Paciente de 19 años sin antecedentes clínicos de
importancia... que acude con dolor abdominal urente en epigastrio y en estado
de ebriedad con aliento alcohólico
ANTECEDENTES PERSONALES Y PATOLÓGICOS sin
importancia
Trabaja en mineria artesanal
Llegó en estado de ebriedad deducido por aliento
alcohólico intenso y estuporoso Al
despertar mencionó dolor urente en epigastrio y admitió haber
ingerido una onza aproximadamente de
mercurio que utiliza en su trabajo con fines suicidas
Según indagamos con el familiar fue 4 horas antes de
llegar a nuestro hospital
Se obtuvo una Rx simple de abdomen.
Dra. Claudia Alvear Matailo
Medico general
Medico Residente en Hospital Julius Doepfner
Medico en Ministerio de Salud Publica del Ecuador
Trabaja en Hospital Isidro Ayora
Trabajó en Hospital Regional Docente Isidro Ayora de
Loja
Estudió en UNL medicina
De Loja Ecuador.
ENVENENAMIENTO POR MERCURIO
El envenenamiento por mercurio (también conocido
como hidrargiria, hidrargirismo o mercurialismo) es una enfermedad causada por
la exposición al mercurio o sus compuestos. El mercurio (símbolo químico Hg) es
un metal pesado. La intoxicación por mercurio aparece en varias formas que
dependen del estado de oxidación en que se presenta y entra en el organismo. Un
primer estado de oxidación es el cero (Hg0) o mercurio metálico, que existe
como vapor o como metal líquido. El estado (+1), Hg+ existe en forma de sales
inorgánicas, y su estado (+2), Hg2+ puede formar tanto sales inorgánicas como
compuestos orgánicos (llamados genéricamente compuestos organomercuriales). Los
efectos tóxicos incluyen daños al cerebro, los riñones y los pulmones. El
envenenamiento por mercurio puede provocar varias enfermedades, incluyendo
acrodinia (enfermedad rosada), el síndrome de Hunter-Russell, y la enfermedad
de Minamata.
Los síntomas suelen incluir discapacidad sensorial
(visión, audición, habla), sensación alterada y la falta de coordinación. El
tipo y el grado de síntomas que presenten dependen de la toxina individuales,
la dosis, y el método y duración de la exposición.
SIGNOS Y SÍNTOMAS
Los síntomas comunes de envenenamiento por mercurio
son la neuropatía periférica (que se presenta como parestesia o picazón, ardor
o dolor), decoloración de la piel (mejillas color de rosa, los dedos de manos y
pies), inflamación y descamación (desprendimiento de la piel).
Debido a que el mercurio bloquea la vía de
degradación de las catecolaminas, se produce un exceso de adrenalina que
provoca sudoración profusa, taquicardia (latido cardíaco persistentemente más
rápido de lo normal), aumento de la salivación e hipertensión (presión arterial
alta). El mercurio puede inactivar la S-adenosil-metionina, que es necesaria
para el catabolismo de las catecolaminas.
Los niños afectados pueden presentar coloración roja
de las mejillas, la nariz y los labios, caída del cabello, dientes y uñas,
erupción transitoria, hipotonía (debilidad muscular) y aumento de la
sensibilidad a la luz. Otros síntomas pueden incluir disfunción renal (por
ejemplo, el síndrome de Fanconi) o síntomas neuropsiquiátricos tales como
labilidad emocional, deterioro de la memoria o insomnio. Por lo tanto, la
presentación clínica pueden parecerse a los de feocromocitoma o enfermedad de
Kawasaki.
En intoxicaciones crónicas por vapor mercurio
inhalado de manera ocupacional como recoge el Instituto Nacional de Salud e
Higiene en el trabajo NTH: 229 Mercurio Protocolo de Vigilancia Médica) y
nuevos estudios médicos recogidos en actuales bibliografía médica ocupacional,
los síntomas sobre este ya no esta dirigido a la triada clásica de eretismo,
temblor y gingivitis, sino también a sus efectos sobre las funciones
sensoriales, trastornos de la coducta, anomlías electroencefalográficas,
Síndrome de Fatiga Crónica, fibromalgias, ostopenias,alteraciones
Psicológicas,entumecimientos y hormigueo, osteoporosis, etc..
CAUSAS
El consumo de pescado es de lejos la fuente más
importante de exposición al mercurio en los seres humanos y animales, aunque
las plantas y el ganado también contienen mercurio debido a la bioacumulación
de mercurio del suelo, el agua y la atmósfera, y debido a la biomagnificación
del mercurio por la ingesta de otros organismos que lo contienen. Además de la
ingesta, la exposición al mercurio también puede ocurrir al respirar aire
contaminado. Otras fuentes de intoxicación proceden de la exposición a vapores
de mercurio en los empastes dentales con amalgama de mercurio, por su manejo
indebido (por ejemplo los derrames de mercurio metálico) o por la eliminación
inadecuada de las lámparas fluorescentes.
El consumo de carne de ballenas y delfines, práctica
habitual en Japón, es una fuente de altos niveles de envenenamiento por
mercurio. Tetsuya Endo, un profesor de la Universidad de Ciencias de la Salud
de Hokkaido, ha probado que la carne de ballena comprada en la ciudad de Taiji
contiene niveles de mercurio que son más de 20 veces superiores a los estándares
aceptables en el país.
Además del mercurio liberado de forma natural en los
volcanes, hay varias fuentes de origen humano. La principal son las centrales
de carbón. Se estima que dos terceras partes del mercurio generado por los
humanos proviene de la combustión estacionaria, sobre todo de carbón. Otras
fuentes antrópicas importantes incluyen la minería de oro, la producción de metales
no ferrosos, la fabricación de cemento, eliminación de residuos, crematorios
humanos, la producción de sosa cáustica, arrabio y acero, producción de pilas
de mercurio, y la quema de biomasa.
Dado el uso del cinabrio (sulfuro de mercurio,
HgS)para la extracción del oro, lo trabajadores de las pequeñas minas de oro
independientes se encuentran ante un elevado riesgo de envenenamiento. Tal es
el peligro para el minero llamado galamsey en Ghana y trabajadores similares
conocido como orpailleurs en los países francófonos vecinos. Si bien no hay
estimaciones oficiales de esta fuerza de trabajo del gobierno, los observadores
creen que entre veinte mil y cincuenta mil trabajan como galamseys en Ghana,
una cifra que incluye a muchas mujeres, que trabajan como cargadoras.
El mercurio y muchos de sus compuestos químicos,
especialmente los compuestos organomercuriales, pueden ser absorbidos
fácilmente por contacto directo con la piel, o en algunos casos (como el
dimetilmercurio)con piel insuficientemente protegida. Estos riesgos sufren allí
donde el mercurio y sus compuestos se utilizan comúnmente, como en los
laboratorios químicos, hospitales, clínicas dentales, y las instalaciones
implicadas en la producción de artículos como lámparas fluorescentes, baterías
y explosivos.
MECANISMO
El mercurio es un agente tóxico altamente reactivo
cuyos efectos iniciales son difíciles de identificar y de cuyos mecanismos de
toxicidad queda aún mucho por conocer. Daña el sistema nervioso central (SNC),
el sistema endocrino, los riñones y otros órganos y afecta negativamente a la
boca, las encías y los dientes. La ingesta durante largos periodos de tiempo o
una fuerte exposición al vapor de mercurio, pueden causar daño al cerebro y
finalmente la muerte. El mercurio y sus compuestos son particularmente tóxicos
para los fetos y los bebés. Las mujeres que han estado expuestas al mercurio
durante el embarazo pueden dar a luz niños con defectos congénitos graves
(véase la enfermedad de Minamata), aunque no siempre ocurra tal. Ha sido demostrado
que la frecuencia de niños con autismo se relaciona de manera significativa con
la exposición de las madres durante el embarazo al aire contaminado con altos
niveles de diésel y del mercurio expulsado por su combustión.
La exposición al mercurio en los niños pequeños
pueden tener graves consecuencias neurológicas, dificultando la formación de
las vainas de mielina que recubren los nervios periféricos, pues el mercurio
inhibe la formación de la mielina.
Existe alguna evidencia de que el envenenamiento por
mercurio puede predisponer al síndrome de Young (hombres con bronquiectasias y
recuento bajo de espermatozoides).10
Los efectos de la intoxicación por mercurio en parte
dependen de si ha sido causado por la exposición al mercurio elemental, a los
compuestos inorgánicos de mercurio (en forma de sales) o los compuestos
organomercuriales como el dimetilmercurio.
MERCURIO ELEMENTAL
El mercurio metálico líquido no se absorbe bien por
ingestión ni por contacto con la piel. Es peligroso por su potencial de
liberación de vapores de mercurio. Los datos en animales indican que menos del
0,01% de mercurio ingerido es absorbido por el tracto gastrointestinal intacto.
Los casos de toxicidad sistémica por ingestión accidental son raros.
En los seres humanos, aproximadamente el 80% del
vapor de mercurio inhalado se absorbe a través de las vías respiratorias y
entra en el sistema circulatorio desde donde se distribuye por todo el cuerpo.
La exposición crónica por inhalación, incluso en bajas concentraciones en el
rango de 0.7 hasta 42 μg/m3, se ha demostrado que causa efectos tales como
temblores, deterioro de las habilidades cognitivas y trastornos del sueño en
los trabajadores.
La inhalación aguda de altas concentraciones causa
una amplia variedad de trastornos de las habilidades cognitivas, sensoriales y
motoras. Los síntomas más prominentes incluyen temblores (inicialmente afectan
a las manos y a veces se extienden a otras partes del cuerpo), labilidad
emocional (caracterizada por irritabilidad, timidez excesiva, pérdida de
confianza, nerviosismo), insomnio, pérdida de memoria, cambios neuromusculares
(debilidad muscular por atrofia, contracciones musculares), dolores de cabeza,
polineuropatía (parestesia, pérdida sensorial, reflejos hiperactivos), y el
déficit de rendimiento en las pruebas de función cognitiva.
COMPUESTOS DE MERCURIO INORGÁNICO
El mercurio inorgánico se produce en forma de sales
como el cloruro de mercurio (II). Las sales afectan principalmente al tracto
gastrointestinal y los riñones, y pueden causar daño renal grave. Sin embargo,
ya que no pueden atravesar la barrera hematoencefálica con facilidad, estas
sales causan poco daño neurológico a menos que se sufra a una exposición
continua o alta.15 Como el mercurio posee dos estados de oxidación (Hg++ y
Hg2+), las sales de mercurio aparecen en las formas de mercurio (I) (o mercurioso)
y mercurio (II) (mercúrico). Las sales de mercurio (II) son generalmente más
tóxicas que sus contrapartes de mercurio (I) porque su solubilidad en agua es
mayor, por lo que se absorben más fácilmente en el tracto gastrointestinal.
CIANURO DE MERCURIO
El cianuro de mercurio (también conocido como
cianuro de mercurio (II)), Hg(CN)2, es un compuesto de mercurio particularmente
tóxico. Si se ingiere, induce riesgo de muerte tanto por su contenido en
mercurio como por el de cianuro. El Hg(CN)2 puede ingresar al cuerpo por
inhalación, ingestión, o a través de la piel.16 La inhalación de cianuro de
mercurio irrita la garganta y las vías respiratorias. El calentamiento o el
contacto de Hg(CN)2 con niebla ácida o ácido, emite mercurio tóxico y vapores
de cianuro que pueden causar bronquitis con tos y flema y/o irritación del
tejido pulmonar. El contacto con los ojos puede causar quemaduras y manchas
marrones en los ojos y la exposición a largo plazo puede afectar la visión
periférica. El contacto con la piel puede causar alergia, irritación y color de
piel gris.
La exposición crónica a pequeñas cantidades del
compuesto puede conducir a la acumulación de mercurio en el cuerpo, ya que
pueden pasar meses o incluso años para que el cuerpo elimine el exceso de
mercurio. La sobreexposición al cianuro de mercurio puede causar daño renal y/o
envenenamiento por mercurio, temblores (por ejemplo: escritura temblorosa),
irritabilidad, dolor en las encías, aumento de la salivación, sabor metálico,
pérdida del apetito, pérdida de memoria, cambios de personalidad y daño
cerebral. La exposición a grandes dosis de una sola vez puede conducir a la
muerte súbita.
No se ha estudiado su capacidad de causar efectos
nocivos a la reproducción. Aunque no se haya demostrado tampoco que los compuestos
inorgánicos de mercurio (como Hg(CN)2) sean teratogénicos en humanos, se los
debe manejar con cuidado ya que se conocen los daños que producen en embriones
en desarrollo y la disminución de la fertilidad en hombres y mujeres.
Según un estudio, dos personas presentaron síntomas
de envenenamiento por cianuro en cuestión de horas tras la ingestión de
mercurio, cianuro o mercurio oxicianuro, Hg(CN)2•HgO, en intentos de suicidio.
Normalmente la toxicidad del Hg(CN)2 se plantea casi exclusivamente a partir
del envenenamiento por mercurio, sin embargo el paciente que ingirió mercurio
oxicianuro murió después de 5 horas por intoxicación por cianuro antes de que
se observaran síntomas de envenenamiento por mercurio. El paciente que ingirió
Hg(CN)2 inicialmente mostró síntomas de intoxicación aguda por cianuro que
fueron puestos bajo control y más tarde mostró signos de envenenamiento por
mercurio, antes de recuperarse. Se cree que el grado de intoxicación por
cianuro tiene que ver con si se liberan iones de cianuro en el estómago, lo que
depende de factores tales como la cantidad ingerida, la acidez del estómago, y
el volumen del contenido gástrico17 Dado que las moléculas de Hg(CN)2
permanecen sin disociar en agua pura y en soluciones básicas,18 es lógico que
la disociación se incremente con el aumento de la acidez. La alta acidez del
estómago por lo tanto ayuda a los iones de cianuro a estar más biodisponibles,
aumentando la probabilidad de intoxicación por cianuro.
El cianuro de mercurio se utilizó en dos asesinatos
en Nueva York en 1898. El autor, Roland B. Molineux, envió medicamentos
envenenados a sus víctimas a través del correo de los EE.UU.. La primera
víctima, Henry Barnett, murió de envenenamiento por mercurio doce días después
de tomar el veneno. La segunda víctima, Catherine Adams, murió de
envenenamiento por cianuro dentro de los 30 minutos de tomar el veneno. Al
igual que en los casos de suicidio, la diferencia entre los dos casos se puede
atribuir a diferencias en la acidez de las soluciones que contenían el veneno,
o bien a diferencias en la acidez de los estómagos de las víctimas.
COMPUESTOS ORGÁNICOS DE MERCURIO
Los compuestos de mercurio tienden a ser mucho más
tóxico que el elemento en sí. Por otro lado, los compuestos orgánicos del
mercurio son extremadamente tóxicos y han estado implicados en daños al cerebro
y el hígado. El compuesto de mercurio más peligroso, el dimetilmercurio, es tan
tóxico que incluso unos pocos microlitros derramados sobre la piel o incluso un
guante de látex, pueden causar la muerte.
El mercurio es capaz de inducir un daño en el SNC
mediante la migración al cerebro, cruzando la barrera hematoencefálica.19 El
mercurio está presente en un gran número de compuestos aunque el metilmercurio
(MeHg +), el dimetilmercurio y el dietilmercurio se consideran las únicas
formas significativamente neurotóxicas. El metilmercurio y el dietilmercurio se
consideran unas de las neurotoxinas más potentes jamás descubiertas.19 El MeHg
+ se adquiere normalmente mediante el consumo de mariscos, ya que tiende a
concentrándose en los organismos de altos estratos en la cadena alimenticia.20
Se sabe que los iones de mercurio inhiben el transporte de aminoácidos (AA) y
glutamato (Glu), lo que puede conducir a efectos de exocitotoxicidad.21
METILMERCURIO
El metilmercurio es la principal fuente de mercurio
orgánico para todos los individuos. Va ascendiendo en la cadena alimentaria a
través de la bioacumulación en el medio ambiente, alcanzando altas
concentraciones en las poblaciones de algunas especies. Son especies de peces
grandes y predadoras como el atún o el pez espada, los que suelen tener niveles
más altos de mercurio y generan mayor preocupación que las especies más
pequeñas. La Administración de Alimentación y Medicamentos de EE.UU. (FDA) y la
Agencia de Protección Ambiental (EPA) del mismo país asesoran a las mujeres en
edad de procrear, madres lactantes y niños pequeños para evitar por completo el
pez espada, tiburón, caballa y blanquillo del Golfo de México (el blanquillo
dorado del Atlántico medio y Norte no presenta ningún riesgo). También para
limitar el consumo de atún claro a no más de 6 onzas (170 g) por semana, 18 y
de todos los otros pescados y mariscos a no más de 12 oz (340 g) por semana.
Una revisión de 2006, realizada por el Dr. Dariush
Mozaffarian y el Dr. Eric B. Rimm,22 de los riesgos y beneficios del consumo de
pescado, encontraron que para los adultos es más beneficiosa la ingesta de una
a dos porciones de pescado (a excepción de un pocas especies de peces) por
semana que los riesgos, incluyendo a las mujeres en edad fértil. De hecho,
evitar el consumo de pescado puede favorecer un considerable exceso de muertes
por enfermedad cardiaca coronaria. También retrasaría el desarrollo neuronal
óptimo en los niños. (Dr. Rimm ha informado en el pasado que ha recibido el
pago o los honorarios de presentaciones sobre los alimentos y las dietas de
ambos el Culinary Institute of America y la Asociación Internacional de Chefs,
entre otros.[cita requerida])
Hay un largo período de latencia entre la exposición
al metilmercurio y la aparición de los síntomas en casos de envenenamiento de
adultos. El más largo período de latencia se registró cinco meses después de
una sola exposición, en el caso de Dartmouth (ver Historia); también han sido reportados
otros períodos de latencia están en el rango de semanas a meses. No hay
explicación para este período de latencia. Cuando aparece el primer síntoma,
por lo general es parestesia (una sensación de hormigueo o adormecimiento en la
piel), es seguido rápidamente por los efectos más graves, que a veces terminan
en coma y la muerte. El daño parece ser determinado no tanto por el valor
máximo de mercurio, como por la duración de la exposición.
La exposición al metilmercurio en ratas en
gestación, un periodo del desarrollo que sirve de modelo aproximado al
desarrollo neural en humanos durante los primeros dos trimestres de gestación23
24 tiene consecuencias duraderas en el comportamiento adulto, siendo posible
que aparezcan incluso más tarde durante la tercera edad. El cortex prefrontal o
la transmisión de dopamina podrían ser especialmente sensibles incluso a una
mínima exposición al metilmercurio durante la gestación,25 lo cual implica que
los estudios de salud pública sobre el metilmercurio basados en la capacidad
intelectual pueden subestimar su impacto en la salud pública.
ETILMERCURIO
El etilmercurio es un producto de degradación del
etilmercuriltiosalicilato, un agente antibacteriano que se ha utilizado como
antiséptico tópico y conservante de vacunas (más discutido abajo en tiomersal).
Sus características no han sido estudiadas tan extensamente como las de
metilmercurio. Se elimina de la sangre mucho más rápidamente, con una vida
media de 7 a 10 días, y se metaboliza mucho más rápido que el metilmercurio.
Probablemente no tiene la capacidad del metilmercurio para cruzar la barrera
sangre-cerebro (barrera hematoencefálica) a través de transportadores, sino que
se basa en la simple difusión para entrar en el cerebro.
OTRAS FUENTES
Otras fuentes de exposición de mercurio orgánico son
el acetato de fenilmercurio y el nitrato de fenilmercurio. Estos fueron
utilizados en las pinturas de látex de interior por sus propiedades anti-moho,
pero se retiraron en 1990 debido a los casos de toxicidad.[cita requerida]
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de envenenamiento por mercurio
elemental o inorgánico consiste en determinar la historia de la exposición, los
hallazgos físicos y una carga corporal elevada de mercurio. A pesar de todo,
las concentraciones de mercurio en sangre son normalmente menos de 6 mg/L, y
las dietas ricas en pescado puede dar lugar a concentraciones de mercurio en la
sangre superior a 200 mg/L, por lo que no es tan útil medir estos niveles para
los casos sospechosos de intoxicación por mercurio inorgánico o elemental,
debido a que el mercurio tiene una vida media corta en la sangre. Si la
exposición es crónica, se pueden obtener en orina; muestras de 24 horas son más
fiables que las muestras in situ. Son difíciles o imposibles de interpretar las
muestras de orina de pacientes sometidos a terapia de quelación, pues el propio
tratamiento aumenta los niveles de mercurio en las muestras. El diagnóstico de
envenenamiento por mercurio orgánico se diferencia en que el análisis del pelo
y la sangre es más fiable que los niveles de mercurio en la orina.
PREVENCIÓN
El envenenamiento por mercurio puede ser prevenido
(o minimizado) eliminando o reduciendo la exposición al mercurio y sus
compuestos. Por eso, muchos gobiernos y grupos privados han realizado esfuerzos
para regular en gran medida el uso de mercurio, o hacer avisos acerca de su
uso. Por ejemplo, en la Unión Europea la exportación de mercurio y algunos de
sus compuestos está prohibida desde 03/15/2010. La variabilidad entre los
reglamentos y avisos a veces es confusa tanto para personas inexpertas como
para los científicos profesionales.
TRATAMIENTO
En ausencia de tratamiento la vida media del
mercurio en el cerebro humano se aproxima a los 27,4 años. Identificar y
eliminar la fuente del mercurio es crucial. La descontaminación requiere la
eliminación de la ropa, lavar la piel con agua y jabón y el lavado de los ojos
con solución salina, según sea necesario. La ingestión de compuestos
inorgánicos tales como el cloruro de mercurio debe ser abordada como la ingestión
de cualquier cáustico grave. La terapia de quelación inmediata es el estándar
de cuidado para un paciente con síntomas graves de envenenamiento por mercurio
o con las pruebas de laboratorio indicando una elevada carga total de mercurio.
La terapia de quelación para intoxicación aguda de
mercurio inorgánico se puede hacer con DMSA, el ácido
2,3-dimercapto-1-propanosulfónico (DMPS), D-penicilamina (DPCN) o dimercaprol
(BAL). Sólo el DMSA ha sido aprobado por la FDA para uso en niños con el fin de
tratar la intoxicación por mercurio. Sin embargo, varios estudios no
encontraron beneficio clínico claro en el tratamiento con DMSA en intoxicaciones
por el vapor de mercurio. Ningún quelante para el metilmercurio o etilmercurio
ha sido aprobado por la FDA. El DMSA es el más utilizado para la intoxicación
por metilmercurio grave, ya que se administra por vía oral, tiene menos efectos
secundarios y se ha encontrado ser superior a BAL, DPCN y DMPS.
El ácido alfa-lipoico (ALA) ha demostrado tener un
efecto protector contra la intoxicación aguda por mercurio en varias especies
de mamíferos cuando se administra poco después de la exposición. La
administración se debe realizar con las dosis apropiadas, ya que dosis
inapropiadas incrementan la toxicidad del mercurio. A pesar de que se ha
propuesto la hipótesis de que dosis bajas pero frecuentes de ALA pueden actuar
como un agente quelante del mercurio (Protocolo de Cutler, por ejemplo), los
estudios en ratas han sido contradictorios. El glutatión y la N-acetilcisteína
(NAC) son recomendadas por algunos médicos, pero se ha demostrado que aumenta
las concentraciones de mercurio en los riñones y el cerebro. Los datos
experimentales obtenidos han demostrado una interacción entre el selenio y el
metilmercurio, pero los estudios epidemiológicos han encontrado poca evidencia
de que el selenio ayude a proteger contra los efectos adversos del
metilmercurio.
Incluso si el paciente no tiene síntomas o una
historia documentada de exposición al mercurio, una minoría de los médicos
(sobre todo los de medicina alternativa) utilizan la quelación para
"deshacerse" del mercurio corporal, que creen causa trastornos
neurológicos y otros. Una práctica común es desafiar el cuerpo del paciente con
un agente quelante, recoger muestras de orina y luego utilizar los informes de
laboratorio para diagnosticar al paciente con niveles tóxicos de mercurio. A
menudo no se toman muestras de orina antes de la quelación para su comparación.
No hay datos científicos que justifiquen la
afirmación de que el mercurio usado en las vacunas causa el autismo o sus
síntomas, y no hay apoyo científico para la terapia de quelación como
tratamiento para el autismo.
La terapia de quelación puede ser peligrosa si se
administra incorrectamente. En agosto de 2005, una forma incorrecta de EDTA
utilizada para la terapia de quelación dio lugar a una hipocalcemia, que causó
un paro cardíaco que mató a un niño autista de cinco años de edad.
PRONÓSTICO
Muchos de los efectos tóxicos del mercurio son
parcial o totalmente reversible, ya sea a través de una terapia específica o a
través de eliminación natural del metal después de la exposición. El mercurio
en el cerebro humano tiene una vida media que se aproxima a los 27,4 años. La
exposición fuerte o prolongada puede causar daños irreversibles, sobre todo en
los fetos, bebés y niños pequeños. El síndrome de Young se cree que es una
consecuencia a largo plazo del envenenamiento por mercurio en la niñez
temprana. El cloruro de mercurio puede causar cáncer, ya que causa el aumento de
varios tipos de tumores en ratas y ratones, mientras que el mercurio de metilo
causa tumores en los riñones en ratas macho. La EPA ha clasificado al cloruro
de mercurio y el mercurio de metilo como posibles carcinógenos humanos (ATSDR,
EPA)
LA DETECCIÓN EN FLUIDOS BIOLÓGICOS
El mercurio puede medirse en la sangre y orina para
confirmar un diagnóstico de intoxicación en las víctimas hospitalizadas o para
colaborar en la investigación forense en un caso de sobredosis fatal. Algunas
técnicas de análisis son capaces de distinguir las formas orgánicas de las
formas inorgánicas del metal. Las concentraciones en los líquidos tienden a
alcanzar niveles altos poco después de la exposición a formas inorgánicas,
mientras que niveles más bajos, pero muy persistentes se observan tras la
exposición al mercurio elemental o los productos orgánicos. La terapia de
quelación puede causar una elevación transitoria de los niveles de mercurio en
la orina. No obstante, un aumento del mercurio detectado en los análisis
después de aplicar la quelación, es un claro indicio de la cantidad de mercurio
acumulada en el organismo, cantidad no detectada en los análisis rutinarios
carentes de quelación previa.
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