En este ejercicio
clínico se presenta un caso que es discutido por un médico internista al que se
le van proporcionando datos de la historia clínica en forma secuencial, y este
analiza el cuadro a la luz de los nuevos elementos, de una manera análoga al proceso
diagnóstico en la práctica real de la medicina.
Una mujer de 51
años fue admitida a un hospital por un cuadro de seis semanas de dificultad
respiratoria progresiva. Al principio de la enfermedad había notado disnea
cuando subía escaleras en su trabajo pero en el momento de la internación la
dificultad respiratoria le impedía caminar más de 4,6 metros.
La velocidad de progresión y el compromiso de la capacidad funcional
implican un problema serio de base. Una insuficiencia cardiaca congestiva puede
explicar los síntomas y la progresión del cuadro; la bronquiolitis obliterante
o la neumonitis por hipersensibilidad también pueden evolucionar a este ritmo.
Un asma de reciente comienzo o una enfermedad obstructiva crónica no tienen el
ritmo de progresión que tiene la enfermedad de esta paciente. Seis semanas es mucho
tiempo para le evolución de una neumonía típica adquirida en la comunidad, pero
otras infecciones tales como tuberculosis o histoplasmosis pueden tener este
ritmo de progresión. También habría que considerar la anemia severa, un derrame
pleural de crecimiento gradual o la hipertensión pulmonar.
La paciente no
refería fiebre, escalofríos, pérdida de peso o sudoración nocturna. Tampoco
refería dolor torácico, tos, ortopnea, disnea paroxística nocturna ni edema en
miembros inferiores. No había realizado viajes recientemente. Sus antecedentes
médicos incluían trastornos de ansiedad y ocasionales episodios de cefalea
relacionadas con estrés. Trabajaba como terapista respiratoria en un hospital y
tenía caballos en su casa en Oregon. Fumaba 10 cigarrillos por día y lo había
estado haciendo los últimos 30 años. No tomaba alcohol ni utilizaba drogas
ilícitas. No tomaba medicamentos prescriptos pero tomaba echinacea, ginseng,
glucosamina, y un complejo multivitamínico todos los días. Debido a sus
síntomas había comenzado a tomar St. John's wort (hipérico), y valeriana para
poder dormir, dos semanas antes de su internación.
La ausencia de otros síntomas y la falta de antecedentes en su historia
personal sugieren en principio que su enfermedad de base no es cardiaca ni
pulmonar. Como terapista respiratoria la paciente probablemente esté expuesta a
medicamentos aerosolizados y a patógenos transmitidos por vía aérea. Sus
antecedentes de fumadora moderada muy improbablemente la hayan llevado a una
enfermedad pulmonar obstructiva severa. Dado que ella toma varias medicaciones
herbarias me preocupa que alguna de ellas pueda estar produciendo alguna
disfunción orgánica o hemólisis. Aunque la ansiedad, la cefalea, y las
palpitaciones puedan no tener relación con su enfermedad de base, condiciones
comunes tales como hipertiroidismo y condiciones raras tales como
feocromocitoma deben ser consideradas.
En este punto todavía no tengo certeza del origen de la disnea. Me
gustaría si existe exposición ambiental o toxicidad herbaria pueden ser
responsables del cuadro. A pesar de la ausencia de síntomas mi examen físico se
enfocaría en el sistema cardiovascular y respiratorio.
La paciente era una
mujer delgada que impresionaba cansada. La temperatura era de 36,4°C, su
presión arterial de 148/72 mm Hg, su
frecuencia cardiaca era de 108 por minuto y su frecuencia respiratoria de 20
por minuto. La saturación de oxígeno de 98 por ciento respirando aire ambiente.
No había cambios ortostáticos ni en la presión ni en el pulso. Las conjuntivas
palpebrales estaban pálidas. No había distensión yugular. No había
linfadenopatías. Excepto por la taquicardia el resto del examen físico era
normal incluyendo el examen pulmonar y cardiaco. Una muestra de materia fecal
fue negativa para sangre oculta.
Dado la ausencia de evidencias claras de enfermedad cardiaca o pulmonar,
la anemia es mi principal consideración en este momento. Las conjuntivas
pálidas, la taquicardia de reposo y la disnea de esfuerzo son todos compatibles
con anemia severa que se puede haber instalado en el transcurso de varias
semanas. Los síntomas relacionados con anemia son determinados por el grado de
anemia, la velocidad de instalación, y el estado de la condición de
entrenamiento cardiopulmonar previo del paciente. Una concentración de
hemoglobina exageradamente baja puede ser bien tolerada si existe un tiempo
adecuado de los mecanismos homeostáticos tales como el aumento del gasto cardiaco para compensar el bajo aporte
de oxígeno a los tejidos. No hay ictericia, hepatoesplenomegalia,
linfadenopatía ni evidencias de otro tipo de citopenias (por ejemplo
petequias), hallazgo que daría pistas sobre la causa tal como hemólisis, efecto
tóxico sobre médula ósea o infiltración de médula ósea.
Estoy particularmente interesado en ver un laboratorio de la paciente
como un recuento celular, índices hematimétricos, un recuento de reticulocitos
y un frotis de sangre periférica. Aunque tengo firmes sospechas de que esta
paciente estánémic quisiera ver primero una radiografía de tórax, un electrocardiograma
y un análisis de gases en sangre, todos estudios obligados en cualquier
paciente con disnea severa.
Los resultados de
laboratorio mostraron hemoglobina 7,3 g/dl, y un hematocrito de 20,5%. El
volumen corpuscular medio era de 93 µm3. El recuento de glóbulos blancos era de
6700/mm3 con un recuento diferencial normal. El recuento de plaquetas era de 149.000/mm3. Los electrolitos séricos,
urea, creatinina y proteínas séricas eran normales así como eran normales
también los resultados de hepatograma, coagulación, medida de enzimas cardiacas
y análisis de orina.
El bajo nivel de hemoglobina sérica probablemente explique la disnea de
esfuerzo de la paciente y la taquicardia compensadora. En la evaluación de una anemia normocítica un dato crucial de laboratorio es el recuento de
reticulocitos. Un recuento elevado de reticulocitos sugeriría hemorragia (la cual no hay razón para
sospechar en este caso), o hemólisis. Un bajo recuento de reticulocitos sugiere
una enfermedad que se origina en la médula ósea. El volumen corpuscular medio
puede ser normal cuando distintos procesos se producen simultáneamente causando
micro y macrocitosis.
Condiciones tales como anemia de los trastornos crónicos o anemia del
fallo renal son descartadas en este caso por la ausencia de evidencias clínicas
o de laboratorio de procesos que puedan causarla (y además, esas condiciones
usualmente nunca dan anemia de tanta severidad como en este caso).Dado que no
hay ningún elemento que apunte a una enfermedad
sistémica, yo enfocaría el diagnóstico hacia el sistema
hematológico. Una anemia severa
adquirida puede ser explicada por una aplasia pura de glóbulos rojos o una
mielodsiplasia; el recuento de plaquetas normal-bajo es compatible con el
último diagnóstico. Aunque el volumen corpuscular medio está frecuentemente
elevado en pacientes con mielodisplasia, la anemia normocítica puede también
ocurrir. He dejado para el final algún factor externo a la paciente
particularmente el uso de medicación herbaria. Quizás una de las hierbas que
puede haber causado hemólisis o haber tenido efectos tóxicos sobre la médula
ósea. Estoy a favor de la última posibilidad
dado el nievel borderline del
recuento de plaquetas y el nivel normal de bilirrubina el cual suele estar
elevado en hemólisis.
El
electrocardiograma mostró ritmo sinusal a 99 latidos por minuto sin evidencias
de cambios isquémicos. Una radiografía de tórax (Figura 1) mostró leve
hiperinsuflación y un posible mediastino anterior ocupado.
La paciente no
refirió melena, hematoquecia, o hemoptisis. Ella era perimenopáusica habiendo
tenido sólo tres períodos menstruales en los últimos seis meses. Su último
período menstrual había sido dos semanas
antes de la internación había sido escasa. No refería aparición de equimosis
ante traumas menores ni gingivorragias. Sus antecedentes familiares no
mostraban enfermedades hemorragíparas. Dijo haber tenido un hematocrito normal
aproximadamente dos años antes de la
internación actual.
Figura 1.
Radiografía de tórax mostrando hiperinsuflación torácica leve (Panel A), y
possible ocupación del mediastino anterior (Panel B).
Cuál es el diagnóstico?
Puede una masa mediastinal dar cuenta de la disnea severa de esta paciente? Aunque una masa mediastinal pueda comprimir directamente la tráquea y
causar disnea, dudo que esto esté ocurriendo dado la rápida progresión de sus
síntomas lo cual no es compatible con el lento crecimiento de esta masa. Más
aún, existe ya una explicación plausible para la disnea, una anemia severa que
es la que requiere explicación en sí misma.
Pueden la presencia de una anemia normocítica y una masa de mediastino
anterior estar relacionadas? La respuesta es sí pero con alguna advertencia.
Primero, la radiografía de tórax mostró “probable ocupación de mediastino
anterior” lo cual en una Rx no es de demasiada especificidad y no podemos
asegurar que en realidad nos encontamos frente a una masa mediastinal. Una
imagen definitiva como una TC es necesaria en este punto. Segundo, este
descubrimiento puede ser un incidentaloma y la masa puede ser verdadera, la
anemia ser verdadera pero no estar relacionadas entre ellas. Muchas masas
mediastinales son hallazgos incidentales de la Rx. Las masas comunes de mediastino
anterior son el timoma, el linfoma, el tumor de células germinales, y el bocio
intratorácico subesternal. El timo
merece una consideración especial debido a su asociación con la aplasia pura de
glóbulos rojos. Un linfoma puede ciertamente comprometer la médula ósea o
causar una anemia hemolítica. La masa puede ser un bocio intratorácico
subesternal que usualmente es una glándula multinodular. Una posibilidad muy
remota sería la combinación de enfermedad de Graves con un trastorno inmune
coexistente tal como anemia hemolítica autoinmune o anemia perniciosa.
Se requiere en este punto una evaluación más profunda de la anemia
normocítica incluyendo un recuento de reticulocitos y una revisión de un frotis
de sangre periférica. La evaluación de la anemia debe ser acompañada por un
estudio de la probable masa mediastinal.
El frotis de sangre
periférica mostró morfología normal de los glóbulos rojos. La distribución de
los glóbulos (red distribution width) (RDW) fue de 12,8 (normal de 11,5 a 15),
y los otros índices hematimétricos eran normales. El nivel de ferritina era de
203 ng/ml. La haptoglobina sérica, la LDH, vitamina B12, y los niveles de ácido
metilmalónico eran todos normales. El recuento de reticulocitos era cero (este
valor fue confirmado con otras determinaciones).
El recuento de reticulocitos es la pistola humeante. Dado que la
paciente tiene una anemia hipoproliferativa, la hemólisis y la hemorragia son
causas poco probables. La ferritina y los niveles de B12 normales, el RDW
normal, y el frotis de sangre periférica normal
confirman que esta anemia no es una mezcla ente macrocitosis y
microcitosis. El bajo nivel de reticulocitos orienta la atención hacia
trastornos en la eritropoyesis. Estos trastornos pueden pueden aparecer en
presencia de una deficiencia de sustrato (por ejemplo de hierro), una carencia
de eritropoyetina o a una enfermedad de la médula primaria(aplasia o
displasia), o secundaria (efecto de drogas, toxinas, infecciones y tumores).
La ausencia completa de reticulocitos es un hecho notable entre las
anemias hipoproliferativas y sugiere un arresto o detención en la eritropoyesis. Este dato es más
compatible con aplasia pura de glóbulos rojos que es mi diagnóstico principal.
Una biopsia de médula ósea es esencial para hacer diagnóstico y excluir otras
causas. La edad de la paciente, y el nivel borderline normal-bajo de plaquetas
hace que mielodisplasia un motivo de preocupación aunque la ausencia completa
de reticulocitos no es característica de la mielodisplasia.
Yo haría una biopsia de médula ósea y esperaría encontrar pocos o ningún
eritroblasto con células mieloides y megacariocitos normales. Estaría muy
interesado en averiguar si el supuesto
timoma sigue viéndose en nuevas imágenes.
Transfundiría a la paciente con glóbulos rojos.
Se transfundieron
dos unidades de glóbulos rojos. Se realizó una TC de tórax sin contraste
(Figura 2) la cual reveló una masa lobulada de tejidos blandos de 4 por 5 por 6 en el mediastino
anterosuperior.
Figura 2. TC que
muestra una masa mediastinal anterior (flecha).
AAo: aorta
ascendente.
SVC: vena cava
superior.
LPA: arteria
pulmonar izquierda.
Es probable aún que la masa mediastinal pueda ser un linfoma (que puede
asociarse a anemia pura de glóbulos
rojos), o que esta masa no tenga relación con la anemia (que podría ser
explicada por efecto tóxico de medicación herbaria sobre la médula ósea), pero
ambas son posibilidades remotas. Una masa mediastinal anterior en un paciente
con hipoplasia eritocitaria es un timoma hasta que se demuestre lo contrario.
La resección
quirúrgica mostró una masa dura de 9 por 4,5 cm que comprometía el timo en su
totalidad y que estaba adherido a la vena braquiocefálica el pulmón derecho y
el pericardio. En el examen patológico se identificó como timoma de tipo
células mixtas con extensión extracapsular en pericardio y pleura derecha. Una
biopsia de médula ósea llevada a cabo durante la cirugía reveló hipocelularidad
y escasos precursores eritroides
compatible con aplasia pura de glóbulos rojos. Se administró
radioterapia adyuvante.
En una visita de
seguimiento un año después la TC de tórax no mostró evidencias de recurrencia.
El hematocrito fue normal.
COMENTARIO.
Visto en forma
retrospectiva este parece un caso sencillo. Con una radiografía de tórax y un
recuento de reticulocitos un clínico experimentado puede deducir el diagnóstico
de timoma asociado a aplasia pura de glóbulos rojos o plantearlo como principal
probabilidad hasta que se pruebe otro diagnóstico. Sin embargo, en el mundo real la presentación
y el curso clínico no son tan claros.
En base al
principal síntoma de esta paciente, la disnea, el médico que analizó el caso,
planteó inicialmente problemas cardiacos y pulmonares. Aunque mencionó anemia
desde un principio fue solo después de que un examen clínico completo no
mostrara elementos sugestivos de compromiso pulmonar o cardiaco lo que hizo
bajar la probabilidad de pretest hacia
esos trastornos y se orientara a la consideración de anemia como causa de la
disnea. Durante la ordenada evaluación
de la disnea de esta paciente sin embargo, una masa mediastinal fue
incidentalmente descubierta. Los clínicos a menudo se enfrentan a hallazgos
inesperados durante el curso de una evaluación diagnóstica y se ven forzados a
decidir si la nueva información está relacionada con los síntomas que están
estudiando o bien se trata de un hallazgo no relacionado.
¿Cómo manejan los
clínicos estos hallazgos inesperados? Los nuevos datos clínicos son
generalmente interpretados en el contexto de la hipótesis diagnóstica sobre la
que se trabaja en el punto del proceso diagnóstico en que este hallazgo se
produce. (1) En este caso cuando se descubrió la masa el médico que discutió el
caso ya estaba considerando causas de anemia normocítica y sospechando
problemas de médula ósea o hemólisis.
Entre los diagnósticos unificadores plausibles apareció entonces la
aplasia pura de glóbulos rojos debido a timoma, pero también consideró anemia
hemolítica autoinmune debido a linfoma. Los resultados bajos de reticulocitos
sirvió para optar o refinar el diagnóstico y apoyó la teoría del médico que
discutió el caso que consideró el diagnóstico de timoma.
Los clínicos
frecuentemente buscan un diagnóstico unificador en parte debido al principio de
parsimonia (la explicación más simple posible para todos los hallazgos) en el
trabajo diagnóstico que generamos. Criterios adicionales usados para verificar
hipótesis son muy adecuados (la
capacidad de explicar todos los hallazgos y que estén de acuerdo con las
hipótesis elementales previas), y la coherencia (consistencia con la
fisiopatología conocida). (2) La coherencia usualmente requiere que un número de
criterios de sentido común para la
causalidad sean reunidos (por ejemplo la causa y el efecto deben estar en
relación con el tiempo, espacio, intensidad y magnitud), (3) pero a menudo
simplemente la experiencia o el conocimiento del clínico verifica una
asociación. Este fue el caso en este
ejercicio en que el médico que discutió el caso tenía conocimiento de la
conexión entre aplasia pura de glóbulos rojos y timoma. Cuando se presenta una
información inesperada tenemos una tendencia a chequearla contra esos criterios
(parsimonia, que sean adecuados y
coherentes), y si ellos son todos satisfechos incorporamos el nuevo hallazgo en
el trabajo diagnóstico. Si la nueva
información encaja, seguimos trabajando con ella. Si en cambio se encuentra una
inconsistencia mayor nosotros o revisamos nuestro trabajo diagnóstico o
consideramos el hallazgo como verdadero pero no relacionado.
El timoma es una
condición poco común, con una incidencia de aproximadamente 0,13 casos por
100.000. (4) Esto es sin embargo, el tumor más común del mediastino anterior y
que da cuenta del 20 por ciento de todos los tumores mediastinales. Los timomas se caracterizan típicamente
por una progresión indolente y con hallazgos histológicos relativamente
benignos. Sin embargo a menudo invaden estructuras locales, y en raros casos
pueden metastizar. (5) Alrededor de la mitad de los timomas se detectan
incidentalmente en pacientes asintomáticos. Otros pacientes se presentan con
síntomas que resultan de los efectos de
una masa torácica o un síndrome paraneoplásico tal como miastenia gravis,
anemia pura de glóbulos rojos o hipogamaglobulinemia. (6)
Esta paciente se
presentó con disnea que fue atribuible a una anemia normocítica adquirida con
reticulocitopenia. En presencia de un
recuento de leucocitos normales y un
recuento de plaquetas normales esto es altamente sugestivo de aplasia pura de
glóbulos rojos. La aplasia pura de glóbulos rojos adquirida puede ser un
trastorno hematológico primario, o puede ser debido a cáncer, infección,
enfermedad autoinmune o el uso de drogas prescriptas. Típicamente la médula
ósea muestra una maduración normal de granulocitos y tiene un recuento de
megacariocitos normal, con ausencia virtual de células eritroides maduras. La
condición más comúnmente asociada con la aplasia pura de glóbulos rojos es el
timoma; 10 a 15 por ciento de los pacientes con aplasia pura de glóbulos rojos
tienen asociado un timoma. (7,8) Aunque la patogénesis precisa de la aplasia
pura de glóbulos rojos en el timoma no está clara, el arresto de la maduración
eritrocitaria parece ocurrir en diferentes estadios de la maduración eritocitaria y tanto los mecanismos humorales como
celulares han sido reportados. (7,8) La resección quirúrgica es la piedra
angular del tratamiento para el timoma y
conduce a la remisión de la aplasia pura de glóbulos rojos en 30 por ciento de
los pacientes.
Este caso resalta
la importancia de no restar importancia a un hallazgo incidental como no relacionado con la presunción
diagnóstica inicial. Aunque el timoma y la aplasia pura de glóbulos rojos pueden ocurrir independientemente la presencia de ambos debe
despertar rápidamente la sospecha de que el hallazgo sea verdadero, verdadero y
relacionado.
Conclusiones del
Caso.
Este es un tipo de
ejercicio clínico cuyo formato se basa en el suministro de información
fraccionada y secuencial esperando del analista una nueva respuesta de acuerdo
al estímulo que los nuevos datos provocan.
Pensamos que es la forma más redituable a los fines del aprendizaje por varios
motivos, el más importante de los cuales es que esta es la manera como se nos
presentan los casos en la práctica real de la medicina. Al primer contacto con
el paciente, obtenemos una parte de los
datos, que nunca son la totalidad de los mismos como estamos acostumbrados a
leer en las presentaciones clásicas de ejercicios clínicos donde se brinda de
una vez la información completa. Esta forma secuencial y escalonada de ir
progresando en la elaboración de la historia clínica hace que a medida que
vamos conociendo nuevos elementos, obligatoriamente ellos nos vayan disparando
estímulos que son el germen de las inminentes hipótesis diagnósticas y que
iremos modificando o reafirmando conforme
avanza el proceso. Estos elementos los recogemos desde el primer
contacto y desde todos y cada uno de nuestros sentidos. La visión del paciente
antes de pronunciar palabra puede a veces ser un dato trascendente en la
evocación de un cuadro clínico, y de hecho a veces no se necesita otra cosa. La
observación del aspecto general es una poderosa herramienta que brinda mayor información cuanto más
desarrollado se tenga esta destreza y para tener real dimensión de esta
afirmación vale recordar que Connan Doyle era médico, y su obra sobra es
pletórica en descripciones de las hazañas del detective Sherlock Holmes
utilizando esa desarrollada capacidad. Es el “pattern recognition” de la
gestáltica, una poderosa herramienta evocadora de diagnósticos que utiliza el
reconocimiento de patrones que tantos algoritmos y pasos nos ahorra,
tanto más cuanto más años de experiencia en ver pacientes y en transitar
caminos cada vez más familiares. Todos los otros estímulos sensoriales son
importantes. Oír una voz gutural puede sugerir de inmediato mixedema, una voz bitonal como expresión de parálisis
del laríngeo recurrente puede sugerir tumor pulmonar, o una tos quintosa con
reprisse puede sugerir coqueluche. Por supuesto que el tacto, la olfación, y
mucho menos el gusto tienen su lugar en aportar estímulos importantes. Hay que
tener en cuenta que a la hora de recoger información a través de los sentidos
esta no se analiza por separado sino que se produce una integración y una
síntesis en el cerebro del médico que le devuelven una visión holística del
cuadro.
En el caso de este
ejercicio específicamente, si la historia clínica hubiese sido obtenida
directamente por el clínico que analizó el caso, y no hubiera sido
caprichosamente administrada por terceros, la primera impresión que hubiese
tenido al ver a esta paciente de 51 años hubiese sido la intensa palidez
cutánea (hemtaocrito 20 por ciento!!!), infiriendo no sólo el diagnóstico de
anemia sino cuantificando su severidad. Todos los otros signos y síntomas
incluyendo la disnea clase funcional 3/4 los hubiese explicado como parte del
síndrome anémico.
El curso del
ejercicio clínico no hace otra cosa que exaltar la destreza del médico que
analizó el caso que logra con pocos elementos clínicos y de laboratorio
plantear una hipótesis diagnóstica brillante que fue finalmente confirmada.
Aplasia pura de glóbulos rojos asociada a timoma.
¿Es este tipo de
planteamiento de hipótesis diagnóstica digna de una serie de “Dr House” posible
en la práctica de todos los días? Por supuesto que sí.
Ante una anemia
severa de instalación brusca debemos saber entre otras cosas la respuesta
reticulocitaria es decir, el comportamiento de la médula ósea en la
colaboración a la solución del problema o siendo responsable del mismo. Si la
respuesta reticulocitaria es adecuada estamos en presencia de anemia
hiperregenerativa la cual puede ser por pérdida (sangrado), o por destrucción
(hemólisis) de glóbulos rojos. Si en cambio la respuesta reticulocitaria
absoluta es baja o como en este caso, nula (recuento de reticulocitos 0),
estamos en presencia de una anemia hiporregenerativa/arregenerativa cuya
génesis está en la médula ósea que es el órgano a estudiar como paso siguiente
en forma perentoria. Antes de la PAMO se pudo inferir o sospechar aplasia pura
de glóbulos rojos por el respeto periférico de las otras dos series. Ahora
bien, existe alguna aplasia pura de glóbulos rojos que se asocia a masa en el
mediastino anterior? Definitivamente sí. La aplasia pura de glóbulos rojos
puede asociarse a timoma!!! Por supuesto que el conocimiento de esta asociación
es el fruto no ya de una deducción lógica sino del conocimiento de su
existencia lo cual aporta la importancia también de la información en el
diagnóstico médico. De todas maneras, la información es lo menos importante de
todo este proceso diagnóstico porque, ¿cuánto hubiese demorado encontrar hoy
día a través de bases de datos médicas la asociación entre aplasia pura de
glóbulos rojos y masa mediastinal anterior? Depende de la velocidad del
ordenador o de la conexión de que uno dispone en contestar esta pregunta tan
obvia.
Supported by a Career Development Award from the Health Services
Research and Development Program of the Department of Veterans Affairs and a
Patient Safety Developmental Center Grant from the Agency for Healthcare
Research and Quality (P20-HS11540, to Dr. Saint).
Fuente
Department of Medicine, San Francisco Veterans Affairs Medical
Center and University of California at San Francisco School of Medicine, San
Francisco (G.D.); the Department of Medicine, Legacy Good Samaritan and Emanuel
Hospitals, Portland, Oreg. (K.E.S., D.J.G.); and the Ann Arbor Veterans Affairs
Health Services Research and Development Center of Excellence, the Patient
Safety Enhancement Program, Ann Arbor Veterans Affairs Medical Center and
University of Michigan Health System, and the Department of Internal Medicine,
University of Michigan Medical School — all in Ann Arbor (S.S.).
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