Un paciente de 20 años fue internado en el hospital por dolor de garganta,
fiebre, y rash difuso. El paciente había estado bien hasta 4 semanas antes
cuando comenzó con dolor de garganta. Un médico en ese momento constató que sus
signos vitales estaban normales, la temperatura era de 36,8°C, y había un
eritema faríngeo sin adenomegalias cervicales. Un test rápido estreptocóccico
fue negativo. Al día siguiente el paciente se sentía mejor.
Una semana antes de la internación el dolor de garganta recurrió y el paciente
consultó nuevamente al médico. La temperatura era de 37,1°C, y el pulso 102 por
minuto; el paciente lucía en buen aspecto general. Las amígdalas estaban
agrandadas (3+) con exudado y petequias, y había pequeños ganglios del tamaño
de municiones cervicales bilaterales. Un test rápido para faringitis
estreptocóccica y un test en sangre para mononucleosis fueron negativos. Se le prescribió amoxicilina-clavulánico.
Al día siguiente, un día después de haber comenzado a tomar antibióticos
comenzó con un rash eritematoso no sobreelevado y pruriginoso en la parte media
de la superficie del brazo derecho. Durante los siguientes tres días, las lesiones aumentaron de tamaño y se hicieron dolorosas, diseminándose a brazos y piernas,
espalda, manos, pies, y área perioral sin compromiso mucoso. Tomó ibuprofeno
para el dolor.
Dos días antes de la internación, el paciente volvió a su clínico quien
notó un rash papular generalizado y lo envió al departamento de emergencias. Se
le repitió el test rápido de faringitis estreptocóccico el cual fue negativo.
El resto de los estudios se muestran en la Tabla 1. La administración de
antibióticos fue interrumpida y se comenzó con prednisona 40 mg/día con un plan
de disminución reglada de la dosis.
La fiebre se resolvió pero el dolor de garganta y el rash persistieron y
aún empeoraron. Volvió a ver su clínico quien lo envió nuevamente al
departamento de emergencias.
Tabla 1. Datos de laboratorio.
El paciente refirió que el rash había empeorado ya que se había agrandado y
vuelto doloroso. Vesículas hemorrágicas y bullas cubrían la mayor parte de la
superficie corporal. Las bullas frecuentemente se rompían dejando escapar
sangre y un líquido claro. El paciente tenía odinofagia con la deglución de
alimentos sólidos, leve fatiga, ganglios inflamados en el cuello. Presentaba 4
deposiciónes diarreicas diarias. Reportó una pérdida de 3 kg de peso debido al
dolor y a la dificultad para tragar. No
tenía rigidez de nuca, confusión, tos, rinorrea, dolor abdominal, náuseas,
vómitos, dolor articular, derrames ni dificultad respiratoria.
Había tenido varicela de chico, y refirió que esas lesiones eran más
pequeñas y más difusas que las que tenía actualmente. Tenía antecedentes de
rinitis alérgica, otitis media en la niñez para lo que había tomado
amoxicilina-clavulánico sin efectos colaterales, y tenía antecedentes de
fracturas en tobillo derecho y pierna. El paciente era estudiante y vivía con
su compañero de cuarto en un apartamento de la zona urbana. Había visto ratones
en el edificio donde vivía pero no había estado en sótanos, ni altillos. Había
estado jugando golf recientemente, y visitado una playa hacía más de 2 meses.
No refería caminatas y no tenía contacto con personas enfermas, viajes
recientes, o picaduras ni mordeduras de insectos o garrapatas. El paciente era
sexualmente activo, bebía cerveza los fines de semana y no usaba drogas
intravenosas. Su padre y su abuelo paterno tuvieron cáncer de próstata; no
había antecedentes familiares de enfermedades de la piel ni melanoma. Era alérgico alas cefalosporinas que alguna
vez le habían producido rash. Había tomado 20 mg de prednisona más temprano ese
día por boca. Su única medicación era fluticasona spray nasal según necesidad por rinitis
alérgica.
En el examen, la temperatura era de 36,1°C, la presión arterial de 143/85
mm Hg, el pulso de 96 por minuto, la frecuencia respiratoria de 16 por minuto,
y la saturación de oxígeno de 100% mientras respiraba aire ambiente.
Había placas blancas y exudado que cubrían la úvula y las amígdalas las
cuales estaban eritematosas. No había úlceras mucosas. Había erosiones
costrosas focales en los labios y los oídos. Tensas vesículas y bullas con base
eritematosa de un tamaño que iba entre 3 a 15 mm, comprometían difusamente los
miembros, incluyendo las palmas y la superficie dorsal de los pies, región de
la espalda, lumbar y región glútea. Las lesiones eran sensibles a la palpación.
Algunas tenían costras hemorrágicas; otras estaban denudadas y rezumaban un
líquido claro, y algunas tenían un centro necrótico con un anillo eritematoso.
Había grupos de vesículas costrosas en una distribución linear en flancos; el
tórax y el abdomen estaban respetados. Se veían unas pocas vesículas costrosas
y pústulas en la línea media del labio superior y cerca de la mejilla.
Presentaba ganglios levemente agrandados que eran ligeramente sensibles a la
palpación, blandos, móviles pero no aumentados de temperatura, en la región
cervical anterior, más del lado derecho que del izquierdo; no había ganglios cervicales
posteriores ni axilares. No estaban afectados los ojos y el resto del examen
era normal. Los niveles plasmáticos de electrolitos, glucosa, bilirrubina,
calcio, fósforo, magnesio, amilasa y lipasa, y análisis de hepatograma y de
función renal eran todos normales. Otros análisis se muestran en la Tabla 1.
Otro test para faringitis estreptocóccica era negativo y un electrocardiograma
era normal.
Se internó en el hospital.
Se le administró acetaminofén e ibuprofeno según necesidad para el
dolor, y buches orales con lidocaína,
antiácidos, y difenhidramina fueron administrados por la faringitis.
En el segundo día de internación, el resultado de los tests de anticuerpos
IgG para virus de varicela-zóster (VZV) fue positivo. Tests para sífilis,
anticuerpos IgG e IgM para virus de Epstein-Barr (EBV), criptococo,
ricketsias, HIV, antígenos para
citomegalovirus (CMV); investigación de ácidos nucleicos para CMV y HIV fueron
negativos. Test de raspado de las
lesiones para antígenos de herpes simplex virus (HSV), VZV fueron negativos, y
se enviaron muestras para cultivo para HSV, VZV, y enterovirus. Los cultivos de
las lesiones eran estériles. En los
cultivos del hisopado de fauces desarrolló Arcanobacterium haemolyticum
y fueron negativos para estreptococos beta hemolítico grupo B, Neisseria
gonorreae, y hongos.
Se llevó a cabo un procedimiento diagnóstico.
Diagnóstico diferencial.
Este paciente de 20 años se presentó con una historia de una semana de
dolor de garganta, linfadenopatías cervicales, fiebre, malestar, diarrea, y
erupción difusa de pápulo-vesículas rosadas y levemente sensibles que
evolucionaron a costras hemorrágicas. Durante el curso de su enfermedad este
hombre, que era alérgico a las cefalosporinas, tomó amoxicilina –clavulánico,
ibuprofeno y prednisona, esto último tomada hasta el momento de la internación,
posiblemente enmascarando la real extensión de su enfermedad mucocutánea.
Notables hallazgos incluyen un elevado recuento de glóbulos blancos con una
neutrofilia relativa y una eritrosedimentación levemente aumentada.
La clave en el diagnóstico
diferencial en este caso incluye un cuidadoso análisis morfológico de la
inusual erupción de este paciente (Figura 1).
Figura 1. Las lesiones del paciente.
Hay una vesícula en “gota de rocío” con una base rosada en la lesión más
grande (Panel A). Varias lesiones están umbilicadas centralmente y las lesiones
varían mucho en forma y tamaño. Ovales, redondas, tensas, papulovesículas, son
vistas en la superficie dorsal de las manos (Panel B). Las superficies
extensoras de los brazos (Panel C) tienen pápulas edematosas targetoides,
algunas con necrosis hemorrágica central. En el dorso (Panel D), hay pápulas
rosadas, necróticas, centralmente hemorrágicas, y erosiones en sacabocados
profundamente violáceas en la parte
superior del brazo (Panel E). Las fotografías tomadas después del tratamiento
de la superficie extensora del brazo (Panel F) y de la mano (Panel G) muestran
lesiones costrosas.
¿Cuál es el diagnóstico?
Las lesiones afectan asincrónicamente y que van desde vesículas de paredes
claras (en “gotas de rocío”), hasta las centralmente umbilicadas, de techo
plano, pápulas violáceo-rosadas, hasta edematosas, a veces pápulas
“targetoides” (en diana), y bullas, hasta
pústulas y nódulos que curan con costras hemorrágicas. La característica más
saliente es el curso y la temporalidad asincrónicas de las lesiones y su
naturaleza polimorfa. El diagnóstico diferencial de rash con estas
características está expuesto en la Tabla 2.
Tabla 2. Diagnóstico diferencial de lesiones eruptivas polimorfas,
asincrónicas, pápulo-vesiculares con evolución a necrosis hemorrágica.
Causas Infecciosas.
La presencia de lesiones en diferentes estadios de evolución, incluyendo
lesiones en “gota de rocío” sobre pápulas rosadas sugieren varicela que puede
ser descartada en base a la historia del paciente y los tests negativos de
laboratorio. La viruela puede ser descartada ya que las lesiones de la viruela
evolucionan sincrónicamente. El herpes virus puede causar pápulo-vesículas
necróticas, a veces foliculares, pero los raspados para investigación de HSV, y
tanto antígenos como cultivos fueron negativos.
En los cultivos de los hisopados faríngeos desarrolló Arcanobacterium. haemolyticum,
que puede asociarse a un enantema exudativo blanco grisáceo. Una característica
de la infección por A. haemolyticum es un exantema acompañante (1), que puede
ser eritematoso, urticariano, escarlatiniforme, o morbiliforme. Aunque el
paciente tuvo esta faringitis bacteriana el rash que presentó no tiene los
hallazgos morfológicos hallados en esa infección. Los cultivos negativos
descartan pioderma ulcerativo estafilocóccico o estreptocóccico y ectima
gangrenoso, que se ven usualmente en pacientes más gravemente enfermos con
sepsis.
Las ricketsiosis como la causada por el cocobacilo gramnegativo Rickettsia
akari, es transmitido por el ácaro de los ratones Allodermanyssus sanguineus.
Su rash recuerda el de la varicela. Aunque el paciente observó roedores en su
edificio de departamentos, no tenía anticuerpos anti-ricketsias.
Los pacientes con tuberculides papulonecróticas tienen oleadas recurrentes
de pápulo-pústulas cicatrizales primariamente en los miembros. (2) La mayoría de
los pacientes tienen una PPD marcadamente positiva, y una eritrosedimentación
mayor que la que tenía este paciente. Las lesiones orales no están descriptas
en pacientes con tuberculides pápulo-necróticas. Esta condición puede coexistir
con el eritema indurado y el liquen escrofuloso ninguna de las cuales
aparecieron en este caso.
La lúes maligna, es una forma severa de sífilis secundaria que se puede
presentar tanto como lesiones pustulares como vesiculares y se acompaña de
severos síntomas constitucionales. En este caso los tests para sífilis
negativos descartan el diagnóstico.
Causas exógenas.
Las picaduras de artrópodos están usualmente agrupadas. Para tener el
número de lesiones que tenía este paciente debió haber sido picado por un
enjambre de artrópodos con múltiples picaduras, las cuales no se mencionan en
la historia.
Cualquier droga puede causar cualquier reacción en cualquier paciente, pero
las características morfológicas de esta erupción descarta un rash morbiliforme
causado por alguna droga.
La hidroa vacciniforme es una fotodermatosis que ocurre generalmente en
niños y remite alrededor de los 20 años de edad aunque puede ocurrir en adultos
jóvenes. Las áreas expuestas al sol son las más afectadas. Dentro de las 24 horas de la exposición al
sol aparecen edema y eritema y evoluciona a vesículas dolorosas que evolucionan
a necrosis y cicatriz. En este caso, aunque las lesiones se superponen
morfológicamente o son similares a la hidroa vacciniforme, no existe
antecedente de fotosensibilidad o de fotoagravación y las lesiones se extienden
a áreas protegidas del sol.
Causas inflamatorias.
El eritema multiforme en su forma menor es una enfermedad autolimitada con
episodios que duran 1 a 4 semanas. La lesión clásica es la forma en diana o
blanco de tiro con tres zonas, una central oscuro-púrpura; un anillo edematoso
pálido elevado, y un eritema macular que lo rodea, especialmente en palmas y
plantas. El compromiso inicial es el más frecuente en el dorso de manos; el
dorso de pies, las superficies extensoras, codos, y rodillas pueden ser
comprometidos. Algunos casos de eritema multiforme siguen a la infección por
herpes virus, mientras que otros siguen a la infección por micoplasma. Algunos
casos son inducidos por drogas, mientras que otros son idiopáticos. En la forma
mayor, más infrecuente, hay compromiso prominente de las mucosas. Las formas
bullosas incluyen el espectro del síndrome de Stevens-Johnson (SSJ) y la
necrosis epidérmica tóxica (NET). El área afectada de la superficie afectada
por la erupción determina el diagnóstico y es así que menos del 10% indica SSJ,
10 A 30% síndrome de superposición entre SSJ y NET, y más de 30% es diagnóstico
de NET. La fiebre y los síntomas de
tipo influenza-like a menudo preceden a la erupción en pocos días. Las lesiones
en piel se diseminan rápidamente. Uno puede ver lesiones target atípicas. Dos o
más membranas mucosas están virtualmente comprometidas, las que están erosivas
y dolorosas. Aunque este paciente tomó ibuprofeno y amoxicilina y tuvo
odinofagia y diarrea, no hay verdaderas lesiones en blanco de tiro. Las
lesiones tienden a no ser confluentes y en cambio mantienen su individualidad;
también el gran número de costras hemorrágicas son inusuales para un eritema
multiforme.
La vasta mayoría de casos de vasculitis leucocitoclástica ocurren después de
una infección aguda o de exposición a nueva droga. Lesiones vesiculares,
bullosas, pustulares o ulceradas pueden desarrollar sobre todo en piernas. La
púrpura palpable clásica, que no fue vista en este caso, es el marcador de la
enfermedad.
La dermatitis herpetiforme de Duhring es una enfermedad intensamente
pruriginosa con lesiones agrupadas asentando en una base eritematosa en las
superficies extensoras, el cuero cabelludo y la región glútea. Dado que las
lesiones son pruriginosas, a menudo se presentan excoriaciones y costras. En
base a la ausencia de prurito, la presencia de vesículas intactas ampliamente
distribuidas y la ausencia de base eritematosa este trastorno también puede ser
descartado.
Trastornos Linfoproliferativos.
Papulosis linfomatoide (Enfermedad de Macaulay).
La papulosis linfomatoide, que usualmente ocurre en adultos, es un linfoma
cutáneo de células-T de bajo grado. Se presenta con oleadas asincrónicas de
pápulas lisas asintomáticas de color rojo amarronado de 2 a 5 mm de diámetro que
evolucionan a pápulo-vesiculares y posteriormente hemorrágicas, necróticas e
hiperqueratósicas. La cicatriz varioliforme es variable. Es necesaria una
biopsia para descartar esta condición. Dado el gran número de lesiones, su
carácter va desde sensible a dolorosas, la pustulación observada y la formación
de microvesículas de aspecto en “gota de rocío”, elementos que serían inusuales
para la papulosis linfomatoide, es poco probable que se trate de esta entidad
en este caso.
Pitiriasis liquenoide y varioliforme aguda o enfermedad de Mucha-Habermann (PLEVA).
En este paciente, el diagnóstico de pitiriasis liquenoide y varioliforme
aguda o enfermedad de Mucha-Habermann (PLEVA) es probable dado sus hallazgos
clínicos iniciales de compromiso leve a moderado del estado general en un
adulto joven con una erupción levemente dolorosa, pápulo-vesicular polimorfa,
que evolucionó a lesiones hemorrágicas, junto a evidencias negativas de
infecciones cutáneas u otros trastornos. La pitiriasis liquenoide y
varioliforme aguda o enfermedad de Mucha-Habermann (PLEVA) y la pitiriasis
liquenoide crónica son los extremos opuestos de un espectro de enfermedades que
tienen predilección por los varones, comenzando en la niñez tardía o en la edad
adulta temprana. (3,4) Ambas entidades se caracterizan por oleadas recurrentes
de pápulas eritematosas que regresan espontáneamente en un período de semanas,
pero que ocasionalmente pueden durar meses. Dado que el infiltrado está
compuesto por células-T que son predominantemente monoclonales, tanto la
pitiriasis liquenoide y varioliforme aguda o enfermedad de Mucha-Habermann como
la pitiriasis liquenoide crónica son consideradas enfermedades
linfoproliferativas autolimitadas. (3,4,5) El término “pitiriasis” se refiere a
placas descamativas furfuráceas en “copos de cereal” que se hace más prominente
cuanto mayor tiempo está presente la erupción. “Liquenoide” se refiere tanto al
techo plano y violáceo de las pápulas como al carácter liquenoide del infiltrado
histológico en el que los linfocitos interfieren la visualización de la
separación de la unión dermoepidérmica. “Varioliforme” significa lesión viruela-like, con cicatriz, y aguda por la característica aguda de la inflamación.
PLEVA afecta típicamente las extremidades, regiones glúteas y mucosas como
sucedió en este caso. Los brazos se afectan más que las piernas como sucedió
también aquí; el tronco se compromete menos. Típicamente existen en esta
enfermedad 10 a 50 lesiones separadas rojizo-amarronadas, redondas o pápulas
ovales de 5 a 15 mm de diámetro. Muchas muestran pseudovesiculación o
pustulación que evolucionan a necrosis central, costras hemorrágicas y cicatriz varioliforme. Pero lo más
importante es que PLEVA es una entidad polimorfa, con lesiones en distintos
estadios que van desde las vesículas en “gota de rocío” hasta lesiones
pápulopustulares que se transforman en úlcero-necróticas en un paciente joven
por otro lado sano. Las manifestaciones están usualmente confinadas a la piel
pero ocasionalmente puede haber síntomas constitucionales con malestar,
debilidad muscular, fiebre, neumonía, síntomas gastrointestinales,
linfadenopatías y artritis. (6,7,8) Esta variante es conocida como PLEVA febril
úlcero-necrótica. Se considera que PLEVA es una respuesta de hipersensibilidad
mediada por complejos inmunes en respuesta a antígenos extraños tales como
agentes infecciosos (infección por HIV, Toxoplasma.gondii, EBV, adenovirus,
hepatitis C, infección por CMV, parvovirus B19,
Staphylococcus aureus, estreptococos hemolíticos grupo A, y Mycoplasma
pneumoniae), y drogas (3,4,7,9,10), pero la causa es desconocida la mayoría de
las veces.
El procedimiento diagnóstico debería ser una biopsia de piel.
La terapia debe ser instituida con corticoides tópicos, antibióticos orales
y fototerapia (Tabla 3), pero no hay ensayos randomizados que hayan sido
llevados a cabo. Dado que la enfermedad tiende a resolverse espontáneamente, el
tratamiento (con sus potenciales efectos colaterales) debe ser cuidadosamente
contrapesado contra la tendencia de la enfermedad a dejar cicatrices.
Tabla 3. Tratamiento para la
pitiriasis liquenoide y varioliforme aguda o enfermedad de Mucha-Habermann.
(PLEVA).
En este caso, el diagnóstico diferencial incluyó el eritema multiforme, una
infección viral como la producida por HSV o VZV, y una erupción bullosa
inducida por drogas.
Se llevó a cabo una biopsia del muslo derecho y de la espalda que fueron
coloreados con hematoxilina-eosina.
Anatomía patológica.
Había cambios epidérmicos mínimos; no había paraqueratosis, disqueratosis,
efectos citopáticos o ulceración. Ambas muestras revelaron vasculitis
leucocitoclástica afectando la vasculatura con eosinófilos y extravasación de
eritrocitos (Figura 2A). La tinción inmunohistoquímica para HSV1, HSV2, y VZV
fue negativa.
Figura 2. Biopsia de piel. (Hematoxilina-eosina).
Un corte de una lesion en muslo derecho (Panel A) muestra una epidermis
relativamente normal. Hay un infiltrado neutrofílico y eosinofílico superficial
perivascular, y vasculitis leucocitoclástica. En la lesion del muslo izquierdo
(Panel B), hay ulceración de la epidermis con un infiltrado subyacente
superficial y profundo de linfocitos e histiocitos perivasculares, con escasos
eosinófilos y neutrófilos. Se veían
oclusiones vasculares y extravasación perivascular (Panel C).
La biopsia del muslo izquierdo fue tratada con medio de Zeus para
inmunofluorescencia la cual fue llevada a cabo en cortes congelados de una
biopsia fresca de piel siendo el resultado negativo. Una subsecuente biopsia de
la zona del muslo izquierdo mostró ulceración cutánea con un denso infiltrado
linfoide e histiocitario dérmico y perivascular; había oclusiones vasculares, y
eritrocitos extravasados (Figuras 2B y 2C).
El diagnóstico de exantema por Arcanobacterium. Haemoliticum fue descartado
debido a la extensa ulceración y vasculitis y ausencia de efectos citopáticos
virales. El diagnóstico d infección por herpes virus fue descartado por los
tests inmunohistoquímicos negativos. Se consideró el diagnóstico de
hipersensibilidad a drogas debido a la relación temporal de inicio del rash y
la presencia de eosinófilos en las biopsias. Sin embargo la evolución clínica e
histológica de las lesions sostuvieron el diagnóstico de variante
ulceronecrótica de la enfermedad de
Mucha-Habermann, una variante de PLEVA. Aunque la disqueratosis epidérmica, la
extravasación de eritrocitos, ulceración, congestión y los infiltrados vascular
y perivasculares son comúnmente observados en PLEVA, se observaron asimismo
algunos hallazgos inusuales. La vasculitis aunque no es un hallazgo común en la
mayoría de los casos de PLEVA, se observa comúnmente en la variante
ulceronecrótica. (3) La presencia de eosinpofilos es también inusual en PLEVA
pero ha sido reportado en casos raros.
Respecto de la implicancia en este caso del hallazgo de Arcanobacterium.
Haemolyticum, digamos que es un microorganismo previamente conocido como Corynebacterium. Hemolyticum. Descripto por
primera vez en 1946 como causa de faringitis e infecciones cutáneas. (11) Es un
microorganismo pleomórfico bacilo gram positive o gram variable que forma
pequeñas colonias en agar sangre rodeada por una zona de beta hemólisis; este
hallazgo puede ser inadvertido en cultivos de agar sangre de oveja que
usualmente se usan para cultivos de fauces. Como resultado de ello,
arcanobacterium puede ser pasado por alto en cultivos standard de garganta, a
menos que el personal de laboratorio esté entrenado para encontrar este
organismo.
El espectro clínico de esta enfermedad incluye faringitis, a menudo
acompañada de exantema que se considera producido por la toxina bacteriana,
infección de partes blandas, y diseminadas u otras infecciones profundas. La
faringitis por A. haemolyticum afecta predominantemente adolescentes y adultos
jóvenes tales como este paciente en quienes el organismo es responsable del 2,5%
de los casos de faringitis. (12) La presentación clínica como sucedió en este
paciente es similar a la faringitis estreptocóccica e incluye fiebre, exudado
faríngeo, y linfadenopatía cervical. Las complicaciones potenciales incluyen
abscesos periamigdalinos, abscesos faríngeos, y tromboflebitis séptica de la
vena yugular (síndrome de Lemierre). (13,14) No está aún descripta la
asociación entre PLEVA e infección por A.
haemolyticum.
El tratamiento de elección para A. haemolyticum es macrólidos tales como eritromicina
o azitromicina. (15,16,17) Este paciente fue inicialmente tratado con
azitromicina pero tuvo persistencia del dolor de garganta y del exudado
periamigdalino. Dado los hallazgos faríngeos persistentes se llevó a cabo una
TC de cuello.
La TC de cuello mostró una colección líquida con anillo de realce de
contraste junto a la amígdala derecha (Figura 3A), que medía aproximadamente 2
cm de diámetro y tenía una levemente menor atenuación que los tejidos
circundantes. En un paciente con amigdalitis, el diagnóstico más probable es el
de absceso o flemón. No había evidencias de extensión a los panos cervicales
profundos. También la TC mostró agrandamiento amigdalino bilateral (Figura 3B)
que estrechaban pero no obstruían la vía aérea orofaríngea. Había ganglios
agrandados bilateralmente en la cadena yugular superior que realzaban en forma
homogénea (Figura 3C). Aunque estaba estrechada debido al efecto de masa de los
ganglios, las venas yugulares internas permanecían permeables sin evidencias de
tromboflebitis séptica (síndrome de Lemierre) (Figura 3D).
FigurA 3. Imágenes del cuello.
Una TC axial de cuello con contraste endovenoso muestra una colección
líquida de 2 cm con anillo de realce dentro de la amígdala palatina (Panel A,
flecha). No hay extensión de la colección a los planos cervicales profundos.
Una imagen reconstruída del estudio revela inflamación bilateral de las
amígdalas palatinas y estrechamiento de la vía aérea orofaríngea (Panel B,
flechas). Inferiormente, un corte axial muestra ganglios agrandados que realzan
en forma homogénea en la cadena yugular (Panel C, flecha). Una imagen
reconstruída sagital muestra leve estrechamiento de la vena yugular interna
derecha por compresión de los ganglios linfáticos adyacentes. Sin embargo, la luz
de las venas yugulares no tiene evidencias de trombosis.
Se aspiró el absceso peritonsilar pero no se obtuvo líquido. Dado la
posibilidad de infección polimicrobiana se le agregó levofloxacina y
metronidazol oral. Como el A.
haemolyticum aislado era sensible a fluoroquinolonas, el paciente completó
2 semanas con levofloxacina y metronidazol con resolución completa de sus
síntomas.
En suma, la infección por A.haemolyticum
debe ser considerado en todo paciente joven con faringitis, particularmente si
se acompaña de exantema. El diagnóstico debe ser considerado en el
contexto de infección faríngea que no
responde a beta-lactámicos o que recurre después del tratamiento. Debe existir
un técnico bacteriólogo entrenado para descubrir el microorganismo.
Probablemente el tratamiento con macrólidos para A. haemolyticum debe haber sido efectivo también para la PLEVA. Se
inició tratamiento con prednisona debido a la preocupación acerca de la rápida
evolución de las lesiones y las potenciales cicatrices y se asoció un curso
corto de metotrexato. Sin embargo las lesiones se resolvieron en un período de
varias semanas aunque algunas con cicatrices (Figuras 1F y 1G). El paciente
tiene lesiones cicatrizales atróficas e hipertróficas especialmente en la
superficie dorsal de manos y pies.
Diagnóstico final.
Pitiriasis liquenoide y varioliforme aguda de Mucha-Habermann
Conclusiones del caso.
Este paciente joven presentó un cuadro dermatológico no muy conocido por
los clínicos, y que como sucede frecuentemente en dermatología, la impresión del aspecto visual en un
contexto apropiado es suficiente para establecer sin más el diagnóstico para
quienes conocen la entidad. Muchas veces nos sorprendemos cuando consultamos al
especialista, la rapidez con que se plantea el diagnóstico, la mayoría de las
veces confirmado con anatomía patológica o diferentes estudios ad hoc.
La pitiriasis liquenoide y varioliforme aguda (PLEVA), conocida como
enfermedad de Mucha-Habermann es una enfermedad cutánea inflamatoria poco
frecuente que se ve predominantemente en pacientes jóvenes y caracterizada por
una erupción máculo papular de aparición aguda, que evoluciona a
pápulovesicular con vesículas que rápidamente desarrollan un contenido
hemorrágico cubierto de costras. Las lesiones tienen un tamaño de 3 a 15 mm. El
proceso tiene tendencia a resolverse espontáneamente en pocas semanas, aunque
la aparición de nuevas oleadas de lesiones a medida que otras ya han
evolucionado le confiere al proceso cierto polimorfismo, con la presencia de lesiones
en distintos estadios evolutivos. Estas lesiones pueden expresarse desde estar
asintomáticas hasta prurito severo y sensación de dolor quemante. Generalmente
el estado general no está comprometido, y no existen síntomas sistémicos,
aunque algunos pacientes pueden presentar fiebre y artralgias.
Figura 1. Enfermedad de Mucha-Habermann. Múltiples pápulas inflamatorias,
algunas de las cuales tienen necrosis y costras.
Figura 2. Enfermedad de Mucha-Habermann. Lesiones características.
Existe una forma crónica de la enfermedad, caracterizada por la aparición
de múltiples pápulas descamativas amarronadas que son consideradas un continuum
con PLEVA. Cuando se usa el término “pitiriasis liquenoide” se refiere al
espectro de ambas enfermedades.
Figura 3. Pitiriasis liquenoide crónica. Múltiples pápulas pequeñas con
escamas adherentes están presentes en este paciente con pitiriasis liquenoide
crónica.
Existe una forma grave de presentación de PLEVA que es la forma febril
ulceronecrótica (FUMHD) (Febrile ulceronecrotic Mucha-Habermann disease), que
puede evolucionar a la muerte y que ocurre especialmente en niños o adultos
jóvenes. La presentación de esta forma clínica es mucho más severa, con la
aparición aguda de lesiones que rápidamente evolucionan a placas necróticas y
úlceras de varios centímetros de diámetro (Figura). Existen bullas hemorrágicas
orales, genitales y conjuntivales en un contexto febril de hasta 40°C y
quebrantamiento general. Puede haber compromiso sistémico caracterizado por
miocardiopatía, vasculitis de sistema nervioso central, neumonitis
intersticial, alteraciones hematológicas, dolor abdominal, diarrea, sepsis
pudiendo evolucionar a la muerte.
Figura 4. Nódulos hemorrágicos en una forma úlcero-necrótica de la
enfermedad de Mucha-Habermann.
Es frecuente que antes de la resolución definitiva del cuadro se observen
períodos de remisión completa o casi completa y períodos de reaparición de las
lesiones lo que le confiere carácter de remitente recidivante, pudiendo ser el
tiempo hasta la resolución definitiva del cuadro muy variable desde semanas a
años.
El mecanismo patogénico por el cual aparece PLEVA no se conoce exactamente
en la actualidad y existen dos hipótesis que son las más aceptadas. Una que
considera a la enfermedad de Mucha-Habermann una discrasia de células T, y la
otra que la considera una reacción inmune aberrante a un insulto viral,
bacteriano o aun por protozoarios. Ambas
teorías tiene respectivos asideros. Los que apoyan la teoría linfoproliferativa
se basan en que en una serie de casos, 13 de 20 biopsias con PLEVA existía una
expansión clonal de células T predominante. Posteriormente, el sistema inmune
se encargaría de atacar y eventualmente eliminar el clon anormal. De esta
manera la enfermedad sería un proceso linfoproliferativo autolimitado.
La segunda teoría adjudica una reacción de hipersensibilidad frente a
diferentes agentes infecciosos, y se basa en que se ha visto PLEVA en el
contexto de diferentes procesos infecciosos incluyendo infecciones por
Toxoplasma gondii, herpesvirus humano
tipo 8, virus de Epstein-Barr, virus HIV, virus
varicella-zoster, y estreptococos del grupo A. Los que sostienen esta
hipótesis argumentan que los clones de células T en PLEVA podrían representar
una respuesta inmunológica clonal en respuesta a diferentes antígenos microbianos, más que a una
enfermedad linfoproliferativa. Existen asimismo, sustancias que administradas
exógenamente han estado asociadas a PLEVA. Tal es el caso de astemizol,
tegafur, estrógenos-progesterona, y contrastes iodados.
El diagnóstico debe confirmarse por biopsia de piel donde los hallazgos
típicos se ven en la epidermis y dermis; por lo tanto la muestra tiene que ser
lo suficientemente profunda para que puedan apreciarse ambas regiones (un punch
de 4 mm). En PLEVA se observa:
• Paraqueratosis, espongiosis
y acantosis epidérmica leve a moderada.
• Alteración vacuolar de la
capa basal.
• Exocitosis de linfocitos y
eritrocitos dentro de la epidrmis.
• Un moderadamente denso
infiltrado linfohistiocitario que se extiende desde la dermis papilar hasta la
dermis reticular profunda.
En la inmunohistoquímica el infiltrado inflamatorio está compuesto
principalmente por linfocitos T CD8+.
Los principales diagnósticos diferenciales de PLEVA son: la papulosis
linfomatoide, la pitiriasis liquenoide crónica, varicela, virus del herpes
simplex diseminado, múltiples picaduras de artópodos, el síndrome de
Gianotti-Crosti, y la histiocitosis de células de Langerhans.
Este paciente de 20 años que nos ocupa presentó un mes antes del comienzo
de su cuadro dermatológico una faringitis, que posteriormente evolucionó a
exudativa con adenomegalias cervicales, fiebre y ausencia de tos, es decir que
cumplía con los cuatro criterios de Centor. Estos criterios fueron establecidos
a los fines de colaborar con el diagnóstico de faringitis por estreptococo de
grupo A, y de esa manera clasificar a los pacientes y tener elementos de cierta
especificidad para solicitar estudios diagnósticos o instituir un tratamiento antibiótico empírico a la espera
de resultados bacteriológicos. Sin embargo, estos criterios tienen un valor
predictivo positivo no demasiado alto, y la presencia de tres de ellos es de
sólo 40 a 60% para estreptococo beta hemolítico del grupo A. En cambio, el
valor predictivo negativo suele ser mucho más útil, y la ausencia de tres de
los cuatro criterios se correlaciona con 80% de cultivos negativos para
estreptococos. En este caso el cultivo fue negativo para estreptococo pero fue
positivo para Arcanobacterium haemolyticum.
Arcanobacterium haemolyticum,
antiguamente llamado Corynebacterium
haemolyticum, es un bacilo grampositivo causante de faringioamigdalitis aguda
(Figura 5)
Figura 5. Arcanobacterium haemolyticum. Coloración de gram y cultivo.
Las infecciones faríngeas por Arcanobacterium haemolyticum confunden en la
clínica con las faringitis estreptocócicas dado la presencia de exudado y
adenomegalias cervicales, pudiendo en algunos casos producir un rash cutáneo
generalizado que recuerda la escarlatina. Menos frecuentemente produce un
cuadro más serio de enfermedad invasiva. La detección de este microorganismo
requiere medios de cultivo en agar con sangre humana y no agar sangre de
carnero, y es por eso probablemente no se recupera más frecuentemente en los
cultivos. Este agente es sensible a los macrólidos como azitromicina y
eritromicina y mucho menos a los betalactámicos con que este paciente fue
tratado, y es probablemente por eso que tuvo mala evolución de su cuadro
infeccioso.
Teniendo en cuenta que la en patogenia de la enfermedad de Mucha-Habermann
están implicados agentes infecciosos, llama la atención no se haya atribuido a
Arcanobacterium el mecanismo gatillo de este proceso. Arcanobacterium no está
descripto como desencadenante de enfermedad de Mucha-Habermann como sí lo están
las infecciones estreptocócicas del grupo A y otros agentes bacterianos,
virales y parasitarios mencionados más arriba. Sin embargo creemos que la
presentación de este caso, con un proceso infeccioso de envergadura a
nivel de fauces ocasionado por este
microorganismo, tratado inadecuadamente con antibióticos a los que el organismo
no es especialmente sensible, seguido
sin solución de continuidad por PLEVA obligan al menos a considerar una
relación de causa-efecto, y plantearlo como otro de los posibles agentes
desencadenantes de esta dermopatía.
Fuente
Department of Dermatology (C.R.T.), the
Division of Infectious Diseases (R.T.G.), and the Departments of Radiology
(J.H.) and Pathology (L.M.D.), Massachusetts General Hospital; and the
Departments of Dermatology (C.R.T.), Medicine (R.T.G.), Radiology (J.H.), and
Pathology (L.M.D.), Harvard Medical School.
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5 comentarios:
Estamos ante un paciente Joven de 20 años, sexualmente activo, con un cuadro clínico de fiebre ,rash maculopapular que se vuelve vesiculobuloso, faringitis, odinofagia, pérdida de peso, diarrea, leucocitosis . Deberíamos considerar los siguientes diagnósticos diferenciales:
- Faringitis Arcanobacteriana: ( síndrome de exantema-faringitis)Que se caracteriza por ser una erupción maculopapulosa, eritematosa, difusa, que abarca tronco y porción proximal de las extremidades, y puede descamar. La faringitis Arcanobacyteriana se presenta en pacientes de 10-30 años, y puede acompañarse de andenopatías.
El cultivo de este paciente fue positivo para el agente etiológico de esta entidad. También es necesario recordar que la difteria puede dar cuadro con lesiones en sacabocados, o difteria cutánea.
Es de tener en cuenta que La faringitis aguda puede ser causada por otros agentes como la Yersinia enterocolítica, Neisseria G. , Treponema P. , VEB, VHS, Etc.
Los otros diagnósticos diferenciales serían
- Ectima gangrenoso; por Pseudomona A. ( Tal vez poco probable) son lesiones induradas que evolucionan a bulas hemorrágicas, que muestran esfacelo con aureola eritematosa (pero afecta a pacientes a neutropénicos); Sífilis secundaria (por lo que sería necesario solicitar un VDRL); Riketsiosis pustulosa ( aunque el paciente no tuvo contacto con roedores ); ¿VIH descartado?; ¿ Causas autoinmunes, pénfigo ?
Att: Juan G. Buitrago. ¡Saludos!
Es importante extender el diagnostico diferencial con psoriasis guttata, cuya aparicion es de mayor incidencia en pacientes menores de 30 años, con antecedentes de procesos infecciosos faringoamigadlinicos.
Juan J Orozco.
Estimado Juan Pedro
Le envío comentario vinculado con el caso del varón de 20 años
1 – paciente joven sin aparentes factores de riesgo que presenta angina febril de carácter recurrente con presencia de exudado, petequias y rash difuso. No manifiesta adenomegalias cervicales ni generalizadas; tampoco síndrome tóxico. Se le efectúan dos estudios criteriosos – test para presencia de Estreptococo del grupo beta hemol. , y para mononucleosis - pero creo que hubiese sido útil agregar desde el principio un cultivo del exudado debido a que no fue casual el hallazgo de una PCR casi el cien por ciento elevada, con leucocitosis neutrófila, indicadora de un proceso seguramente bacteriano. Tampoco debe invalidarse el diagnóstico presuntivo de infección por Epstein Barr – paciente joven, con angina, exudado, petequias en paladar (signo de Holdsted) y rash cutáneo - ; sin embargo en la mononucleosis infecciosa existen tres signos frecuentes: adenopatías generalizadas y dolorosas, edema periorbitario!, presencia de linfocitos atípicos(citoplasma hiperclaro!) en sangre periférica, esplenomegalia que no consta en la historia clínica.
En aquel momento hubiese sido conducente verificar a qué tipo de grupo sanguíneo pertenecía el paciente porque se ha comprobado una tendencia a adquirir procesos amigdalares – y en las mujeres infecciones urinarias - recidivantes en poblaciones con grupo sanguíneo A.
Hasta aquí no había pruebas de una angina por Estreptococo del grupo beta hemol. Tampoco una infección por Epstein Barr. Si fuera una mononucl. Infecciosa, el rash bien podría haber correspondido a la tan mentada reacción cruzada entre etiología – preparante - y un desencadenante betalactámico.
CONTINÚA
2 – De los antecedentes personales se rescata una rinitis alérgica y cierto grado de hipersensibilidad a las cefalosporinas pero no a los betalactámicos, con lo cual si el caso hubiese correspondido a una mononucleosis infecciosa , el rash tampoco hubiera representado una reacción cruzada!
Me permito una pequeña corrección al texto: en los antecedentes se menciona: ¨… o picaduras ni mordeduras de insectos o garrapatas ¨(sic) Los artrópodos no muerden, sí pican porque poseen quelíceros pero no aparato mandibular como las serpientes cuya agresión sí representa una genuina mordedura. En relación a la palabra insectos, ¿cuáles?, porque hay que diferenciarlos de las garrapatas que también son artrópodos pero de la clase arácnida.
3 –Consideraciones acerca del exantema.
a) Erupción polimorfa – alternan lesiones de distinta morfología y edad evolutiva - ; distribución predominante acral (máximo centrífugo). Una imagen típica varicelosa pero con dos diferencias para mí capitales que la distancian: la varicela es centrípeta – predominio en cara, tronco y abdomen; la visualización de una erupción vesicular monomorfa localizada en superficie de extensión de ambas manos (foto panel B!) que en mi experiencia es bastante similar a los casos de alastrim (de los tantos que vi en el Muñiz y en Brasil). En el supuesto caso que fuera varicela sería mejor decir varicela alastrinoide. Por otra parte el alastrim tiene dos características distintivas: comienzo agudo, presencia de raquialgia – casi constante! – erupción monomorfa y centrífuga – el alastrim escapa por las puntas!
b) La observación atenta de las lesiones costrosas son muy similares a las observadas en las vasculitis necrotizantes del tipo Gougerot Ruitter. La varicela no da esa lesión histológica
c) Si se observa también con atención las últimas fotografías de la erupción pueden visualizarse lesiones papulosas pequeñas incoloras que alternan con el ¨ magnum ¨exantemático. Esto no suele darse en la varicela.
d) Se mencionó la erupción varicelosa por Rickettsia akari . Esta entidad fue bien estudiada por nosotros en el hospital Muñiz. Se trata de la denominada ¨rickettsial-pox ¨producida por Rickettsia africae, una enfermedad exótica procedente del continente africano pero donde la erupción es escasa, predomina en tórax y abdomen, es micropapulosa y vesiculosa con presencia, además, de enantema vesiculoso!
Ultimamente hemos descrito en el Delta Bonaerense a la altura de Campana y Zárate. con los Dres. Alfredo Seijo, Favio Crudo y Tomás Orduna una nueva rickettsiosis máculo-pápulo-vesiculosa , ¨ variceliforme minor ¨, producida por Rickettsia parkeri y transmitida por Amblyoma triste.
e) Faringitis mas exantema= escarlatina. El caso está muy lejos de esta posibilidad diagnóstica: la escarlatina – hoy infrecuente y/o desdibujada por la avalancha de antimicrobianos debuta casi siempre con vómitos; existe facies de Filatow!; el exantema es monomorfo y al pasar suavemente los dedos la piel parece papel de lija; en los pliegues existen equimosis lineales(Signo de Pastia);siempre hay descamación que va desde la fina descamación polverulenta o furfurácea a la magna en grandes colgajos cutáneos!
CONTINÚA
4 - Se ha insinuado el diagnóstico diferencial con la difteria faucial y también con la forma cutánea por Corynebacterium diphteriae. He visto muchas difterias fauciales – hoy prácticamente erradicadas – pero siempre conviene recordar que se caracterizan por: la seudomembrana está muy engastada sobre las amígdalas o en el hueco tonsilar; es muy adherente, cuando se pretende desprenderla hay mucho dolor y la superficie siempre sangra; se acompaña de adenitis con periadenitis; existe palidez y taquicardia que excede a la temperatura debido a la exotoxemia; en las formas severas de difteria al caer la seudomembrana es habitual una paresia de la úvula o del paladar membranoso. La taquicardia persistente debe hacer pensar en miocarditis diftérica, una grave complicación frecuente en las formas malignas de toxemia. La polineuritis periférica siempre acompaña a las formas graves de enfermedad.
Con respecto a la difteria cutánea, he podido observar un caso en un varón. Se sabe que C. diphteriae puede aclimatarse en suelos humosos y tras microtraumatismos ingresar en la piel y producir una seudomembrana. Esta seudomembrana se caracteriza por: siempre es llamativamente dolorosa; difícil de desprender!; que también se acompaña de un síndrome general de toxemia – con palidez cutánea, significativa taquicardia y que puede desembocar en una insólita miocarditis en el curso de su evolución.
5 – Las tubercúlides pápulonecrotizantes tiene dos características distintivas; son monomorfas, predominan en las superficies de extensión, son pruriginosas, se acompañan de adenomegalias generalizadas – exacerbación de la hipersensibilidad celular - ; y al cicatrizar dejan una depresión con una llamativa tonalidad violácea!
6 - Si nos atenemos a la presencia de una faringitis exudativa, acompañada de un exantema polimorfo identificado histológica e inmonológicamente como PLEVA (variedad minor), con una bacteriológía que permitió aislar Arcanobacterium haemolyticum , y donde la histología aboga a favor de una vasculitis leucocitoclástica, sería entonces bastante coherente proponer esta secuencia fisiopatológica:
a) Condición preparante; proceso faringoexudativo-exantemático debido a un microroganismo identificado como Arcanobacterium haemolyticum
b) Etapa de sensibilización del organismo que demandó un mes aproximadamente. Sensibilización a los antígenos de la bacteria, con síntesis de anticuerpos, formación de inmunocomplejos circulantes, depósito de linfocito T CD8+en el infiltrado dérmico, presencia de eosinófilos , linfocitos de memoria y neutrófilos perivasculares. Tal contexto histopatológico conduce a una vasculitis por hipersensibilidad tipo G.Ruiter, una suerte de fenómeno de Arthus por depósito en la íntima del vaso sanguíneo y consecutiva necrosis fibrinoide con vasculitis severa. Agreguemos que una vasculitis leucocitoclástica produce mucho residuo apoptósico – cadáveres de núcleos debido al fenómeno de cariorrexis – hecho que acrecienta el potencial de hipersensibilización y con ello el fenómeno vasculítico.
c) Instalación progresiva de PLEVA con remisiones y exacerbaciones que bien pueden corresponder a típicas respuestas de hipersensibilidad orgánica.
Lo saluda cordialmente
Olindo Adrián Martino
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