De Martino

MC, Newell-Price J, Biller BMK, Colao A.

Complications of Cushing’s syndrome:

state of the art. Lancet Diabetes Endocri[1]nol 2016;4:611-29.

11. Quinkler M, Stewart PM. Hyperten[1]sion and the cortisol-cortisone shuttle.

J Clin Endocrinol Metab 2003;88:2384-92.

12. Wagner J, Langlois F, Lim DST, Mc[1]Cartney S, Fleseriu M. Hypercoagulability

and risk of venous thromboembolic events

in endogenous Cushing’s syndrome: a sys[1]tematic meta-analysis. Front Endocrinol

(Lausanne) 2019;9:805.

13. Feelders RA, Newell-Price J, Pivonello

R, Nieman LK, Hofland LJ, Lacroix A. Ad[1]vances in the medical treatment of Cush[1]ing’s syndrome. Lancet Diabetes Endocri[1]nol 2019;7:300-12.

14. Cohan P. Pasireotide and mifepristone:

new options in the medical management

of Cushing’s disease. Endocr Pract 2014;

20:84-93.

15. Castinetti F, Guignat L, Giraud P, et al.

Ketoconazole in Cushing’s disease: is it

worth a try? J Clin Endocrinol Metab 2014;

99:1623-30.

16. Pivonello R, Elenkova A, Fleseriu M,

et al. Levoketoconazole in the treatment of

patients with Cushing’s syndrome and dia[1]betes mellitus: results from the SONICS

phase 3 study. Front Endocrinol (Lausanne)

2021;12:595894.

17. Daniel E, Aylwin S, Mustafa O, et al.

Effectiveness of metyrapone in treating

Cushing’s syndrome: a retrospective mul[1]ticenter study in 195 patients. J Clin Endo[1]crinol Metab 2015;100:4146-54.

18. Pivonello R, Fleseriu M, Newell-Price

J, et al. Efficacy and safety of osilodrostat

in patients with Cushing’s disease (LINC

3): a multicentre phase III study with a

double-blind, randomised withdrawal

phase. Lancet Diabetes Endocrinol 2020;

8:748-61.

19. Baudry C, Coste J, Bou Khalil R, et al.

Efficiency and tolerance of mitotane in

Cushing’s disease in 76 patients from a

single center. Eur J Endocrinol 2012;167:

473-81.

20. Preda VA, Sen J, Karavitaki N, Gross[1]man AB. Etomidate in the management of

hypercortisolaemia in Cushing’s syndrome:

a review. Eur J Endocrinol 2012;167:137-

43.

21. Fleseriu M, Biller BMK, Findling JW,

et al. Mifepristone, a glucocorticoid re[1]ceptor antagonist, produces clinical and

metabolic benefits in patients with Cush[1]ing’s syndrome. J Clin Endocrinol Metab

2012;97:2039-49.

22. Ganti AKP, Loo BW, Bassetti M, et al.

Small cell lung cancer, version 2.2022,

NCCN clinical practice guidelines in on[1]cology. J Natl Compr Canc Netw 2021;19:

1441-64.

23. Pignon J-P, Arriagada R, Ihde DC, et al.

A meta-analysis of thoracic radiotherapy

for small-cell lung cancer. N Engl J Med

1992;327:1618-24.

24. Goldman JW, Dvorkin M, Chen Y, et al.

Durvalumab, with or without tremelimu[1]mab, plus platinum-etoposide versus

platinum-etoposide alone in first-line treat[1]ment of extensive-stage small-cell lung

cancer (CASPIAN): updated results from

a randomised, controlled, open-label,

phase 3 trial. Lancet Oncol 2021;22:51-65.

25. Horn L, Mansfield AS, Szczęsna A,

et al. First-line atezolizumab plus chemo[1]therapy in extensive-stage small-cell lung

cancer. N Engl J Med 2018;379:2220-9.