Buenos días Dr. Le escribo desde la sierra de Perú a 3200 msnm, Ayacucho, Lucanas, Chaviña, en estudios recientes está zona presenta intoxicación por arsénico. Quisiera ayuda en un caso. Mujer de 51 años, sin antecedentes patológicos, refiere que hace 12 años le apareció un nódulo en dorso de mano derecha, pruriginoso, que se fué diseminando hacia ambos miembros superiores, abdomen, dorso lumbar, miembros inferiores, de forma progresiva Mujer duerme con su esposo, quien no presenta ninguna lesión. Se dedica a la agricultura y ganadería.
Waldir Medicina Humana.
Ica, Ayacucho, Perú.
Opinión: Lesiones papulosas de entre 1 a 2 cm presentes en los
cuatro miembros y en tronco la mayoría de las cuales tienen aspecto cupuliforme
con queratinización en forma de tapón central. Asumo que las lesiones son
pruriginosas dado que la primera de ellas en aparecer, descubierta en dorso de
manos, era pruriginosa. En abdomen tienen características algo diferente las
lesiones, las cuales no son elevadas y tienen surcos con algunas costras que
recuerdan a las lesiones producidas por escabiosis. Hay además en la parte
inferior del abdomen algunas estrías de color rojo vinoso en una paciente que
no es obesa, y que podrían ser expresión de Cushing secundario a ingesta de
corticosteroides (indicados por prurito?). Este tipo de lesiones elevadas
pápulo nodulares pruriginosas, plantean una serie de diagnósticos diferenciales.
En primer lugar, PRURIGO NODULAR. Siempre que sospechamos prurigo nodular es
importante buscar las causas del prurito ya que esta entidad se desarrolla como
consecuencia del rascado continuo en pacientes con prurito crónico. Es muy
frecuente encontrar dermatitis atópica y xerosis como causa inicial del
prurito. En raras ocasiones, el PN puede ser el síntoma de presentación de una
enfermedad sistémica, como una infección por VIH o micobacterias, una
infestación parasitaria o un linfoma. Es importante descartar enfermedades
sistémicas como diabetes, insuficiencia renal crónica, enfermedad
cardiovascular, hepatitis C, enteropatía por gluten, infección por VIH), trastornos
psiquiátricos (ansiedad, depresión) y estrés emocional. El PN ocurre en
aproximadamente el 5 por ciento de los pacientes con infección por VIH.
Si bien el diagnóstico de PN es clínico, basado en una
historia de prurito severo crónico y el hallazgo clínico de lesiones nodulares
excoriadas características a menudo distribuidas simétricamente, la biopsia es
confirmatoria en casos de dudas o de otros diagnósticos considerados en el
diferencial o mala respuesta al tratamiento. Siempre el estudio de un paciente
con PN debe incluir una rutina básica de laboratorio con recuento completo de
células sanguíneas, pruebas de función hepática, nitrógeno ureico en sangre y
creatinina, TSH, investigación de VIH, análisis de orina y de heces en busca de
huevos y parásitos, y una radiografía de tórax.
En varios pacientes se ha descrito una presentación
clínica caracterizada por la coexistencia de nódulos pruriginosos y QUERATOACANTOMAS
MÚLTIPLES en la piel pruriginosa y actínicamente dañada, y esta paciente tiene
también aspecto de QUERATOACANTOMAS MÚLTIPLES, sobre todo algunas lesiones. Los
queratoacantomas múltiples pueden coexistir con PN. Otros diagnósticos
diferenciales son la SARNA NODULAR, por lo que es muy común que estos pacientes
hayan recibido tratamientos empíricos para escabiosis (dijimos antes que las
lesiones del abdomen son sugerentes de escabiosis. El PENFIGOIDE NODULAR, que es
una variante rara del penfigoide ampolloso, y que se caracteriza por nódulos
pruriginosos, pápulas o placas que imitan al PN clínica e histológicamente. El
diagnóstico se confirma mediante inmunofluorescencia directa, que muestra
tinción lineal de inmunoglobulina G (IgG) y / o componente del complemento 3
(C3) a lo largo de la zona de la membrana basal, y presencia de autoanticuerpos
circulantes contra los antígenos del penfigoide ampolloso. También hay que
considerar como diferencial en este caso, algunas DERMATOSIS PERFORANTES REACTIVAS
ADQUIRIDAS, que son un grupo de trastornos cutáneos raros que se asocian más
comúnmente con insuficiencia renal crónica y diabetes mellitus, caracterizados
por la eliminación transepitelial de material dérmico. Y que se presentan como
pápulas umbilicadas pruriginosas, en forma de domo, con un tapón queratinoso
central situado en el tronco y las extremidades.
En cuanto al tratamiento del prurigo nodular, además,
obviamente del tratamiento de la condición de base o enfermedad sistémica
asociada, incluye la educación del paciente para que adopte medidas generales
para reducir la irritación y el rascado de la piel, el tratamiento sintomático
del prurito y terapias tópicas o sistémicas destinadas a interrumpir el ciclo
de picazón-rascado y aplanar las lesiones cutáneas. Se debe fomentar el cuidado
suave de la piel utilizando limpiadores suaves para bañarse o ducharse y
aplicar emolientes varias veces al día para calmar y reducir la sequedad. Las
lociones que brindan una sensación refrescante en la piel pueden brindar un
alivio adicional, como las lociones de calamina o las lociones que contienen
mentol y alcanfor, y las que contienen clorhidrato de pramoxina , un anestésico
local. Mantener las uñas cortas y pueden usar guantes por la noche. La oclusión
de las áreas afectadas con vendas (p. Ej., Botas Unna) o vendajes puede
proporcionar un alivio adicional. Debe tratarse cualquier comportamiento
compulsivo subyacente (p. Ej., Rascarse la piel). El tratamiento farmacológico
con antihistamínicos sedantes de primera generación (p. Ej., Hidroxizina ,
difenhidramina ) administrados a la hora de acostarse puede ser útil para
controlar el prurito nocturno. Tanto los inhibidores selectivos de la
recaptación de serotonina como los antidepresivos tricíclicos también se
emplean para el prurito crónico, especialmente cuando está presente un
componente de la depresión. En la enfermedad limitada se puede usar corticosteroides
tópicos superpotentes e intralesionales. Otras terapias tópicas - Otros
tratamientos tópicos que se han utilizado con cierto éxito en pacientes con PN
limitado incluyen capsaicina tópica, inhibidores tópicos de la calcineurina y
análogos tópicos de vitamina D. Ahora,
en los pacientes con enfermedad generalizada, como podría ser este caso, y
sobre todo cuando no responden a corticosteroides tópicos se puede usar fototerapia
ultravioleta B de banda estrecha (NBUVB) como terapia de primera línea dos o
tres veces por semana durante un máximo de 10 semanas en combinación con
corticosteroides tópicos. Se pueden administrar antihistamínicos orales, los
antidepresivos tricíclicos doxepina o amitriptilina o gabapentina / pregabalina
como tratamiento complementario para controlar el prurito. También se pueden
usar emolientes y corticosteroides tópicos según sea necesario.
Excepcionalmente se debe recurrir a terapias
sistémicas con inmunosupresores sistémicos, tales como talidomida , lenalidomida y
anticonvulsivos. Metotrexacto en dosis bajas (7,5 a 20 mg por semana) o la
ciclosporina oral (3 a 5 mg / kg por día) pueden ser beneficiosos en pacientes
con PN recalcitrante, según la experiencia clínica y algunos estudios
observacionales pequeños.
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