viernes, 31 de octubre de 2008

Ateneo Hospital Pintos 29/10/2008. Síndrome de Tako-tsubo

PACIENTE SEXO: Femenino EDAD: 68 años
FECHA DE INTERNACION: 01.07.08
ENFERMEDAD ACTUAL: Episodio de Fibrilación auricular aguda asociado a dolor precordial retrosternal de más de 30 minutos de duración, acaecido en el contexto de una fractura de muñeca derecha, intervenida quirúrgicamente e inmovilizada cinco días antes del evento cardiovascular. El cuadro clínico se acompañaba de un estado de extrema angustia y ansiedad desde que sufrió la lesión traumatológica. Fue internada de urgencia para su tratamiento.

ANTECEDENTES:
1: HTA de quince años de evolución en tratamiento con Enalapril 20 mg día + HCT 25 mg día.
2: Los exámenes cardiológicos previos presentaban:
ECG: imagen de Bloqueo incompleto de la rama derecha del Haz de His; bradicardia sinusal 50 a 55´ irregular por extrasístoles auriculares frecuentes aisladas que generan leve aberrancia del complejo QRS. PR 140 mseg, RR sinusal 1120 mseg.
Ecocardiograma: Leve remodelado de tipo concéntrico del VI con un área de acinesia inferobasal; Función sistólica en parámetros normales. Examen Doppler: patrón de llenado ventricular izquierdo compatible con deterioro de la relajación ventricular.

3: Episodios de anafilaxia grave por la utilización de diversos fármacos: Penicilina, Eritromicina, AAS, Dipirona y Paracetamol.

EXAMEN FISICO
Al momento de la internación la paciente se mostraba ansiosa y angustiada, con palpitaciones y dolor precordial retrosternal.
Pulsos periféricos presentes irregulares de intensidad variable a alta frecuencia. Auscultación cardiaca: ritmo cardiaco irregularmente irregular por fibrilación auricular de alto pasaje ventricular, con una frecuencia de 120´aproximadamente. No se detectaron soplos ni signos de galope por 3º ruido.
Auscultación de campos pulmonares: entrada de aire conservada en ambos campos pulmonares con rales finos aislados en las bases.
TA 110/60 mmhg
Piel: tibia y húmeda, estado de hidratación conservado.

ESTUDIOS REALIZADOS
ECG de ingreso: Trazado ECG con ritmo irregular por Fibrilarión auricular, ondas f a frecuencia de 600´. Pasaje ventricular de aproximadamente 120 estímulos por minuto. Ondas T negativas profundas ligeramente ligeramente asimétricas asociadas a infradesnivel del segmento ST de V3 a V5. Negativización de las ondas T en las derivaciones bipolares de los miembros DI, DII y aVL.

Ecocardiograma de ingreso: ventrículo izquierdo con un área de acinesia inferobasal e hipocinesia en el territorio septoapical. Deterioro leve a moderado de la función sistólica, fracción de eyección calculada 48%. No se registraron otras alteraciones estructurales.
Patrón de llenado ventricular izquierdo compatible con deterioro de la relajación ventricular.
Enzimas cardíacas: CPK y LDH en valores normales
Troponina T: Negativa (realizada al 3º día de internación)
TRATAMIENTO REALIZADO
Considerando los graves antecedentes de anafilaxia se medicó inicialmente sólo con Atenolol 10 mg día, AAS 100 mg día y anticoagulación con Heparina
La paciente continuó fibrilada con frecuencia ventricular 110/120´ hemodinámicamente estable
TOMA DE DECISIONES
1º Cinecoronariografía para diagnóstico de obstrucciones coronarias severas
2º Tratamiento mediante
A) * Anticoagulación15 a 20 días
* Eco Transesofágico para descartar trombos en la aurícula izquierda
* Cardioversión eléctrica de la arritmia

B )* Testificación de alergia a la Amiodarona
* Tratamiento con Amiodarona EV para revertir la arritmia y continuar la droga por
vía oral para prevenir la recurrencia
SE DERIVO AL SANATORIO “ITOIZ”
EVOLUCION EN CENTRO DE DERIVACION
ESTUDIOS REALIZADOS:
Cinecoronariografía: Conclusión, arterias coronarias angiográficamente normales
Centellograma pulmonar ventilación perfusión (V/Q):
Se observa distribución uniforme sin defectos segmentarios de la perfusión en ambos pulmones. Se descarta TEP por su antecedente quirúrgico
DIAGNOSTICO: Miocardiopatía de etiología no determinada vs Síndrome de Takotsubo en fase tardía
TRATAMIENTO: Enalapril, Atenolol, Acenocumarol.
En un ecocardiograma de control 3 meses después la paciente habìa mejorado su zona de acinesia en territorio septoapical con lo cual se arribó al diagnóstico de Síndrome de Takotsubo

SINDROME DE TAKO-TSUBO

El síndrome takotsubo (TT) acontece predominantemente en mujeres mayores de 60 años y con antecedente de estrés. La presentación es similar a la de un síndrome coronario agudo, con cambios electrocardiográficos que se normalizan en 97-191 días(1).
El ecocardiograma muestra disminución de contractilidad apical con hipercinesia basal y, ocasionalmente, gradientes intraventriculares(2), y las alteraciones regresan en 1-3 semanas.
La elevación enzimática es mínima para las alteraciones descritas(3). El cateterismo precoz muestra coronarias normales o lesiones no significativas(4,5). Ya en 1990 se describen los primeros casos, pero es en
2001, en Japón, cuando se publica una primera serie de casos de síndrome de takotsubo(6). Posteriormente aparecen otras series de distintos países, incluido el nuestro, que indican el carácter global del síndrome.
Actualmente no está aclarada su etiopatogenia. Los mecanismos
más frecuentemente invocados son:
1) Daño miocárdico directo por catecolaminas(1).
2) Obstrucción dinámica, aguda, severa y transitoria del tracto
de salida en pacientes predispuestos (septo sigmoide y tracto
estrecho), que produciría aumento de la presión telediastólica(6)
3) Espasmo coronario localizado o multivaso.
4) Alteraciones de la microcirculación.
5) Miocarditis.
6) Síndrome coronario agudo de resolución espontánea y precoz en pacientes con DA recurrente que irriga una porción extensa apical-diafragmática, y con lesión en la porción media no visible angiográficamente pero constatada en la
ecografía intracoronaria como placa excéntrica complicada(7)

BIBLIOGRAFÍA
1. Abe Y, Kondo M, Matsuoka R, Araki M, Dohyama K, Tanio H.
Assessment of clinical features in transient left ventricular apical
ballooning. J Am Coll Cardiol. 2003;41:737-42.
2. Barriales R, Bilbao R, Iglesias E, Bayón N, Mantilla R, Penas M.
Síndrome de discinesia apical transitoria sin lesiones coronarias:
importancia del gradiente intraventricular. Rev Esp Cardiol. 2004;
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3. Ibáñez B, Navarro F, Farré J, Marcos-Alberca P, Orejas M, Rábago
R, et al. Asociación del síndrome takotsubo con la arteria coronaria
descendente anterior con extensa distribución por el segmento
diafragmático. Rev Esp Cardiol. 2004;57: 209-16.
4. Segovia J, Peraira R. Disfunción apical transitoria: un síndrome en
transición hacia la edad adulta. Rev Esp Cardiol. 2004;57:194-7.
5. Abe Y, Kondo M. Apical ballooning of the left ventricle: a distinct
entity? Heart. 2003;89:974-6.
6. Tsuchihashi K, Ueshima K, Uchida T, Oh-Mura N, Kimura K,
Owa M, et al. Transient left ventricular apical ballooning without
coronary artery stenosis: a novel heart syndrome mimicking acute
myocardial infarction. Angina Pectoris-Myocardial Infarction Investigations
in Japan. J Am Coll Cardiol. 2001;38:11-8
7. Ibáñez B, Navarro F, Córdoba M, M-Alberca P, Farré J. Tako-tsubo
transient left ventricular apical ballooning: is intravascular ultrasound
the key to resolve the enigma? Heart. 2005

CARDIOPATÍA ISQUÉMICA
Asociación del síndrome tako-tsubo con la arteria coronaria descendente anterior con extensa distribución por el segmento diafragmático
Borja Ibáñez, Felipe Navarro, Jerónimo Farré, Pedro Marcos-Alberca, Miguel Orejas, Rosa Rábago,
Manuel Rey, José Romero, Andrés Iñiguez y Manuel Córdoba
Servicio de Cardiología. Fundación Jiménez Díaz. Universidad Autónoma de Madrid. Madrid. España.
DISCUSIÓN
Presentamos una de las primeras series de disfunción ventricular tipo tako-tsubo descrita en pacientes caucásicos. En este estudio describimos, por primera vez, la
anatomía coronaria epicárdica en este tipo de pacientes y la comparamos con la de pacientes con coronarias normales y pacientes con IAM y oclusión en la ADA
como única lesión coronaria. En todos nuestros pacientes tipo tako-tsubo hemos encontrado una larga ADA que se extendía más allá del ápex por el segmento diafragmático del ventrículo izquierdo (segmento recurrente). Este segmento recurrente era más largo en los pacientes con síndrome tako-tsubo que en los 2 grupos control. Además, el abombamiento apical, presente en todos los pacientes tipo tako-tsubo, fue documentado en los controles con IAM y lesión en la ADA únicamente cuando el índice de recurrencia de la ADA fue alto (en esta serie, ≥16%).
Desde que Sato et al describieron el síndrome de tako-tsubo en 1991, se han publicado múltiples estudios retrospectivos realizados en Japón2-6. Este síndrome está muy bien documentado desde el punto de vista clínico,
bioquímico, electrocardiográfico y ventriculográfico. En nuestro estudio sobre pacientes caucásicos con sospecha de SCA, disfunción ventricular transitoria con abombamiento sistólico apical y sin lesiones coronarias significativas,
las características clínicas, electrocardiográficas y ventriculográficas son superponibles a las comunicadas en pacientes japoneses. Nuestra serie demuestra que este síndrome no es exclusivo de sujetos japoneses, lo que confirma los resultados del estudio recientemente publicado por Desmet et al(10) en Bélgica en pacientes con síndrome tako-tsubo. Existe acuerdo general en considerar el síndrome tako-tsubo como una forma de aturdimiento miocárdico,
pero su etiología aún es desconocida. Una de las hipótesis sobre la etiopatogenia de este síndrome sugiere que se trata de una miocarditis aguda; sin embargo, en el estudio de Kurisu et al3, tanto las biopsias endomiocárdicas (realizadas en 3 pacientes) como la titulación de anticuerpos frente a virus (realizada en 7 pacientes) fueron negativas, postulando que lo más probable es que esta
entidad no fuese una forma de miocarditis. Abe et al6 no encontraron una elevación de anticuerpos frente a virus en 6 pacientes con síndrome tako-tsubo; las biopsias en- domiocárdicas realizadas por este grupo mostraron fibrosis
intersticial en los 6 pacientes en los que se obtuvieron muestras, con pequeños infiltrados de células inflamatorias en 3 casos. Estas alteraciones no fueron
consideradas compatibles con el diagnóstico de miocarditis. Nosotros no hemos encontrado elevación en los títulos de anticuerpos frente a virus en ninguno de los 3 pacientes en los que fueron determinados. En estudios previos se ha sugerido la posibilidad del efecto tóxico directo de las catecolaminas como causa
de este cuadro clínico. El hecho de que este síndrome con frecuencia se encuentre precedido por estrés (en nuestra serie, el 55% de los pacientes presentaba estrés
físico o psíquico) puede indicar una implicación del sistema adrenérgico en determinados casos en la fisiopatología de esta entidad. Sin embargo, en la única serie en la que se han medido los valores plasmáticos de noradrenalina, realizada por Kurisu et al3, la titulación resultó normal o ligeramente elevada en los 6 pacientes en los que se determinó. En estudios futuros se deberá aclarar
este punto.
Otra hipótesis propuesta en la de un espasmo coronario. Sin embargo, en estudios en los que se realizaron pruebas de provocación con acetilcolina, los resultados
fueron positivos sólo en el 21% de los pacientes4. La obstrucción dinámica transitoria del tracto de salida del VI ha sido propuesta como causa de este síndrome. Sin embargo, en la serie de Abe et al6 ningún paciente presentó
un gradiente intraventricular significativo (> 30 mmHg) y en la serie de Tsuchihashi et al4 únicamente el 18% de los pacientes presentó gradiente
intraventricular transitorio. Existe acuerdo entre los distintos autores que han comunicado series sobre esta entidad en que el comportamiento de la disfunción ventricular y su rápida recuperación es igual a la que se observa en pacientes con
aturdimiento miocárdico. La causa más frecuente de aturdimiento miocárdico es la enfermedad coronaria aterosclerótica(11). La ausencia de estenosis coronarias significativas en los pacientes tipo tako-tsubo no excluye que una obstrucción coronaria transitoria pueda ser la causa de esta entidad. En nuestra opinión, el hallazgo de que todos los pacientes de nuestra serie presentaran una ADA muy recurrente, con amplia extensión en la cara diafragmática de VI, nos hace pensar que un evento coronario en ADA pueda generar una acinesia apical extensa
en la que estaría implicado el aspecto diafragmático de VI. Esto es observado en los pacientes con IAM y lesión significativa en una ADA con gran desarrollo diafragmático, como hemos observado en nuestros controles con índice de recurrencia ≥ 16%. La existencia de IAM con coronarias normales es bien conocida12,13. Pese a que el mecanismo patogénico del IAM con coronarias
normales es aún desconocido, se ha sugerido como posible causa una trombosis coronaria transitoria (eventualmente asociada a espasmo)14. La proporción de pacientes con IAM y coronarias normales oscila en torno a un 6%15. De igual modo que los pacientes tipo tako-tsubo, los sujetos con IAM y coronarias normales con frecuencia presentan escasos factores de riesgo cardiovascular;
sin embargo, suelen ser jóvenes.
Anatomía de la arteria coronaria descendente anterior en pacientes tipo tako-tsubo comparada con la de los controles En todos nuestros pacientes tipo tako-tsubo, la ADA tenía un largo trayecto tras rodear el ápex del VI, por lo que irrigaba una amplia extensión de la cara diafragmática del VI. En las series previamente publicadas sobre corazones normales, la ADA tiene un segmento recurrente en el 72 o el 90% de los casos16,17. En nuestro estudio, en el 82% de los controles con coronarias normales y en el 82% de los controles con IAM existía una ADA con segmento recurrente. La ADA de nuestros pacientes tipo tako-tsubo era más larga y con un segmento recurrente más desarrollado que la de ambos grupos control.
Implicaciones patogénicas
Nuestro hallazgo relativo a la presencia de una ADA con gran segmento recurrente no significa que esta variación anatómica predisponga a padecer este síndrome. De hecho, cuando una oclusión trombótica sucede en una ADA cuyo segmento recurrente es largo (en nuestra serie, ≥ 16%), la ventriculografía izquierda también muestra un tipo de acinesia que es idéntico al de los pacientes
tipo tako-tsubo (fig. 6). En estos últimos, la acinesia apical es permanente, mientras que en el síndrome tako-tsubo es transitoria. Si una obstrucción en la ADA se resolviese a las pocas horas del inicio de los síntomas (debido a espasmo o a trombólisis espontánea) y antes de que la angiografía se hubiese llevado a cabo, el paciente podría presentar un síndrome tako-tsubo. En este sentido, el síndrome de disfunción ventricular transitoria tipo tako-tsubo podría deberse a una obstrucción prolongada, con resolución espontánea del trombo en pacientes
con una ADA que tiene un largo trayecto y amplia extensión en la cara diafragmática de VI.
Limitaciones del estudio
Éste es un estudio con relativamente pocos pacientes y nuestros hallazgos concernientes a la longitud del segmento recurrente de la ADA deben ser confirmados en series más amplias de pacientes tipo tako-tsubo. Para fijar
un punto de corte en el índice de recurrencia de la ADA a partir del cual una oclusión de ésta pueda dar como resultado una ventriculografía con morfología tipo tako-tsubo, es preciso analizar series de pacientes más
amplias.
CONCLUSIONES
Esta serie de síndrome tako-tsubo o disfunción ventricular transitoria con abombamiento apical descrita en nuestro país confirma que esta entidad no es exclusiva de pacientes japoneses. La ADA en todos nuestros pacientes irriga una gran parte del territorio diafragmático del VI. En nuestra serie, cuando los pacientes con IAM y oclusión única de la ADA tienen un índice de recurrencia
de la ADA ≥ 16%, la ventriculografía izquierda muestra una morfología indistinguible de la del síndrome tako-tsubo. El índice de recurrencia de la ADA de nuestros 11 pacientes tipo tako-tsubo fue ≥ 16% en todos los casos. Pese a que la etiopatogenia de la disfunción ventricular tipo tako-tsubo aún es incierta, nuestros hallazgos son compatibles con una etiopatogenia común entre síndrome tako-tsubo e infarto agudo de miocardio.

BIBLIOGRAFÍA
1. Sato H, Tateishi H, Uchida T, Dote K, Ishihara M, Sasaki K. Takotsubo-
like left ventricular dysfunction due to multivessel coronary
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myocardial injury: from ischemia to heart failure (in japanese).
Tokyo: Kagakuhyoronsha Publishing Co., 1990; p. 56-64.
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4. Tsuchihashi K, Ueshima K, Uchida T, Oh-mura N, Kimura K, Owa
M, et al. Transient left ventricular apical ballooning without coronary
artery stenosis: a novel heart syndrome mimicking acute myocardial
infarction. Angina Pectoris-Myocardial Infarction
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5. Kurisu S, Inoue I, Kawagoe T, Ishihara M, Shimatani Y, Nishioka
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6. Abe Y, Kondo M, Matsuoka R, Araki M, Dohyama K, Tanio H.
Assessment of clinical features in transient left ventricular apical
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7. Peraira Moral JR, Segovia Cubero J, Oteo Domínguez JF, Ortiz
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16. Perlmutt LM, Jay ME, Levin DC. Variations in the blood supply of
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17. Reig J, Jornet A, Petit M. Patterns of the coronary artery irrigation
in the left ventricle. Surg Radiol Anat 1993;15:309-14.



PRESENTADO POR:
DR JOSE MANUEL INZA
MEDICO CARDIOLOGO. ESPECIALISTA EN ECOCARDIOGRAFIA

Poster a presentar en las Jornadas de la Cátedra de Medicina Interna “A” de la Facultad de Medicina de La Plata. Noviembre 7 y 8 /2008

Endocarditis infecciosa por Arcanobacterium haemolyticum
Maraschio, M; Tillet, M.B; Alvarez Prat, R; Dours, J. J; Macaluso, J.P; Schiaffino, M.A; Abonjo, A.L; Agüero, L

PRESENTACIÓN: Se presenta a la consulta una mujer de 87 años de edad con antecedentes de hipercolesterolemia, HTA, estenosis aórtica severa y estenosis moderada de ambas arterias carótidas. Reside en la zona urbana de la ciudad de Azul y no refiere tabaquismo ni ingesta etílica.
Consulta por 2 registros febriles de 38º C y púrpura palpable en ambos miembro inferiores con escasas petequias en el hemiabdómen inferior. Examen físico: ambos ruidos cardíacos presentes en los cuatro focos con soplo sistólico 4/6, que no había cambiado de intensidad en el último tiempo. Presentaba edema bimaleolar con signo de Godet +++/+++++ e ingurgitación yugular 1/3 con colapso inspiratorio, sin reflujo hepatoyugular.

LABORATORIO: 13000 glóbulos blancos x mm³ (con formula conservada), 3020000 glóbulos rojos x mm³, hemoglobina de 7,7 g/dl, hematocrito del 24,3%, creatinina de 1,28 mg%, velocidad de eritrosedimentación de 120 mm en la primera hora, uremia, ionograma, y coagulograma dentro de parámetros normales.
SEDIMENTO URINARIO: hemoglobina, escasos hematíes, escasos leucocitos y regular cantidad de células por campo.
ECG: signos de hipertrofia del ventrículo izquierdo con agrandamiento de la aurícula izquierda.
FONDO DE OJO: esclerosis vascular leve sin signos de foco.
ECOCARDIOGRAMA: 1) masa compatible con vegetación aórtica; 2) Estenosis valvular aórtica severa (gradiente transvalvular de 80 mm Hg); 3) Insuficiencia valvular aórtica.
Se solicitaron además cuatro hemocultivos.
INFORME BACTERIOLÓGICO: dos pares de hemocultivos positivos para bacilo gram positivo, irregular, β hemólisis en agar sangre, crecimiento lento, catalasa (-), movilidad (-), ureasa(-), hidrólisis de esculina(-), matabolismo fermentativo y prueba de Camp reversa (específica para A. haemolyticum) (+).
CONDUCTA: El cuadro clínico se interpretó como endocarditis infecciosa por lo que se inicia tratamiento para la misma con 2 gr. de ampicilina cada 4 horas (12 gr./día) y 80 mg. de gentamicina/día (debido al deterioro de la función renal).
EVOLUCIÓN: a las 48 horas de tratamiento la paciente se tornó afebril y en 72 horas la púrpura desapareció por completo. Los glóbulos blancos descendieron permaneciendo dentro de parámetros normales (6000 - 10000/mm³) durante toda la internación. El seguimiento se realizó con los valores de velocidad de eritrose- dimentación que permanecieron elevados (120 mm al ingreso y 70 mm al egreso) aun al alta. En los sucesivos días el soplo sistólico cobró mayor intensidad solapando al segundo ruido en el foco aórtico, no así en el resto de los focos de auscultación, agregándose además un soplo de insuficiencia aórtica de intensidad 1/6 que luego revirtió. A los catorce días de tratamiento se retira la gentamicina y continúa con 12 gr./dia de ampicilina. A los treinta y cuatro días se rota el esquema a claritromicina 1 gr./día manteniéndose durante quince días más.
COMENTARIO: Arcanobacterium haemolyticum es un bacilo grampositivo, comensal humano en faringe y piel, implicado fundamentalmente en faringitis no estreptocócica, e infecciones de heridas. Excepcionalmente es causante de endocarditis, osteomielitis, meningitis y neumonía.
Desde el año 1982, se ha separado en el nuevo género Arcanobacterium, con una única especie, relacionado con Actinomyces y Corynebacterium.
Es sensible a penicilina, aunque pueden existir cepas que presentan tolerancia in vitro a este. También es sensible in vitro a cefalosporinas, vancomicina, aminoglucósidos, clindamicina, ciprofloxacina y macrólidos (eritromicina y azitromicina) y constantemente resistente a trimetropim- sulfametoxazol. Los macrólidos son capaces de erradicar a este microorganismo de la faringe de pacientes afectados, cosa que no consiguen totalmente los betalactámicos.
En aquellas situaciones donde los betalactámicos no penetren adecuadamente en los tejidos, como en la endocarditis y osteomielitis, es recomendable el empleo de macrólidos o clindamicina junto a rifampicina.
CONCLUSIÓN: Se presenta el siguiente caso debido a los aspectos particulares del germen y a lo inusual de su presentación en cuadros clínicos como el antes descripto.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Cual es el diagnóstico? Nódulos de Lisch. Neurofibromatosis tipo 1


Esta fotografía es el ojo de un paciente de 19 años que padece un trastorno sistémico.
Clickear sobre la imagen para ampliarla.

Cual es el diagnóstico?
La figura muestra numerosas elevaciones en forma de domo en la superficie del iris, que son los llamados nódulos de Lisch. Los nódulos de Lisch son hamartomas melanocíticos de color amarillo o marrones. Son visibles a la inspección directa simple, son patognomónicos de la neurofibromatosis tipo 1, y no causan síntomas. La incidencia de nódulos de Lisch entre pacientes con neurofibromatosis tipo 1 aumenta con la edad: a la edad de 5 años solo 22% tienen nódulos de Lisch mientras que a la edad de 20 años 100% los tienen. Por lo tanto, los pacientes mayores a esa edad que no tienen nódulos de Lisch es muy improbable que padezcan neurofibromatosis tipo 1.
La fotografía del iris de este paciente de 19 años con neurofibromatosis tipo 1 muestra múltiples nódulos de Lisch.
Fuente:
Gerhard Kurlemann, M.D. Ofried Debus, M.D. University of MünsterD-48129 Münster, Germany

lunes, 27 de octubre de 2008

Agazapada, pero no retirada...

En este ejercicio clínico se presenta un caso que es discutido por un médico internista al que se le van dando datos de la historia clínica en forma secuencial, y este analiza el cuadro a la luz de los nuevos datos que se le van proporcionando, de una manera homóloga al proceso diagnóstico de la práctica real de la medicina

Un hombre de 74 años fue traido al departamento de emergencias después de haber sido encontrado confuso e incapacitado en su domicilio. El paciente vivía en un hotel residencial y había estado sano y socialmente activo hasta entonces. No había sido visto por ninguna persona en los últimos tres días, y cuando sus amigos fueron a averiguar que pasaba con él, lo encontraron caído en el piso de su habitación, cubierto de materia fecal. El paciente conversaba pero estaba confuso, diciendo que se había caído y que no había podido incorporarse por sus medios.

Las causas de alteración en el estado mental se pueden clasificar en cuatro categorias:
1) infecciosas
2) neurológicas
3) relacionadas a drogas
4) metabólicas
En los pacientes añosos, las infecciones son la principal causa aunque no se puede dejar de investigar las otras causas en forma ordenada. Las causas neurológicas incluyen stroke hemorrágico y no hemorrágico, convulsiones y hematoma subdural. Medicaciones tales como opiaceos comunmente causan confusión. Los trastornos metabólicos incluyen abstinencia alcohólica, trastornos del sodio, estados hiperosmolares y uremia. Otras condiciones tales como infarto agudo de miocardio o una infección intraabdominal pueden expresarse en forma atípica en los viejos, siendo la confusion muchas veces el síntoma predominante

La conversación del paciente era tangencial. El refería fatiga, debilidad generalizada y tos mínimamente productiva de 4 días de duración. Dijo no haber consultado medicos por años; que no tomaba medicamentos en forma regular, y que no había viajado fuera de los EE UU en mas de 30 años. Él había dejado de fumar 15 años atrás y dijo además no consumir alcohol ni drogas ilícitas.

La neumonía es el primer diagnóstico a considerar.De la historia clínica no se desprende que tipo de neumonía puede padecer el paciente, aunque Streptococcus pneumnoniae es probablemente la causa mas común de neumonía adquirida en la comunidad. La neumonía neumocóccica puede sin duda ser la causa de la confusion de este paciente aún sin bacteriemia clínicamente ostensible.El cancer de pulmón con neumonía posobstructiva podría ser otra posibilidad, dada su historia de tabaquismo, y en este contexto, la hipercalcemia relacionada a cáncer podría ser una posibilidad. Es improbable que una exacerbación de EPOC se manifieste de esta forma

En el examen físico el paciente estaba desaliñado pero no en distress agudo. Estaba afebril, con una frecuencia cardiaca de 103, y una frecuencia respiratoria de 16 por minuto, una TA de 145/72 mmHg, y una saturación de O2 de 95% respirando aire ambiente. Tenía leve ictericia conjuntival, y faltaban varias piezas dentarias. El resto del examen de la cabeza era normal. El cuello era normal, sin meningismo. Tenía ocasionales rales inspiratorios en base pulmonar izquierda, y el examen cardiaco reveló un soplo grado 2/6 protositólico en borde esternal inferior izquierdo que no cambiaba con los movimientos respiratorios. El abdomen estaba blando, la palpación no despertaba dolor y no había hepato ni esplenomegalia. Los ruidos intestinales estaban presentes. El examen rectal reveló heces con reacción de guayaco positivas. La fuerza muscular era normal en los cuatro miembros. El examen de la sensibilidad era normal, con reflejos simétricos. El paciente podia recordar su nombre así como el lugar donde vivía pero no sabía el nombre del hospital la fecha o el año. El fue capaz de recordar uno de tres objetos que se le habían mostrado previamente.

Los signos vitales del paciente y los hallazgos del examen respiratorio son consistentes con la presencia de neumonía, pero la ictericia agrega otras posibilidades. Aunque el paciente reportó no consumir bebidas alcohólicas, su cuadro obliga a considerarla posibilidad de enfermedad alcohólica hepatica complicada por neumonía y encefalopatía hepatica. También debemos considerar otras causas de ictericia. La hepatitis viral aguda parece improbable sobre todo sin exposiciones recientes. La colecistitis o pancreatitis litiásica pueden causar ictericia pero el paciente no refirió dolor abdominal. Causas hemolíticas de ictericia incluyen leucemia linfática crónica deben ser consideradas. Dado la presencia de soplo cardiaco, endocarditis es otro diagnóstico a considerar. Sin embargo, neumonía adquirida en la comunidad sigue siendo el primer diagnóstico.

El laboratorio mostró 8300 glóbulos blancos, hematocrito 43%, con un VCM de 89,5 um3, y un recuento de plaquetas de 69000/mm3. La concentración de sodio fue de 132 meq/l y la concentración de calcio sérico fue de 8,1 mg/dl; el resto de los electrolitos séricos estaban normales. Otros análisis daban los siguientes resultados: urea 31 mg/dl, TGO 256 U/L TGP 77 U/L, FAL 214 U/L, bilirrubina total 6,2 mg/dl; bilirrubina directa 3,5 mg/dl; CPK 26 U/L. La albúmina era de 1,9 g/dl y la protrombina era de 13,4 seg (RIN 1,2). KPTT 37,9 seg. El ECG era normal excepto por taquicardia sinusal. La Rx de tórax obtenida con equipo portátil mostraba un dudoso infiltrado basal izquierdo con el borde izquierdo de la silueta cardiaca perfectamente visible, igual que el diafragma (hallazgo sugestivo de atelectasia). La Rx de caderas y extremidades inferiores no revelaba fracturas. Se tomaron 2 muestras de hemocultivos.

A pesar de la negación por parte del paciente de consumo alcohólico no se puede descartar en este caso la presencia de cirrosis. Los niveles aumentados de transaminasas en combinación con trombocitopenia, sugieren cirrosis alcohólica. Causas agudas de injuria hepática parecen menos probables, aunque ellas podrian explicar el bajo nivel de albúmina, ya que no había antecedentes de malnutrición. Dado el nivel de hiperbilirrubinemia, también se debe considerar un trastorno colestático, especialmente cáncer de vesícula o páncreas.Causas intrahepáticas de colestasis son posibles, incluyendo trastornos infiltrativos (por ej sarcoidosis o amiloidosis), infección (por ej absceso o tuberculosis), y carcinoma metastático.
Pero independientemente del problema de base, un evento agudo ha ocurrido. Dada la edad del paciente, la ausencia de fiebre no permite disminuir la preocupción por una infección, siendo esta causa todavía la mas probable. Aunque el hallazgo en la Rx de tórax es consistente con atelectasia, neumonía es un diagnóstico razonable. En este punto, una conducta lógica podría, una vez recogidas las distintas muestras para estudios bacteriológicos, de comenzar con un régimen empírico de antibióticos que brinden cobertura para las bacterias mas comunes de neumonía e infección abdominal tal como colangitis. Realizar una medición del nivel de amoníaco sérico para ver si encefalopatía hepática puede ser causa del síndrome confusional del paciente.
El paciente fue admitido con diagnóstico de deshidratación y posible neumonía aguda de la comunidad, y tratado con solución salina intravenosa, cefuroxima intravenosa y doxiciclina oral. Se le administró asimismo tiamina y folato. En el 2° día de internación, la condición clínica mejoró. Comenzó a conversar normalmente, estaba interactivo y lúcido. Pudo identificar el día, el año y admitió sentirse mejor. El tercer día de internación se puso taquipneico, y su estado mental empeoró. Hacia el final del tercer día no respondía y requirió oxígeno suplementario para mantener una saturación de O2 de 92%. Una segunda Rx de tórax reveló opacidades mal definidas bilaterales (Figura 1). Los gases en sangre revelaron una PO2 de 70 mmHg, una PCO2 de 32 mmHg, y un pH de 7,38 mientras el paciente respiraba 6 litros de oxígeno a través de una cánula nasal.Una TAC de cráneo obtenida sin contraste endovenoso, fue normal excepto por hallazgos de múltiples pequeños infartos viejos consistentes con enfermedad hipertensiva. Los cultivos de sangre no mostraron desarrollo de microorganismos. Se disminuyó el aporte de líquidos intravenosos y se administró furosemida intravenosa por presunto edema pulmonar. Su estado mental había empeorado.

Aunque el tratamiento empírico para neumonía parece razonable, un problema hepatobiliar parece haber sido ignorado. Estudios de imágenes para evaluar el hígado, la vía biliar, la vena porta, y el páncreas son importantes en este punto.Que hay de los pulmones? La ausencia de mejoría a las 24 a 48 hs de comenzado el tratamiento son posibles en una neumonía aguda de la comunidad no complicada, pero el mejoramiento inicial, seguido de empeoramiento son motivo de preocupación. Una posibilidad es que aunque el paciente padezca de neumonía, el organismo sea resitente a los antibióticos administrados. Otra posibilidad es que el problema primario sea el delirium y como consecuencia del mismo se haya producido broncoaspiración y ahora el paciente tenga neumonitis química o neumonía aspirativa. Finalmente uno debe considerar la posibilidad de que el paciente por error no haya recibido los antibióticos.
En vez de neumonía, el paciente puede tener edema pulmonar cardiogénico o no cardiogénico. Dado la presencia de soplo, es posible que tenga una enfermedad valvular o cardiomiopatía alcohólica. La endocarditis de cavidades derechas con embolias sépticas a los pulmones son diagnósticos poco probables, a menos que el paciente sea consumidor de drogas endovenosas. Tampoco el soplo impresiona como de regurgitación tricuspídea por sus características semiológicas, y los cultivos negativos terminan casi con la posibilidad de endocarditis. Los infiltrados pulmonares en la Rx de tórax pueden representar un síndrome de distress respiratorio agudo debido a empeoramiento de sepsis mas que a neumonía. La causa de la sepsis puede ser una infección intraabdominal (por ej colangitis) que respondió parcialmente al tratamiento para neumonía de la comunidad pero que ahora progresó.

En el cuarto día de hospital, la condición del paciente empeoró, con una temperatura corporal de 35,4°C, una frecuencia respiratoria de 24 /minuto, un pulso de 120 latidos por minuto, y una TA de 85/50 mmHg. El empeoramiento de la hipoxemia requirió intubación y transferencia a una unidad de cuidados intensivos, donde una nueva Rx de tórax mostró aumento de los infiltrados pulmonares bilateralmente. Múltiples cultivos de sangre y orina fueron realizados y se obtuvo una muestra de sangre para realizar un test de HIV. El régimen antibiótico se rotó a piperacilina-tazobactam y gentamicina.
La cateterización de la arteria pulmonar reveló un índice cardíaco de más de 5 litros por minuto por metro cuadrado de superficie corporal, una resistencia sistémica vascularde menos de 300 dynas/seg/cm-5, y una presión enclavada pulmonar de 15 mm Hg.

Aunque la disfunción hepática puede causar hipotensión, debemos asumir que el paciente tiene sepsis en base a las medidas hemodinámicas y a la hipotermia. El paciente tiene ya sea neumonía como causa de sus infiltrados pulmonares, con sepsis secundaria a la neumonía, o tiene otra causa de sepsis (probablemente de causa abdominal) con edema pulmonar. La neumonía fue, y sigue siendo la principal probabilidad del cueadro de este paciente desde un comienzo, y probablemente lo siga siendo, aumentando las probabilidades de un organismo resistente causante de la misma. En este sentido, es lógica la actitud de los médicos que lo tratatron de ampliar el espectro de la cobertura antibiótica, aunque hubiese sido necesario considerar el agregado de vancomicina, pensando en neumococo resistente a la penicilina. Existe en este punto de la evolución la probabilidad de infección por legionella, habida cuenta de la tos no productiva, hiponatremia y mala respuesta a los ATB betalactámicos y aminoglucósidos. La tuberculosis y la infección por hongos parecen poco probables, dado la presentación aguda y a la mejoría inicial aunque breve del cuadro clínico con cefuroxima y doxiciclina.
En la búsqueda de otros posibles focos de sepsis, estaría indicado en este punto la realización de una TAC abdominal y un ecocardiograma. Otra posibilidad a tener en cuenta, es la insuficiencia adrenal, complicando una enfermedad aguda. En este paciente con hipotensión, hipotermia e hiponatremia, se podría considerar test de estimulación con ACTH, o medir cortisol plasmático en una muestra de suero al azar, y posteriormente a la extracción de las muestras de suero comenzar tratamiento empírico con corticoides a la esperad de los resultados.

El paciente permaneció hipotenso a pesar del uso de dopamina y fenilefrina, además de hipoxémico, aún respirando oxígeno al 100% con respirador. Los cultivos de orina y el HIV fueron negativos. Un ecocardiograma solo demostró función ventricular izquierda hiperdinámica, sin anormalidades en la motilidad parietal. Una ecografía abdominalreveló engrosamiento de la pared vesicular con líquido pericolecístico, pero sin cálculos, y con una vía biliar normal. No se llevaron a cabo otros procedimientos radiológicos ni broncoscopía, debido a que el paciente tenía condiciones de inestabilidad clínica. Su nivel de hemoglobina descendió a 6 grs por decilitro. Presentó gran cantidad de deposiciones de tipo melénicas guayaco positivas. Su tensión arterial siguió descendiendo a pesar de las medidas de soporte con fluidos y medicación vasopresora. El paciente falleció en el sexto día de internación hospitalaria. Se llevó a cabo una autopsia.
Cual es el diagnóstico?
La autopsia reveló una vesicular y vía biliar normales, con un hígado ligeramente agrandado, y evidencias de cirrosis micronodular. Había evidencias de infarto de miocardio previo, hepatopatía congestiva, y daño alveolar difuso con edema pulmonar con membrana hialina estaban presentes. Había sangre en el estómago y en intestino delgado. Las muestras de los pulmones (figura 2 A), ganglios linfáticos mediastinales (figura 2 B), hígado, y riñones mostraban granulomas necrotizantes, con bacilos ácido alcohol resistentes apreciables en algunas muestras, hallazgos diagnósticos de infección tuberculosa sistémica. Ambas glándulas adrenales tenían afectación difusa y extensa de granulomas tuberculosos (figura 2 C). El Examen del cerebro y la médula espinal no reveló anormalidades. Dos médicos clínicos que habían participado en su tratamiento tuvieron conversión a la positividad del test de PPD, por lo que recibieron quimioprofilaxis por 6 meses.
Comentario:
Aunque el Síndrome Respiratorio agudo severo (SARS), la infección por virus del Nilo occidental, el ántrax, y últimamente las infecciones por poxvirus están llamando la atención de la comunidad médica internacional y de la gente en general, la tuberculosis sigue siendo una causa mayor de morbimortalidad en el planeta. En 2002, la tuberculosis fue la causa de muerte de 2 millones de personas en todo el mundo y en 2001 mas de 15000 infecciones en losa EEUU. Sin embargo, la tuberculosis no se puede diagnosticar, si no es considerada entre los diagnósticos diferenciales. En este caso, en forma retrospectiva, el diagnóstico de tuberculosis debió haber merecido consideración, en un paciente añoso, que vivía solo, y con probable enfermedad alcohólica hepática. Como fue apuntado por el médico tratante, la ausencia de respuesta a la terapia antibacteriana inicial, hace que otras posibilidades diagnósticas deban ser consideradas, como por ejemplo las infecciones atípicas entre las cuales está la tuberculosis.
Este diagnóstico, sin embargo, estuvo lejos de ser considerado como probabilidad fuerte. La presentación clínica no fue obviamente sugestiva de tuberculosis. Existe una tendencia generalizada en los internistas de encontrar explicaciones simples en pacientes ancianos con síndrome confusional agudo. Es así que se consideraron en este caso causas comunes tales como infección urinaria, neumonía, trastornos electrolíticos, y eventos cardiovasculares, y se trató empíricamente para neumonía a este paciente. En un estudio reciente se encontró que estos pacientes con alteraciones agudas del estado mental, o aun encontrados fallecidos en sus hogares, solo 1 de cada 3 tenían infección. Las causas neurológicas y los trastornos cardiovasculares, fueron las causas mas frecuentes después de las infecciones. A menos que la causa sea obvia, todas estas posibilidades deben ser evaluadas. Además de la neumonía, otras causas, incluyendo eventos neurológicos, ameritaban consideración en este caso. La evaluación temprana de encefalopatía hepática, stroke, o infección de sistema nervioso central (debido a meningitis subaguda por ejemplo), podrian haber sido apropiadas, aunque improbablemente hubiesen conducido al diagnóstico antemortem.
Inicialmente, la condición del paciente pareció mejorar. La deshidratación, y la malnutrición pueden complicar muchos procesos patológicos, especialmente infecciones, y la corrección de estos problemeas pueden resultar en mejoría del cuadro, mientras la enfermedad de base sigue sin tratarse. Tales mejoramientos no deben hacer adoptar al médico una actitud de espera, retrasando otros procedimientos diagnósticos. Como el médico internista que discutió el caso refirió, la insuficiencia suprarrenal mereció consideración en este caso, sobre todo cuando el paciente permaneció hipotenso después de la expansión con volúmenes. El umbral de sospecha de insuficiencia suprarrenal, en pacientes críticamente enfermos debe ser bajo, dada la alta incidencia de este trastorno, cercana al 40% en estas poblaciones!!!
Aunque los niveles de cortisol no se midieron, el compromiso difuso de las glándulas adrenales, debido a tuberculosis, probablemente complicó la enfermedad del paciente. La tuberculosis sigue siendo una importante causa de insuficiencia adrenal primaria.
Este caso reivindica además el valor de la autopsia. Desafortunadamente la proporción de autopsias realizadas continua declinando, estando actualmente en el orden del 6% en los casos no forenses. Continua habiendo un margen de discrepancia, con una tasa de error de 24% entre el diagnóstico clínico y los hallazgos de la autopsia. Sin una autopsia los médicos tratantes nunca hubiesen considerado su propia exposición a tuberculosis, ni hubiesen tenido oportunidad de capitalizar experiencia para futuros pacientes.
Finalmente, es importante recordar que la tuberculosis, tiene una amplia forma de presentación clínica, especialmente cuando está ampliamente diseminada. El internista que analizó el caso, descartó la posibilidad de tuberculosis como diagnóstico diferencial, debidoal curso clínico demasiado rápido. Aunque la tuberculosis miliar, tiene generalmente una forma de presentación subaguda, puede manifestarse como un síndrome de disfunción multiorgánica, rápidamente progresivo, con sepsis, o como distress respiratorio agudo. La tuberculosis miliar es mas común entre patientes inmunodeprimidos, incluyendo aquellos con síndrome de inmunodeficiencia adquirida, niños de menos de 5 años y ancianos. La mortalidad asociada a tuberculosis miliar es cercana al 50%. Debido a que la tuberculosis miliar refleja la diseminación hematógena de la micobacteria, típicamente afecta múltiples órganos (por ej hígado, bazo y adrenales), con compromiso de sistema nervioso central en más de 20% de los pacientes. Aunque el nombre de tuberculosis miliar deriva de de los pequeños granulomas observados en la Rx de tórax que recuerdan a lo granos de mijo, la Rx de tórax es normal en 40% de los casos de tuberculosis miliar!!!. La transmisión a otras personas no es común aunque puede haber sucedido en este caso.
Aunque no ocupa los encabezados de los periódicos como SARS o la infección por el virus del Nilo occidental, la tuberculosis permanece siendo una prevalente causa de morbimortalidad en todo el mundo, con un creciente número en personas ancianas o con algún tipo de inmunosupresión. Los clínicos debemos entonces considerar siempre la probabilidad e tuberculosis en estos pacientes, aún si las formas de presentación son atípicas.
Fuente de información:
Division of General Internal Medicine, Brigham and Women's Hospital and Harvard Medical School, Boston.
Department of Medicine, University of California, San Francisco.
Veterans Affairs Health Services Research and Development Center of Excellence and Department of Medicine, University of Michigan, Ann Arbor (S.S.)

Publicado por “The New England Journal of Medicine” en la sección “Clinical problem-solving”
Junio 2004