Ante esta pregunta creo que sin excepción
todo el mundo diría que se los consideraba poseídos por el diablo, que estaban
embrujados y que muchas veces se los quemaba en la hoguera. Por supuesto que
esta afirmación también es la que encontraríamos en casi todos los libros de
historia de la psiquiatría, donde se nos dice que toda esa época estaba
impregnada por la superstición y el trato de los enfermos mentales era muy
cruel e incluso se abusaba de ellos, si bien se reconocen algunas excepciones.
De acuerdo con la ideología que impregna la mayoría de la historiografía se
afirma que recién en el siglo XVI se empieza a enfocar estas enfermedades con
criterio científico.
En
1973 comienzan a aparecer las investigaciones que demuestran que, al tratar la
enfermedad mental en la Edad Media, estos pseudo-historiadores omiten y
deforman las evidencias históricas.
Toda la medicina de la Edad Media se basaba en las teorías de Galeno y
en las universidades donde se enseñaba medicina nadie hablaba del diablo ni de
la posesión diabólica. Es más, muchos religiosos afirmaban que el diablo no
tenía poder para producir una enfermedad mental. En el siglo XIII, por ejemplo,
Bartolomeo, que era monje franciscano y profesor de teología, atribuía la
locura a causas naturales e incluso intentó localizar lesiones en el cerebro
que pudieran ser la causa de las alteraciones mentales y sus escritos eran
textos muy usados por los estudiantes y no era una excepción: lo mismo pensaban
Juan de Salisbury, el Arzobispo de Lyon, Agobardo, Abelardo y Pedro de España,
que era médico y llegaría a ser Papa (Jun XXI) Es a partir del siglo XVI, pleno
Renacimiento, que la posesión diabólica empieza a tener importancia y es en el
siglo XVII que la caza de brujas llega a su punto más alto. En el siglo XVII,
en pleno Iluminismo, se piensa que lo que distingue al hombre del animal es la
razón y que, por lo tanto, si éste pierde la razón hay que tratarlo como a una
bestia. Los hospitales de Bedlam en Londres y la Salpetrière en París son un
ejemplo de esta mentalidad.
Veamos como eran tratados realmente los locos en la Edad Media.
Cuando se declaraba que alguien estaba loco sus bienes pasaban a ser
administrados por el Rey, quien se responsabilizaba de cuidarlos, siendo
responsable de que no se deterioran ni destruyeran y que siguieran generando
beneficios a fin de afrontar los gastos durante la enfermedad y le fueran luego
entregados al enfermo si mejoraba. No podía tomar nada en su propio beneficio.
Algo que vale la pena destacar es que estas medidas no sólo eran
aplicadas a las clases acomodadas, ya que existen registros de la época donde
se puede ver que el 60 % de los locos así tratados pertenecían a los artesanos,
agricultores y trabajadores. No era un privilegio para pocos
Aquellos que se pensaba que estaban locos eran examinados por una
comisión integrada por “miembros de la comunidad a la que pertenecía el
presunto enfermo, los que debían ser buenas personas y leales”. Esta comisión
evaluaba si el paciente se orientaba correctamente, su memoria y su capacidad
intelectual. Por ejemplo se le decía que nombrara los días de la semana, con
quién estaba casado, que nombrara a las personas que conocía. Se les mostraban
monedas y se les pedía que hicieran cálculos elementales con ellas. Se
analizaba sus vida cotidiana y sus hábitos. En ninguno de los casos registrados
aparece el más mínimo rastro de que se hablara del diablo o de cualquier otra
explicación sobrenatural. Se atribuía el trastorno mental a enfermedades
orgánicas, a traumatismos o a graves situaciones emocionales, por ejemplo, al
temor que le inspiraba el padre o por la muerte del cónyuge o un familiar
cercano. Algunas veces se pensaba que eran las bebidas alcohólicas la causa del
trastorno mental. Incluso en muchos casos se hablaba de causas psicológicas
como la melancolía, los problemas de conciencia, la ansiedad, etc.
El
cuidado de los locos en general estaba a cargo de la comunidad. Por ejemplo,
desde antes del siglo XII en la ciudad de Gheel, ciudad de Bélgica cercana a
Amberes, sus habitantes
llevaban a sus casas y cuidaban a los enfermos mentales que acudían en
peregrinación al santuario de St. Dympha. La Edad Media tuvo una actitud muy
tolerante hacia los enfermos mentales que en general eran cuidados por sus
parientes. La Comuna se hacía cargo de los gastos muchas veces Cuando esto no era posible eran atendidos en
los hospitales y en los monasterios. Pensemos que en Inglaterra en el siglo XII
se fundaron nada menos que 166 hospitales. El primer hospital dedicado
exclusivamente al cuidado de los enfermos mentales se creó en España en el año
1409; estaba dirigido por un sacerdote y avalado por un documento del Papa. Se
creó una fraternidad para recaudar fondos para su mantenimiento. En otras
ciudades eran financiados por los comerciantes pudientes.
¡Qué lejos de lo que nos han contado y de lo que nos pintan novelas que
nada tienen de históricas!
Bibliografía: A reapprisal of Psychiatry in
the Middles Ages. Archives of General Psychiatry, vol 29, agosto de 1973, págs.
287-289 y Medieval and Early Modern Theories of Mental Illness. Archives of General Psychiatry, vol 36, abril
de 1979, págs. 477-
Presentó: Dr.
Horacio. Boló
El doctor Horacio
Boló, un médico argentino muy destacado en su especialidad y con anchos
conocimientos en otras ramas del saber, lleva algún tiempo revisando hechos
perfectamente documentados, aunque poco conocidos, sobre la comunidad
científica medieval. Las cosas no fueron como cree el prejuicio contemporáneo.
Los antiguos eran antiguos, pero no eran estúpidos
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