Un examen de extendido en sangre periférica puede
ser solicitado por el médico clínico al laboratorio. Con el desarrollo de
analizadores sofisticados de células sanguineas la proporción de pacientes que
lo requieren ha descendido a 10 a 15% o menos. Sin embargo el frotis de sangre
periférica sigue siendo un elemento de crucial ayuda diagnóstica. Para obtener
máxima información del mismo, este debe ser realizado por un profesional
experimentado hematólogo. En Europa solo los hematólogos entrenados “leen” el
frotis , mientras que en Estados Unidos los Internistas tienen experiencia y
frecuentemente lo realizan. Recientemente ha habido un más estricto control
regulatorio sobre este tema y los clínicos que no están certificados ya no
pueden realizar la práctica. Pero sin embargo es importante que los clínicos
soliciten a los hematólogos precisamente qué están buscando en un frotis y para
que solicitan el estudio. El examen de un extendido de sangre periférica
comparado con uno realizado por contador lleva mucho más tiempo y debe ser
solicitado si es estrictamente necesario.
El internista cuando pide un frotis de sangre
periférica es usualmente como consecuencia de alguna anormalidad detectada en
algún análisis por un analizador automático. Generalmente alguna anormalidad en
el conteo celular o las llamadas “alarmas” detectadas por el analizador son los
disparadores de la solicitud del frotis. Otras veces el clínico solicita directamente
el estudio debido a que detecta en el paciente esplenomegalia o adenopatías.
Muchos laboratorios realizan un frotis directamente cuando la solicitud de un
análisis automatizado se realiza con el diagnóstico de esplenomegalia o
adenopatías.
¿Cuándo los clínicos deben solicitar un estudio de
sangre periférica?
Hay muchas razones válidas para solicitar este
examen:
1) Hallazgos clínicos sugestivos de anemia,
ictericia inexplicada o ambas.
2) Hallazgos sugestivos de Drepanocitosis(
dactilitis, esplenomegalia aguda, dolor abdominal, torácico o en miembros)
3) Hallazgos sugestivos de trombocitopenia
(petequias, equímosis), o neutropenia (infecciones severas inesperadas)
4) Hallazgos sugestivos de Linfomas o trastornos
Linfoproliferativos (linfadenopatias, esplenomegalia, agrandamiento del timo u
otros órganos linfoides, lesiones de piel sugestivas de infiltración, dolor
óseo, síntomas sistémicos tales como fiebre, sudoración, prurito y pérdida de
peso.
5) Hallazgos sugestivos de trastorno
mieloproliferativo (esplenomegalia, plétora, prurito o pérdida de peso)
6) Sospecha de Coagulación intravascular diseminada.
7) Insuficiencia renal aguda o agrandamiento renal
sobre todo en niños.
8) Hemorragias, exudados o signos de hiperviscosidad
o atrofia óptica en el fondo de ojo.
9) Sospecha de enfermedad bacteriana o parasitaria
puede ser sugerida por un frotis.
10) Hallazgos sugestivos de cáncer no hematopoyético
(pérdida de peso, malestar, dolor óseo)
11) Cualquier otra causa que denote enfermedad como
malestar general, fiebre inexplicable sugestiva de Mononucleosis infecciosa u
otra enfermedad viral o enfermedad inflamatoria o maligna.
A veces el frotis de sangre periférica logra un
diagnóstico definitivo, aunque más a menudo este es una herramienta importante
en proveer pistas diagnósticas que orientan hacia la solicitud de nuevos
estudios. Su mayor rol es en el estudio de las anemias y trombocitopenias así
como en la caracterización de los Linfomas y Leucemias.
Anemia
Muchos laboratorios llevan a cabo el procedimiento
cada vez que detectan niveles bajos de hemoglobina y el paciente no tiene
diagnóstico de anemia. Esto acelera los tiempos y evita nuevas extracciones de
sangre.
Los modernos instrumentos automatizados proveen
información invalorable sobre la naturaleza de la anemia. Ellos no solo proveen
un conteo de las células rojas, volumen corpuscular medio, hemoglobina
corpuscular media (una medida de la cantidad de hemoglobina en una célula en
particular) y concentración de hemoglobina corpuscular media (una medida de la
concentración promedio de la hemoglobina en las células) sino también nuevas
variables que puedan derivar en la solicitud de un frotis. Esas variables
incluyen el RDW(red distribution width) o índice de distribución de los
glóbulos rojos, que se correlaciona en el frotis con la anisocitosis. También
se puede obtener el índice de distribución de la hemoglobina (HDW) y los
porcentajes de células hipocrómicas e hipercrómicas. Puede ser posible detectar
también el número de células hipercrómicas grandes células normocrómicas
(normalmente macrocitos hemoglobinizados) y macrocitos hipocrómicos
(reticulocitos o células rojas displásicas)
A pesar de toda esta información hay todavía
anormalidades morfológicas que son críticas en el diagnóstico diferencial de la
anemia y que solo puede detectarlas un frotis. Particularmente importante es la
detección de la forma y de las inclusiones tales como los cuerpos de
Howell-Jolly, los cuerpos de Pappenheimer (gránulos que contienen hemosiderina)
y punteado basófilo (ribosomas alterados).
En sucesivos artículos que publicaremos
periódicamente (ya que este es un tema demasiado extenso para ser tratado en
un artículo único), haremos referencia a diferentes situaciones donde un frotis
en sangre periférica realizado por un profesional de experiencia puede ser de
gran ayuda al internista en su elaboración diagnóstica, y sobre todo
aportaremos imágenes, complemento indispensable para comprender las
innumerables situaciones de un tema tan complejo. No abundaremos en explicaciones de las patologías sino más bien trataremos de mostrar extendidos para familiarizarnos con la morfología de los elementos formes de la sangre y sus alteraciones patológicas.
En esta primera entrada como es lógico, se muestra un frotis normal (Figura 1).
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