sábado, 6 de diciembre de 2025

Varón de 56 años con dolor en cuadrante inferior izquierdo del abdomen y anemia

Un hombre de 56 años fue ingresado en este hospital debido a dolor en la parte inferior izquierda del abdomen y anemia.

El paciente había gozado de buena salud hasta un año antes de la consulta actual, cuando comenzó a tener diarrea. Las heces eran acuosas, espumosas y sin sangre. La diarrea empeoraba después de comer, aunque no remitía completamente con el ayuno. En ocasiones, la diarrea lo despertaba y se acompañaba de hinchazón abdominal, pero sin dolor, náuseas ni vómitos.

Once meses antes de la consulta actual, el paciente fue evaluado en otro hospital. La tomografía computarizada (TC) de abdomen y pelvis reveló engrosamiento de las asas yeyunales proximales. Se observó una posible fístula entre un asa yeyunal proximal y el colon transverso distal. La esofagogastroduodenoscopia (EGD) y la colonoscopia mostraron mucosa festoneada en la segunda porción del duodeno y mucosa normal en el colon. La biopsia duodenal mostró atrofia de las vellosidades y linfocitosis intraepitelial; la biopsia de colon mostró displasia glandular. Las pruebas de IgG e IgA contra la transglutaminasa tisular fueron negativas. El nivel de IgA fue de 9 mg/dl (rango de referencia: 47 a 310). Se consideró el diagnóstico de enfermedad celíaca y se inició tratamiento con una dieta sin gluten. La distensión abdominal disminuyó, pero la diarrea persistió.

Diez meses antes de la consulta actual, el paciente fue evaluado en la consulta externa de gastroenterología del otro hospital debido a diarrea persistente. Los análisis de laboratorio revelaron anemia ferropénica y un nivel de calprotectina fecal de 493 μg/g (valor de referencia <50). El estudio de heces resultó positivo para antígeno de Giardia; se prescribió un tratamiento con tinidazol.

Durante los siguientes ocho meses, varios análisis de heces resultaron positivos para el antígeno de Giardia, y se administraron ciclos de antimicrobianos, incluyendo metronidazol, nitazoxanida y metronidazol más albendazol. La diarrea remitió brevemente con cada ciclo y luego reapareció. La prueba de detección del virus de la inmunodeficiencia humana tipos 1 y 2 resultó negativa.

Dos meses antes de la consulta actual, el paciente ingresó en este hospital por diarrea persistente y una pérdida de peso de 23 kg en el último año. El nivel de IgG contra Giardia en heces fue de 4,6 U/ml (valor de referencia: <20,6); se inició tratamiento con nitazoxanida, que se mantuvo durante 7 días. Los niveles sanguíneos de proteína C reactiva, cobalamina, folato, vitamina E y vitamina A fueron normales. El nivel de cobre fue de 65 μg/dl (rango de referencia: 73-129), el de zinc de 49 μg/dl (rango de referencia: 60-106), el de vitamina K de 0,4 ng/ml (rango de referencia: 0,1-2,2) y el de 25-hidroxivitamina D de 11 ng/ml (rango de referencia: 20-80).

La tomografía computarizada (TC) de abdomen y pelvis ( Figuras 1A y 1B ) reveló engrosamiento mural difuso e hipercaptación mucosa del colon. Varias asas yeyunales estaban adheridas al colon transverso distal. Se observaron numerosos ganglios linfáticos mesentéricos prominentes; el bazo presentaba un tamaño normal. La enterografía por resonancia magnética ( Figuras 1C y 1D ) mostró una fístula enterocólica entre el yeyuno proximal y el colon transverso distal. El engrosamiento de la pared en un segmento corto y una estenosis focal del asa yeyunal afectada causaban una leve dilatación yeyunal proximal. No se observó obstrucción intestinal de alto grado asociada.

 


Figura 1. Estudios de imagen abdominal.

Se realizó una tomografía computarizada (TC) abdominal con administración de contraste en fase venosa portal. La imagen axial (Panel A) muestra un engrosamiento concéntrico de la pared de un segmento largo de asa yeyunal en el cuadrante superior izquierdo (en círculo). La imagen coronal (Panel B) muestra una posible fístula entre el yeyuno y el colon transverso (flecha). Posteriormente, se realizó una enterografía por resonancia magnética (RM). Las imágenes coronales de eco de espín turbo de medio Fourier de un solo disparo (Paneles C y D) confirman la presencia de la fístula (Panel C, flechas) y muestran una estenosis focal en el asa yeyunal afectada (Panel D, flecha).

 

Se realizó una endoscopia digestiva alta (EDA) junto con una enteroscopia de empuje y una colonoscopia. Se observó mucosa nodular anormal difusa en el duodeno y el yeyuno. La fístula en el yeyuno proximal estaba rodeada de ulceración y tejido friable, sin una masa claramente definida. La colonoscopia mostró una fístula de 1 mm en el colon transverso con ulceración circundante y un íleon terminal de aspecto normal.

Las biopsias de duodeno y yeyuno ( Figura 2 ) mostraron enteritis neutrofílica de actividad variable. Se observó un infiltrado inflamatorio linfoide en la lámina propia, así como una disminución de las células plasmáticas. En la muestra duodenal también se identificaron microorganismos compatibles con Giardia. En la muestra yeyunal se observó ulceración con tejido de granulación mucoso y exudado fibrinopurulento, sin evidencia de cáncer. La tinción inmunohistoquímica para citomegalovirus y adenovirus fue negativa en las muestras de intestino delgado, y la tinción para CD117 evidenció mastocitos con características morfológicas y distribución normales.

 


Figura 2. Muestras de biopsia del duodeno y yeyuno.

En la tinción con hematoxilina y eosina, la biopsia duodenal muestra vellosidades normales e infiltrado inflamatorio linfoide en la lámina propia (Paneles A y B). La biopsia yeyunal muestra ulceración con granulación de la mucosa (Panel C). La biopsia duodenal también muestra microorganismos aislados compatibles con Giardia (Panel D, flecha).

 

Las biopsias de la zona de la fístula colónica mostraron fragmentos de tejido de granulación en organización y exudado fibrinopurulento, hallazgos compatibles con ulceración en presencia de un trayecto fistuloso. Las tinciones especiales para microorganismos infecciosos —incluidas la tinción de ácido peryódico de Schiff, la tinción de plata metenamina de Grocott, la tinción de Steiner y la tinción ácido-alcohol resistente— resultaron negativas. La presencia de escasas células plasmáticas en la lámina propia de la mucosa enterocólica fue compatible con deficiencia de inmunoglobulinas.

El paciente presentó resultados negativos en las pruebas de IgG, IgA e IgM contra enterocitos; IgG e IgA contra gliadina; e IgG e IgA contra transglutaminasa tisular. La prueba de anticuerpos contra transglutaminasa tisular se realizó mientras seguía una dieta sin gluten. Las pruebas para detectar la presencia de los haplotipos HLA-DQ2 y HLA-DQ8 también resultaron negativas, al igual que la prueba de amplificación de ácidos nucleicos en sangre para detectar ADN de Tropheryma whipplei .

Se realizaron pruebas adicionales para detectar inmunodeficiencia. Los niveles sanguíneos de IgM e IgA fueron indetectables. El nivel de IgG fue de 1190 mg/dl (rango de referencia: 614 a 1295), con un nivel normal de IgG1 pero con niveles bajos de IgG2, IgG3 e IgG4. La electroforesis sérica con inmunofijación mostró un componente IgG lambda M en la región gamma (0,81 g/dl). Se sospechó un diagnóstico de gammapatía monoclonal de significado incierto. La citometría de flujo realizada en sangre periférica reveló una población de células asesinas naturales (NK) inmunofenotípicamente anormal con características sugestivas de clonalidad. Un frotis de sangre periférica mostró una subpoblación de células linfoides de aspecto monótono, ligeramente agrandadas, con núcleos redondos a indentados, cromatina condensada y abundante citoplasma granular pálido excéntrico. La secuenciación de una muestra de sangre mediante un panel rápido de hemo fue normal. Se consideró que la población expandida de células NK se debía a una autoinmunidad o a una infección; se programó una citometría de flujo de control en 6 meses para reevaluar dicha población.

Se sospechó un diagnóstico de enfermedad de Crohn. El paciente estuvo hospitalizado durante aproximadamente un mes y recibió 17 días de nutrición parenteral total, la cual se redujo gradualmente a medida que aumentaba su ingesta oral de alimentos. La diarrea remitió durante el ingreso. Se inició el tratamiento con infliximab, administrándose la primera dosis dos días antes del alta. Ante la presencia de hipogammaglobulinemia, se administraron dos dosis de inmunoglobulina intravenosa antes de iniciar la inmunosupresión con infliximab.

Tras el alta, la diarrea no reapareció y el paciente se alimentaba con normalidad. Volvió a su trabajo en la construcción.

Diez días antes de la consulta actual, el paciente comenzó a sentir dolor sordo en la parte inferior izquierda del abdomen. Durante los siguientes diez días, las heces fueron oscuras de forma intermitente, sin hematoquecia ni melena. Dos días antes de la consulta actual, un análisis de laboratorio ambulatorio reveló un nivel de hemoglobina de 6,8 g/dl (rango de referencia: 13,2 a 17,1 g/dl); dicho nivel había sido de 8,0 g/dl al ser dado de alta de este hospital un mes antes. Su médico de cabecera le recomendó acudir al servicio de urgencias de este hospital para su evaluación.

En urgencias, el paciente refirió mareos ocasionales con los cambios de posición y dolor abdominal leve y persistente en la fosa ilíaca izquierda. Sus antecedentes médicos incluían nefrolitiasis y dislipidemia; entre sus antecedentes quirúrgicos figuraban apendicectomía y colecistectomía. Además de infliximab, tomaba colecalciferol, cianocobalamina, sulfato ferroso y un complejo multivitamínico. No se conocían reacciones adversas a la medicación. El paciente nació en Brasil y residía en Estados Unidos desde hacía 27 años. Su última visita a Brasil había sido 7 años antes de la consulta actual. Vivía con su esposa y sus dos hijos adolescentes en la costa de Massachusetts. Su vivienda contaba con suministro de agua potable municipal. Nunca había fumado ni consumía alcohol ni drogas. Su hermana falleció a los 44 años por causas desconocidas.

En la exploración física, la temperatura temporal era de 36,6 °C, la presión arterial de 113/65 mmHg, la frecuencia cardíaca de 84 latidos por minuto, la frecuencia respiratoria de 18 respiraciones por minuto y la saturación de oxígeno del 100 % respirando aire ambiente. El índice de masa corporal (peso en kilogramos dividido por el cuadrado de la altura en metros) era de 24,0; el peso había disminuido 4 kg en el mes transcurrido desde su alta hospitalaria. El cuadrante inferior izquierdo del abdomen era doloroso a la palpación. Los tobillos presentaban edema leve. No se observaron hemorroides externas y el tono rectal era normal. El tacto rectal no reveló heces ni sangre visible.

Los niveles sanguíneos de electrolitos, glucosa, alanina aminotransferasa, aspartato aminotransferasa, fosfatasa alcalina, bilirrubina y ácido láctico fueron normales, al igual que los resultados de las pruebas de coagulación y función renal. El nivel de hemoglobina fue de 7,5 g/dl (rango de referencia: 13,5 a 17,5 g/dl); el hemograma completo y la fórmula leucocitaria fueron normales.

La angiotomografía computarizada (angio-TC) de abdomen y pelvis ( Figura 3 ) no mostró evidencia de sangrado activo, pero reveló un marcado engrosamiento concéntrico de la pared y dilatación aneurismática de dos segmentos discontinuos del yeyuno proximal, ubicados en el cuadrante superior izquierdo del abdomen. Estos segmentos presentaban hipocaptación mural, sugestiva de isquemia de la pared intestinal. Las asas yeyunales proximales adyacentes presentaban hipercaptación mucosa.



Figura 3. Angiografías por TC.

Las imágenes coronales (paneles A y B) y una imagen axial (panel C) muestran un asa yeyunal hipocaptante (flechas blancas) con marcado engrosamiento y dilatación aneurismática, sin obstrucción intestinal. También se observan asas yeyunales hipercaptantes adyacentes (paneles A y C, flechas negras).

El paciente fue ingresado en el hospital. Se le realizó una prueba diagnóstica.

 

 

Diagnóstico diferencial

Este hombre de 56 años, originario de Brasil, recibió diagnósticos provisionales de enfermedad celíaca y deficiencia de IgA tras presentar diarrea no sanguinolenta. La diarrea persistió a pesar de seguir una dieta sin gluten, y en los meses siguientes, evaluaciones adicionales revelaron giardiasis crónica, deficiencia de IgM y evidencia de desnutrición en las pruebas de laboratorio, además de confirmar la presencia de una fístula enterocólica. Recibió tratamiento con un inhibidor del factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α) por sospecha de enfermedad de Crohn antes de presentar un empeoramiento de la anemia y pérdida de peso. El conjunto de hallazgos inusuales del paciente evolucionó con el tiempo, lo que conllevó cambios en los diagnósticos provisionales que podrían explicar las anomalías. Por lo tanto, es importante considerar cada uno de los diagnósticos provisionales, así como los hallazgos clave que requieren mayor explicación para llegar al diagnóstico correcto.

 

Enfermedad celíaca

Se diagnosticó enfermedad celíaca tras observarse mucosa festoneada en el duodeno durante una endoscopia digestiva alta (EDA), con atrofia de las vellosidades y linfocitosis intraepitelial en el examen histopatológico. Sin embargo, la serología para anticuerpos contra la transglutaminasa tisular (TgA) resultó negativa, ya que la prueba de IgA es más precisa para el diagnóstico de la enfermedad celíaca que la de IgG. Si bien la deficiencia concomitante de IgA podría haber generado un resultado falso negativo, otros indicios apuntaban a un diagnóstico distinto.

La diarrea no remitió con la adopción de una dieta sin gluten. Además, los hallazgos de la tomografía computarizada —el engrosamiento de las asas yeyunales proximales y, en particular, la posible fístula entre el yeyuno proximal y el colon transverso— no eran compatibles con un diagnóstico de enfermedad celíaca. De hecho, posteriormente el paciente dio negativo en las pruebas para la presencia de los haplotipos HLA-DQ2 y HLA-DQ8, asociados a la enfermedad celíaca, un hallazgo que proporcionó evidencia convincente en contra del diagnóstico .

 

Deficiencia de IgA

La deficiencia selectiva de IgA es la inmunodeficiencia más común, que afecta aproximadamente a 1 de cada 500 personas en Norteamérica. Generalmente se trata de un hallazgo incidental en pruebas de laboratorio; la mayoría de los pacientes son asintomáticos. Cuando se detecta una deficiencia de IgA, se realizan pruebas cuantitativas de inmunoglobulinas para determinar si también existen deficiencias de IgM e IgG. En este paciente, la giardiasis crónica sugería una inmunodeficiencia clínicamente significativa. Diez meses después del diagnóstico inicial de deficiencia de IgA, pruebas adicionales revelaron una deficiencia de IgM.

 

Fístula del intestino delgado

La tomografía computarizada inicial del paciente, realizada en el otro hospital, mostró una posible fístula entre un asa yeyunal proximal y el colon transverso. La enterografía por resonancia magnética es más sensible que la tomografía computarizada para la detección de fístulas intestinales; nueve meses después de la tomografía computarizada inicial, la enterografía por resonancia magnética realizada en este hospital confirmó la presencia de una fístula enterocólica.

Las fístulas originadas en el intestino delgado son poco frecuentes y su diagnóstico diferencial es limitado. La enfermedad de Crohn es la causa más común de fístulas del intestino delgado, pero la afectación yeyunal se presenta solo en el 3 % de los pacientes con enfermedad de Crohn, mientras que la afectación ileal ocurre en casi dos tercios de los pacientes. La afectación yeyunal que resulta en una fístula es aún menos común en pacientes con enfermedad de Crohn. Por lo tanto, es importante considerar otras posibles causas de una fístula enterocólica.

La ingestión de cuerpos extraños, la diverticulosis y la isquemia pueden causar fístulas en el intestino delgado. La tomografía computarizada realizada durante el primer ingreso del paciente a este hospital no mostró hallazgos sugestivos de isquemia ni de enfermedad diverticular del intestino delgado. Los cuerpos extraños, como un palillo de dientes ingerido, no siempre son radiopacos, pero la presencia de un cuerpo extraño aislado no suele asociarse con engrosamiento de la pared intestinal ni realce de la mucosa, hallazgos compatibles con una inflamación yeyunal extensa.

La enteropatía autoinmune es un diagnóstico improbable en este caso, dado el resultado negativo de la prueba de anticuerpos contra enterocitos y la ausencia de destrucción epitelial marcada en el examen histopatológico de las muestras de biopsia yeyunal. Además, las pruebas resultaron negativas para diversos patógenos entéricos inusuales asociados con fístulas del intestino delgado, incluyendo tinciones especiales para microorganismos infecciosos y pruebas de amplificación de ácidos nucleicos para * T. whipplei* .

Los cánceres intestinales, como el adenocarcinoma de intestino delgado, el linfoma y otros trastornos linfoproliferativos, pueden causar fístulas en el intestino delgado. Las muestras de biopsia endoscópica obtenidas de la zona donde se observó inflamación yeyunal evidente en la tomografía computarizada mostraron un infiltrado linfocítico-histiocítico mixto con enteritis neutrofílica activa. Sin embargo, el infiltrado en la lámina propia no era compatible con un infiltrado clonal monótono y no se observó destrucción epitelial. Por lo tanto, a pesar de la población clonal anormal de células NK en sangre periférica, que se interpretó como indicativa de gammapatía monoclonal de significado indeterminado, no se encontraron indicios de cáncer intestinal durante el primer ingreso del paciente en este hospital.

El infiltrado inflamatorio observado en el estudio histopatológico de la biopsia yeyunal era típico de la enfermedad de Crohn, salvo por la aparente ausencia de células plasmáticas. Este hallazgo sugiere que una inmunodeficiencia primaria podría ser la causa subyacente del cuadro clínico de este paciente.

 

Inmunodeficiencia primaria

La inmunodeficiencia común variable (IDCV) es la inmunodeficiencia sintomática más frecuente que se desarrolla en la edad adulta, con una incidencia de hasta 1 de cada 25 000 personas de raza blanca. Sin embargo, varios aspectos de la presentación de este paciente serían inusuales para la IDCV. Los síntomas de la IDCV suelen aparecer durante la primera o la tercera década de la vida. Las infecciones respiratorias recurrentes afectan aproximadamente a tres cuartas partes de los pacientes con IDCV y no se reportaron en este caso. No se dispone de información sobre las respuestas de anticuerpos a antígenos T-dependientes o T-independientes, como los que se encuentran en las vacunas; se esperaría una respuesta de anticuerpos deficiente en un paciente con IDCV.

Aunque el paciente presentaba deficiencias de IgA e IgM, no tenía deficiencia de IgG total, hallazgo esencial en todos los criterios diagnósticos propuestos para la inmunodeficiencia común variable (IDCV). Resulta interesante que la electroforesis sérica con inmunofijación mostrara una banda monoclonal de IgG. Sin embargo, el paciente presentaba deficiencias en todas las subclases de IgG excepto en IgG1, y una gammapatía monoclonal de significado indeterminado podría explicar el nivel normal de IgG total. Estos hallazgos sugieren una alteración en la maduración de las células B y un cambio de isotipo. Independientemente de si se diagnostica al paciente con IDCV o con una hipogammaglobulinemia primaria idiopática que no cumple completamente los criterios de IDCV, las deficiencias de inmunoglobulinas, la ausencia de células plasmáticas en la biopsia intestinal y la giardiasis recurrente sugieren una condición dentro del espectro de la IDCV.

Se han descrito manifestaciones gastrointestinales en al menos el 20 % de los pacientes con inmunodeficiencia común variable (IDCV). Dichas manifestaciones pueden incluir infecciones entéricas; enteropatía crónica no infecciosa, que puede presentar características clínicas o patológicas similares a las de la enfermedad celíaca; o enfermedad inflamatoria intestinal, que puede provocar afectación del intestino delgado o del colon similar a la observada en la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa. En la literatura se describen muy pocos casos de enteropatía por IDCV complicada con una fístula.Los hallazgos patológicos, endoscópicos y de imagen de este paciente se asemejaban en gran medida a los de la enfermedad de Crohn. Dada la gravedad de su cuadro clínico y la presencia de la fístula enterocólica, la decisión de sus médicos de iniciar el tratamiento con el anticuerpo anti-TNF-α infliximab parece razonable. El infliximab es eficaz para tratar la enfermedad de Crohn fistulizante, y se han descrito casos de uso exitoso de infliximab (y otros agentes biológicos) en el tratamiento de la enteropatía similar a la enfermedad inflamatoria intestinal que se presenta en la IDCV.

 

Segunda hospitalización

Un mes después del tratamiento con infliximab, el paciente presentó dolor abdominal bajo izquierdo de reciente aparición y empeoramiento de la anemia. Se realizó una angiotomografía computarizada (angio-TC) para descartar hemorragia gastrointestinal activa, pero en su lugar se observó un marcado engrosamiento de la pared y dilatación de dos segmentos del yeyuno proximal con hipocaptación de contraste en la mucosa, lo que sugería isquemia. Estos hallazgos ponen en duda mi suposición inicial de que la fístula enterocólica no era causada por isquemia. Plantearé nuevas hipótesis en las que la pérdida intestinal de factores de coagulación por inflamación del intestino delgado podría predisponer a la trombosis, aunque en el informe de la TC no se describió ninguna trombosis.

Vale la pena considerar una máxima de Sir Arthur Conan Doyle, expresada a través del personaje de Sherlock Holmes: «Es un error capital teorizar antes de tener datos. Inconscientemente, uno empieza a manipular los hechos para que se ajusten a las teorías, en lugar de adaptar las teorías a los hechos» .¹⁰ Los datos clave que me llevaron al diagnóstico en este caso se encuentran en la revisión de las imágenes de la tomografía computarizada (TC), que muestran un engrosamiento nuevo y profundo del yeyuno, que altera la arquitectura intestinal normal, con una dilatación marcada. Este hallazgo es un recordatorio importante de la necesidad de revisar personalmente las fuentes primarias de datos, que en este caso son las imágenes de la TC. Los hallazgos en las imágenes sugieren fuertemente otra manifestación gastrointestinal de la inmunodeficiencia común variable (IDCV): un linfoma de intestino delgado.

 

Linfoma de intestino delgado

En hasta un 10 % de los pacientes con inmunodeficiencia común variable (IDCV), se desarrolla cáncer linfoide, con mayor frecuencia linfoma no Hodgkin de células B. Dada la estimulación inmunitaria crónica asociada a la infección entérica recurrente, así como la inflamación entérica persistente relacionada con las respuestas inmunitarias mucosas desreguladas que se producen en la IDCV, no es sorprendente que se desarrollen linfomas en localizaciones extranodales. Cabe destacar que estudios epidemiológicos han vinculado el tratamiento con anticuerpos anti-TNF-α a un mayor riesgo de linfoma no Hodgkin, independientemente de si la enfermedad está relacionada con la infección por el virus de Epstein-Barr. La relación temporal entre la presentación actual del paciente y el inicio del tratamiento con infliximab sugiere la posibilidad de que este tratamiento haya sido un factor contribuyente. También es posible que este tratamiento haya desenmascarado un linfoma intestinal latente que ya estaba presente en el momento de la presentación inicial. Sin embargo, los resultados de las evaluaciones histopatológicas previas no sugirieron que este fuera el caso.

Este paciente probablemente presentaba un linfoma no Hodgkin de células B del yeyuno, que complicaba una enteropatía tipo Crohn secundaria a una hipogammaglobulinemia primaria idiopática. El diagnóstico debe confirmarse mediante enteroscopia de empuje con biopsia y estudio histopatológico del yeyuno.


Diagnóstico Presuntivo

Linfoma de células B no Hodgkin del yeyuno que complica una enteropatía tipo Crohn resultante de una hipogammaglobulinemia primaria idiopática.

 


Discusión patológica

Se obtuvieron muestras de biopsia yeyunal ( Figura 4 ). La tinción con hematoxilina y eosina mostró infiltración difusa de células linfoides grandes con cromatina vesicular y restos apoptóticos asociados. La tinción inmunohistoquímica mostró que las células grandes eran linfocitos B CD20 positivos con coexpresión variable de CD10, BCL6 y MUM1; estas características son compatibles con el diagnóstico de linfoma difuso de células B grandes. El índice de proliferación Ki-67 fue de aproximadamente 70 a 80 %.


 

Figura 4. Muestras de biopsia del yeyuno.

La tinción con hematoxilina y eosina de secciones representativas del yeyuno muestra una infiltración difusa de grandes células linfoides con cromatina vesicular y restos apoptóticos asociados (Panel A). La tinción inmunohistoquímica muestra que las células grandes son linfocitos B CD20 positivos (Panel B) con coexpresión variable de CD10, BCL6 y MUM1 (Paneles C, D y E, respectivamente). El índice de proliferación Ki-67 es de aproximadamente 70 a 80 % (Panel F).

 

 

Diagnóstico patológico

Linfoma difuso de células B grandes.

 

Debate sobre la gestión

El linfoma difuso de células B grandes es el tipo más común de linfoma no Hodgkin, con aproximadamente 25 000 casos anuales en Estados Unidos. En el caso de este paciente, sospechamos que una inmunodeficiencia subyacente, un factor de riesgo conocido para el linfoma no Hodgkin, contribuyó al desarrollo de la enfermedad.

El linfoma difuso de células B grandes es un cáncer de sangre agresivo que resulta mortal sin tratamiento. El tratamiento con quimioterapia y rituximab, un anticuerpo monoclonal, logra la curación en aproximadamente dos tercios de los casos. Existen diversos esquemas de tratamiento disponibles, y el Índice Pronóstico Internacional (IPI) se utiliza con frecuencia para guiar la selección de la terapia. Las puntuaciones del IPI oscilan entre 0 y 5, donde las puntuaciones más altas indican una enfermedad de mayor riesgo con un peor pronóstico. Anticipándose al tratamiento con quimioinmunoterapia, el especialista en enfermedades infecciosas evaluó al paciente en relación con las pruebas persistentemente positivas para el antígeno de Giardia.

No encontramos bibliografía que informara sobre la duración de la positividad en la prueba de antígeno de Giardia, pero dudamos que la positividad al antígeno hubiera persistido tanto tiempo si la giardia se hubiera erradicado por completo. Dado que no se disponía de una prueba cuantitativa de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para Giardia, realizamos una revisión de las láminas histopatológicas como método alternativo y detectamos una carga sustancial de trofozoítos de Giardia en la luz del yeyuno. Por lo tanto, consideramos que el paciente presentaba giardiasis crónica activa refractaria a los intentos de tratamiento con múltiples fármacos.

En pacientes con giardiasis crónica, la respuesta inmunitaria de la mucosa suele fallar. Cuando esto ocurre, el tratamiento puede requerir ciclos prolongados o terapias combinadas, algunas de las cuales ya se le habían prescrito a este paciente. Le preguntamos si la falta de adherencia al tratamiento podría ser un factor contribuyente. El paciente expresó su preocupación por tomar demasiados antibióticos y reconoció que no había completado todos los ciclos anteriores debido a estas preocupaciones.

Al seleccionar el régimen de tratamiento, consideramos tratamientos de rescate para la giardiasis refractaria, como la quinacrina combinada con metronidazol o tinidazol. La quinacrina no estaba disponible. Como alternativa, prescribimos un tratamiento combinado prolongado —un ciclo de 21 días de albendazol combinado con metronidazol— con la intención de monitorizar los síntomas y, en caso de recurrencia, realizar una prueba de positividad de antígenos. El paciente completó un ciclo de 7 días de metronidazol y, en la consulta de seguimiento, informó la resolución de los síntomas de la giardiasis.

El paciente recibió seis ciclos de quimioinmunoterapia con rituximab, doxorrubicina, ciclofosfamida, vincristina y prednisona, esquema elegido debido a su bajo índice pronóstico internacional (IPI) (<2). Presentó mínimos efectos secundarios y alcanzó la remisión completa al finalizar el tratamiento. Actualmente, el paciente se encuentra en seguimiento y se ha programado una evaluación inmunológica integral para detectar cualquier inmunodeficiencia subyacente.

 

Diagnóstico final

Linfoma difuso de células B grandes.

 

Traducido de:

“A 56-Year-Old Man with Left Lower Abdominal Pain and Anemia”

Authors: Bruce E. Sands, M.D. https://orcid.org/0000-0001-5762-5042, Anuradha S. Shenoy-Bhangle, M.D., Jacob E. Lemieux, M.D., D.Phil., P. Connor Johnson, M.D. https://orcid.org/0000-0002-3943-6608, and Dingani Nkosi, M.B., B.S., Ph.D.Author Info & Affiliations Published October 29, 2025 N Engl J Med 2025;393:1731-1740

DOI: 10.1056/NEJMcpc2412540 VOL. 393 NO. 17

https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMcpc2412540?query=featured_secondary_home

 

 

Referencias

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viernes, 5 de diciembre de 2025

Casos Clínicos: Varón joven con alteraciones en la lengua

 

La Dra Margarita Centrángolo Marín de Lima Perú envía esta imagen con el siguiente texto:

Doctor Macaluso, le adjunto imagen para ser discutida en su grupo de Facebook. No tengo el diagnóstico, pero lo sospecho. No sé nada del paciente.

Gracias por todo




 

Opinión: Esta es la típica imagen de la LENGUA GEOGRÁFICA, también llamada GLOSITIS MIGRATORIA BENIGNA. Es un proceso como su nombre lo indica, benigno, pero es a la vez recurrente, recidivante, asintomático y de etiología desconocida. Se trata de parches circinados, que pueden ser eritematosos que dan el aspecto de un mapa, que bordean una zona atrófica, con pérdida de papilas filiformes. Suele persistir unos días o semanas, para desaparecer espontáneamente y luego reaparecer en una ubicación diferente. Puede involucrar asimismo el piso de la boca y aun los labios en cuyo caso se la llama “lengua geográfica ectópica”. Se menciona la posibilidad de que se trate de un proceso de causa psicosomática o que se deba a causa hereditaria ya que a veces se ve aumento de la prevalencia entre familiares de primer grado. Otros lo relacionan con atopía y aun con psoriasis con la que comparte fuerte asociación con  HLA-Cw6 y HLA-B13. Se ve más en diabéticos aunque la asociación no es firme. También se ha  visto asociada con enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedad celíaca, liquen plano LES, y síndrome de Down. También se ha inculpado a  factores hormonales, deficiencias de vitaminas D, B6, B12, ácido fólico, hierro y zinc. El consumo de tabaco desempeña un papel protector en la patogénesis de la lengua geográfica. No requiere tratamiento, solo tranquilizar al paciente y si se plantea alguna asociación con las causas mencionadas corresponde hacer una evaluación clínica para descartarlas.Si existen síntomas como estomatodinia o disgeusia se puede usar corticoides tópicos.

 

jueves, 4 de diciembre de 2025

Casos Clínicos:Mujer de 72 años con tos, esputo hemoptoico anorexia y pérdida de peso de 1 mes de evolución

 

El Dr. Patricio Veliz, de Machala, Ecuador, envía esta imagen con el siguiente texto:



Paciente femenina de 72 años de edad refiere tos con flema amarillenta de 1 mes de evolución en algunas ocasiones esputo hemoptoico pérdida de peso, anorexia y malestar general sin antecedentes de enfermedades previas







 Dr. Patricio Veliz.

Machala, Ecuador.

 

Opinión: Parece no tratarse de una tele Rx de tórax sino de una radiografía de tórax en posición lordótica (técnica también conocida como “descentrada de vértices), que suele utilizarse cuando se sospecha patología apical, donde sabemos que las clavículas pueden ejercer un efecto de no visualización de dicha zona por interferencia. Aquí entonces podemos apreciar claramente ambos vértices francamente  patológicos, con aumento de densidad, signos de fibrosis, retracción, calcificaciones, sobre todo en vértice izquierdo, con un fondo de micronódulos. Hay que decir, que estos micronódulos aunque predominan en vértices están dispersos por ambos campos pulmonares, y algunos son de alta densidad con tendencia a la calcificación y otros francamente calcificados. En el vértice derecho hay una zona de gran densidad paratraqueal que puede corresponder a engrosamiento pleural, versus colapso de LSD. Dado el resto de los hallazgos, es más probable el engrosamiento pleural. En ese mismo vértice, el derecho, proyectada sobre los arcos costales tercero y cuarto existe una pequeña oquedad, de aproximadamente 1 a 2 cm  de diámetro, que podría tratarse de una zna cavitada, parcialmente ocupada en su interior. En resumen parece tratarse de una paciente con un pasado probablemente tuberculoso, aunque no puede descartarse otras granulomatosas (histoplasmosis por ejemplo), en quien a pesar de los signos radiológicos de cronicidad, no se puede descartar una reactivación actual, sobre todo por la clínica de tos nueva, expectoración y pérdida de peso.  Hay que considerar que la imagen pequeña probablemente cavitada, puede estar habitada por un aspergiloma. Yo llevaría a cabo investigación seriada para BAAR en esputo, una tomografía computada y eventual broncoscopía con lavado broncoalveolar. Investigación de VIH, así como un laboratorio completo

miércoles, 3 de diciembre de 2025

Casos Clínicos: Varón de 18 años con erupción generalizada

El Dr. Nehomar Enrique Viloria Pineda, de Quevedo, Ecuador, envía estas imágenes con el siguiente texto (lamentablemente hay una tercera imagen con una lesión similar a las mostradas aunque erosionada peneana que no subo porque seguro los robots de Facebook bloquearían la publicación).




Dr, quisieran que me ayudaran con este caso, le escribo desde Ecuador, paciente de 18 años de edad, antecede de papiloma humano cauterizado hace 2 años. Presenta de ms de un año de evolución con lesiones en piel tipo máculas hiperpigmentadas violáceas bien de limitadas, pruriginosas qué cada vez aparecen de mayor tamaño.

 



 


Dr. Nehomar Enrique Viloria Pineda.

Quevedo, Ecuador.

 

Opinión: Se trata de ERITEMA PIGMENTADO FIJO POR DROGAS. El Eritema pigmentado fijo ( Fixed Drug)es una farmacodermia y está caracterizado por la aparición de lesiones cutáneas y/o mucosas . Puede afectar a personas de cualquier edad, pero la mayoría de los casos se produce en adultos jóvenes, tiene una distribución mundial sin diferencias raciales. El EPF se manifiesta como manchas eritematosas o violáceas, redodeadas/ ovaladas bien definidas, ocasionalmente ampollosas con erosión central y de aparición fundamentalmente en mucosa oral, genital y perianal. Varios son los fármacos más asociados con esta entidad tales como los antimicrobianos principalmente el sulfametoxazol-trimetoprim, los AINE, psicofármacos, anticonceptivos orales, etc. Es típico que en cada ocasión que se ingiera el medicamento causal las lesiones se activen o aparezcan nuevas lesiones. Es una de las cuatro farmacodermias más frecuentes junto a la urticaria, el exantema medicamentoso y el eritema exudativo multiforme. El manejo del EPF la suspensión del fármaco causante es el aspecto más importante del tratamiento de la EFP. Tras la suspensión del fármaco, las lesiones se resuelven sin tratamiento en pocos días, dejando hiperpigmentación postinflamatoria. Se debe aconsejar a los pacientes que eviten el fármaco causante y los fármacos químicamente relacionados, y se les debe proporcionar una lista escrita de los nombres genéricos y comerciales del fármaco causante, así como de los posibles fármacos con reactividad cruzada. Cuando el prurito es importante cuando existen pocas lesiones se puede usar corticosteroides tópicos de potencia media a alta y antihistamínicos sistémicos. Los corticosteroides tópicos se aplican dos veces al día durante 7 a 10 días. En pacientes con EPF generalizada o erupción medicamentosa fija ampollosa generalizada, en particular si hay síntomas sistémicos, un tratamiento corto con corticosteroides sistémicos en dosis moderadas (p. ej., prednisona 0,5 a 1 mg/kg por día durante tres a cinco días).

martes, 2 de diciembre de 2025

Casos Clínicos: Mujer de 24 años con erupción en dorso de pie de 6 meses de evolución.

 

El Dr. Crhistian Camilo, de Medellín, Colombia, envió hace un tiempo estas imágenes con el siguiente texto:

Buenas noches Dr, le escribo desde Colombia para compartir el siguiente caso:





Esta es una mujer de 24 años de edad que vive en el área urbana de un municipio de Colombia, tiene un hijo de 9 meses y acudió a consulta por un cuadro clínico de 6 meses de evolución caracterizado por un brote de pápulas en el dorso del pie, que fue extendiéndose y confluyendo hasta la formación de una placa con eritema y costras, asociado a pápulas perilesionales. Tiene una lesión de trayectoria lineal en el brazo izquierdo, con brote pápulo-vesicular. Por tal motivo ha recibido tratamiento tópico con esteroides, antimicóticos, antibiótico y aciclovir; y, vía oral con aciclovir (se ha interpretado como un brote herpético, no obstante, la lesión nunca ha desaparecido y ha persistido durante los 6 meses).

Actualmente se encuentra muy sintomática, con marcha antiálgica.

Se le realizó una glucemia en ayunas, una prueba rápida para VIH, VDRL, conteo sanguíneo y KOH de la lesión, todo lo anterior normal o negativo.

Está en proceso de remisión a dermatología, pero ha presentado dificultades para obtener la consulta.

Esta es la evolución desde el punto de vista morfológico:

Le agradezco la ayuda y me disculpo por tomarme el atrevimiento de escribirle por este medio.

 






Dr. Crhistian Camilo.

Medellín, Colombia,

 


Opinión: Se trata de una placa redonda eritematosa de varios cm de diámetro, localizada  en el dorso del pie, con bordes elevados y centro deprimido, signos de eccematización, escamas y costras, que ha evidenciado un cambio hacia el empeoramiento, si la secuencia cronológica es en el orden mostrado de la imagen 1 a la 3. El aspecto es sugerente de TIÑA CORPORIS. El hecho de que haya presentado una prueba de OHK negativa para dermatofitos no descarta el diagnóstico especialmente porque esta paciente recibió tratamientos tópicos con antimicóticos y corticosteroides lo que obliga a considerar dos diagnósticos, la TIÑA INCÓGNITA y el GRANULOMA DE MAJOCCHI. El granuloma de Majocchi es un subtipo clínico de foliculitis dermatofítica que se caracteriza por una afectación profunda, folicular y dérmica, y que suele estar causado por Trichophyton rubrum. Suele presentar pústulas foliculares rodeadas de una placa eritematosa como es este casoEntre los factores predisponentes se incluyen el afeitado de piernas, traumatismos cutáneos previos, el uso de corticosteroides tópicos y el estado de inmunodepresión. Los corticoides utilizados en forma tópica pueden exacerbar las infecciones por dermatofitos y alterar los hallazgos clínicos, lo que dificulta el diagnóstico, como es el caso también de la tiña incógnita.  Si bien una preparación de KOH que detecta hifas septadas compatibles con una infección dermatofítica confirma el diagnóstico de foliculitis dermatofítica, las pruebas negativas son frecuentes y no descartan el diagnóstico. La muestra ideal para una preparación de KOH incluye pelos extraídos de la zona afectada y raspados de las escamas asociadas. Aun así, las preparaciones de KOH suelen ser negativas para el granuloma de Majocchi. Las biopsias cutáneas son más fiables para este diagnóstico, ya que la presencia de dermatofitos se confirma fácil y relativamente rápido mediante histopatología. La realización de un cultivo fúngico en  lugar de la biopsia es otra posibilidad aunque estos pueden tardar semanas en positivarse. El granuloma de Majocchi, que requiere tratamiento antifúngico oral durante un mínimo de 4 a 6 semanas o hasta 3 meses. Una opción de tratamiento puede ser terbinafina 250 mg/día.

Diagnósticos diferenciales de esta lesión podrían ser DERMATITIS DE CONTACTO/ALÉRGICA para lo que habría que investigar calzados u otra forma de contacto local que pudiese justificar la lesión.

 

lunes, 1 de diciembre de 2025

Casos Clínicos: Varón de 38 años con mareos

El Dr. Doctor Jeison Tovar, de Pasto, Colombia envió estas imágenes con el siguiente texto:

Doctor buena noche.

Mi nombre es Jeison Tovar Médico Colombiano. Por favor, ayúdeme con un caso.

Tengo un Paciente 38 años, consumidor cannabis , cigarrillo. (Dejo de fumar hace dos semanas)






Refiere sensación de mareos, hace un mes aproximadamente, que se exacerban según refiere cuando abro comillas "volteo a mirar de arriba hacia abajo, cuando cambio de posición en la cama estando acostado" le realice un tac  Cerebro y muestra calcificación ventrículos y glándula pineal, pero no es claro, si es calcificación , o una masa en glándula pineal.

Le adjunto TAC cerebral

 



 

 


Dr. Jeison Tovar.

Pasto, Colombia.



Opinión: En los tres cortes proporcionados son evidentes calcificaciones de los plexos coroideos así como calcificaciones en la glándula pineal.  Respecto a este último hallazgo, digamos que las calcificaciones en la pineal son un hallazgo prevalente y normal. En este caso, no veo un tumor pineal, y sí calcificaciones un poco más “groseras” que las que suelen verse habitualmente, pero aun así no parecen constituir en sí mismas una anormalidad. Si existen dudas sobre tumor, habría que indicar una RMN que tiene mayor sensibilidad y especificidad que la TC para tumores o quistes pineales, no así para calcificaciones donde la TC es superior. Respecto de los síntomas que presenta el paciente parecen corresponder a un síndrome vertiginoso, (vértigo posicional benigno?), y en principio no estarían relacionados con los hallazgos a nivel de la glándula pineal.

 

domingo, 30 de noviembre de 2025

Casos Clínicos: Varón de 65 años con placas redondeadas en miembros inferiores de 3 días de evolución.

 

Un colega de Santa Cruz de la Sierra Bolivia envía estas imágenes con el siguiente texto:

Paciente masculino de 65 años que empezó con leves síntomas y no ha presentado cambios en los últimos 3 días que fue cuando comenzó el cuadro. No tiene fiebre, dolor ni otros síntomas. No ha cambiado su medicación recientemente. Toma enalapril, atorvastatina. No ha tenido resfriado recientemente. ¿Infección? ¿Eritema multiforme? ¿Vasculitis? Agradezco cualquier ayuda.

Por favor anónimo doctor

 

 






 

Opinión: Se trata de varias placas redondeadas de aspecto numular, de aproximadamente 2 cm de diámetro localizadas en miembros inferiores, con una zona central ligeramente elevada en la mayoría de las lesiones, cubierta de costras amarillentas de aspecto melicérico y rodeadas de eritema violáceo. Hay lesiones un poco más deprimidas sobre todo en las pantorrillas con tendencia a la ulceración superficial. También existe una pústula pequeña de menos de 1 cm de diámetro en la cara externa de la rodilla que probablemente represente el comienzo de la lesión. Creo que, por el aspecto, y por el tiempo de evolución un diagnóstico a considerar es ECTIMA, que es una infección bacteriana superficial y contagiosa que se observa con mayor frecuencia en niños pero que puede darse también en adultos mayores. Es una forma ulcerativa de IMPÉTIGO (que es otro diferencial), en la que las lesiones se extienden a través de la epidermis y penetran profundamente en la dermis. La portación de Streptococcus del grupo A (Streptococcus pyogenes ) y Staphylococcus aureus predispone tanto al ectima como al impétigo. Se podría realizar una tinción de Gram y un cultivo de pus o exudado para identificar si la causa es S. aureus o un estreptococo betahemolítico. Sin embargo, también cabe el tratamiento empírico. El tratamiento del ectima, a diferencia del impétigo, siempre debe tratarse con terapia oral, e indicar precauciones de contacto para evitar la propagación del hasta 24 horas después del inicio de la terapia con antibióticos. El impétigo se puede tratar con terapia tópica sobre todo cuando es localizado, o terapia oral. La mupirocina es un tratamiento de primera línea, se aplica tres veces al día. La duración recomendada del tratamiento es de cinco días, y el ácido fusídico tópico puede ser eficaz también para el impétigo.  Cuando se decide usar ATB sistémicos el antibiótico oral prescrito para el impétigo y el ectima debería ser efectivo para el tratamiento de infecciones tanto por S. aureus como por estreptococos. La cefalexina y la dicloxacilina son tratamientos apropiados porque los aislados de S. aureus del impétigo y el ectima suelen ser susceptibles a la meticilina. Si la infección es producida por SAMR, se puede  utilizar trimetoprima-sulfametoxazol , clindamicina o doxiciclina. La terapia oral se utiliza entre 5 y 10 días. Otros diagnósticos a considerar son ECCEMA NUMULAR, que es una afección cutánea crónica que se caracteriza por la aparición de parches o lesiones circulares en la piel, con forma de moneda, que pican y pueden supurar o formar costras. Se conoce también como dermatitis numular o discoide, y aunque puede responder bien al tratamiento, generalmente con corticoides tópicos, es común que los episodios reaparezcan. Otro diagnóstico podría ser TIÑA CORPORIS causada por dermatofitos de la piel. Una tinción con hidróxido de potasio de alguna de las lesiones podría descartar fácilmente esta entidad.

 

sábado, 29 de noviembre de 2025

Casos Clínicos: Paciente femenina de 3 años de edad con enfermedad ampollar de 3 meses de evolución.

 

La Dra. Camila Mendoza de Lima Perú, envía estas imágenes con el siguiente texto:

Doctor buen día. Por este medio le remito unas imágenes para ver si el Rincón me podrían ayudar con el posible diagnóstico

Paciente femenina de 3 años de edad. La madre refiere que, desde hace aproximadamente 3 meses, la menor presenta lesiones cutáneas que inician como pápulas, evolucionan posteriormente a vesículas y finalmente adquieren el aspecto observado en la segunda imagen. Refiere además que dichas lesiones tienden a aparecer y remitir de forma recurrente en intervalos variables. Aparecen principalmente en muslos, cintura y abdomen. Las lesiones están entre ellas en diferentes etapas, por ejemplo hoy sale una pápula pero en otro lugar está ya como vesícula y otra ya está como en la segunda imagen La madre dice que no se ha percatado si salen con algún alimento en específico. Presenta prurito.

Le han recetado anteriormente antihistamínicos, prednisona y mometasona pero no hay mejoría

 



Dra. Camila Mendoza.

Lima. Perú.

 

Opinión: El cuadro clínico parece corresponder a una enfermedad ampollar, o al menos que cursa con ampollas en algún momento de la evolución. En las imágenes mostradas se ve en una de ellas una lesión papular pequeña sobre piel eritematosa, y en la otra una lesión redonda que impresiona como una vesícula o ampolla destechada ya que su superficie está erosionada y en los bordes persisten restos de piel que aparentemente pertenecían al “techo” de la lesión. Cuando nos enfrentamos a un paciente con enfermedad ampollar, debemos saber que las posibilidades diagnósticas son innumerables y por lo tanto, hay que realizar un trabajo basado principalmente en la historia clínica, y en estudios complementarios ad hoc, para estrechar el espectro de posibilidades diagnósticas. Pero debemos saber que, tanto trastornos autoinmunes, reacciones a fármacos, infecciones, trastornos genéticos y lesiones físicas pueden estar entre las principales causas. Debemos saber tiempo de evolución, la distribución de las lesiones, si son localizadas o generalizadas, localización predominante, si afectan manos y pies, si están en zonas fotoexpuestas, si están agrupadas, y en tal caso si tienen distribución dermatómica, si afectan o no las mucosas, cómo es la tensión de las ampollas o bullas, si son tensas o fláccidas, si hay síntomas sistémicos, o compromiso del estado general etcétera. Por otro lado, la edad, en este caso se trata de un niño, ayuda en parte a eliminar muchas entidades que sólo se dan en la edad adulta o en la tercera edad, pero aun así, la lista sigue siendo amplia. Los  trastornos cutáneos ampollosos, que se caracterizan por la presencia de lesiones llenas de líquido en la piel, y que se producen como resultado de la pérdida de adhesión entre las células epidérmicas ( acantólisis ), el edema entre las células epidérmicas ( espongiosis ) o bien a la disociación de la epidermis y la dermis es decir, ampollas dermoepidérmics. Esto significa que la determinación del lugar exacto de la piel donde se localiza la ampolla es de mucha ayuda para eliminar algunas entidades y seguir pensando en otras, y por eso, la biopsia de  las lesiones con estudio histopatológico e inmunofluorescencia son parte fundamental en el workout diagnóstico. Por otro lado también, frente a este tipo de cuadros, reconocer rápidamente si estamos frente a alguna entidad que signifique una emergencia que pueda poner  en riesgo la vida del paciente como son la n ecrólisis epidérmica tóxica (NET), el síndrome de piel escaldada estafilocócica, la infección diseminada por herpes simple o herpes zóster en pacientes inmunodeprimidos, una púrpura fulminante, o una infección por Vibrio vulnificus. Afortunadamente, ninguno de estos cuadros parece corresponder a este paciente.

Creo que después de una exhaustiva historia clínica y un laboratorio  básico procedería a realizar una biopsia de piel para microscopía óptica e inmunofluorescencia directa. La muestra debe tomarse de piel de aspecto normal adyacente a la ampolla, lo que se denomina biopsia perilesional, ya que una biopsia de piel lesionada tiene mayor probabilidad de arrojar resultados falsos negativos debido a la destrucción de los inmunorreactantes por el proceso inflamatorio. El tejido obtenido para inmunofluorescencia directa no debe colocarse en formalina sino que se puede utilizar medio de Michel o Zeus para su conservación. También se pueden enviar muestras frescas al laboratorio, siempre que se mantengan húmedas con solución salina y se puedan procesar en un plazo de 24 horas. Hay asimismo pruebas serológicas por inmunofluorescencia indirecta que sirven para detectar anticuerpos en la circulación. Esta técnica evalúa la presencia de anticuerpos en el suero del paciente capaces de unirse a componentes de una muestra epitelial ajena al paciente. Existen además, estudios microbiológicos si se sospecha una infección. Las preparaciones de hidróxido de potasio (OHK) es una prueba diagnóstica rápida para la tiña ampollar. En pacientes con sospecha de infección por el virus del herpes simple o el virus de la varicela-zóster, se pueden utilizar estudios como el citodiagnóstico de Tzanck.